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XXXVI: Deuda.


❝Si en realidad te gusto, entonces déjame volar cuando yo lo pido pero si mis ojos reflejan miedo, entonces rescatame.❞

¿Qué es lo malo que puede arruinar una noche especial para un bailarín como Park?

Doyun era la respuesta a la pregunta. Su envidia lo consume por todo el cuerpo, su mente se rehúsa a ser vencido por Park, y en su profundo ser desea que Jeongguk lo abrace como abraza al rubio.

La realidad es que cuando Doyun se encuentra cerca de Jeongguk, nada puede ser bueno, pero tampoco es bueno para Jimin.

Nada del plan de Doyun era bueno, solo provocaría caos en la vida de Jimin, y nuevamente lograría atormentarlo con aquella deuda que aún no ha pagado. Es por eso que aquellos tres hombres de la pandilla, que solían perseguirlo, se adentraron en el bar mientras el ángel bailaba con sensualidad. Rápidamente fue el centro de atención para aquella pandilla de tres hombres, quienes fueron vistos de reojo por el cruel Doyun.

¿No valgo nada para Jimin? — Susurró Junseo mientras su mirada hacia cae al suelo y observa sus botas sucias debajo de la mesa.

No te preocupes, sabes que no vales nada para él, pero quién sabe si las cosas pueden dar un giro para poder comenzar de nuevo con Park. Solo es cuestión de esperar. — Dijo Doyun en su oído mientras sus ojos se enfocan en esos tres hombres rudos de la pandilla, quienes ya localizaron al rubio bailando sobre la barra de tragos.

El pobre ángel aún no se percata de aquellos hombres que son parte de su pasado y tormento absoluto. Aquellos que le causaron demasiado miedo a la violencia, aquellos que se burlaban de su cuerpo y incitaban a qué se entregará a ellos una noche para pagar la deuda, aquellos.. hombres que no tuvieron piedad y golpearon su bello rostro hasta que el maquillaje no podía cubrir los suficientes sus hematomas existentes en su piel suave. Todo por una jodida deuda que su irresponsable padre le dejó en sus manos para luego huir lejos de la ciudad.

Los bellos ojos del bailarín se desviaron del rostro de Jeongguk cuando tres hombres captaron su atención, su sonrisa encantadora se borró y su felicidad al bailar se desvaneció completamente hasta ser reemplazada por el miedo como también el terror que se dibujó en su rostro. En un momento en el que su mente se toma un segundo para recordar todo el infierno que vivió bajo las manos de esa pandilla, son suficientes ignorar al carnicero, quién extendió sus manos había el ángel con deseos de atraparlo pero frunció el ceño confundido cuando esté mismo rubio se alejó rápidamente para bajar de la barra sin esperar la ayuda de nadie, aunque los hombres igualmente intentaron ayudarlo pero Jimin se negó.

Jeongguk colocó sus manos sobre la barra de tragos, luego se inclinó un poco hacia adelante para observar como Jimin bajaba de la barra y corría lejos entre los hombres que lo rodeaban hasta desaparecer detrás de la plataforma de baile. Al mismo tiempo y en un punto de vista diferente, los tres hombres de la pandilla sonrieron al observar una cabellera rubia escabullirse entre todos los hombres que se encontraban en el bar, y antes de perseguir al rubio, el líder de la banda le dió una mirada rápida y maliciosa a Doyun para que este último le diera un asentamiento de cabeza de una clara señal de que hicieran lo que debían hacer.

El carnicero se alejó de la barra para dar unos pasos hacia el centro del bar, chocando por accidente con el hombro de uno de los tres hombres de la pandilla, y lo observó de arriba a abajo con un poco de molestia por ser tan brusco al chocar mutuamente sus cuerpos.

El extraño hombre con estilo rudo y perforaciones en su rostro, torció su boca algo molesto pero otro hombre junto a él lo detuvo de inmediato cuando Jeongguk volteó los ojos dispuesto a pelear.

¿Qué carajos haces? ¿No sabes caminar o que?

Ante la pregunta del azabache, los tres hombres con tatuajes y perforaciones, lo observaron distantes y sin intención de responder, solo se disculparon levemente antes de seguir el camino de Park, siendo ignorados por el carnicero que se marchó cuando apenas escuchó las disculpas de esos hombres. No le interesaba oír disculpas.

Solo quería saber que ocurrió con Jimin, y para eso solo debía aproximarse a la mesa donde se encontraba Doyun.. junto a Junseo. Jeongguk frunció nuevamente su ceño cuando era extraño verlos juntos a ambos en una misma mesa.

Junseo se veía algo triste, su mirada solo observaba el suelo mientras en una mano sostenía una botella vacía de cerveza sobre la mesa, y luego a su lado se encontraba aquel bailarín malicioso, quien colocó su mejor sonrisa coqueta y peinó un poco su cabello cuando el carnicero se aproximaba a él.

Pero ese azabache no fue nada amable, su bota empujó con fuerza la mesa y la derribó para obtener la atención del soldado, quien se colocó rápido de pie ante el fuerte estruendo de la mesa al golpear contra el suelo junto con la botella que se rompía en pedazos. Doyun solo observó todo asombrado por ese comportamiento tan brusco.

¿Qué mier-

—Seguro es por tu culpa de que salió corriendo de esa forma. —Dijo Jeon entre dientes, sus ojos grises se cruzaron con los ojos oscuros del soldado, quien se aproximó un paso más al azabache, dispuesto a defenderse de cualquier ataque.

¿Qué te pasa, Jeon? ¿Crees que soy tan mala persona para provocarle eso a Jimin? Soy el menos indicado para asustarlo.

Pero Jeongguk solo oía mentiras de sus labios cuando realmente se encontraba diciendo la verdad, pero su mente no cree en nada, y es así que sus manos toma por el cuello de la camisa de Junseo para atraerlo en forma de amenaza. Sus rostros estuvieron cerca y ambos invaden el espacio personal del otro como una amenaza.

Desde que llegaste a este bar no eres más que una molestia, cabron. Todo lo que le ocurre es por tu culpa.

Junseo solo observó sus ojos con un semblante serio. No pensaba en involucrarse en peleas con Jeongguk cuando Yoongi le advirtió que podía ser despedido y ser enviado de regreso a los diablo para que supiera que era un traidor al convivir con verdugos. Posiblemente los diablo podrían asesinarlo por ser traidor, ellos odian a los traidores.

Y aunque lo observó por unos segundos, no pudo aguantarse en responderle a ese carnicero, arrojando más leña al fuego entre ambos.

—¿Que es lo que hice desde que llegué al bar que haya dañado a Jimin? No he hecho más que observarlo desde lejos por tu maldita forma de ser.

—¿Crees que no lo sé? Lo miras demasiado. —Jeongguk apretó el agarre de sus manos sobre el cuello de la camisa y le dió un brusco jalón para hacerle saber que no teme a nada.

Ante una posibilidad de que exista otra pelea entra ambos, Doyun se colocó de pie preocupado por estos dos hombres mientras sus ojos le dan un rápido vistazo a los tres hombres de la pandilla que se adentran detrás de la plataforma de baile, en camino a hacia los camerinos de los bailarines, y entre estos se encontraba el de Jimin, quien posiblemente ya se encontraba dentro escondido.

Y por tan solo un segundo, Jeongguk volteó su cabeza hacia la plataforma cuando le provocaba disgusto observar por tanto tiempo el rostro del soldado, pero por tan solo un segundo, no descubrió como esos hombres se adentraron en los camerinos para perseguir a Park y jamás supo que esos hombres lo buscaban. Los culpables de la deuda que el mismo ángel le explicó.

No tienes porque ser tan rudo, Jeonggukie. — El tono dulce de Doyun intenta calmar al azabache pero lo provoca lo contrario. Acariciar una de sus manos que agarran a Junseo también fue un error.

Jeongguk desvío su mirada lentamente de los ojos del soldado hacia la mano de ese bailarín que acariciaba la suya para que soltará a Junseo. Lo único que provocó fue que Doyun observara como los músculos de la mandíbula del carnicero se tensaron molestos ante el toque no deseado.

¿Qué? ¿No es Junseo tu nuevo amante? ¿Ahora quieres detenerme? No estoy peleando por ti si es que lo deseas.— Su tono es arrogante y rudo ante los oídos de Doyun, sus labios finos se mueven lentamente para causar molestia en ese bailarín.

No es eso..— Respondió el bailarín en un tono bajo mientras su cuerpo se siente pequeño ante Jeongguk.

¿Entonces que? ¿Por qué te entrometes en esto?

—Porque..

Jeongguk apretó sus labios molesto al oírlo, luego empujó a Junseo para provocar que este caiga sobre la silla, tomando asiento a la fuerza cuando intentó colocarse de pie, pero el carnicero lo señaló para que se mantenga en su lugar. Sus ojos grises encontraron otro objetivo que su mente sospecha levemente.

¿Por qué el ángel se encontraba tan asustado y temeroso como también desesperado por ir lejos?

Sus talones giraron, su cuerpo se dirigió hacia el cuerpo de Doyun para empujarlo con su hombro y provocando que este se retroceda sobre sus pasos con los empujones que Jeongguk le da para intimidarlo.

Yoongi me lo dijo, no te agrada Jimin y el simple hecho de que estés aquí me da mucha sospecha de hayas sido tú quien lo asustó.

Pero el bailarín malvado solo negó rápido mientras sus brazos intentaban defenderse de los empujones que ahora Jeongguk le daba con una sola mano que empuja su hombro, provocando que retroceda hasta chocar contra la pared del bar.

Jamás lo haría, se cuánto quieres a Park y dañarlo solo causaría que me odies. No quiero que me odies, solo quiero ser.. tuyo, aunque sea un día.

Jeongguk arrugó su nariz con desagrado.

Solo podrías pegarme todas tus enfermedades. ¿No sabes que quiero vivir por mucho tiempo? No me arruines la vida.

Pero Doyun posee impulsos que no puede evitar callar cuando se ofende, es así que su boca no puede guardarse nada de lo que piensa aunque le traiga problemas. Incluso no sabe que puede provocar más problemas de lo que existían, encendiendo la molestia de Junseo al oírlo.

¿Entonces la noche en la que casi follas con Park tampoco te ha pegado una enfermedad?

Ante los ojos de Junseo, Jeongguk se vuelve un objetivo que desea golpear sin descanso cuando sus oídos no puede evitar no oír lo que la boca de Doyun expresa con tanta malicia. Es así que, el rostro del carnicero se ensombreció como el del soldado que se abalanzó inesperadamente sobre él con el impulso de golpearlo.

¡Cabron, como mierda te atreviste a intentar tocarlo de esa forma!

Doyun no siente culpa al observar como Junseo toma del cuello a Jeongguk, y luego este último retrocede sobre sus pasos, asombrado por ser tomado desprevenido y luego cae sobre una mesa con aquel soldado sobre él mientras sus manos aprietan con fuerza alrededor de su cuello.

La mesa se rompe, ambos cuerpos caen sobre el suelo y el fuerte estruendo capta la atención de todos los sobrevivientes que voltean al observar que ocurre como también lo hacen Yoongi junto a Taehyung, ambos percatandose de lo que ocurre y no dudan en aproximarse rápido hacia la escena.

Jeongguk intentó quitarlo de encima pero Junseo tenía motivos para ejercer mucha más fuerza en su cuello, pero de igual modo el carnicero intentó defenderse y solo golpeó la nariz del soldado para que lo suelte con éxito.

Al principio no pudo evitar no toser cuando la falta de aire se escapó de sus pulmones y también evitaba que ingrese al inhalar, pero al zafarse del agarre de Junseo retomó su pequeña venganza colocándose de pie cuando este soldado se encontraba de rodillas sobre el suelo tomándose su nariz, y lo pateó en el abdomen para observarlo retorcerse a causa del golpe.

Y antes de que el soldado se colocó que de pie para golpear de regreso a Jeongguk, entonces el azabache se encontraba preparado para golpearlo de la misma manera, pero alguien más intervino en el problema tomando al carnicero y empujándolo lejos sin importar que se caiga al suelo con la fuerza que ejerció en el empujón.

¿Son animales o hombres? ¿Otra vez es por un hombre? Parecen animales en celo peleando solo por un hombre. — Gritó Min mientras su rostro se demuestra un poco molesto.

Jeongguk intentó avanzar hacia Junseo pero Taehyung lo tomó del cabello largo y lo jaló levemente provocándole un quejido de dolor mientras tomaba del brazo al mismo tiempo para alejarlo. Gracias al castaño, Yoongi podía continuar con sus palabras.

¿Eso es lo que son? ¿Animales en celo? No en mi bar, señores, ya lo he dicho.

—No fui yo quien empezó, Señor Min. — Respondió Junseo mientras colocaba sus puños cerrados detrás de su espalda.

—No me interesa saber quien empezó.. solo me dejan en ridículo, podría expulsarlos a ambos ahora mismo pero mi otra parte me ruega que les de una segunda oportunidad.. pero créanme que no tendré piedad si esto continúa.

Yoongi le dió una mirada rápida a ambos hombres, a Jeongguk quien relajó los músculos y pasó un brazo por los hombros de su mejor amigo, y luego a Junseo quien se encontraba cerca de Doyun.

Las miradas entre ambos hombres en rivalidad solo expresa hacia donde desean llegar solo por el ángel que bailó para ambos, y estaba decididos en llevar la pelea a otros extremos como cercanos a la muerte. En sus ojos se encontraba lo cínico que ambos eran por ganar algo que valía demasiado en sus vida, un ángel que les provocaba cariño, calidez, color y placer a sus vidas aburridas.

Sin embargo, nunca comprenderán lo que ocurrió realmente desde el punto de vista del ángel, quien se sintió demasiado pequeño contra una de las paredes de su camerino mientras aquellos tres hombres ya se adentraron y lo encontraron nuevamente con el objetivo de hacerlo sufrir como en el pasado.

La puerta del camerino se cerró lentamente para que nadie pueda observar el infierno que Park sufrió en el pasado, ya que solo volvió para llevárselo a él y no a otros, volvió para enseñarle que el miedo y la maldad siempre lo persigue.

¿Nos extrañaste, pequeño Park? Espero que esta vez tengas demasiado dinero.

Los rostros de esos tres hombres ensombrecieron completamente y sus sonrisas torcidas son tétricas mientras en sus ojos se reflejan el mismísimo infierno que alguna vez sufrió Jimin para recuerde que nunca debe olvidarse de este mismo.

La pelea entre Junseo y Jeongguk ocurría al mismo tiempo mientras que el ángel era encerrado en el infierno.

𝐂𝐀𝐑𝐍𝐀𝐆𝐄
Pov ángel.

Bajó las telas translúcidas, la piel del ángel se estremece cuando sus ojos azules captan el rostro de cada uno de esos tres hombres que atormentaron su mente en el pasado. Quiere huir lejos, no quiere que nadie lo ayude, no desea que nadie lo abrace cuando escapa del infierno. Incluso ignorar las manos de Jeongguk fue un error que no debió cometer, podría salvarlo pero se negó a todo lo que existía a su alrededor.

Sus pies descalzos se mueven torpes, su cuerpo se voltea junto con su cabeza cada ciertos minutos hacia atrás mientras corre por el pasillo de los camerinos en busca de su camerino para ocultarse de esos hombres. El miedo se manifestó en todo su cuerpo, la tristeza cubrió su rostro, y sus ojos solo luchaban contra las lágrimas que vuelven borrosa su visión.

Sus pequeñas manos tomaron el pestillo de la puerta, su cuerpo se adentra en su camerino y la cierra rápido para es imposible, ellos ya se encuentran frente a la puerta desde el otro lado, así que solo empujan está para adentrarse dentro junto al ángel.

El rubio se alejó rápido de sus manos, solo retrocedió sobre sus pies hasta chocar su espalda contra una pared y luego se deslizó para sentarse en el suelo mientras sus manos cubren sus oídos, aterrado y con lágrimas que rodan por sus mejillas.

—No me dañen, no me dañen, no me dañen.

Sus pequeñas manitos tiemblan al cubrir sus oídos, puede observarlos cerrar la puerta de su camarín y como le colocan seguro para que nadie se atreva a interrumpir el momento del que ellos solamente gozaban. Porque en realidad, ángel solo sufre.

Aún más sufre cuando esos monstruos tienen el descaro de preguntar si los ha extrañado. La respuesta era que no pero no podía decirlo, podría ser golpeado al negarse.

—Te extrañamos.. pequeño bailarín. Nuestros corazones dejaron de latir cuando te alejaste...

Las palabras de el hombre líder de los tres hombres, solo pueden doler y herir como navajas contra el cuerpo del ángel, quien intenta alejarse cada vez más pero no puede alejarse más de lo que ha hecho, la pared detrás de su espalda no puede ayudarlo.

El primer hombre que se acerca a su lado, se coloca de cuclillas y pasa una mano por su cabello rubio mientras contempla los bellos ojos del ángel, pero estos solo se demuestran miedosos. Pero la mano de este monstruo se mueve hacia la tela que cubre la mitad del rostro del bailarín y la baja para contemplar completamente todo su semblante asustado.

—¿Por- por qué me encontraron? — Su voz es tan fácil de quebrarse en cualquier momento y el delgado hilo de que la sostiene pronto puede romperse cuando las lágrimas amenazan con salir.

¿Olvidas que Doyun aún trabaja para nosotros? Te detesta tanto que parece que te delató y nos dijo dónde se encontraba nuestro bailarín preferido. Además aún te adoramos, pequeño, eres parte de nuestra vida junto con esa deuda. Respondió el líder mientras su boca se torció en una sonrisa cínica. Estoy seguro de que tú nos adoras tanto que eres capaz de bailar para nosotros ahora mismo.

—Baila para nosotros, quítate esas telas horribles y baila como el bailarín exótico que eres. — Escupió el tercer hombre al lado del líder, sus ojos observan con perversidad el cuerpo tembloroso del ángel.

El miedoso bailarín cerró sus ojos con fuerza al sentirlos húmedos, no deseaba demostrarles que estaba a punto de llorar, eso los enfurece demasiado pero al mismo les gusta ver el dolor ajeno. No les da lo que desea, y es por eso que se niega bailar para ellos. Por otra parte, no podía creer que Doyun acababa de lanzarlo nuevamente hacia las manos de esos hombres cuando fue encontrado solo por información que ese bailarín malvado les contó.

Algo dentro y muy profundo toma fuerza para mezclarse con la valentía que crece poco a poco cada día cuando su mente se toma un segundo para recordar la sonrisa de Jeongguk, y la fuerza que ese hombre posee cuando afronta las situaciones con su cabeza en alto. ¿Acaso estaba admirando como Jeon podía hacerle frente a todos sus enemigos? Entonces creyó que él también podría hacerlo.

Todos los recuerdos comienzan a rebobinar hasta recordar uno en particular, uno donde recuerda hacerle frente a Jeongguk por primera vez cuando solo le dijo; “Jodete” claro que tuvo problemas después de eso pero recordó la valentía que sintió ese día por primera vez y Jeon le provocó experimentarla.

Jodete. — Su tono bajo de voz solo hace que los tres hombres se encuentren confundidos, creen que han escuchado mal pero se equivocan.

— Repite eso. — Dijo entre dientes el líder mientras daba dos pasos en su dirección mientras los dos hombres restantes sienten su mirada oscurecer hacia el ángel.

Park apretó sus labios cuando una parte de su mente le decía que guardara silencio, y podía tratarse de su ego completamente asustado. Su ego de bailarín solo le teme a esos hombres pero no le tema a otros hombres y ama como Jeongguk le ayudo a tener valentía.

Puede imaginar a su ego sentando en el mueble tocador del camerino, a las espaldas de esos hombres. Su ego solo niega ante lo que el ángel desea hacer, sus ojos azules lloran cuando le ruega que no haga.

—Dije que te jodas. — Y aunque sus lágrimas comienzan a caen por su mejillas, sus labios gruesos no puedan callarse.

Los tres hombres suspiran con alivio porque nada de lo que han oído de esos labios lo han escuchado antes. Muchas personas desean que se jodan pero nunca lo harían porque amaban siempre el sufrimiento de sus víctimas, y el del ángel era uno de los más bellos para sus mentes retorcidas.

—Podemos joderte a ti por nunca pagar una deuda a la que tu propio padre te vendió. ¿No lo sabías? Pagas una deuda pero también has sido vendido a la pandilla, nos perteneces.

Vendido a una pandilla mientras paga una deuda. Una razón para odiar y intentar desaparecer del mundo cuando todo lo que le ocurre son desgracias, pero no tiene opciones que aceptarlas porque no tiene esperanzas.

Perdido en sus pensamientos, es jalado del brazo para que se coloque de pie y es empujado al centro del camerino, con la clara intención de que esos hombres desean observarlo bailar para ellos. Al principio Intentó negarse pero dos de ellos no tuvieron piedad y finalmente golpearon su rostro con fuerza, provocando pequeñas heridas en sus belfos gruesos hasta que decidió comenzar a bailar con miedo ante los ojos de esos monstruos.

Sus pequeñas manos se movieron lentamente hacia sus telas translúcidas sujetadas en su caderas, y jugó con quitarlas cuando en el profundo de su mente solo quería que esto nunca ocurra. Sus ojos pueden observar sus piernas desnudas y poco a poco descubiertas, pero no puede hacerlo, no tiene valor para bailar para ellos.

Es así que el líder de la pandilla de esos tres hombres, enfurece y grita hacia el ángel cuando nada de lo que le pidió está haciéndolo bien, solo le crea estrés cuando se tarda en demostrar su cuerpo desnudo de una vez.

Los gritos se oyen desde afuera, y por suerte un bailarín que caminaba por los pasillos se percató de aquella voz que reconoció y supo que se trataba de esa pandilla. Pero la pregunta fue porque se encontraba ahí y en el camerino de Jimin. No dudo demasiado cuando en su mente pasó el rostro de Jeongguk y corrió lejos en busca de ese azabache cuando conocía como era esa pandilla con los bailarines. Solían asesinarlos y golpearlos, recuerda sufrir lo que Park sufre y no puede quedarse de brazos cruzados.

Y en el otro lado del bar, Jeongguk sonrío divertido cuando Yoongi le advierte a Junseo que podría tener muchos problemas si es expulsado del bar y los diablo podrían encontrarlo por ser un simple traidor. Todo la discusión de hombres se desvanece cuando el bailarín correr hacia el centro del bar y se entromete en la conversación con su tono fuerte de voz pidiendo ayuda.

Su voz grita en dirección a Jeongguk, quien borra su sonrisa cuando aquel nombre del ángel es expresado junto a otras palabras como; deuda, gritos, hombres, seguro y camerino. Porque en la mente del azabache solo se recalcan aquellas palabras en una oración.

Junseo ignoró las palabras de Yoongi cuando observó y escucho como bailarín pedía ayuda por parte de Jimin, inmediatamente intenta correr hacia Park se encuentra pero es detenido por el hombre de ojos gatunos, y solo puede quedarse en su lugar, mientras sus ojos observan como Jeongguk corre hacia los camerinos mientras grita a todo pulmón que todos se quiten de su camino.

Pero ángel se encuentra tan asustado que su cuerpo ya casi se encuentra desnudo por las peticiones que esos hombres le piden y no puede negarse porque puede sufrir demasiado. Y antes de quitar la última tela de su cuerpo, sus ojos se encuentran húmedos y sus labios demasiados mordidos de pena, pero por suerte su mente tiene esperanzas en este instante cuando sus oídos oyen como alguien golpea la puerta y la voz de ese carnicero de escucha desde el otro lado.

Sus ojos azules se mueven hacia los rostros confundidos de los tres hombres y inmediatamente en su mente es conciente de el peligro que puede sufrir el carnicero al intentar involucrase en esta situación. No quiere que Jeongguk resulte herido por esos cínicos hombres.

Los golpes en la puerta provoca que esos hombres observen a Park con una sonrisa ladina en sus rostros, cuando escuchan como ese hombre al otro lado de la puerta le ruega con cariño que abra la puerta, y no dudan en que ese hombre se puede tratar de un posible amante del ángel.

Eso lo hacia más interesante.

El líder de la pandilla tomó el rostro del rubio y lo estrujó en su mano mientras sus belfos le susurra tan cerca como también en tono amenazador lo que debe hacer ahora.

—Parece que tienes un amante, ¿verdad? No importa lo que respondas, todos los que intenten ayudarte también pueden sufrir junto contigo. Solo finge que nada ocurre aquí si no quieres que él también sufra. — El líder sacó una navaja de su bolsillo y con esta rozó la mejilla del rubio, dispuesto a herir a Jeongguk si le cuenta la verdad de lo que ocurre.

El ángel cierra fuerte sus ojos cuando siente el roce del filoso objeto sobre su piel en su rostro y no tiene más opciones que asentir ante lo que le pide. Después de todo, ellos saben que Park tarde o temprano podría tener a alguien que se preocupe por él, pero no podían permitirlo porque ese bailarín siempre sería de ellos, y eran tan egoístas que deseaban negarle a toda costa la felicidad al ángel.

Los tres monstruos se aproximan a un gran armario del camerino y se encierran dentro para ocultarse del posible amante que Park tiene tan preocupado desde el otro lado de la puerta. Sus sonrisas torcidas y cínicas disfrutan de lo que pueden observar desde adentro del armario, pero rápidamente se desvanecen cuando sus ojos observan de quién se trata el amante del ángel.

Ojos grises, cabello azabache y largo, cuerpo alto e fornido, tatuajes y con un rostro rudo gracias a la expresión molesta que lleva en su rostro. Inmediatamente uno de los tres monstruos del armario puede reconocerlo cuando fue con el que chocó antes de perseguir a Park. El líder de los monstruos voltea un poco asombrado hacia su compañero que se encuentra de la misma forma.

Era un verdugo del bar, de mismísimo clan que lo administra.

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