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XLIV: Tócame.

❝Solo podemos elegir entre lo que nos hace sentir bien y sentir mal.❞

Al ángel no le importaba tener vendas cubriendo las heridas de las palmas de sus manos, tampoco le importaba tener una venda alrededor de su cuello para ocultar las marcas de las manos de esos monstruos. No importaba como se veía ahora mismo, eso no era un motivo para detenerse cuando su mente desea algo que su cuerpo ansia sentir desde hace días atrás.

Sus labios gruesos quieren decirle algo a ese carnicero, y está vez no tiemblan o tienen miedo de decirlo, tampoco existe la vergüenza, solo las ganas de sentir algo nuevo.

Sabe lo que Jeongguk desea en esta vida, realmente lo supo. Siempre que se ve al espejo se da cuenta de lo que realmente desea y tiene la certeza que cada día ese carnicero lo ve como un ángel. No cabe dudas, Taehyung le explicó porque y como es que su fantasía comenzó, pero no es quien para juzgar su imaginación y creencia, porque él también posee creencias.

-Si te vas está noche.. entonces será la primera noche en la que dejas como un ángel se desprecie en tu propia cama. Piénsalo, jamás podrías tener otro ángel en tu cama.

Jeongguk tenía un pequeño botón imaginario en su mente que activa cuando sus oídos escuchan la palabra Ángel. Ahora es cuando siente como todo lo que tenía en mente se borró fácilmente cuando esos labios mencionaron aquella palabra que lo vuelve débil.

El carnicero sonrío lascivo cuando escuchó esa palabra, creyó que jamás sucedería de nuevo pero esperó por días para volver a oírla provenir de sus belfos como la primera vez que le pidió ser su ángel, pero la diferencia es que este nuevo Jimin se nota seguro de lo que dice.

Este nuevo Park no tiene miedo de lo que pide porque realmente se encuentra seguro de lo que ahora quiere, es por eso que se coloca de pie, saliendo de la cama para encaminarse hacia Jeongguk con una caminata sensual que solo dura dos pasos antes de hablar nuevamente.

-Se porque te gustan los ángeles, te encantan tanto que deseas uno.. ¿Por qué dejarme aquí solo en tu cama cuando puedes tenerme? ¿No soy lo suficientemente ángel esta noche?

Sus palabras son como susurros suaves como también una tentación de doble filo que buscan la locura de Jeongguk para intentar convencerlo de que esta noche esta muy fría para que ambos no disfruten del calor. El ángel volvió a hablar pero no demasiado..

-No parece gustarte tanto los ángeles, y aún más cuando te pido que te quedes-

La puerta de la habitación se cerró con fuerza y rápido cuando el bailarín habló algunas palabras, pero fue interrumpido fácilmente cuando Jeongguk se volteó hacia su dirección con su rostro serio. Sus botas se movieron rápido y seguras hacia la dirección de el ángel que se asombró del repentino cambio de actitud del carnicero. Por un segundo, se vio un poco aterrador como ese azabache caminó rápido hacia él, pero no tenía miedo cuando sabía lo que continuaba ahora.

Con una sonrisa en sus labios gruesos, sus brazos de ángel se extendieron hacia el carnicero de rostro frío y pensó que podría abrazarlo pero se equivocó. Su sonrisa se borró bajo los labios delgados del azabache cuando estos últimos chocaron contra los suyos con fuerza. La misma fuerza del impacto de sus labios, también fue utilizada por una mano de ese azabache que tomó su cabello dorado en un puño para jalar su cabeza hacia atrás y así besarlo con fuerza.

Su espalda, aún con la pijama puesta en esta parte, cayó sobre el suave y cómodo colchón de la cama mientras que su torso fue aplastado por otro torso vestido mientras que es presionado contra la cama.

Jeongguk tomó la iniciativa que el rubio tanto quería, es por eso que una pequeña sonrisa del bailarín se escapaba entre medio del beso pero luego vuelve a lo que tanto le gusta, y es besarlo el tiempo suficiente mientras en su mente celebra por lograr que se quede esta noche.

Al principio, se sintió asombrado por el repentino y brusco beso pero poco a poco cae en la danza de labios que mutuamente van creando mientras que el ritmo aumenta cada vez más hasta que se vuelve un beso hambriento y que devora completamente cada centímetro de sus belfos.

Ese carnicero tiene los mejores besos, la forma en que mueve sus labios es tan mágico, incluso puede sentir que está devorando su boca completamente pero no exageradamente, si no que el ritmo de sus labios se mueven demasiado bien sobre los suyos. Comienza a delirar poco a poco con cada segundo que pasa de este beso y puede estar seguro de que ningún otro hombre lo ha besado como Jeongguk lo besa. Parece un primer beso pero en realidad solo es el primer beso tan voraz y lascivo que ha tenido. Es intenso y ardiente.

Las manos del bailarín no saben dónde colocarse, sobre la cama, sobre los hombros del azabache o tomando el cabello del mismo, pero en realidad no saben dónde colocarse. Solo puede mover sus labios al ritmo de los de Jeongguk mientras siente como su cabello es cada vez más tomado en una mano y fijando su cabeza para que no se atreva a desviarla para no arruinar el beso.

Desconoce el siguiente paso luego de un beso para poder seguir hacia donde realmente su mente quiere ir. No sabe cómo prosigue pero Jeongguk parece que está noche lo puede guiar en la forma tan exquisita en que lo tiene bajo su cuerpo y lo retiene a su antojo para besarlo sin parar.

El ángel siente como su cuerpo poco a poco comienza a arder y el frío de su piel se desvanece con el tiempo que pasa con el beso que sus labios siguen. Sus mejillas se sienten arder con el paso de los segundos y puede estar seguro de estar sonrojado por culpa de esa llama que crece en su cuerpo provocando calor en su interior como en su piel.

Necesita respirar, necesita un poco de aire. Es lamentable pero debe romper el beso y es lo que hace pero teme que Jeongguk se moleste. Aunque sus labios quieren seguir besándolo, sus pulmones se lo impiden pidiendo aire. Es así que sus belfos gruesos se separan de los suyos y da una gran bocanada de aire para sentir que nuevamente vuelva respirar.

Sus ojos se estrechan cuando siente entrar nuevamente al aire a sus pulmones pero se desvían del techo de la habitación hacia el rostro del carnicero quien solo sonríe de lado antes de continuar con lo que desea hacer. Por esta vez, le dejara pasar ese momento en que rompió el beso pero en la próxima no lo hará, es así que Jeongguk baja con pequeños besos desde la mejilla del rubio hacia la mandíbula, dónde la muerde y le da una pequeña succión antes de continuar bajando por su cuello.

Sus fuertes y grandes manos no disminuyen su fuerza cuando todo el tiempo parecen estar ocupadas en lo suyo con el ángel en distintas formas. Una mano toma su cabello dorado en un puño y la otra baja por el torso desnudo acariciando su abdomen marcado.

Las manos del ángel tampoco quieren quedarse atrás, también quiere participar en lo que está haciendo en su cuerpo y rápidamente copia lo que el carnicero hace, demostrando ser un inexperto en esta situación ante sus ojos grises.

No importa en absoluto, Park solo mueve sus manos hacia la ropa superior de Jeon y toma la orilla de la ropa desde abajo para intentar subirla para luego quitarla de su cuerpo, pero fracasa un poco cuando Jeongguk se queja de que no está siendo gentil al quitarle la ropa, solo esta siendo muy rápido.

Sus manos estan temblorosas y nerviosas como todo su cuerpo mientras observa como Jeon se quita la ropa a través de su cabeza para luego arrojarla lejos de ambos, posiblemente cayendo al suelo pero eso no importa tanto como la situación que estaba ocurriendo ahora mismo.

Sus ojos azules se dilatan con lo que ve, le gusta lo que ve, le gusta ver la piel de ese hombre. Y como él, el carnicero también posee un buen cuerpo y marcado. Es inevitable no morderse los belfos gruesos cuando siente un poco de envidia por ese abdomen más marcado que el suyo pero no todo es envidia, también es el deseo de tocarlo con sus propias manos como alguna vez lo hizo hace un tiempo atrás.

Son dos hombres, dos hombre que están dispuestos a una nueva experiencia. El carnicero nunca estuvo con un hombre antes pero pude entender como funciona mientras que el bailarín nunca estuvo con alguien más allá de un beso. Todo esto era prácticamente nuevo para ambos y era mejor cerrar la puerta con seguro para que nadie sepa de esto, es así que el carnicero se aseguró de eso minutos atrás.

Ese ángel no saldría de esta habitación hasta acabar.

No sabe que continúa ahora. El bailarín negó con su cabeza ante los ojos del azabache cuando sus manos no saben dónde ir para seguir con esto y tiene miedo de arruinar lo que deseó por noches tras noches.

-No quiero arruinarlo, por favor, nunca estuve con un hombre antes. Es mi primera vez. - Susurró el ángel con una expresión tierna y algo triste por su inexperto conocimiento.

Jeongguk solo sonrío como respuesta mientras que en su mente tenía la respuesta que deseaba decirle; Si hubieras estado con otro hombre antes que yo, entonces no tendría el placer de ser el primero. Pero era mejor seguir con lo que deseaba ahora.

Su mano tatuada bajó por su abdomen y luego se entrometió debajo del pantalón de pijama que el rubio llevaba aún puesto, este atrevido movimento inesperado le provocó un jadeo al bailarín, quien no esperaba que eso ocurriera tan pronto. Creyó que volverían a besarse cuando Jeongguk aproximó sus labios a los suyos pero solo fue una trampa, sus delgados labios se desviaron y luego atraparon el lóbulo de su oreja para darle una pequeña succión pero también sintió juega con este con su lengua.

Los jadeos se escapan de sus belfos carnosos pero no puede retenerlos cuando siente como su falo es tocado por debajo de su pijama pero también por encima de su ropa interior. Mientras sus jadeos se escapan, otros labios contrarios se encargan de besar los suyos atrapando cada jadeo que se escapaba hasta que se vuelven pequeño gemidos por culpa de aquella mano del carnicero que se vuelve atrevida y se mete debajo de ropa interior para tomar su falo.

Jamás esperó que vuelva a ocurrir como la primera vez, y sucedió en la forma en que su fuerte mano subía y bajaba en su falo con rapidez pero también cambiaba a un ritmo lento cuando deseaba oír los jadeos mezclados de pequeños gemidos que salen de los labios del ángel.

Las piernas del bailarín se abrieron por instinto de placer, entregándose poco a poco al placer que siente mientras que su mente se nubla de deseo y el carnicero no pierde la oportunidad de meterse entre sus piernas para sentirlo un poco más contra su cuerpo. No puede detenerse ahora, ya que toma el movimiento de sus piernas como un invitación o aceptación de su parte.

El azabache permite que el rubio mueva sus manos hacia su cintura delgada y la apriete mientras que él se encarga de brindarle placer, después de todo, el ángel necesitaba un lugar donde sujetarse aunque se encuentra recostado sobre la cama.

Siente que pronto puede llegar al primer climax si su mano no se detiene a tiempo pero lamentablemente, el azabache detiene su mano cuando sintió como las manos del bailarín cada vez apretaban cada vez más su cintura y era una clara señal de que pronto se vendría si no se detenía. No quería que eso ocurriera, aún tenían toda la noche para eso.

-No puedo dejarte disfrutar del todo, necesito verte enloquecer aún más. - Susurró roncó el azabache contra su oreja y luego dejó escapar una risilla ronca.

Sus bonitos ojos azules observan sin entender lo que ese carnicero tenía en mente, solo lo siguió con la mirada mientras su ceño se frunció confundido hasta que comprendió lo que quería hacer. Su pantalón de pijama fue quitado, junto con su ropa interior, de su cuerpo a través de sus musculosas y esbeltas piernas dejándolo completamente desnudo ante sus ojos grises.

Intentó cubrir su cuerpo sintiendo un poco de vergüenza pero fue imposible, sus manos fueron quitadas rápidamente y luego sintió como sus piernas fueron abiertas a la fuerza luego de tenerlas cerradas por la vergüenza que tenía, pero esas manos fuertes del contrario solo las separaron para que su cabeza azabache se entrometa entre sus piernas y así sentir como su falo es tomado entre sus labios. Es la primera vez que..

Su espalda se arquea sobre el colchón de la cama cuando siente una nueva sensación en la parte baja de su cuerpo, justo en su ingle y siente como su falo es succionado tan fuerte que puede sentirse a punto de tener un climax tan rápido cuando apenas comenzaba. Su cuerpo necesita acostumbrase a la nueva sensación para no dejar que acabe tan pronto. Sus pequeñas manos toman en puños el cabello azabache y suave del carnicero, quien deja que el bailarín guíe su cabeza de arriba a abajo a su antojo para que busque su placer.

Sus piernas estan abiertas y sobre los hombros del hombre creyente, rápidamente comienzan a temblar por ese placer que siente y no quiere que termine. Su espalda cada vez se arquea más sobre la cama mientras siente como las manos de ese hombre se mueven desde sus piernas, dejando de acariciarlas, y ahora se extienden para acariciar la espalda arqueada del ángel, quien no puede detener sus gemidos ahogados y sus ojos se cierran de placer.

Su límite se acerca, pronto podría liberarse de todo el placer que sentía, pero nuevamente, no desea que termine jamás. Solo quiere disfrutar.

Muerde su labio inferior cuando siente que ya va a llegar cuando esos labios succionan su falo, pero todo esa ilusión de lujuria se termina en un segundo cuando el carnicero se aleja de su ingle con una sonrisa satisfecha de lo que logró. Un desastre en ese bailarín.

Sus ojos grises conectan con aquellos azules que lo observan desorientados y confundidos por su repentino movimiento.

-¿Por qué?

El pequeño susurro mezclado con una respiración agitada y algo exhausta del rubio, provocan una leve sonrisa en Jeongguk, quien eleva una ceja ante su pregunta.

-¿Por qué? No me preguntes, solo deseo que te calles y disfrutes. ¿Me veo muy egoísta si te lo pido? Solo quiero saber cómo suenan esos gemidos.

El tono ronco del carnicero es peligroso en el oído del bailarín cuando lo siente cerca como sus manos acariciar sus esbeltas piernas abiertas con ese azabache dentro de estas. No quiere que deje de acariciarlo pero a cambio es capaz de mantenerse callado solo para gemir todo lo que desee. Ni siquiera el ángel sabe cómo son sus gemidos o gritos de placer, está en un camino a descubrirse en este momento.

-Jeongguk.

Al susurrar nuevamente pero está vez su nombre, es callado por el mencionado, quien acerca sus labios a los suyos mientras un pequeño shh los acaricia para luego depositar un pequeño beso en estos mientras la mano de ese azabache se acerca a los mismos luego de ese beso. Sus dedos acarician su labio inferior y luego sus ojos grises observan los suyos para indicarle lo que desea que su boca haga con ellos.

El bailarín no lo tiene muy en claro pero la acaricia de esos dos dedos sobre sus labios indican algo las que una acaricia, y es así que abre un poco su boca para sentir como los dedos se adentran suavemente y luego acarician su lengua húmeda. Poco a poco siente como esos dedos juegan con su lengua al mismo tiempo que escucha como la voz del carnicero en su oido le indica que debe hacer.

Sus ojos azules se cierran cuando su voz es tan relajante y ronca, incluso logran que su cuerpo se relaje mientras su mente se aleja de la realidad para dejarse llevar. Sus labios carnosos y hinchados de tantos besos, solo succionan sus dedos y cada vez lo hace más fuerte mientras imagina lo que el carnicero le indica para alimentar su mente con una nueva fantasía que surge.

Su mente juega a imaginar lo que ese azabache acaba de crear con palabras en su oido, y desea cumplirlo, desea saber que se siente cambiar sus dedos por otra cosa que ese carnicero tenga. Eso provoca que sus labios puedan succionar aún más fuerte y deseoso.

Jeongguk suelta una pequeña risilla ronca en su oido cuando por fin puede sentir como ese bailarín cae lentamente en manos y en el encanto de su voz para que sentir que ha ganado. Me pregunto si Junseo sería capaz de..

Malicia, deseo, lujuria y.. hambre.

El alma de Jeongguk desea cuatro cosas, pero es extraño que también se encuentre presente el hambre.. no está seguro de que sea cualquier hambre, quizás es el hambre del deseo por ese ángel. No está en una prefecta situación para sobre pensar sus deseos cuando debajo de su cuerpo tiene al bailarín más deseado de la ciudad con sus piernas abiertas y desnudo con dos dedos suyos siendo succionados en sus labios exquisitos.

No puede evitar morder su labio inferior con perversidad cuando sus dedos cada vez son más succionados que antes y eso alimenta su perversas fantasías como también imaginación. Lamentablemente tiene que proseguir con lo que tiene en mente aunque desearía dejarlo en ese estado pero no tiene otra opción, sabe que el ángel sale de su trance cuando sus labios están libres de nuevo, pero no por tanto tiempo cuando de estos escapa un gemido alto y de asombro en un segundo a otro.

No sabía que esa parte entre sus glúteos era capaz de ser también utilizada para el placer. Al principio, se sintió extraño y algo doloroso pero tolerante, incluso podría describirlo como raro ya que jamás imaginó que eso era posible.

Los ojos del azabache observaron su rostro en cada segundo mientras sus dedos se adentran cada vez en la entrada entre sus glúteos y una leve sonrisa en su rostro demuestra que disfruta ver cómo el rubio se siente confundido pero también algo nervioso. Sus ojos azules observan hacia todos lados mientras intenta tranquilizarse con esta nueva sensación y experiencia íntima.

-No te preocupes por lo extrañó que sea, es mejor que te preocupes como es que realmente puede provocar tanto placer en un hombre. ¿Primera vez? - Habló el carnicero cerca de su rostro mientras mueve aquella mano entre ambos cuerpos y luego sus dedos buscan dentro lo que puede causar un desastre a ese bailarín.

Aún sigue siendo doloroso, incluso cuando siente como esos dedos se abren y luego cierran mientras van tanteando buscar algo hasta que no tarda demasiado en encontrarlo. No era difícil, solo era cuestión de saber la ubicación exacta para luego presionarlo con fuerza hasta que..

El bailarín cambio su expresión de su rostro cuando sintió como algo dentro de él fue golpeado y sintió diferente al dolor que sentía. Se sentía bien y menos doloroso, algo así como una sensación que viajaba desde el lugar dentro suyo hasta llegar a su falo como un estímulo placentero. Se siente como rápidamente comienza a excitarse con el nuevo estímulo que siente, al principio puede ser raro y sucio para su mente pero poco a poco ese pensamiento se aleja hasta que cambia de opinión. No debió juzgar cuando realmente se siente bien.

El ritmo aumenta, sus dedos penetran cada vez más rápido y no se detienen, el objetivo era golpear su punto demasiadas veces mientras observaba como ese rostro angelical se derrite en expresiones de placer y gemidos altos. Lo está logrando y no puede evitar sentir como una dura erección crece en sus pantalones vaqueros oscuros. Está de acuerdo en confesar que le exita verlo disfrutar y mucho oírlo gemir con el placer que le brinda con solo sus dedos.

¿Se siente bien para ser tu primera vez?

No puede evitar preguntarle con curiosidad en su oido para que el rubio minutos después le responda con muchos asentamiento de cabeza mientras sus ojos se cierran de placer y sus labios se abren dejando escapar lo que tanto desea oír.

Se siente hambriento de más placer, no puede evitar quedarse callado como Jeongguk se lo pidió, desea más y más hasta sentir que la lujuria atrapa su mente y la nubla para dejarse llevar.

-No me dejes así, quiero más, debes darme más... Se siente bien. -Apenas puede hablarle entre gemidos y jadeos, el carnicero tuvo que acercarse un poco más a su rostro para entenderlo y luego sonreír de lado.

-No me digas.. ¿Tengo que darte más porque tú me lo pides? ¿Por qué un sucio bailarín como tú con las piernas abiertas tiene que decirme cuánto debo darle? ¿Me volví tu esclavo?

Siendo el bailarín más famoso, codicioso pero también codiciado, amado y deseados por hombres poderosos pero también odiado por los bailarines de toda la ciudad. ¿Acaso le estaba rogando por más a un simple hombre que solo es un carnicero? Si, realmente estaba sucediendo y es posible que su ego de bailarín se sienta molesto por esto pero no le interesa.

Negó ante sus preguntas manteniendo nuevamente su silencio pero no fue por tantos segundos cuando sintió como eran tres dedos dentro de él y no pudo evitar retener sus gemidos cuando esos dedos penetran sus entrada golpeando su punto con rudeza. El dolor ya no existe porque el placer está abrazando su cuerpo como también su mente y lo sumerge en la lujuria.

Si su mano no se detiene ahora mismo, es posible que otro climax este por ser alcanzado y se siente tan cerca que nuevamente es prohibido de hacerlo cuando el carnicero quita sus dedos rápidamente con una sonrisa traviesa, después de todo supo que pronto se vendría cuando el cuerpo del bailarín se retorció y se arqueó en busca del placer máximo.

-Ya no quiero seguir jugando.. no cuando te veo con las piernas abiertas de esta manera.

El momento que tanto esperó durante minutos finalmente sucedería. Sus ojos azules se demuestran algo cansados y estrechos pero jamás pierden de vista al carnicero que desabrocha sus vaqueros con rapidez mientras siente como las manos del bailarín se extienden para abrazarlo cuando solo se alejó de su cuerpo por unos minutos.

Bajo un poco sus vaqueros junto con su ropa interior sin quitarlos completamente, sacó su miembro duro y erecto listo para complacer al mismo tiempo que podría complacerse a él mismo. Y ante los ojos del ángel, esa erección era inevitable de ver cuándo su mirada curiosidad bajó por el torso del carnicero y se enfocó en su falo más grande que el suyo. No creía que el carnicero llevará lo suyo y bien dotado también allí abajo.

Las mejillas del rubio se sintieron arder y sonrojarse con lo que su mente pensaba pero no parecía ser tan importante ahora cuando no estaba seguro de que eso pueda entrar dentro de él. Nuevamente el dolor es protagonista otra vez al sentir como se abre paso en su interior con cada vez que su falo se empuja en su entrada y intenta relajarse mientras respira profundo cerrando sus ojos muy fuerte.

-Después de dolor, no dejaras de gritar de placer y me darás la razón. - Susurró Jeongguk y luego guiñó su ojo mientras su cadera embestía lentamente su entrada. No pudo evitar soltar un leve gemido cuando sentía tan bien ser apretado por un bailarín tan exquisito.

Después del dolor, viene el placer y la satisfacción.

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