XXVI: Ángel II
❝En la oscuridad, su ebriedad lo busca mientras que su conciencia se pregunta que hace realmente.❞
—
Las cobijas de la cama son tan suaves como cálidas. Dormir en una cama matrimonial era un lujo que por primera vez podía obtener. Su cabeza se permite relajarse sobre una cómoda almohada blanca mientras siente que poco a poco el sueño se va apoderando de su cuerpo y mente.
Ahora no importaba nada más. No importaba si Taehyung dormía en el sofá o si Jeongguk dormía junto a él, está noche era muy cómoda y cálida para pensar.
Entre su sueño y conciencia, sintió como el otro lado de la cama se hunde con un peso medianamente pesado. No tiene interés en voltearse sobre esta para observar de quién era el intruso en su cama, prefiere dormir sin saberlo pero tiene curiosidad que no permite que su mente se relaje.
Voltea lentamente su cabeza un poco hacia el lado contrario, encontrando los cabellos azabache de aquel carnicero sobre la almohada y todo su cuerpo dándole la espalda al dormir. Se encontraba en forma fetal, parecía tener frío cuando ninguna cobija lo cubría, y realmente tuvo la amabilidad de cubrir su cuerpo con la cobija que estaba utilizando para brindarle el mismo calor para acabar con el frío de la habitación.
Luego de eso, regreso a su posición del principio y procedió a cerrar sus ojos para descansar sin esperar un agradecimiento de parte del azabache, quien al darle la espalda, jamás supo que en realidad se encontraba despierto y sintió como ese ángel cubrió su cuerpo del frío ambiente.
El espacio entre ambos sobre la cama era demasiado, sus cuerpo se encontraban alejados y ninguno se observaba al rostro mutuamente. Preferían darse la espalda al dormir para evitar algún problema que evidentemente no existía pero Jeongguk se estaba ebrio y Jimin solo deseaba descansar.
Pero la oscuridad de la noche a veces se torna descarada. Sus ojos cerrados no desean observar la oscuridad de la habitación pero su cuerpo se estremece cuando puede sentir el descaro flotar el ambiente, ni siquiera lo piensa, no piensa moverse cuando alguien más a sus espaldas sobre la cama se mueve en su dirección.
Sus párpados se aprietan fuertes y se mantienen cerrados. Su piel siente un fuerte estremecer que recorre todo su cuerpo hasta que se detiene por el cálido tacto de una mano que se posa en su hombro y voltea su cuerpo sobre la cama para encontrarse cara a cara con el intruso de su cama.
Su ebriedad lo impulsa a cometer actos que alguna vez también fue cómplice, la forma en que sintió sus belfos gruesos esa noche del motel provoca que en su ebriedad recuerde que puede hacer lo mismo que ese ángel. Quiere devolverle el acto que disfrutó mientras sentía que su cuerpo flotaba hacia el cielo cuando lo besó.
Jeongguk quería probar como se sentía besarlo cuando dormía, sentir que sintió aquel ángel cuando lo besó en el motel bajo su sueño. Y el ángel jamás se movió aunque se encontraba despierto con sus ojos cerrados, simulando dormir cuando solo quería saber que podría hacer el carnicero.
En lo profundo de la mente del bailarín siempre sabrá que el recuerdo de esta noche jamás será recordada por Jeongguk y su ebriedad.
Pero puede sentir como su rostro se aproxima al suyo, puede sentir el aliento cálido de sus labios finos chocar contra sus labios, y no piensa moverse porque ese carnicero lo mueve a su antojo. La forma en que el brazo de este pasa por debajo de su espalda alta y lo atrae a él, es demasiado para la mente del ángel.
Las manos del ángel sienten un pequeño picor por el impulso que quiere tomar para la iniciativa que su mente imagina pero deja que ese azabache haga lo que le plazca hasta que sus labios chocan mientras su mano cálida se posa en una mejilla del rubio y su otra mano por debajo de su espalda se mueve para tomar su cabello suave, enredando sus dedos entre sus mechones dorados.
Siente la fría piel de sus labios sobre los suyos y inmediatamente reconoce que sufre frío pero parece no importarle mientras que besar al ángel es mucho más importante que la fría noche de invierno. No niega su beso porque desea siempre aceptar como sus labios nuevamente deciden volver a los suyos.
Jeongguk susurró contra sus labios cuando el sonido de ambos belfos se separan luego de un corto beso. Sus dedos delgados acarician y quitan el mechón dorado que cae en uno de sus ojos cerrados, y sus ojos grises contemplan la belleza bajo la iluminación de la luna que se adentra por la ventana.
La belleza de un ángel.
La voz del pequeño Jeongguk resuena en la mente de este cuando recuerda como el sacerdote le señaló las belleza del cielo con aquellas nubes blancas que se mueven suavemente mientras todo el fondo detrás de estás era un bello color azul.
No importaba que la mejilla del ángel contenga una herida que le enfurece demasiado que aquel hombre cínico se atrevió hacer, está herida no lograba opacar su belleza. No importaba que su mejilla se encuentre herida, el ángel aún seguía siendo igual de lindo que el primer día que lo vió.
Sus ojos grises no se apartan del rostro del rubio adormecido pero no del todo, Jimin puede sentir su mirada sobre él, y no se siente incómodo pero tampoco se siente deseado porque en lo profundo desea que Jeongguk lo desee. Y no puede sentir que realmente lo desee cuando en su mente resuena la voz de Taehyung recordarle lo bello que se ve el cielo cuando es de día.
Puedo confesarte lo hermoso que es el cielo de día y cuando observas a esas bellas nubes blancas entonces te preguntas si existe algo más que un cielo bello detrás de esas nubes blancas...
Jeongguk acarició su mejilla mientras las palabras de Tae resuenan en la mente del ángel, quien frunce el ceño intentando entender y esto provoca que el carnicero detenga sus acaricias cuando capta aquella expresión pero nunca sospecha que se encuentra despierto fingiendo dormir.
Desea besarlo nuevamente, sus belfos gruesos lo llevan a la tentación que sus ojos observan con los ve y no puede resistir un segundo más antes de chocar suavemente sus belfos contra aquellos gruesos e exquisitos que nunca se arrepiente de haberlos probado.
No puede evitar probar sus labios un poco más hasta que su conciencia no puede seguir con su ebriedad porque después de ese beso, llega la inconsciencia y su cuerpo se desploma sobre el rubio sin aplastarlo del todo. El ángel abre sus ojos lentamente cuando el siente el peso del cuerpo del azabache pero no se queja en absoluto, solo suelta un suspiro antes de colocarlo a un lado sobre la cama y luego cubrirlo con una cobija.
Antes de voltearse para regresar a su posición actual y dormir, Jeongguk susurró dormido hacia Jimin cuando sus pequeñas manos acariciaron su cabello azabache antes de dejarlo dormir plácidamente.
—Sacerdote, los ángeles también son mi debilidad.
El ángel frunció su ceño, luego recordó las palabras de Taehyung resonar en su mente una vez más y todo parecía ser un rompecabezas que solo tuvo que solucionarlo en menos de un día.
—Jeongguk es un hombre que desde niño le encantan los... Ángeles.— Susurró el rubio, repitiendo y completando lo que Taehyung le contó sobre su mejor amigo.
Podía comprender que le gustaba, que le encanta y que lo enloquecía pero le era muy extraño que Jeongguk tuviera gusto por los ángeles. Sin embargo, el carnicero era un hombre creyente de la fé a dios y tenía demasiado sentido su gusto aquellos seres celestiales que se supone que existen el cielo. El gusto por aquellos seres existió desde que era tan solo un niño y ahora era un hombre con el mismo gusto que no se desvanece nunca de su mente.
Pero, si ese hombre tenía gustos como esos, ¿Que tipo de ángel debería gustarle? Porque sinceramente, el bailarín desconoce como se ve en realidad un ángel mientras que Jeongguk sabe cómo se ven y puede ver uno siempre a su lado con el ardiente nombre de Park Jimin.
A la día siguiente, no se encontraba nadie a su lado y sobre la cama. Aquel cuerpo qué observó en su estado de ebriedad la noche anterior, ya no se encontraba allí y podía oír voces entre risas en la sala principal.
Frotó sus ojos algo perdido después de soñar con besar a alguien durante la noche y en esta misma habitación. Negó un poco sintiéndose enloquecer entre lo que fue real o irreal en su mente porque poco a poco comienza a sentir el molesto dolor de la resaca, su cabeza duele demasiado y realmente se lo merece por beber todas la botellas que robó de ese bar.
Aunque su cabeza duela como el infierno, su cuerpo hizo un esfuerzo en colocarse pie como pudo aunque todo le diera vueltas alrededor y sus piernas no coincidan con lo que su cerebro les pide. Apenas puede caminar pero tiene suerte de no es demasiado como para caer al suelo y aproximarse al pasillo fue un gran avance hasta que se encaminó recargado sobre la pared de este para dirigirse a la sala principal, encontrando al bailarín y a Taehyung desayunando juntos por la mañana.
Ambos hombres callaron sus labios cuando desviaron sus miradas de sus platillos para observar al azabache dolorido y luego Taehyung se colocó de pie rápidamente para ayudarlo a tomar asiento junto a ellos en la mesa.
—¿Te duele la cabeza? ¿Quieres algo para el dolor?
Jimin bebió un sorbo de su café mientras oía como Kim intentaba aliviar el dolor de su mejor amigo, quien apoya sus codos sobre la mesa tomándose la cabeza con fuerza para intentar aliviar el dolor pero era imposible.
—Busca una medicina para su dolor. — Dijo el rubio hacia el castaño, quien asintió y se encaminó a las mochilas ubicadas en el garaje de la casa.
Ambos estuvieron solos nuevamente pero ninguna palabra era dirigida entre ambos porque Jeongguk realmente no tenía demasiado animos para hablar con un dolor de cabeza tan fuerte que provoca que quiera golpear su cabeza contra algo para acabarlo.
El ángel lo observa mientras su mano baja lentamente la taza de café hasta colocarla sobre la mesa con mucho cuidado de no provocar algún ruido que le afecte a Jeongguk por su sensibilidad. Pero no fue así, intentó no llamar la atención del carnicero pero este último desvío su mirada de los platillos de comida para observarlo por el rabillo del ojo con una pregunta que se asomaba a través de sus finos belfos.
—¿Tú y yo tuvimos sexo anoche?
Jimin detuvo su mano antes de tomar su taza de café de nuevo y escuchó su pregunta, su rostro no evitó no demostrar confusión y asombró ante lo que ese azabache interrogó sin vergüenza.
—¿Por qué lo preguntas? No fue así.
—Entonces debió ser un sueño. — Susurró Jeongguk mientras toma su cabeza dolorida, aliviado de que nada de eso ocurrió.
—¿Y lo dices tan tranquilo? — Dijo el bailarín en un tono un poco nervioso cuando le parecía imposible que Jeongguk pudiera esos sueños.
Aunque la conversación no fue tan larga y un poco descarada de parte del carnicero, Taehyung regreso tan rápido como pudo pero por suerte no logró oír nada de lo que ambos platicaron y le ayudó a Jeongguk a beber su medicina con una vaso de agua que colocó sobre la mesa frente a su visión para que lo tome.
Jeongguk tomó la medicina que su mejor amigo le extendió, la colocó en su lengua y su mano sujeto el vaso de agua para beber el líquido para ayudar a la medicina a pasar por su garganta. Solo debía esperar el efecto de la medicina para aliviar el dolor de cabeza que sentía de manera tan punzante y molesto.
Mientras tanto, el ángel lo observó nervioso mientras le daba un largo sorbo a su café. Su mente no podía olvidar y dejar de pensar en la pregunta que el carnicero se atrevió a hacer sin vergüenza. Seguramente sus mejillas se encontraban rosadas porque Taehyung lo observó preocupado pero Jeongguk.. el solo sonrío ladino sabiendo lo que provocaba en Jimin con solo una pregunta descarada.
𝐀𝐑𝐍𝐀𝐆𝐄
Su bota presionó el acelerador, el motor del vehículo rugió sin avanzar, ya que se encontraba aún dentro del garaje siendo examinado por los dos mejores amigos. Debían estar seguros de lo que funcionará correctamente antes de escapar de la ciudad.
Necesitaban prepararse para escapar de Orrinshire antes de que sea tarde, ya que se encontraban ocultos en una casa abandonada y también ocultos de todos esos hombres que no descansaban hasta encontrarlos sea a dónde estén. Pronto tendrían que investigar las casas abandonadas para estar seguros de que esos tres hombres no se encontrarán ocultos allí, y ese sería un problema.
—¿Ves algo malo? — Preguntó Jeongguk desde adentro del auto.
—No, está todo bien. — Respondió Taehyung, cerrando con fuerza el capó del vehículo.
—¿Todo bien? Que suerte porque hoy conduces.
El azabache bajó del vehículo y caminó hacia su mejor amigo para palmar su hombro con un seña de su cabeza hacia el vehículo.
—¿En serio?
—Hay un pequeño cambio en nuestro recorrido por hoy. ¿Quieres saberlo?
Taehyung asintió y Jeongguk se cruzó de brazos mientras su mirada se enfoca en el vehículo encendido.
—Iremos a una armaría, una tienda de armas. No te preocupes por buscarla, se encuentra marcada en el mapa. —Jeongguk señaló el asiento del conductor.— Sube al vehículo, espérame mientras me encargo de algo.
Taehyung sonrío en respuesta, tomó su mochila y se encaminó dentro del vehículo para esperarlo una vez dentro.
Mientras tanto, Jeongguk tomó su mochila de la misma forma y se adentró de nuevo en la casa a través de la cocina en busca de cuchillos como armas para protegerse de todos aquellos que intenten atacarlos, no quería que el y su mejor amigo resulten heridos si se encontraban con esos hombres nuevamente.
Sus manos abrieron algunos cajones de la cocina buscando con la mirada algunos cuchillos en buen estado para utilizar mientras que nunca se percató de que Jimin se aproximó a la puerta de la cocina que conecta con la sala principal. El rubio se recargo en el marco de la puerta observando como el azabache introducía cuchillos de cocina dentro de su mochila.
—¿Que harás ahora? — Preguntó el ángel ante sus movimientos en la cocina, Jeongguk le dió solo una mirada rápida.
—Deberías subir al vehículo.
Pero el bailarín se acercó a él, tanto que su pecho chocó contra el brazo de Jeongguk, quien buscaba más cuchillos en un cajón pero sabía que intentaba hacer el ángel acercándose de esa forma.
—¿Cuánto tiempo tendremos que seguir recorriendo hasta llegar a dónde quieres llegar? ¿Aún tienes en mente intercambiar armas a cambio de mi en la gran ciudad?
Jeongguk se detuvo ante sus preguntas, realmente su mente no recordaba lo que el ángel aún pensaba cada vez que los días pasaban. No recordó que el bailarín era parte de su plan, el que tanto pensaba en un principio pero ahora mismo su mente había perdido la noción del tiempo en el que llevaban recorriendo el camino marcado en el mapa pero habían ocurrido demasiadas situaciones en todo este tiempo que provocó que no recuerde tanto su plan de intercambiar al ángel por armas en la gran ciudad.
—Eso.. no recordaba ese intercambio.— Susurró el azabache sin observarlo a los ojos.
—Es lo que tú harías conmigo. ¿No lo recuerdas?
—Lo recuerdo ahora pero no es el plan ahora.
El bailarín lo observó al rostro aunque sus ojos grises no deseaban observarlo de la misma forma, sus ojos azules le reflejan un poco de tristeza y preocupación ante lo que el azabache pueda decidir ahora.
—Entonces, ¿Cual es tu plan?
Jeongguk tomó un cuchillo, y lo movió hasta colocarlo debajo del mentón del rubio, apuntando con la punta del filoso cuchillo en el cuello. Jimin se asombró un poco de tener un objeto filoso como ese cerca de su cuello.
—Sobrevivir. — Dijo el carnicero con una mirada sobre sus ojos preocupados.
—No te creo, algo me dice que no valgo mucho la pena para ti y finalmente seré un intercambio.
El ángel abrió levemente sus labios cuando sintió como ese cuchillo se movió un poco debajo de su mentón y Jeongguk acercó su rostro un poco al suyo, provocando que sus belfos gruesos dejen escapar un jadeo. Por un momento imaginó que sería besado pero solo observó su sonrisa ladina en ese rostro.
Sus ojos grises bajaron desde sus labios hasta el resto de su cuerpo y luego regresaron a su rostro. El ángel sintió el descaro de ese carnicero con esa mirada que recorrió su cuerpo completo en un segundo.
—Al principio no esperaba mucho de ti pero sinceramente vales la pena.
—¿Eso significa que-
Pero su pregunta es interrumpida por el azabache antes ser terminada y su mente se queda con la curiosidad de saber en qué piensa realmente Jeongguk. Duda si realmente puede descubrir lo que ese carnicero piensa sobre él y algún día desea saber que es lo que su mente opina sobre él.
—Sube al vehículo.
Y aunque sus palabras son frías, Jimin no se niega ante su orden, solo quiere sobrevivir ahora mismo pero en algún pequeño lugar de su mente siente esperanzas de que en realidad no será parte de un intercambio cuando Jeongguk en realidad ha cambiado su forma de tratarlo a diferencia de los primeros días en los que sus caminos se cruzaron. Ahora la confianza comenzaba crecer poco a poco pero los besos que ambos compartían eran la clave para que la confianza aumente cada día más.
El ángel pasa por su lado para encaminarse al garaje seguido de Jeongguk, y sube al vehículo en los asientos traseros para luego percatarse de que Taehyung se encontraba en el asiento del conductor. El castaño lo observó a través del espejo retrovisor pero ninguno dijo nada.
Por lo tanto, Jeongguk se colocó la mochila en su espalda y dió unos cuantos pasos hacia la pesada puerta del garaje, luego se agachó un poco para tomar la orilla de esta para después ejercer fuerza para elevarla, abriéndola lentamente y con cuidado de no dejarla caer para abrir finalmente el garaje.
Cuando la puerta fue abierta, el carnicero dió unos pasos fuera del garaje para girarse en dirección al vehículo. Sus manos se elevaron para indicarle con señas al castaño para que retroceda el vehículo hasta fuera del garaje mientras sus ojos grises se desvían del vehículo para observar sus alrededores y asegurarse de que ningún hombre los vea allí.
Taehyung observó a través del espejo retrovisor las señas de Jeongguk que lo ayudan a retroceder el vehículo con cuidado y rápido para salir del garaje sin ser descubiertos. Y cuando finalmente el vehículo se encontraba fuera, entonces Jeongguk corrió un poco hacia el asiento del copiloto, subiendo a este mientras cierra la puerta a su lado.
El carnicero sacó el mapa de la mochila, lo abrió ante los ojos de Taehyung, y este siguió el dedo índice del azabache sobre la línea roja del mapa el cual indica el recorrido y parecían no seguir el recorrido que debían, se encontraban lejos de la línea roja.
—Ni siquiera estábamos en la línea roja del mapa.— Susurró Taehyung con un tono levemente preocupado.
— Bajamos la guardia demasiado, debemos salir de aquí. Retrocede y avanza. Yo te indicaré el camino.
El castaño no se negó ante su orden, solo asintió antes de mover la palanca de cambios del vehículo para seleccionar la marcha atrás de este y así presionar el acelerador. Su cuerpo se volteó un poco hacia atrás para observar detrás del vehículo y rápidamente retroceder para luego volver a tomar la palanca, cambiando el sentido de marcha del vehículo, y así avanzar por las calles de la ciudad a toda velocidad.
Giró el volante hacia un lado esquivando aquellos vehículos abandonados en las calles y evitando un accidente tan pronto en la mañana. No querían atraer a los hombres con el sonido del vehículo al chocar con otro, solo debía ser precavidos con el sonido.
—Gira.. gira a la derecha.
Taehyung cedió a su orden girando el vehículo hacia la siguiente calle a la derecha, encontrando otra calle más por la que debía avanzar a gran velocidad hasta la siguiente indicación de parte del carnicero hasta que el destino finalmente se cumplió, aparcando el vehículo frente a una tienda de armas.
Jeongguk observó a Taehyung, quien apagó el motor del vehículo y suspiró aliviado pero la palmada del azabache de su mejor amigo lo hizo sentir mejor.
—Nada mal, Kim, tuvimos suerte. — Dijo el azabache observando la tiendas de armas a través de la ventanilla a su lado.— Creí que seríamos atrapados conduciendo en las calles.
—¿Qué es lo que tienes en mente ahora?
Jimin observó ambos hombres y se movió en el asiento para acercarse entremedio de los dos asientos delanteros. Deseaba oír lo que esos hombres traían en mente, y también deseaba saber si era parte del plan.
—Solo tienes que seguirme, utilizaremos linternas para buscar las armas en la oscuridad. Es obvio que la electricidad ya no funciona en esa tienda.
—Se ve realmente oscura. — Comentó Jimin observando las ventanas de la tienda, y percatandose de lo oscuro que es por dentro.
Jeongguk le extendió una linterna a su mejor amigo, quien la tomó mientras se colocaba su mochila sobre su espalda con su otra mano, como el carnicero también repetía sus movimientos. Ambos salieron del vehículo pero Jimin se preguntó que ocurriría con el ahora, no deseaba estar dentro del vehículo sin ambos hombres.
Entonces su alivio llegó cuando Taehyung abrió la puerta del asiento trasero y le extendió su mano para que la tomara, ayudando al rubio a salir del vehículo para luego cerrar la puerta detrás de este.
El bailarín observó como Jeongguk pasó por su lado y caminó hacia la puerta de la tienda, investigando si se encontraba abierta o posiblemente cerrada al estar abandonada. Pero fue su momento de suerte al girar el pestillo y abrir la puerta con un chillido provocado por esta.
Taehyung se aproximó al azabache junto con Jimin y aguardaron a sus órdenes mientras el carnicero observa dentro de la tienda oscura sin adentrarse aún pero enciende su linterna para iluminar por dentro y darse cuenta que existen demasiados estantes de municiones de armas colocados dentro de la tienda como también armas sujetadas en las paredes. La armería parece ser un sitio muy grande de estantes y armas por doquier.
Jeongguk desvío su mirada al ángel por unos minutos, se acercó a este para colocarle la capucha de sudadera que llevaba puesta y sin decirle una palabra, le indicó que haga silencio llevando su dedo índice a sus finos belfos y luego ladeó su cabeza para que Taehyung siga sus pasos.
—Sigue todos mis movimientos.
El castaño asintió junto al bailarín mientras observaba toda la tienda por dentro sin antes encender su linterna para iluminar su propio camino por el resto de los siguientes minutos que su mente desconoce lo que el futuro le depara.
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