Llego dos minutos tarde al lugar en el que me citó Aníbal, pero no tardo en encontrar nuestra mesa. Él ya está aquí.

Se pone de pie para recibirme. —Gracias por no hacerme esperar demasiado.

—Vine directamente del trabajo —señalo con un gesto mi ropa.

Visto mi uniforme color "amarillo yema de huevo". Tía Inés ama el color amarillo. 

—Te ves bien. ¿Ordenamos? —Aníbal llama al mesero—. Para mí un café por favor —pide—. ¿Tú qué quieres, Caro?

Pensé que era una cena... 

—Un café también —digo, un poco decepcionada—. ¿Para qué me citaste, Aníbal? —pregunto cuando el mesero nos deja solos.

Porque ya que dejó claro que esto es algo profesional, lo mejor es ir directo al grano. 

El coloca su mano sobre la mía. —Oye, esta no es la oficina del director. Tranquila. No te preocupes, no pasa nada malo. Al contrario. Pero primero platícame de tu día. ¿Qué tal el nuevo trabajo?

¿En serio quiere saber eso?

—Bien, supongo. Tengo amigas y amigos nuevos.

—Ya era hora. No está bien que sólo pienses en libros y en Vanesa.

—Lo mismo dice tía Inés —respondo y miro mis manos. No me gusta que juzguen mi estilo de vida. Comprendo que quizá no es del todo bueno, pero de momento me siento cómoda así. 

Escucho una notificación de mi teléfono móvil cuando el mesero nos está sirviendo el café.

Es Alexander...

De: Alexander Donoso

Asunto: Duda

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21:15

Para: Café y letras

Entonces... ¿qué quiere el profesor?

De: Café y letras

Asunto: Sigue la duda

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21: 15

Para: Alexander Donoso

Todavía no sé :( Dice que primero quiere platicar sobre mi día

De: Alexander Donoso

Asunto: ...

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21:15

Para: Café y letras

...

Alexander dice "mucho" con solo escribir tres puntos suspensivos. 

—¿Algún problema? —pregunta Aníbal, mirando curioso mi teléfono.

—Vanesa —digo, a modo de respuesta.

—Dile que estás ocupada —Acto seguido Aníbal empieza a mirar de un lado al otro—. Una persona nos acompañará hoy, Caro —sonríe.

No me esperaba eso. —¿Helen?

—No —Él suelta una risa seca—. ¿Por qué siempre me preguntas por Helen?

Porque es tu novia y no conozco a tus amistades, duh.

—¿Entonces quién es? —finjo demencia.

—Trata de conservar la calma —me guiña un ojo él. Me doy cuenta de que se trae algo entre manos—. Nos va a acompañar Isaac Anleu —añade—. Él fue editor de Alexander Donoso.

Mi corazón se detiene un segundo. 

Aníbal, con una sonrisa triunfante, hace una seña a un hombre sentado en otra mesa para que este se aproxime.

Isaac se ve joven y amigable. —Mucho gusto, Caro —me ofrece su mano.

La tomo con timidez. —Mucho gusto.

—Asumo que nunca antes habías escuchado hablar de mi.

Niego con la cabeza. —¿Usted conoce a Alexander Donoso? —pregunto con el corazón en un hilo.

—En persona sólo conozco a su hermana Mónica y a su legión de abogados —bromea Isaac con una sonrisa torcida—, pero sí he tratado a Alexander.

De esa forma obtiene toda mi atención. 

Tanto Isaac como Aníbal están vestidos para una cita de negocios, mientras yo aún llevo el uniforme de trabajo. De pronto me siento un poco cohibida.

—¿Legión de abogados? —pregunto.

—No hablemos ahora de eso —dice Isaac, restando importancia al comentario—. Quiero conocerte a ti, Carolina.

¿A mí? ¿La chica que viste de color amarillo yema de huevo? 

-—Toma asiento, Sac —lo invita Aníbal—. Carolina —Ahora Aníbal vuelve su atención a mí—. Te cité porque le mostré tu última idea a Isaac y, ¿qué crees? —Me sonríe—. Está interesado en saber más de ti y de tus historias.

Isaac asiente con la cabeza. —Quiero ayudarte para que seas autora publicada —me guiña un ojo.

—¿Publicar un libro en una editorial? —salto.

—Aunque de momento miremos lo del libro como un proyecto a largo plazo —dice Isaac—. Hoy sólo platiquemos sobre tus ideas.

Publicar un libro. Cubro mi boca con mis manos. No puedo creerlo.

—Dí algo, Caro —me anima Aníbal. Él e Isaac se ven entusiasmados.

—No puedo creerlo. 

Quiero llorar de felicidad.

¡Oh, Dios, el editor de Alexander Donoso está interesado en mi trabajo!

—Créelo, Carolina —dice Isaac, convencido—. Ahora. Platícame ideas tuyas, a modo de darme una idea general sobre tu trabajo.

¿Cómo se respira? 

—Un momento, por favor —ruego y me ocupo otra vez en mi teléfono. Necesito contarle esto a Alexander.

—Su amiga Vanesa —dice Aníbal a Isaac, señalando graciosamente mi teléfono móvil—. Ella le cuenta todo.

Sí supieran... 

Muerdo mi labio inferior.

De: Café y letras

Asunto: Aclarando dudas

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21: 32

Para: Alexander Donoso

Nada de qué preocuparse. En realidad son buenas noticias. Vino a acompañarnos a cenar tu editor. Aníbal lo invitó porque él está interesado en mis historias. Estamos hablando de publicar un libro ¿Puedes creerlo? ♥

De: Alexander Donoso

Asunto: Espera un momento

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21:32

Para: Café y letras

¿Mi editor? ¿Cuál es su nombre?

Esa no es la respuesta que esperaba de Alexander.

De: Café y letras

Asunto: ¿?

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21: 32

Para: Alexander Donoso

Isaac Anleu. Dice que conoce a tu hermana Mónica.

Ahora me siento confundida. Aníbal percibe mi inquietud, pero no dice nada.

—¿Qué edad tienes, Carolina? —me pregunta Isaac.

—Veinticinco —digo, mirando de él a mi teléfono.

—Te ves mucho más joven —intenta halagarme.

—En muchos sentidos todavía es una niña —agrega Aníbal. Aunque no comprendo el por qué de ese comentario.

Escucho otra notificación en mi teléfono.

De: Alexander Donoso

Asunto: Aclarando

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21:33

Para: Café y letras

Sí. Él fue mi editor cuando escribí Las tinieblas, la historia del pianista que se queda ciego.

Caro, no les digas que estás conversando conmigo. Que no sepan que me conoces.

¿Por qué de pronto siento miedo?

De: Café y letras

Asunto: Oye...

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21: 33

Para: Alexander Donoso

Aunque no me lo pidas no digo nada sin tu autorización :(

—Vanesa es muy insistente —escucho decir a Aníbal—. ¿No le puedes pedir que te llame más tarde?

No tengo tiempo de responder. Un segundo después recibo otro correo de Alexander.

De: Alexander Donoso

Asunto: Prudencia

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21:34

Para: Café y letras

Lo sé.

Una cosa más:

Dile a Aníbal que no es necesario que te lleve a casa. Hazle saber que un amigo te está esperando afuera. 

No puedo evitar saltar por la emoción.

De: Café y letras

Asunto: Espera

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21: 35

Para: Alexander Donoso

¿Vendrás por mí?  :3

De: Alexander Donoso

Asunto: Prudencia

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21:35

Para: Café y letras

No, no puedo, pero allí estará mi chófer. Puedes confiar en él.

Caro, sal de ese lugar lo antes posible. 

De: Café y letras

Asunto: Espera

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21: 36

Para: Alexander Donoso

¿Por qué? :(

Mi decepción es evidente. —¿Todo bien, Caro? —me pregunta Aníbal.

—Sí —digo, releyendo las palabras de Alexander.

Por un momento creí que...

—Carolina —continua Aníbal—, la opinión que tengo de ti no es la de una persona que ignora una conversación importante por atender un teléfono

Lo miro a los ojos. Tiene razón. Esta reunión es importante y estoy distrayéndome por responderle a Alexander.

—Lo siento —digo apenada, mirando de él a Isaac, que también se muestra desconcertado.

Apago mi teléfono y lo guardo. Lo siento, Alexander...

—¿A qué edad empezaste a leer? —Me pregunta curioso Isaac.

Intento concentrarme y ya no pensar en Alexander. —A los nueve años con Los trillizos ABC.

—Qué casualidad —dice sonriente—, hace poco les compré ese libro a mis hijos.

¿A quién engaño? No puedo no pensar en Alexander:

—¿Por qué ya no eres editor de Alexander? —Cambio de tema.

Tendrá que decirme eso. 

Isaac mira significativamente a Aníbal, dudando en si responder o no. Por lo que esta situación me incomoda cada vez más. Ellos se muestran crípticos sobre el tema Alexander, y al parecer Alexander no confía en ellos. ¿Qué rayos está pasando?

—Ella es admiradora de Alexander —dice Aníbal a Isaac—. Tendrás que explicarle.

Isaac pasa una mano sobre su rostro. Lo estoy sacando de su zona de confort. —Verás Caro... —empieza—. Sé que admiras a Alexander como escritor, y a mi no me gusta hablar mal de mis clientes anteriores; pero como ser humano, digamos que... Alexander deja mucho que desear.

—Pero usted dijo que no lo conoce personalmente.

¡No me hable mal de él si no lo conoce personalmente! 

—Así es. Sólo hablamos por teléfono. Pero lo que te puedo decir sobre Alexander es que —Isaac trata de sopesar sus palabras— es engreído y mezquino. Admíralo, pero de lejos, Caro.

No puedo evitar ponerme a la defensiva. —¿Cómo puede sacar esa conclusión si sólo lo trató por teléfono?

Isaac mira a Aníbal pidiendo ayuda.

—Te dije que no hablarás mal de Alexander Donoso frente a ella —ríe Aníbal.

Me resulta interesante que el tema lo entretenga, que mi reacción lo entretenga. ¿Se burla de mi ingenuidad? "En muchos sentidos todavía es una niña.", dijo. Me siento tan... ¡Por qué nadie me dice qué está pasando! 

—No hay que tratar demasiado a Alexander para darte cuenta de eso, caro —se justifica Isaac, pero se le ve nervioso—. Pero insisto en que no vine a hablar de Alexander Donoso. Vine a conocerte a ti, Carolina Navarro.

—Exacto —agrega Aníbal.

Pero yo busco otra vez mi teléfono. Tengo otro correo de Alexander.

De: Alexander Donoso

Asunto: Prudencia

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21:36

Para: Café y letras

Confía en mi.  Mi chófer te llevará a tu casa.

De: Café y letras

Asunto: No entiendo

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21: 44

Para: Alexander Donoso

Pero Aníbal prometió llevarme.

Y no conozco a tu chófer. Es la primera vez, de hecho, que trato con una persona que tiene chófer. 

De: Alexander Donoso

Asunto: Prudencia

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21:45

Para: Café y letras

Confía en mí, Caro. Tenemos que hablar sobre Isaac Anleu. 

Observo a Isaac. No parece una mala persona. Aníbal no sería capaz de exponerme con una mala persona, ¿ o sí?

En este momento dudo de todo y todos. 

De: Café y letras

Asunto: ...

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21: 46

Para: Alexander Donoso

Sólo respóndeme algo, Alexander. ¿Por qué debería de confiar más en ti que no sé quién o cómo eres... que en Aníbal, mi profesor, a quien he tratado durante un año?

—¿Sigues aquí, Caro? —me pregunta nervioso Aníbal. Lo estoy haciendo quedar mal.

De: Alexander Donoso

Asunto: Es cierto

Fecha: 22 de diciembre de 2015 21:46

Para: Café y letras

Tienes razón. Y haces bien en cuestionarte algo tan importante.

Aún así, te pido un voto de confianza. Pero si decides confiar más en Aníbal que en mí, lo entenderé.

P.D. Mi chófer ya está esperándote en la puerta. Su nombre es Víctor.

Miro de mi teléfono a Aníbal tratando de decidir qué hacer.

—¿Caro? —pregunta él.

—Me tengo ir —digo, sorprendiéndolos a ambos.

—¿Tan pronto? Todavía no hemos platicado sobre tus ideas nuevas.

Estoy viviendo uno de esos momentos en los que mi cabeza y mi corazón no se ponen de acuerdo al momento de decidir qué hacer. Me voy. Me quedo. Me voy. Me quedo. 

—Es que me surgió una emergencia —digo, sin mirar a Aníbal a los ojos.

—Puede que esta oportunidad no se te presente otra vez —dice Isaac. Su tono de voz es una sutil amenaza.

Siento que mi corazón se estruja, pero ya decidí en quien confiar.

—Puedo vivir con eso.

—Carolina... —Aníbal sujeta mi brazo cuando intento ponerme de píe— ¿qué está pasando?

Me estoy comportando extraña, querrá saber a dónde fue su alumna predilecta.

Aparto su mano de mi brazo porque no me gusta que me toque de esa manera, y esta vez si consigo ponerme de pie. —Debo irme —insisto.

—Te ofrecí llevarte a tu casa —dice Aníbal, también poniéndose de píe.

—No es necesario —digo, finalmente—. Un amigo está esperándome afuera.

Y no le doy tiempo de decirme algo más.

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¿Qué tal la historia hasta ahora? ¿En quién confían? ¿Aníbal o Alexander? Gracias por su lectura y por sus votos.