XVII: Dolor.
❝Sangre, sangre y más sangre.❞
—
No hay escape. Los golpes en la puerta se detuvieron pero quién puede tener la certeza de que esos zombies se han marchado del pasillo.
—Jeongguk..
Taehyung llamó por su mejor amigo, quien se gira hacia él mientras en su mano sostiene un recipiente de somníferos, un perfecto medicamento que produce sueño.
—¿Podemos salir de aquí? — Preguntó el castaño aproximándose a su lado, quitando luego los somníferos de la mano del azabache.
—Aah, ve tú y chequea eso. — Jeongguk sonrío levemente y le dió una palmada su hombro para luego quitarle los somníferos.
—No es la idea, debemos irnos de aquí ahora.
—Entonces sal y chequea que podamos salir.
—Necesito que me ayudes.
El bailarín puede oírlos ambos hombres hablar entre ellos mientras abraza sus piernas y se mantiene sentado sobre en el suelo. Sus ojos azules sigue a los dos moverse hacia la puerta y colocar sus manos en la cama para moverla de la puerta, con esto lograrán escapar de la enfermería y del hospital.
Antes de abrir la puerta, un toque sutil llama a esta y ambos hombres se congelan cuando pensaron que era imposible que los zombies llamen a la puerta de esa forma pero la voz profunda de un hombre al otro lado hizo estremecer los cuerpos de los dos hombres.
—Sabemos que están ahí, no se oculten. Podemos ayudar. — Dijo el extraño al otro lado mientras toca la puerta una y otra vez intentando obtener una respuesta.
Taehyung tomó el pestillo de la puerta, su mente estaba decidida en abrirle al extraño pero Jeongguk lo detuvo y ambos se observaron entre si cuando se oyeron más pasos en el pasillo. No hay demasiado tiempo para analizar la situación, la puerta es abierta a la fuerza y la madera de esta choca contra los dos rostros de los mejores amigos, provocando que caigan al suelo con un gran quejido de dolor que proviene de sus labios.
Park se alerta cuando sus ojos se enfocan en unos hombres extraños con armas en sus manos y vestimenta oscura como los mismos hombres que observó en la tienda de Eastford. Su mente no miente cuando sabe que se tratan de los mismo hombres, sus máscaras de gas los delata como ese abrigo largo y oscuro. Los sobrevivientes denominados, Diablos.
— Diablos. — Susurró el bailarín colocándose de pie y sus ojos se fijan en el rostro de uno de ellos mientras que aparecen tres hombres más que se adentran en la habitación.
Cuatro diablos en la enfermería y ahora están rodeados.
𝐂𝐀𝐑𝐍𝐀𝐆𝐄
Los tres hombres pertenecientes al clan Diablos han dejado la enfermería para investigar el resto del hospital en busca de medicamentos. Mientras tanto, uno de esos diablos vigila a los tres sobrevivientes de rodillas sobre el suelo mientras su arma los apunta con la mira en alto.
—Es tan obvio que están aquí para obtener medicamentos y botiquines. Todos los que hemos sobrevivido buscamos lo mismo. — Dijo aquel diablo, su voz profunda suena algo baja debajo de esa máscara de gas que solo demuestra sus ojos.
Jeongguk baja la cabeza y obliga a Park como también a Kim a bajar la cabeza, quienes están a cada lado de él. Las manos del azabache se colocan en los cabellos de ambos y inclina sus cabeza hacia abajo para que eviten mirar aquel diablo que odia que los observen a los ojos cuando habla, podía reconocer lo que detestaban y amaban hacer.
Los tres sobrevivientes solo pueden observar sus propias rodillas dobladas y sobre el suelo mientras sus oídos escuchan la voz de ese hombre junto a sus pasos por toda la enfermería en busca de botiquines pero se molesta cuando todo el desorden da una clara pista que esos tres hombres de rodillas tienen todos los botiquines para ellos.
—¿Dónde están? — Preguntó serio el diablo, referido a los botiquines. Sus botas negras resuenan contra el suelo con cada paso molesto que da de regreso frente a los tres hombres.
—No se de qué hablas. — Pero el carnicero entiende a lo que se refiere.
Taehyung observa de por el rabillo del ojo como Jimin también lo hace cuando el diablo aproxima su arma a la frente de Jeongguk, quien aún observa al suelo pero puede sentir el cañón de ese arma rozar en la piel de su frente y aprieta los labios para no intentar hacer una locura.
—Sabes de lo que hablo, voy a repetir lo que he preguntado. ¿Dónde están los botiquines?
No puede evitarlo, Kim no puede evitar seguir soportando que sus ojos vean como ese arma ahora baja por el rostro de Jeongguk y se coloque debajo de su mentón con la intención de que esos ojos grises observen a los ojos a ese diablo, quien suelta un pequeño suspiro cuando esa mirada gris es penetrante y imponente.
—Esos ojos son como el mercurio. ¿Has oído de lo que dicen del mercurio? Es un metal que es tóxico como la muerte que puede darte.
—¿Por que me interesaría saberlo? — Preguntó el azabache con un rostro en blanco, nada de eso le interesa.
—Tienes gallas con un arma apuntando tu cuello.
—¿Quieres los botiquines o no?
—Realmente los tienes, dime dónde.
Jeongguk ladeó su cabeza como una señal hacia sus mochilas colocadas sobre una cama de pacientes a un lado de la puerta. Las manos del carnicero obligan con un poco más de fuerza a que las cabezas de Park y Kim se mantengan hacia abajo un poco más mientras su mente crea un pequeño plan para escapar de este sitio.
El diablo se mueve hacia la dirección de las mochilas, dando la espalda a los tres sobrevivientes. El carnicero le da una palmada rápida en la espalda al castaño y la mano de este último se mueve lentamente hacia su bolsillo trasero de su vaquero, en busca de lo que esa palmada significaba entre ambos y encuentra una navaja lista para ser usada. La coloca sobre el suelo y la desliza hacia la izquierda para que Jeongguk la tome rápido para esconderla debajo de su bota cuando ese diablo se giró en su dirección, asegurando que ninguno se ha movido. Incluso las manos de ese azabache regresaron a las cabezas de ambos hombres a su lado para no atraer sospechas.
Seguro de que se encuentran de rodillas, se gira hacia las mochilas y toma una de las dos mochilas para abrirlas en busca de los botiquines dentro de estas. Mientras tanto, Jeongguk quita sus manos de las cabezas contrarias y eleva un poco su bota para sacar la navaja debajo de esta mientras sus ojos se fijan todo el tiempo en la nuca de ese diablo dándole sus espaldas a los tres hombres. Park observó en silencio cada movimiento del azabache a su lado, desde la manera en que abrió la navaja y también la manera en la que empuñó en su mano para atacar.
Sus ojos azules se desvían al rostro del castaño que le pide silencio con un dedo en sus delgados labios, indicando que no se atreva a emitir ningún sonido para esperar la señal de carnicero, quien eleva su otra mano y cerca del suelo para que indicar su señal de una manera silenciosa mientras su mirada oscura solo siguen los movimientos de ese diablo examinando la mochila hasta que toma la otra mochila para repetir la misma examinación.
Jeongguk coloca su palma sobre el suelo, sus dedos juntos se mueven de arriba abajo dos veces golpeando el suelo sin sonido. Taehyung asiente ante su señal y su mano le indica a Park que lo siga hacia afuera de la enfermería, ambos debían moverse con sigilo y agachados para no ser descubiertos mientras tanto Jeongguk se ocupa de lo más difícil para evitar que ambos hombres de su grupo resulten heridos.
Las botas del carnicero se mueven en cada paso silencioso, su cuerpo se encuentra agachado y avanza hasta colocarse detrás del hombre de negro distraído buscando lo que tanto desea en sus mochilas. Los ojos grises se desvían un segundo hacia la puerta de la enfermería y se aseguró de que ambos hombres se encuentren fuera esperando por él. El diablo ya termina con su examinación dentro de la mochila hasta que encuentra un botiquín ocultó en el fondo de esta y antes de girarse con el botiquín en la mano, Jeongguk se pone de pie rápidamente para atacarlo directamente al cuello.
Es doloroso. Ese diablo puede sentir lo doloroso que es con solo pensarlo, su cuello se siente extraño y doloroso. Algo se entrometió por la fuerza en la carne de su cuello como en su piel, puede sentir la sangre brotar de su herida cuando algo tan filoso como la navaja de Jeongguk puede cortar perfectamente en el punto exacto para permitirle tener una muerte rápida.
Aunque también es doloroso. Es doloroso que ese diablo regrese su ataque en contra del carnicero cuando por instinto de defensa, su dedo jaló del gatillo de su arma que apuntaba en el abdomen del azabache y provocó que ambos puedan sentir el dolor mutuo de una herida profunda.
Jeongguk sintió por primera vez que se siente ser disparado en el cuerpo, su herida no duele tanto en ese mismo instante gracias a la adrenalina que recorre por todo su ser pero estaba seguro que luego de ese suceso, entonces podría sufrir las verdaderas consecuencias pero por ahora sus ojos observan los ojos casi en blanco del diablo y su mente piensa que ha estado bien en proteger a esos dos hombres.
Con agilidad, movió la navaja desde un lado del cuello de ese hombre y cortó toda su yugular para luego observar como su cuerpo sin vida cae sobre el suelo pero también ante sus botas.
Taehyung se adentra en la habitación nuevamente en busca de las mochilas cuando sabe que todo acabó, sus ojos no pueden evitar detenerse en la herida del abdomen de Jeongguk, la cual poco a poco comienza a brotar sangre pero por suerte el azabache puede cubrirla con su mano para intentar soportar un poco más para escapar del hospital.
Park no puede evitar no adentrarse de la misma forma, su cuerpo se congela como sus ojos cuando observan lo que el castaño observó en el abdomen de Jeongguk y su mente en pausa se interrumpe con un Kim que le entrega las mochilas para que pueda ayudarlo con estas mientras él se encarga de ayudar a Jeon a salir de la enfermería, en busca de una nueva habitación para curar la herida y aunque no es un experto, no dejaría que su mejor amigo sufra.
[...]
Es posible que el resto de los diablos han encontrado el cuerpo de su compañero en la enfermería mientras que el grupo de tres hombres se encuentra escondido en una sala diferente y mejor conocida como un quirófano, especialmente para cirugías.
Jeongguk se recostó sobre una camilla mientras sus expresiones de dolor se reflejan en su rostro, su mano presiona la herida que tanto brota sangre como también puede sentir el dolor de algo introducido dentro de su abdomen.
Taehyung observa su rostro y comprende cuánto puede doler recibir un disparo de esa manera, desvío su mirada para examinar toda la sala en busca de elementos quirúrgicos con lo que podía extraer la bala sin tener nada experiencia y conocimientos sobre la medicina.
Antes de ponerse en marcha, Park lo tiene con un rostro serio y le pide que mantenga la calma antes de todo, después de todo deben estar tranquilos para una situación en la que se encuentran. Tae no puede evitar sentirse confundido con lo que ocurre con ese bailarín.
—Busca guantes de látex, unas pinzas y una aguja con hilo. Estoy seguro que aún existen en esta sala, muévete. — El bailarín observa a los ojos al castaño mientras sus labios ordenan por primera vez.
—Pero tú eres un bai-
—Mis conocimientos tampoco combinan con mi trabajo pero.. ¿Vas a detenerte aquí solo eso? ¿No es tu mejor amigo el que está sufriendo ahora?
Jeongguk observó en silencio ambos hombres mientras intenta controlar el dolor de su abdomen con la presión de su palma en la herida pero solo provoca que la sangre brote mucho más que antes y el dolor se vuelva insoportable.
Taehyung se movió por la sala sin otra opción que tomar, sus manos buscan en todos los estantes de los muebles y intenta encontrar lo que Park le ordenó. Todo realmente existe en esta sala y se mueve hacia el rubio de regreso con lo que necesita entre sus manos.
Guantes de látex, aguja con hilo y pinzas. Todo se encuentra listo a su lado y su disposición sobre una mesita metálica con ruedas mientras sus ojos se enfocan la sangre que brota de la herida que mancha la ropa del azabache. Jimin se ajustó los guantes de látex y el sonido de estos al chocar con la piel de sus manos provocó que Jeongguk trague duro ante la situación en la que se encuentra de repente.
—Espero que no hagas de mi un sacrificio a la fuerza cuando yo me rehúse a sacrificarme por ti para que ningún zombie te asesine esa vez que examine la casa por dentro. — Susurró Jeongguk, sus ojos grises buscan los azules de ese bailarín, quien hace una seña para que el azabache suba su ropa.
—Es un buen momento para vengarme pero mejor prefiero que tu mejor amigo no sufra por tu perdida.
—No voy a morir.
Park ignora sus palabras y sus manos suben la ropa de Jeongguk, descubriendo su abdomen cuando el azabache no lo hizo cuando se lo pidió. Sus ojos océano captan como la sangre aún brota de la herida pequeña y redonda provocada por la bala, esta se encuentra en el lado derecho del abdomen. Su mano busca una pequeña pinza en la mesa metálica y la toma para aproximarla a la herida profunda pero antes de continuar, sus ojos se desvían de su abdomen hacia el rostro del carnicero que mantiene observando cada movimiento que hace.
—Va a doler demasiado. — Susurró el bailarín.
Antes de que Jeongguk se atreva a responder, la pinza se introdujo dentro de la herida y provocó que un fuerte quejido de dolor se expulse de los finos belfos de azabache que tensa la mandíbula de dolor.
—¿Cómo sabes de esto? — Preguntó el castaño aproximándose a la camilla, pero al otro lado frente a Park.
—Libros.
Rebuscando en la herida, esto causa demasiado dolor para Jeongguk que lo observa un poco de molestia y dolor que no puede ocultar en el reflejo de sus ojos grises. Resiste todo lo que puede deseando que termine una vez por toda con su herida hasta que suelta un suspiro de alivio al ver cómo Park quita la bala de su herida con la pinza y la coloca sobre la mesa metálica.
El momento crítico es cuando al retirar aquel pequeño metal hace que la herida brote aún más sangre cuando no existe nada que la detenga al salir y Park toma la aguja junto al hilo para suturar la herida antes de que pierda mucha más sangre de la que no debe.
—Espero que en los libros también expliquen cómo tratar bien a una persona sin dejarla morir en el intento. — Jeongguk sonríe con burla hacia Taehyung mientras Park se prepara para colocar la aguja en la piel.
— No puedo creer que en una situación así aún tienes ánimos para burlarte. — Respondió con calma el bailarín para luego comenzar a suturar la herida con mucha suavidad y concentración.
Cada minuto que pasa, Jeongguk no pierde ninguno para observarlo con atención cuando ese rostro concentrado del rubio hace que se vea atractivo por primera vez ante sus ojos y está nueva fase de ese bailarín le gusta mucho más que un simple baile que puede hacer en cualquier noche. Jamás esperó que fuera su paciente por esta vez, su mente se hunde en pensamientos sobre el rubio de ojos océano y se olvida poco a poco que tiene una herida en su abdomen cuando el dolor se desvanece.
El dolor desaparece, la fase de Park como médico desaparece de la misma forma cuando su trabajo acabó de una vez. No puede evitar seguir sus órdenes cuando ese rubio le pide que se tome asiento sobre la camilla para colocar un vendaje alrededor de su torso, cubriendo la herida suturada por el mismo. El aroma del cabello dorado llega a su fosas nasales cuando se aproxima tanto a él para rodear su torso con la venda, provoca que desconozca quien es realmente por unos segundos y olvidando que es un carnicero como todo su entorno alrededor.
La venda da vueltas alrededor de su torso, su cabeza dorada se aproxima a su pecho para que sus manos pasen la venda por detrás de su espalda y el bailarín no puede negar en su mente que sus impulsos de abrazarlo son tan fuertes que si Tae no estuviera junto a ellos, quizá podría hacerlo pero solo debía suturar su herida y dejarlo ir como sus impulsos existentes en su mente.
Honestamente, alejarse del azabache no es algo que desea pero no puede estar tan cerca frente a su mejor amigo. Quiere ser discreto con sus impulsos que han despertado desde la primera vez en el que estuvieron tan cerca y solos en la iglesia.
Jeongguk lo observa alejarse sin verlo antes a los ojos y baja su ropa para cubrir su torso nuevamente. La expresión fría de su rostro no refleja nada hacia Jimin pero sus ojos se mueven hacia esos belfos gruesos que se mojan rápidamente y en su mente se entromete por la fuerza el sueño que jamás sabrá si fue real o no la manera en que sintió unos labios similares a esos y ahora recuerda ver unos iguales en su sueño.
— Ya no quiero estar aquí. — Susurró el carnicero bajando de la camilla y pasando a un lado del bailarín, ignorando su presencia pero en su mente no deja de pensarlo.
[...]
Maletero vacío. Las armas que juraron utilizar en el recorrido finalmente ya no se encuentran en el maletero del vehículo, alguien las tomó sabiendo que estarían allí.
Jeongguk cerró los maletero con fuerza, sin importar que alguien pueda oír el fuerte estruendo pero honestamente no hay manera que pueda ser así cuando se detuvieron en un bosque a un lado de la carretera al salir de la ciudad de Ethermoor con todos los medicamentos y botiquines que necesitaban.
Mientras tanto, Park y Kim se encargan de crear un fogata para la noche que se próxima con gran velocidad a diferencia de otras noches. El fuego se encendió gracias a las hojas de árboles y algunos papeles que colocaron en la fogata, el azabache molesto se aproximó a los hombres sentados alrededor de esta.
— Kim ¿Aún no sabías que las jodidas armas no estaban en el vehículo? No quedamos sin nada. — Jeongguk colocó sus manos en sus caderas mientras observa como el castaño piensa en lo que acaba de decir sin creer lo que ocurrió.
—¿Qué?
—"¿Qué?" Eso mismo me pregunté cuando ví el maletero vacío, Kim. — El azabache tomó asiento a lado de Park y frente a la fogata mientras observa el fuego crecer.
—¿Que tal de esos hombres en el hospital? ¿No creen que fueron ellos? — Preguntó el ángel hacia ambos hombres.
Jeongguk ignoró las preguntas y encendió un cigarrillo entre sus labios mientras observa la luna aproximándose al centro del cielo oscuro.
—Es tan posible, cada cosa que sus ojos observan siempre se vuelven algo suyo. No me extraña que esos tipos fueran los culpables.
—Quien sabe, ahora tendremos que encontrar la manera de no morir tan rápido sin nada de munición y armas. — Respondió el azabache.— Pasaremos el día siguiente aquí y luego nos largamos.
—¿Dónde dormiremos? — Taehyung se gira hacia el carnicero, quien minutos después señal el vehículo como un buen lugar para que ambos hombres duerman.
—¿No vas a dormir? — El ángel es realmente curioso con lo que puede hacer el azabache en los próximos minutos y su impulso de curiosidad fue el primero en escapar de su mente.
—No.—Jeon observó raro a Park mientras le daba una calada a su cigarrillo.— ¿Te importa?
—No realmente. — Respondió sin interés el ángel cuando por dentro de su ser puede sentir que si le importa tanto que tuvo el atrevimiento de preguntar.
Jeongguk observó hacia otro lado rápidamente, su mano colocada sobre la tierra hace que se forme en un puño y atrape muchas hojas secas de árboles en la palma de su mano como un reflejo de algo que le molesta pero lo que realmente le molesta es que no suceda lo que realmente deseaba que pase.
Su mente no hace más que fantasías y está noche sería otra dónde tendrá que rezar.
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