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XXXI: Enemigos.

❝El solo está celoso de nosotros, cariño.❞

Todo estaba fuera de control en pocos minutos, Jeongguk realmente no le agradaba en absoluto ser empujado de esa forma. Su actitud impulsiva lo lleva a hacerse respetar cuando ser empujado de esa manera era una falta de respeto.

Junseo tenía que admitir que ese hombre azabache comenzaba ser una molestia entre el y Jimin. Sus celos no tardaron en llegar cuando Jeongguk era un hombre atractivo y fuerte, y por ende, era una verdadera competencia a la que no dejaría ganar esta pelea.

El primer puño del soldado golpeó la nariz de Jeongguk, logrando que esté último retroceda hasta chocar con su espalda contra la barra mientras se tomaba la nariz y poco a poco sintió como algo se delizaba fuera de sus fosas nasales. Una gota de ese líquido cayó en la palma de su mano y se dió cuenta de que se trataba de gotas de sangre.

El ángel intentó detenerlo cuando se preocupó por esa sangre que salía un poco de la nariz del azabache pero este último se negó a detenerse y esquivó las manos del rubio que intentaban detenerlo.

No golpeas nada mal, bastardo.— Escupió el carnicero mientras limpia la sangre de su nariz con la manga de su chaqueta.

No olvides que soy soldado.

Como si tu profesión pueda hacerme temblar de miedo.

Y tan pronto Jeongguk se recuperó, todos los sobrevivientes a su alrededor comenzaron a gritar y dar ánimos a la pelea, incitando a la violencia como show de entrenamiento cuando los bailarines exóticos ya no se encontraban bailando sobre la plataforma pero si podían observar lo que ocurría. Doyun se detuvo de hacer lo que hacía para observar lo que ocurría y se sintió confundido cuando ese hombre nuevo jamás lo vio antes en el bar.

¿Quien es ese hombre peleando con Jeongguk? Se preguntó en su mente hasta que su mirada se desvío hacia un Park algo asombrado y comprendió lo que sucedía.

Sus ojos verdes siguen al azabache moverse hacia desconocido, sus manos empujan a este para luego darle un golpe en su nariz como venganza de golpear la suya, provocando un sangrado en el rostro de ese hombre extraño.

Junseo no piensa en detenerse aunque siente que la sangre cae de sus fosas nasales y esquiva el puño del contrario para regresarle el golpe pero esta vez en su mejilla pero eso tampoco parece detener a Jeongguk cuando ambos sienten la misma adrenalina recorrer por sus cuerpos.

¿Por qué eres tan duro de derribar?

Jeongguk sonrío satisfecho de ser lo suficientemente fuerte como para soportar los golpes certeros y fuertes de ese soldado, quizá luego de esta pelea podría sentir el dolor de sus golpes pero ahora la adrenalina en su cuerpo provoca que ningún golpe duela.

Ante los ojos del soldado, esa sonrisa se vuelve una razón para volver atacar al azabache con más fuerza y no pierde tiempo en aproximarse con su puño en alto pero el carnicero colocó su bota en su abdomen, y lo empujó alejándolo antes de su golpe llegué a su rostro nuevamente, esto causó que Junseo caiga sobre una mesa vacía y rompiéndola cuando todo su cuerpo se recargó en esta.

Jeongguk fingió dolor con una expresión de dolor solo para referirse a la manera en la que Junseo cayó con fuerza sobre la mesa y luego al suelo. Eso debió doler demasiado, sin dudas no quiere estar en su lugar.

Todos los hombres gritaron animando al azabache por ser tan rápido con sus movimientos y darle a ese hombre lo que merecía cuando ya sabían que era un diablo gracias a las palabras del Jefe Verdugo.

Este hombre que ven sobre el suelo, es solo un diablo. ¡Un diablo en nuestro bar! —Jeongguk señaló a Junseo para obligarlo a ser el centro de atención que se llevó todas las malas miradas de todos los sobrevivientes.

¡Jeongguk! ¡Nada de eso está bien! — Gritó el ángel, intentando detenerlo pero los hombres a su alrededor de interponen en su visión y no logra ver ambos hombres peleando.

Pero el nombrado solo desoye las palabras de su ángel, cuando en sus ojos grises predomina la molestia combinada de celos hacía ese soldado, que lo observa algo furioso desde el suelo.

¿Quieres una mano, hombre? — Preguntó Jeon mientras se acerca hacia el soldado y extiende su mano, pero antes de que este último la tome, el azabache le da bofetada y luego patea su abdomen.

Junseo no puede evitar retorcerse cuando su abdomen es pateado, pero también intenta tomar su propia mano que arde por la bofetada que el carnicero le dió al engañarlo con ayudarlo, pero solo logró golpearla de un manotazo.

¿Por qué confías en que puedo ayudarte cuando tú golpeaste mi nariz? No eres bienvenido aquí.

Pero ante de darle una patada más, alguien se interpuso rápidamente cuando los gritos de los sobrevivientes lo alertan de algo que ocurre en el piso del bar, y baja rapido para encontrarse con toda la situación.

El ángel intentó interponerse cuando logró entrometerse entre tantos hombres hasta aproximarse, pero alguien más se aproximó más rápido con pasos molestos y tomó de la cintura al azabache para empujarlo lejos del cuerpo del soldado.

Jeongguk fue empujado con fuerza hacia otro lado y lejos de Junseo, pero antes de aproximarse nuevamente a quien lo empujó está vez, Jimin lo tomó de la cintura para atraerlo y pegarlo a su cuerpo para evitar más problemas cuando el jefe finalmente llegó.

¿Que demonios creen que hacen? ¿Luchando en el bar como si fuera una jaula de pelea? No en mi bar, señores.

Yoongi estaba demasiado molesto ante la situación. Su bar siendo utilizado como un ring de pelea era lo que lo enfureció. En su tono de voz se nota el enojo y la decepción de encontrar a sus sobrevivientes dando ánimos a una pelea, para que se cree más violencia en el ambiente.

Sus ojos gatunos se desviaron de cada rostro que ve de aquellos sobrevivientes carizbajo y arrepentidos de gritar por más violencia, cuando lo único que hacen es alimentar la violencia de Jeongguk, a quien Yoongi observó enfadado.

El quejido doloroso de Junseo capta la atención de Min y no tarda en observarlo sobre el suelo. Se aproxima a este y extendió su mano para ayudarlo pero el soldado la observó desconfiado cuando Jeongguk lo engañó con el mismo movimiento pero Yoongi fue diferente, el movió su mano para que la tomara y no se negó.

El soldado de colocó de pie gracia al azabache de la cicatriz en su ojo, luego de eso sacudió sus ropas ante los ojos de Yoongi y eso lo delató una vez más.

¿Eres un diablo?

—Algo así.

Min lo observó de arriba abajo con una sonrisa ladina y luego regresó a su rostro antes de continuar.

¿Por qué un diablo estaría en un bar solo para el clan Verdugo? Eres nuestro peor enemigo.

Junseo soltó un suspiro.

Lo sé, pero solo buscaba alguien. ¿Eres Min Yoongi, verdad? Lamento lo que sucedió con tu padre por culpa del clan Diablo, ellos me lo han dicho.

Pero Min solo asintió por sus condolencias por la muerte de su padre pero aún así no se lo tomó de mala manera y extendió su mano hacia Junseo, sorprendiendo a este cuando finalmente la aceptó y ambos estrecharon sus manos en un apretón de saludo.

Jeongguk soltó un bufido molesto mientras voltea sus ojos con molestia por lo que sus bellos ojos debían observar. El ángel sonrío en su dirección cuando en su opinión verlo voltear sus ojos de esa manera era lo más delicado y sutil que tenía como una de sus actitudes.

El rubio tomó un brazo del azabache y lo pasó por sus propios hombros para sentirse abrazado por Jeon al menos un poco mientras le permitía recargarse sobre su pequeño cuerpo como ayuda para no dejarlo caer en caso de que el carnicero se encuentre mal pero Jeongguk se sentía muy bien y aún más cuando ese ángel deseó tener su brazo sobre sus hombros.

¿No van asesinarme o si? — Preguntó Junseo mientras alejaba su mano del hombre de ojos felinos.

Tengo la razón para hacerlo pero no te ves como los demás diablo. Tú tienes una actitud diferente a ellos y eso me permite saber que ser diablo no fue una elección propia de ti.

El soldado abrió levemente sus labios algo asombrado por la deducción de ese hombre sobre su persona y luego sonrío un poco cuando su vida fue perdonada una vez más.

Ellos me obligaron para no asesinarme.

Yoongi sonrío un poco ante sus palabras pero no porque realmente se sentía contento de lo que sufrió ese hombre, si no de compasión.

—Debe ser muy cruel escoger entre ser un diablo o morir.

—Es doloroso. — Susurró Junseo.

Todos los sobrevivientes observaron con atención lo que ocurría mientras sus oídos no de pierden ninguna palabra. Doyun, aquel bailarín, se aproximó entre los hombres para observar mucho mejor la situación y cruzó sus brazos cuando desvío su mirada del hombre desconocido hacia Park con aquel caliente carnicero de pie mientras abrazaba al rubio con un brazo sobre sus hombros.

La mente de Doyun comienza a detestar nuevamente como es que esos dos siempre se encontraban juntos sin importar lo que ocurra a sus alrededores. Detesta la suerte que Park posee al conocer a un hombre tan atractivo como ese carnicero que su mente desea y deseará a partir de hoy todas las noches en su cama.

Dime.. aún no se porque te encuentras aquí. ¿Buscas a alguien? ¿Quien es? — Interrogó Yoongi, mientras se volteaba y daba unos cuantos pasos dándole la espalda hasta voltear nuevamente en su dirección, dispuesto a oír su respuesta.

Park Jimin, al bailarín a lado del hombre azabache.

Min observó al suelo antes de voltearse un poco hacia atrás y observar por encima de su hombro al rubio junto a Jeongguk. En su rostro se dibujó una leve sonrisa cuando todos parecen desear a Park como su Jefe Verdugo, Jeon, lo hacia. Sus ojos gatunos regresan al rostro de Junseo y sus hombros se encogen.

Parece que Jeongguk no es el único que tiene buenos gustos. ¿Tú también? Si que el encanto de Park es poderoso como para atraer hombres que incluso traicionan a su clan para buscarlo en el territorio de otro sin importar que pueda morir. ¿Que es lo que harás ahora, Park?

El ángel sintió la mirada de ambos hombres sobre él, la de Jeongguk y la de Junseo mientras ambos esperan por su respuesta que tanto les interesa en lo profundo.

Lo siento, Min, todo esto debió ser diferente si los detenía.

El daño ya está hecho.. una mesa rota, dos hombres golpeados y un bailarín siendo envidiado por otro cuando dos hombres pelean por el. — Dijo Yoongi desviando su mirada hacia Doyun, quien observaba a Jimin con molestia.— ¿Algo que decir, Doyun?

Pero Doyun solo observó a Min en silencio hasta alejarse de la situación y desaparecer entre los hombres, sintiéndose completamente avergonzado de ser el centro de atención por unos segundos cuando fue descubierto observando con mala cara a Park, quien se percató de esto pero no hizo más que permanecer en silencio.

Min regresó su mirada hacia Junseo para continuar con lo último que tenía en mente.

Tu cuerpo debe doler pero creeme que Jeongguk hace un buen trabajo defendiendo el bar como todo un Jefe Verdugo pero te recomiendo que no vuelvas a toparte con el. Sigueme a mi oficina..

El azabache de la cicatriz le hizo una señal a Junseo y luego hizo pausa silenciosa mientras desvía su mirada de aquel hombre antes de continuar con sus ojos observando a todos los sobrevivientes, uno por uno.

Hombres, hombres, hombres... Soy un hombre también pero no creo que pelear solucione sus problemas. — Expresó Min mientras da unos cuentos pasos en el círculo que todos los hombres formaban a su alrededor.— Jeongguk tendrás que explicar esto luego... Park solo resuelve tu problema con este hombre que ha venido por ti luego de nuestra reunión y el resto de todos ustedes vuelvan a sus asuntos.

Yoongi dió unos cuantos aplausos al aire para que todos regresen a sus asuntos mientras hacían como si nada hubiera ocurrido aquí, luego de todo esto, hablaría con Jeongguk sobre la situación. Pasó por el lado del azabache cuando se encaminaba hacia su oficina nuevamente pero antes de dar un paso más, se paró a un lado de Jeongguk.

Si yo fuera tú, dormiría con un cuchillo en bajo de mi almohada. Este hombre podrá ser un diablo pero jamás olvidaremos lo que hacen. — Susurró Min a su lado y luego continúo su camino seguido de un Junseo que no escuchó sus palabras.

Jeongguk chocó su hombro con el de Junseo cuando este último pasó por su lado mientras lo observaba celoso por tener a Jimin a su lado y siguió los pasos de Yoongi.

Sin dudas, tenía un nuevo enemigo, y realmente fuerte.

𝐂𝐀𝐑𝐍𝐀𝐆𝐄

Cuando ambos se adentraron en la mejor habitación de alojamiento del ángel, Jeongguk se congeló en su lugar para contemplar el armario costosos, cama matrimonial y gran ventana de lujo que ese rubio poseía en su habitación.

—No puedo creer que tengas la mejor habitación.. Yoongi hizo excepciones contigo.

El ángel cerró la puerta detrás de su espalda, luego se recargo sobre esta cruzando sus brazos mientras sus bellos ojos observarán de arriba abajo a Jeongguk, con una pizca de deseo que el azabache descubre cuando se voltea en su dirección.

Yoongi no hizo excepciones.. fui yo quien la pidió.

El tono de su voz es dulce como también cálida. Las expresiones de su rostro son relajadas como su cuerpo, cuando se encuentra solo con ese carnicero y encerrados en una misma habitación, donde las cuatro paredes no le permiten escapar.

Jeongguk apretó sus labios antes de sentarse en la orilla de la cama. Al inclinarse un poco hacia adelante y colocar sus codos sobre sus muslos, su nariz comenzó a gotear nuevamente cuando creyó que realmente se había detenido minutos atrás.

Ante la mirada del ángel, la preocupación creció en el ambiente y en lo profundo del bailarín, quien tomó la mochila de Taehyung que se encontraba cerca de la cama y buscó el botiquín que guardaba dentro.

¿Por qué tienes la mochila de Tae aquí?— Preguntó el carnicero, mientras sus ojos siguen al ángel que se arrodilla frente a él y sobre el suelo para luego abrir el botiquín.

Me pidió que la oculte aquí mientras el se encargaba de la misión que Yoongi le dió junto a otros sobrevivientes.

No puede irse sin nosotros.. ¿Donde fue?

Jimin tomó un poco de alcohol y lo volvió un pequeño bollito para luego intentar colocarlo dentro de la fosa nasal del carnicero pero este último esquivó su mano, preocupado por su mejor amigo.

Tranquilo... Taehyung dijo que iba a servirle a Yoongi para que ambos podamos permanecer aquí junto a ti el tiempo que sea necesario.

El ángel intentó acercar su mano nuevamente pero Jeongguk la tomó sin ser fuerte mientras sus ojos observan los suyos en silencio, para luego continuar cuando podía ver la preocupación en los ojos del azabache.

No te preocupes, Jeongguk, yo también podré servir a Yoongi. Pienso bailar en este bar como show de entrenamiento para pagar el alojamiento.. no me desagrada.

—No tienes porque bailar para todos esos hombres. ¿No has visto como te ven?

Pero ángel no se siente mal, es algo que en su vida es tan normal pero no debería. Todos aquellos hombres mueren por tenerlo pero él no quiere ser de ningún hombre de este bar, solo quiere ser del hombre que se encuentra frente al océano de sus ojos azules.

—Ellos me observan como todos los hombres me han observado por mucho tiempo.

Y el tono cálido de aquel azabache estremece su piel cuando le deja en claro que no es como el resto de los hombres.

Yo no te observo de esa forma.

Honestamente quiere saber cómo sus ojos grises lo observan por un minuto, y mientras su pequeña mano limpiar la sangre de su nariz, sus ojos azules se distraen con ese mirada suave con la que el contrario lo observa. Provoca que su cuerpo se sienta algo nervioso y tragar saliva es un poco duro porque su respiración comienza a volver agitada por culpa de su corazón que late sin parar.

¿Cómo me observas realmente?

Sus rosados belfos gruesos susurran ante sus ojos, lentamente la pequeña mano del ángel se aleja del rostro del azabache cuando ya ha limpiado la sangre su nariz completamente. Contempla su rostro bello y marcado una vez limpio, no puede negar que conocer a este azabache era como conocer a un hombre con una belleza tan deseada.

¿Y tú como me observas realmente...?

La pregunta de Jeongguk se responde por si sola cuando en el reflejo de los ojos de Jimin, puede observarse a él mismo en un reflejo de mirada dulce con una pizca de lujuria y deseo.

Como mis ojos te observan ahora mismo...

Tomando la iniciativa, Park se coloca de pie luego de estar sobre sus rodillas sobre el suelo, sus ojos nunca pierden de vista el rostro del contrario que lo observa por debajo de sus pestañas y sigue sus movimientos.

Los movimientos de su cuerpo sensual, esbelto y delgado están bajo la mirada de Jeongguk, no lo detiene cuando el ángel coloca una rodilla sobre la orilla de la cama y entre sus piernas para luego abalanzarse suavemente sobre el cuerpo del azabache.

Sus rostros se encuentran a centímetros cuando sus cuerpos caen sobre la cama, uno sobre otro mientras sus ojos se observan mutuamente. Ante los ojos azules, su bella sonrisa nace y es por primera vez que observa a Jeongguk sonreir de una manera tan bonita que no existe nada más que una bella sonrisa con esos dientes de conejito que finalmente puede ver.

No es una sonrisa de burla, malicia, ladina o arrogante, es únicamente una sonrisa nueva que nunca vio antes y es tan bonita que se siente caer a los pies de ese carnicero con solo verlo sonreír.

Es bonito verlo sonreír desde arriba mientras que las pequeñas manos del ángel se colocan sobre la cama y a cada lado de la cabeza azabache del contrario para no aplastarlo con su cuerpo como sus piernas a cada lado de la cadera del mismo hombre azabache.

Si me besas ahora mismo, entonces serás el primer hombre que me observa diferente.

Susurraron sus belfos gruesos bajo la mirada de Jeongguk, quien lamió sus propios labios sintiendo el impulso de besarlos tan fuerte que desea devorarlos completamente. Tragó duro la saliva que se encontraba en su boca cuando se sentía un poco nervioso por primera vez bajo la mirada de un ángel que se vuelve travieso y piensa entregarse en cuerpo.

Incluso su mano pequeña se entromete bajo su chaqueta y busca ese colgate de fé que cuelga de su cuello, para observarlo en su palma mientras que sonríe coqueto por tener la presencia de algo tan sagrado como Dios en la habitación.

Jeongguk observa el colgante en su mano, luego desvío su mirada hacia el rostro coqueto del rubio antes de colocarse sobre sus codos y tomar por la nunca al mismo para atraerlo a sus labios en un movimiento rápido para sentir una vez más sus labios sobre los suyos.

¿Y tú serías mi ángel esta noche?

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