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—Supongo que ese era el tal Paul.

Es lo primero que Taylor dice en cuanto llegamos a la residencia.

Cierro la puerta detrás de nosotros y lo veo a los ojos.

—Es él...

Susurro sin dejar de llorar y Tay viene a mi rescate, sujetandome entre sus brazos.

—No sé... qué voy a hacer... lo amo tanto...

Por primera vez me atrevo a decirlo en voz alta, sé muy bien lo que siento por Paul, y aunque muchas veces le demostré mi cariño y se lo hice saber, no había mencionado esas dos palabras.

—Sé que te duele, pero lo único que queda hacer por ahora, es seguir, y yo te voy a ayudar hermanita, solo voy a pedirte una cosa...

—¿Qué es? —No sé para qué pregunto, si ya sé lo que quiere.

—No te vuelvas a acercar a la Zona Norte.

Me abrazo fuerte a él y asiento sin pensarlo, después de todo, Tay siempre ha sido mi roca.

Los días pasan y he recibido varios mensajes de Paul, así como varios arreglos de flores que llegan cada mañana a la residencia, quiere verme y hablar conmigo, pero no puedo, no quiero, necesito distancia y poner en orden mis ideas, la preaudición es mañana y no puedo permitirme ninguna distracción.

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—¡Escarlata, date prisa! —La fuerte voz de Taylor llega desde la primera planta—. ¡Mateo y James nos esperan en el aeropuerto!

—¡Ya voy! —tomo la pequeña maleta y salgo de mi habitación.

Taylor nos va a acompañar a Nueva York, después de que James también se unió, así que tomamos el primer vuelo del medio día, así llegaremos a descansar y estar listos para mañana.

Decidimos rentar un pequeño departamento, a solo unas cuadras del estudio donde se llevará a cabo la presentación y en cuanto aterrizamos, tomamos un taxi directo al departamento, solo quiero cenar y bañarme, para después dormir.

«El gran día ha llegado».

Desde hace varios días Mateo me ha ayudado a preparar una coreografía de estilo libre, de acuerdo a los requisitos que nos han pedido para la prueba, él es un haz en el baile, aunque le pedí que tomara la audición conmigo, el prefiere hacer una maestría en diseño de modas y cómo no, si es su fuerte.

En fin, mientras termino de recoger mi cabello en un moño bien arreglado, escucho a Blackpink cantando See You Later, amo a estas chicas y la canción me viene como anillo al dedo.

—¡Scarlett, ya es hora! —Mateo está golpeando levemente la puerta de mi habitación—. ¡James y Taylor, ya están afuera!

Taylor nos consigue una camioneta rentada, odia el transporte público.

—¡Ya estoy! —repaso por última vez mi reflejo en el espejo.

Un hermoso vestido azul cielo de manga larga y con escote en v, envuelve mi silueta, me gusta como se ve la parte de la falda, con un poco de vuelo y el largo es perfecto, justo por arriba de mis rodillas y que decir de la tela, es preciosa con esos diminutos diamantes por todos lados, va perfecto con mis hermosas balerinas azules, iguales a las que usan en ballet, incluso se atan igual, no lo puedo creer, me veo y me siento hermosa.

Salgo sonriente para toparme con otra gran sonrisa.

—Eres un sueño, Scarlett... —toma mi mano y salimos de la habitación.

Tomamos rumbo al estudio y al llegar nos van asignando un número por persona.

—Llegamos temprano y te asignan el número 48, ¡Genial!

Se queja Mateo y tomamos asiento en una pequeña recepción, donde varios aspirantes se encuentran reunidos con sus acompañantes.

—¡Hay Mat, pero que desesperado eres! —Lo regaña James, y ambos sueltan una carcajada.

Al cabo de unos minutos, los asistentes piden a los acompañantes pasar a tomar asiento en alguna de las salas internas y los aspirantes nos vamos formando conforme la enumeración; del uno al veinte van a la sala "A", del veintiuno al cuarenta van a la sala "B", del cuarenta y uno al sesenta, van a la sala "C" y así sucesivamente.

—Respira hondo, Scarlett —Mateo toma mi mano dándole un ligero apretón—. Confía en ti.

Asiento y hago lo que me pide, para verlo irse con James y Tay.
Las manos me están temblando y siento el corazón ir a mil, estoy muy nerviosa, pero no puedo fallarme, este es mi sueño y depende de mí cumplirlo.

—¡Que pase el número 48! —anuncian a través del altavoz, y camino hasta el centro de la pista—. Preséntese por favor —pide uno de los críticos.

—Buenas tardes.

Saludo amablemente y sonrío confiada, si Paul estuviese aquí, solo intentaría impresionarlo y eso pienso hacer.

—Soy Scarlett McCarthy, tengo veintiún años y vengo del sur.

—Bienvenida, señorita McCarthy, tomen su posición por favor —pide el segundo crítico.

Asiento, y me coloco en un extremo del escenario.

Cierro los ojos un momento y me recuesto sobre el suelo.

La historia que voy a contar es sobre la pérdida de un ser querido; y cómo los sueños pueden darnos un momento de felicidad al recordarlo, aunque al despertar te das cuenta de que solo fue un sueño.

Elegí esta historia porque últimamente he estado pensando mucho en mi madre, y después de lo que sucedió con Paul, la canción es ideal para el momento.

Espío a través de mis pestañas y observo al público expectante, James y Taylor están en primera fila, Mateo me observa ansioso.

Los primeros acordes de Tercera Noche de Kenia Os, comienzan a sonar y la historia inicia.

A paso lento voy levantándome y comienzo a bailar hasta llegar al otro extremo de la pista; extiendo mi mano derecha y mis ojos se cristalizan cuando veo a Paul levantarse a mí altura.

Elevo un poco la cabeza para poder verlo a los ojos, comienza a guiarme a paso suave y seguro a través del escenario, nos movemos como uno solo, nos acercamos y nos alejamos, me toma por la cintura y me levanta en el aire, no puedo evitar dejar escapar algunas lágrimas.

Esta canción describe mi sentir en estos momentos:

Tengo todo, pero no te tengo a ti, yo tengo amigos, tengo todo, pero no me tengo a mí, hice un álbum de momentos que quiero vivir, pero no llegan y estoy a punto de huir...

Seguimos moviéndonos por todo el espacio, sé que me debo esto, que mis emociones se expresan a través de mis movimientos, la oportunidad de cumplir mis sueños esta en mis manos y me alegra saber que Paul me acompaña en este momento.

La música va terminando, suspiro para calmar mi tristeza.

—Paul... te amo...

Nos alejamos y regreso a la posición inicial, entonces despierto y él ya no está.

Escucho a los presentes aplaudir y levanto la mirada; dos de los jueces están aplaudiendo, Taylor y James siguen aplaudiendo efusivo, mi Mateo está llorando y aplaudiendo al mismo tiempo.

Me pongo de pie, para regresar al centro del escenario.

—Buena presentación... —habla uno de los jueces, en cuanto los aplausos cesan—. Ha sido una buena historia, señorita McCarthy.

Hago una pequeña reverencia e intento reprimir las lágrimas que amenazan con brotar.

—Puede retirarse, en breve le darán indicaciones —explica el juez que no ha aplaudido, solo asiento mientras el público presente vuelve a aplaudir.

Camino por el pasillo, para regresar a la sala donde nos sentamos al llegar.

—¡Escarlata! —grita Tay, llegando hasta mí y me toma entre sus brazos para levantarme.

—¡¿Lo viste, Tay?! —Estoy tan emocionada que dejo escapar las lágrimas que había estado conteniendo—. Les gustó...

—¡Y cómo no hermosa, si bailas increíble! —Lo veo a los ojos, está igual de emocionado que yo—. Gracias por atreverte a cumplir tus sueños y deleitarnos con tu talento.

Me deja nuevamente en el suelo y volteo a ver a James y Mat, están más llorones que yo.

—¡Eres una increíble bailarina, Scarlett! —James me lanza una gran sonrisa, mientras se limpia las lágrimas—. Gracias por dejarnos venir.

—Gracias a ustedes, por estar conmigo en este momento tan especial...

—Sabes que siempre será así nena —asegura Mat y los cuatro nos unimos en un abrazo.

—¡Felicidades chica! —Una de las señoritas del Staff nos interrumpe y tenemos que soltarnos —No cualquiera logra que los jueces aplaudan.

—Muchas gracias... —No sé qué decir, estoy tan impresionada —No sé... si eso es bueno...

—¡Lo es! —Esta tan entusiasmada que decido creerle—. Prácticamente ya tienes un pie dentro de la academia, ahora solo falta que te presentes a la audición oficial —Me extiende un sobre lleno de papeles y lo tomo entusiasmada.

—Ok.

—Debes llenar el formulario y enviarlo por correo, junto con los requisitos adjuntos, antes de que termine la próxima semana, una vez que lo revisen, te darán tu fecha de audición.

—¿Pero igual podemos acompañarla? —pregunta Mateo a mis espaldas.

—En realidad no es necesario, ya que no habrá público presente, solo ella y los jueces —informa la chica apenada—. Solo puede asistir un acompañante.

—Esta bien, ya veremos —acepta James levantando los hombros.

—Gracias por la información.

Agradezco a la chica y ella se retira sonriente, no sin antes guiñarle un ojo a Tay, quien se ríe ante la situación.

—Pero si tú no pierdes tu encanto, Taylor McCarthy —Mateo y James se toman del brazo, viendo a la chica alejarse, meneando las caderas de manera sugerente.

—Yo soy hombre de una sola mujer —declara ignorando a la susodicha y no tiene ni que jurarlo, Mat y yo somos testigos de ello—. Bueno vamos a cenar, tenemos que celebrar esto —Me toma de la mano y salimos al estacionamiento.

—Por cierto, tienen que explicarme lo de "Escarlata" —pide James haciendo comillas imaginarias—. No entendí...

Los tres lo vemos y soltamos una carcajada.

Después de cenar regresamos al departamento a descansar, ya que salimos a primera hora de la mañana.

No puedo dejar de pensar en él, esa mirada chocolate que me encanta, la voz que hipnotiza mis sentidos, las caricias que seducen mi alma y ese encanto único que hace palpitar mi fragil corazón, no sé qué hacer, aparece hasta en mis sueños y eso no es bueno, así no podré olvidarlo.

La noche ha sido eterna, pero por fin está amaneciendo, vamos rumbo al aeropuerto, de regreso a casa.

—¡Scarlett!

Tay llama mi atención, todo el camino he estado pensando en Paul, me pregunto; qué estará haciendo ahora...

—¡Escarlata!

«¿En qué momento llegamos a casa?».

—Dime —pestañeo un par de veces, haciendo a un lado mis pensamientos.

—¿Se puede saber qué es todo esto? —señala a la reja de la entrada.

Abro la boca sorprendida.

—Pero...

Una gran variedad de arreglos florales, están esparcidos sobre el suelo y se ve que no tienen mucho tiempo aquí, serán de...

—Ese tipo no se rinde...

Taylor camina hasta el que parece ser, el arreglo más costoso, un gran ramo de margaritas de los prados, en colores rosados, rojos y blancos, se ven hermosas.

—"Espero que hayas tenido una buena preaudición, estoy seguro de que impresionante a los jueces, por favor déjame hablarte, te quiero mucho... Paul" —No sé ve muy contento—. Me imagino que vas a tirar todo esto...

—Yo...

Abre la gran reja y sinceramente no sé qué hacer, todos los arreglos son hermosos, estas bellas flores no tienen la culpa de nada....

—¡Escarlata! —Me grita desde la puerta de la residencia, lleva dos de los pequeños arreglos en ambas manos—. ¡Te aviso que no voy a meter todo esto yo solo!

Sonrío emocionada, después de todo, no voy a tirar ni una sola flor.

Me inclino y tomo el gran ramo de margaritas, lo voy a llevar directo a mi habitación.

Dicen que uno no pierde lo que no tiene, sin embargo yo nunca la tuve y ahora que Paul ya no forma parte de su vida, es mi momento de conquistarla.
Lo siento hermano, pero ahora es mi turno.