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XXXIII: Pequeño carnicero.

❝La sangre se escurre de las pequeñas manos de un niño que no encuentra el camino a casa.❞

Jeongguk era un hombre duro y con una actitud nada amigable, pero bajo su fachada de rudeza había una historia dolorosa que pocos conocían.

Abandonado frente a una iglesia cuando era solo un bebé, había sido criado por las monjas que lo encontraron en la puerta. A pesar de que le dieron un hogar y cuidado, siempre se sintió solo y abandonado, especialmente cuando llegó otro bebé y las monjas parecieron olvidarse de él. Pero esto fue algo que sucedió con el tiempo, ya que ahora era él era el centro de atención en esta noche fría de invierno.

Todas las personas solían decir que no sería el hombre útil en el futuro, incluso al leer sus ojos podían adivinar que su futuro era mediocre y pobre como la vida que llevaba desde niño.

¿Quienes pueden ser los padres de un bebé tan descuidado como este?

Los susurros de todas esas monjas de la iglesia solo se basan en ese pequeño bebe recostado dentro de una canasta con una pequeña cobija que lo envuelve del frío de la noche de invierno. Su llanto se provoca cuando siente que lo han abandonado y no piensan volver nunca más por él.

Las monjas lo observan con pena cuando era tan solo un pequeño y desafortunado bebé dentro de una canasta, la cual la colocaron sobre una mesa de la cocina mientras todas observaban y oían su llanto triste.

¿Donde lo han encontrado? — Preguntó una monja entre tantas que se encontraban allí. Su tono dulce y triste refleja empatía por ese pequeño recién nacido.

Bajo el frío de la noche de invierno y frente a la puerta de esta iglesia, abandonado como si fuera algo no importante en la vida de quienes se atrevieron a dejarlo de esta manera..— Respondió una moja cerca de la canasta, quien rescató al bebé de la puerta.

¿Que haremos con él? — Preguntó otra moja diferente, una que se aproximó hacia las demás.

—No pienso abandonarlo como sus padres lo han hecho.. no a este pobre bebé, merece que dios le dé otra oportunidad para seguir aunque sus padres fueron su primera oportunidad que perdió para continuar con su vida. Yo le daré la vida a este pequeño.

La monja que lo salvó se negó a dejarlo, sus ojos marrones se conectan con los pequeños ojitos grises de ese bebé que se abren y su llanto se acaba cuando observa alguien diferente a sus padres, alguien que le sonríe por primera vez y eso llama la atención del recién nacido.

Sus pequeñas manitos de bebé se extendieron con torpeza por el aire mientras sus labios balbucean y todas las monjas suspiran de ternura cuando esté pequeño bebé es tan adorable. Aún no comprenden como es que pueden abandonarlo de esa forma.

—Lo cuidaremos desde ahora.

Todas las monjas asintieron ante las palabras de aquella monja mayor que lo salvó y luego está misma desvío su mirada hacia el pequeño bebé que aún extendía sus manos en busca de alguien quien lo abrace cuando se siente solo. No podía negarse a no abrazarlo, es así que su manos lo toman con cuidado y lo sostienen entre sus brazos mientras contempla esos bellos ojos grises observarla.

El ambiente era tan silencioso que fue interrumpido por el sonido de la puerta de la cocina al abrirse y permitir que un joven sacerdote se adentrará dentro con un rostro confundido cuando las lenguas hablan rápidamente de un bebé que fue abandonado frente a la iglesia.

Sus ojos se encuentran con los ojos grises de ese bebé y se asombra cuando era la primera vez que veía a un recién nacido poseer esos ojos pero también era la primera vez que alguien abandonaba a uno frente a la iglesia.

¿Quien se atrevió-

Pero la monja mayor con el bebé en brazos interrumpió la pregunta del sacerdote antes de que acabará completamente.

No hay respuestas para todas las preguntas que tenemos, simplemente ha sido abandonado sin saber la verdad porque nunca sabremos la verdad de sus padres.

El sacerdote aproximó su mano hacia el pequeño rostro del bebé y acarició su mejilla con sus nudillos. Era tan suave pero también demasiado fría por la noche de invierno que sufrió al ser abandonado. Después de tocar su mejilla y oír lo que las monjas dijieron de este pequeño bebé, su mente pensó en voz alta por primera vez cuando era injusto que un pequeño como este reciba una vida de esta forma.

—Este niño necesita un ángel a su lado.

Todas las monjas voltearon a verlo confundidas mientras algunas se detenían de sus oraciones de rezo para ese bebé. En sus rostros se refleja la confusión que sus mentes tienen.

Pero el sacerdote no se avergonzó de pensar en voz alta ante las miradas de todas las monjas. Su sonrisa se dibuja en su rostro cuando ese bebé también lo hace cuando parece oír sus palabras.

Los años pasaron, las monjas solían decir que Jeongguk era un niño travieso, solo le encantaba correr por la iglesia y esconderse de todas las monjas cuando era la hora del baño. Jamás lograban atraparlo y solía escabullirse demasiado bien.

A los ocho años, el pequeño azabache experimentó su primera herida a causa de un cuchillo filoso que el mismo cocinero de la iglesia dejó sobre la tabla de madera. Jeongguk solo observaba como el cocinero cortaba en finas rebanadas los vegetales sin esfuerzo y dedicación.

Sus ojos grises no se despejaban de aquel cuchillo hasta que el cocinero lo colocó sobre la tabla cuando una monja se adentró en la cocina con un papel sobre el menú principal de la cena de esta noche, que llevaría a cabo como una celebración en la iglesia. El cocinero tomó el papel mientras platicaba con aquella mujer sobre su menú especial de esta noche.

Mientras ambos se encontraba platicando, Jeongguk se bajó de su asiento para caminar hasta donde se encontraba el cuchillo, con su objetivo de tomarlo y intentar cortar un vegetal pero falló. La monja desvío su mirada rápido cuando escuchó un grito de dolor provenir detrás de sus espaldas y el cocinero volteó preocupado, observando como Jeongguk se había lastimado su dedo índice, del cual brotaba demasiada sangre que asustaba al pequeño.

Luego del accidente, los años volvieron a pasar hasta que cumplió diez años y todo cambió cuando conoció a su mejor amigo, Taehyung, quien formó parte de su solitaria niñez.

Los días en lo que Jeongguk rezaba, las monjas no solían hacerlo. Nadie estaba a su lado cuando tenía que rezar, ni siquiera se sentía acompañado cuando lo hacia. Todo ocurrió porque un bebé fue encontrado frente a la puerta de la iglesia de la misma forma que él, entonces la monjas comenzaron a excluirlo y darle mucho más cariño al bebé mientras que él solo era ignorado.

La soledad lo llevo a buscar nuevas personas, lo llevó a conocer aquel niño que formaría parte de su vida hasta ser adultos. Jeongguk solo observó como un pequeño de cabello castaño, jugaba solo en un parque mientras salvaba y corría imaginando ser un pirata en un barco. Taehyung solía decir que era mejor jugar solo que con niños malos, también solía escaparse del orfanato en el que viva solo para jugar a ser un pirata porque los niños malos del sitio solían molestarlo por su imaginación de niño.

Es por eso que siempre jugaba solo, solo con su espada de cartón y sombrero de pirata del mismo material sobre su cabeza. Algo que fascinó a Jeongguk la primera vez lo vio.

Taehyung solo jugaba mientras que habla en voz alta y imitaba la voz de los monstruos contra los que luchaba en su imaginación de niño. Solo corría y saltaba por todo el parque mientras los ojos grises del azabache lo siguen por todo el sitio hasta puede sentir su mirada sobre él.

Jeongguk se acercó lentamente sin quitar su mirada de aquel niño mientras sus labios intentan decirle algo. Taehyung fue le primer niño en oír sus primera palabras de interacción.

“Quiero Ju-jugar.. quiero jugar."

“No puedes jugar.. no eres un pirata como yo.”

Taehyung le dió una mirada rápida y luego continúo jugando solo mientras corría por el parque ignorando al niño azabache que lo perseguía por todo el sitio, sin darse por vencido cuando lo rechazó.

Es así que el pequeño Jeongguk corrió detrás de él pero se tropezó y cayó al suelo, lastimando sus rodillas, por culpa de sus pies.  Sus lágrimas crecieron en sus ojos cuando el dolor y el rechazo era el motivo de sus lágrimas.

Al oír sus llantos, Taehyung desvío su mirada hacia el pequeño Jeongguk, quien lloraba ante su rechazo y eso provocó que su corazón diera un vuelco cuando fue el culpable de hacerlo llorar. El pequeño niño castaño se acercó al niño de las lágrimas.

En su mente, se regañó a él mismo ser tan malo con un niño como el. Solo se colocó en cuclillas frente a Jeongguk, luego sus manos limpiaron las lágrimas que caían en sus mejillas.

No llores, lo siento, perdón.. ” Susurró el niño castaño mientras sus dedos limpian cada lágrimas que Jeongguk deja caer de sus ojos. Su llanto y su hipo se mezclan.

Pero su llanto nunca cesa, y no importa cuánto se disculpe con el pequeño niño, este jamás logra detener sus lágrimas. Hasta que una idea surgió en la mente de Taehyung, quien se colocó de pie nuevamente para imitar un pirata con un tono de voz de un hombre rudo que sonaba muy gracioso.

No se atrevan.. no se atrevan a reírse de mi compañero.. ya no llores, los peces y las sirenas de este océano se rieran de ti.”

Jeongguk dejó de llorar cuando Taehyung comenzó a actuar como un pirata mientras movía su espada por el aire como si atacará a todos esos peces que se reían de su nuevo amigo. Una risilla divertida se escapó de los finos labios del azabache cuando era divertido observar a Taehyung jugar como pirata, y Tae adoraba ver la sonrisa de ese pequeño azabache.

Es así que ambos se volvieron muy cercanos, cada día, cada hora y cada momento, ambos solían jugar en el parque hasta que un día no encontró a Taehyung en el parque como todos los días.

Los días pasaron, Jeongguk rezaba todo el tiempo frente al altar pero siempre se encontraba solo, nadie podía rezar con él porque en realidad nadie quería hacerlo, hasta que alguien se acercó por primera vez con un colgante de fé entre sus manos, listo para ser un obsequio.

Los ojos de Jeongguk se desvían del altar cuando siente como alguien se coloca a su lado, observa al hombre a su lado y su rostro no puede evitar verse confundido. Es así que intentó alejarse de ese hombre pero este mismo lo detuvo con sus palabras que captaron su atención.

No temas.. solo quería estar junto a ti.. no puedo evitar pensar en lo solo que te sientes al rezar..

El sacerdote lo observó con una leve sonrisa, en sus ojos hay empatía por lo que ese pequeño niño suele pasar cuando se encuentra solo frente al altar mientras reza cada día sin nadie a su lado. Sus palabras continuaron mientras extienden el colgante entre sus mano hacia aquel niño.

Es un regalo de mi parte.. un colgante que puedes llevarlo toda tu vida y jamás te sintieras solo de nuevo.

¿Un regalo?

El sacerdote asintió con una leve sonrisa mientras aproximó aquel colgante al niño y luego se colocó en el cuello por encima de su cabeza, Jeongguk lo tomó en la palma de su mano y lo observó asombrado de lo bonito que era ante sus ojos.

Esta hecho de plata con algunas pintas de dorado, es un colgante muy bonito que tendrás que llevar toda tu vida junto a la misión que tengo encomendarte.

—¿Una misión? ¿Que es una misión? — Preguntó el pequeño azabache.

No te preocupes por saber que es una misión, mejor debes saber que es lo que tendrá está misión para ti..

Jeongguk observó al sacerdote alejarse de él y lo siguió con la mirada hasta verlo sentarse en una de las bancas de la iglesia. El pequeño azabache solo siguió sus pasos hasta sentarse junto a él.

Puedo oírlo, sacerdote.

El hombre asintió una vez más antes de continuar.

Entonces.. tu misión en tu vida es algo puede cambiarla completamente.. solo tienes que encontrar lo que te diré junto al colgante de tu cuello.

—¿Que debo buscar, sacerdote?

—Seré claro como el agua y rápido.. solo debes buscar a un ángel, pequeño Jeongguk.

Pero el nombrado se sintió confundido y en su rostro se dibuja la duda cuando su pequeña ceño se frunció ante las palabras de aquel hombre.

—¿Un ángel? ¿Que es un ángel, sacerdote?

Demasiadas preguntas pero solo existe una respuesta. Un ángel es un ser divino, especial y celestial, habita el hermoso cielo azul y sus grandes alas pueden abrazarte para consolarte cuando siempre te sientes triste, siempre pertenecerá a tu vida una vez que lo encuentres.. pero en realidad el debe encontrarte a ti primero. El no se negaría a dejarte solo jamás pero tú debes protegerlo.

Y aunque aquel sacerdote explica al pequeño Jeongguk sobre los ángeles, los susurros a sus espaldas son escuchados. Puede oír como las monjas susurran sobre la interacción que ambos tienen y puede sentir sus miradas provenir detrás de las paredes de la iglesia cuando esas mujeres no hacen más que espiarlos.

No es un buen sacerdote.

Susurran las monjas en la distancia y entre ellas detrás de sus escondites mientras observan como el pequeño Jeongguk sonríe hacia el sacerdote, quien se la devuelve pero solo fingió sonreir para no demostrar su triste expresión en su rostro, cuando todas esas monjas solo lo juzgan todo el tiempo.

¿También tienes un ángel, sacerdote?

Pero el hombre no supo responder rápido ante su pregunta, en su mente solo existía el triste recuerdo cuando conoció y tuvo un ángel en su vida que con el tiempo ambos tuvieron que separarse cuando su ángel dió su último respiro.. algo que solo los obligó a separarse pero aún así siempre lo recuerda. Y por esta vez, solo mintió.

Yo tengo un ángel que ha iluminado mi vida y espero tu también puedas encontrar el tuyo, pequeño Jeongguk.

El pequeño niño sonrío alegre ante sus palabras antes de tomar el colgante en sus manos y nunca quitó su sonrisa cuando imaginó atrapar a un ángel para protegerlo.

Voy a pedirle al ángel que sea mi amigo.

El sacerdote solo sonrío ante las palabras alegres y emocionadas del niño.

El puede ser todo lo que desees, solo tienes que cuidarlo, el también tiene sentimientos como tú.

Después de aquella plática entre ambos, Jeongguk se preocupó de que los días que pasaban, jamás ha visto de nuevo a Taehyung en aquel parque en el que solía jugar. Por un momento, recordó las palabras de aquel niño castaño que le decía perfectamente que solía escaparse de un orfanato para jugar en el parque. Sus ojos grises observaron los alrededores del parque hasta encontrar una casa grande y alta a unos metros de su ubicación.

Luego de eso, no dudó en correr hacia allí en busca de su amigo. Corrió, corrió y corrió hasta encontrar la casa frente a sus ojos, solo se aproximó a la puerta de esta para tocarla pero unos gritos de niños en el patio trasero captaron su atención. No tuvo más opciones que seguir lo que llamó su curiosidad y caminó hacia un lado de la casa, dónde logró escabullirse entre unos arbustos hasta toparse con un tejido de alambre, el cual lo tomó entre sus dedos pero solo para recargarse un poco contra este y intentar observar lo que ocurría en el patio.

Los gritos que captaron su atención, provenían de unos niños malos que solo molestaban a un niño castaño de rodillas mientras lloraba cuando sus ojos observaban, como uno de esos niños que lo molestaban, rompió su espada de pirata hecha de cartón y gracias a esto, Jeongguk reconoció al niño molestado como su mejor amigo.

Sus ojos grises se volvieron un poco oscuros al observar como esos tres niños solo destruían la imaginación de Taehyung rompiendo su espada y sombrero de pirata, para luego arrojarlo al suelo para pisarlo bajo sus zapatos mientras reían con burla.

Taehyung solo podía llorar mientras sentía que toda su diversión y imaginación se acabó completamente. Fue así que sintió demasiado miedo cuando un niño lo tomó de sus ropas para intentar golpearlo pero el grito de alguien más llamo la atención de esos niños molestos, Jeongguk grito el nombre de mejor amigo para salvarlo.

El pequeño niño castaño volteó su cabeza hacia la dirección de Jeongguk y negó cuando los niños lo dejaron en paz cuando cambiaron de objetivo esta vez. El objetivo era ese niño azabache al otro lado del tejido.

Las lágrimas de su mejor amigo fueron muchas más cuando esos niños lo golpearon en lugar de Taehyung, quien lloró al tomarlo entre sus brazos y abrazarlo cuando apenas podía oír su tono de voz al hablarle.

“Te salve. ¿No es lo que lo mejores amigos hacen? ” Preguntó en un susurro el pequeño Jeongguk mientras apenas podía sonreír ante los ojos de su amigo, quien llora por el.

Fue la primera vez que Jeon se sacrificaba por salvar su mejor amigo, Taehyung, algo que este nunca olvidaría. Pero tampoco olvidaría el colgante de fé que Jeongguk llevaba en su cuello, y eso le indicó que dónde venía su mejor amigo.

Los niños del orfanato tienen prohibido ser amigos de un niño de iglesia. ¿La razón? Ninguno piensa de la misma forma.


𝐂𝐀𝐑𝐍𝐀𝐆𝐄

Los años vuelven a pasar nuevamente, la adolescencia llega para ambos mejores amigos que deben separarse por culpa de los mayores que los obligan a no verse por un largo tiempo pero Jeongguk no quiere dejar de ver a Taehyung, no quiere esperar ser un adulto para volver a verlo. Quiere vivir su adolescencia junto a su mejor amigo de su infancia, y haría lo que sea para rescatarlo del orfanato que lo mantiene atrapado.

Es por esto que, las monjas de la iglesia no permitían que Taehyung se relacionara con él solo porque venía de un orfanato diferente, y no de una iglesia.

Uno oído escucha las palabras de ese sacerdote que le indica como encontrar a su ángel, y su otro oído escucha como las monjas de la iglesia lo regañan todo el tiempo por seguir las palabras de ese sacerdote, pero no piensa oirlas nunca más, porque su actitud comenzó a cambiar y su mente busca la revelación.

No escucharía las palabras de esas mujeres, nunca más.

En la cena de la noche, como todas las noches, Jeongguk se niega a seguir la órdenes de la monja mayor de todas, quien el ordene que deje de escapar de la iglesia por las noches cuando solo suele regresar con sus manos cubiertas de sangre, y esto asusta a todas las monjas que escuchan.

—¡Dejaras de escaparte por las noches! ¡Nunca más podrás hacerlo! ¡Tus manos tienen demasiada sangre cuando regresas! ¡¿Que es lo que haces?! Tu desobediencia es una falta de respeto para nuestro dios.

El sacerdote bajo su mirada mientras oía como Jeongguk era regañado frente a todas las monjas como una humillación.

¿Aun no te has preguntado porque escapo por las noches? Al menos preocúpate un poco por mi.

—¿Que crees que hago, jovencito? — Preguntó la monja mayor mientras su mandíbula se tensa ante la inapropiada forma en que ese adolescente tiene el valor de responderle.

No se.. ¿Excluirme desde pequeño a la hora de rezar y en todo el día solo por otro bebé?

Ante sus palabras, una de las monjas se tomó el atrevimiento de responder en lugar de la monja mayor para calmar la actitud de Jeongguk ante una cena tan apreciada cómo está. Solo debían cenar en paz.

Ya basta, Jeongguk. No sé quiénes sean tus amigos fuera de la iglesia pero no están ayudando con tu comportamiento.. solo vete a tu habitación por esta noche.

Jeongguk sonrío con burla ante el rostro de esa monja pero no se negó en retirarse de la mesa cuando fue una orden. Solo se colocó de pie rápidamente, y arrojó la servilleta de tela, la que tenía sobre sus piernas, esta cayó sobre la mesa sin importar si algo se rompía por su culpa.

Antes de retirarse, sus ojos le dieron un vistazo rápido al sacerdote, quien mantenía su cabeza baja sin intención de ver al azabache a los ojos, y se marchó de la mesa con un poco de molestia. No iría a la habitación está noche porque escaparía de nuevo para ir a su trabajo nocturno.

Aún recuerda cuando logró obtener su primer trabajo, solo vagaba por las calles cuando sus ojos divisaron un letrero que se encontraba pegado en una pared de un callejón apenas iluminado y no pudo evitar aproximarse para leerlo con atención.

¿Tienes buen estómago? Para cortar un buen trozo de carne, debes tener un buen estómago. Es así que nuestro trabajo necesita nuevos carniceros.. ven a nuestro lugar.

Solo tuvo que arrancarlo de aquella pared, luego lo guardó en el bolsillo de su sudadera antes colocarse su capucha y emprender un largo camino hacia aquel sitio que indicaba el letrero. Sus ojos solo lo buscaron por la zona hasta que lo encontró y su mente no se negó en adentrarse con confianza en el local donde solo podía oírse el sonido de cuchillos como también cierras cortando trozos de carne para todos los clientes que se encontraban esperando sus carnes.

Mucho de esos clientes le dieron una mirada rápida al azabache, quién llevaba su capucha ocultado su rostro para pasar por desapercibido en una carnicería cómo esta. No quería que pensaran que era demasiado joven para entrometerse en un sitio sangriento como este, solo quería un trabajo y lo necesitaba cuando pensaba en el dinero que podía obtener.

Solo debía mentir sobre su edad y aparentar ser un adulto si deseaba el trabajo.

¡Hey tu! Llevas parado ahí hace minutos.. ¿Que tipo de carne deseas comprar? — Un hombre carnicero llamó su atención desde atrás del mostrador de carnes y esperó por la respuesta del azabache.

Pero Jeongguk tenía solo una respuesta clara y fácil. Sus pasos se aproximaron frente al mostrador como también frente a los ojos de ese carnicero rudo que esperaba su orden pero su rostro cambió cuando el azabache sacó el letrero de su bolsillo y lo enseñó frente a su rostro.

Oh.. ¿Quieres trabajar aquí, eh? Entonces puedes hablar con el jefe.. pasa.

El hombre carnicero subió una tabla de madera a un lado del mostrador y esperó a que el azabache se adentre para luego cerrarla detrás de este.

Solo continúa el pasillo, encontrarás un cuarto de refrigeración de carnes. No te asustes si ves muchos hombres cortando carne, son los carniceros. Estoy seguro que encontraras a nuestro jefe allí.

Jeongguk asintió antes de encaminarse por un pasillo hasta llegar al final de este y encontrar a muchos carniceros haciendo su trabajo en diferentes mesas, pero sus ojos se desvían de sus trabajos para observar a un nuevo carnicero que pronto sería el mejor de todos.

La plática con el jefe de la carnicería no fue demasiada extensa pero si difícil para inventar las mentiras necesarias para obtener el trabajo que deseaba cuando la paga era realmente excelente. Desde ese día, han pasado seis meses desde que se ha vuelto un carnicero pero cada día que pasa, su mente recuerda porque hace todo lo que hace, y no es nada más ni menos que por su mejor amigo. Con el tiempo lograría rescatar a Taehyung y con el dinero suficiente que ganaría en su trabajo, entonces podrían escapar y vivir solos por un largo tiempo.

Cada trozo que su cuchillo corta, es una nueva separación de aquellos tejidos que derraman sangre sobre la tabla de madera en la que trabaja mientras escucha como sus compañeros platican sobre sus sueños que desean cumplir y es así que uno de ellos lo invita para conversar juntos. Jeongguk no se niega y deja su trabajo por unos minutos mientras se encamina hacia ellos, con cada paso que da en su dirección, limpia sus manos en el delantal blanco de cocina.

Toma asiento junto a sus tres compañeros y no rechaza un cigarrillo que uno de estos le ofrece, solo lo toma para colocarlo entre sus delgados labios y se acercó a su compañero para que este lo encienda con su mechero, luego esto le agradeció por ello.

Le dió una calada mientras oía como sus compañeros hablaban sobre poder cumplir con sus sueños cuando logren salir del trabajo como carnicero que tenían para vivir una mejor vida.

Mi sueño es casarme con la mujer rica que vino a esta carnicería... Ella me miró cuando yo lo hice.. aún tengo esperanzas de que ella vuelva por mi.

Jeongguk sonrió ladino al oírlo, sus ganas de reír fue ocultada con una profunda calada a su cigarrillo mientras oía como sus otros dos compañeros reían ante las palabras de ese ilusionado carnicero, quien se demostró molesto por aquellas risas.

No se rían. Ahora solo dime, Jeongguk. ¿Cuál es tu sueño?

—Salvar a mi mejor amigo de un orfanato y poder vivir juntos con el dinero que gane aquí. Aunque no lo crean.. este trabajo ha comenzado a gustarme demasiado.

Los tres hombres sonrieron ante sus palabras y asintieron cuando era un sueño muy bonito de cumplir. Salvar a un mejor amigo era algo realmente bueno y admirable.

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