VI: Ojos bonitos.
❝Bajo el azul de sus ojos se encuentra la desesperación por ser salvado pero su encanto me atrapa obligándome a cumplir los que sus ojos me piden.❞
—
En la mañana siguiente, la alarma en la base militar comienza a sonar. Cada sobreviviente despierta de sus sueños y sus rostros adormecidos no pueden comprender que ocurre cuando los soldados comienzan a salir de sus cabañas con armas. Las grandes linternas de la base iluminan las afueras de esta para comprobar que hay demasiados zombies intentando adentrarse en el lugar. Gracias a las grandes compuertas, es la razón por la cual los humanos se encuentran a salvo pero si no fuera por estás, es posible que todos sean víctimas de los dientes de esos infectados.
Jimin abre sus ojos cuando puede oír como las camas de los demás sobrevivientes son abandonadas por los mismos al ser obligados a salir de la gran cabaña por órdenes de los soldados. Uno de ellos despierta a Park y lo obliga a salir de la cabaña jalando su brazo sin importar que se encontraba en pijama.
El ambiente era frío para utilizar un simple pijama y los demás sobrevivientes como él podían entenderlo a la perfección. No podía hacer más que abrazarse a él mismo por el frío y observar a su alrededor como algunos soldados intentan calmar a las madres de los niños que lloran por algo malo que presienten. La alarma es molesta para los oídos de lo pequeños bebés en los brazos de sus madres y para Jimin es molesto observar como algunos soldados se comportaba tan rudos con aquellas mujeres con sus hijos inquietos.
No sabe que ocurre y no piensa quedarse con la intriga de saber. Cuando un soldado se aproxima por su lado, el rubio lo toma rápidamente del brazo para captar su atención y el hombre sonríe ante el bailarín bello que recuerda desde esa noche que bailó para todos los soldados como él.
—¿Que ocurre? ¿Por qué despertamos con esta alarma?
—Es una alarma de emergencia, no debo decir lo que ocurre para no asustar a los demás como tú.—Dijo el soldado intentando zafarse del agarre del rubio pero este insistió jalando un poco más fuerte.—¿Qué ocurre? Ya lo dije.
— Dímelo, no le diré a nadie más si me dices que ocurre afuera. — Expresó el rubio con una mirada de inocencia y un rostro con expresión de miedo que el soldado no puede evitar no sentir empatia.—Por favor... dímelo.
—Parece que hay zombies afuera. Solo intentamos protegerlos pero no te asustes, pronto regresaremos a estar a salvo nuevamente.—El soldado se zafo de su agarre y continúo con su trabajo alejándose del rubio, quien se mantuvo pensativo por unos largos minutos.
Sus ojos azules observan a su alrededor una vez más y todos los sobrevivientes parecen inquietos ante la situación que no saben con exactitud lo que ocurre afuera. Park lo sabe y sus náuseas regresan cuando recuerda como se veía un zombie ante sus ojos. No quiere que nadie a su alrededor observe un zombie con sus propios ojos porque podrían sufrir demasiado al ver algo tan atroz como otro humano comiendo carne humana. Caníbales muertos vivientes.
En un momento pensativo, su mente vaga sin importar lo que ocurre ahora su alrededor. Mientras tanto, los soldados comienzan a tener problemas con la electricidad en la base y eso crea una desesperación en los mismos cuando captan como las grandes linternas de iluminación del sitio comienzan a parpadear y las compuertas amenazan con abrirse por posible falta de energía. Algo intenta cortar la electricidad hasta que un soldado se percata a las afuera de la base como muchos zombies golpean con sus cabezas las compuertas y luego se percata que muchos zombies por otro lado chocan contra las palancas de electricidad a lado de las compuertas. Gracias a esas palancas, la electricidad se suministra por toda la base pero si los zombies las golpean o chocan contra estas, lograrán cortar la electricidad y finalmente todo será un desastre.
Es demasiado tarde para detener aquellos caminantes muertos porque la electricidad se acaba y las compuertas comienzan abrirse lentamente por falta de energía que las mantienen cerradas. Los sobrevivientes comienzan a sentir miedo, los niños lloran y sus madres se asustan tanto que no saben cómo calmar a sus hijos. Los soldados encienden sus linternas y preparan sus armas mientras que el jefe de la base ordena una nueva misión, ayudar a todos las personas a salir de la base en un camión para llevarlas lejos y a la ciudad en cuarentena. Realmente no puede permanecer mucho más tiempo aquí, lo mejor es marchar antes de que sea tarde.
Es por eso que Park es jalado del brazo como todos los demás a su alrededor y es guiado con rapidez dentro de un camión mientras que las compuertas ya permitieron que los zombies entrarán rápidamente hacia los humanos. Por suerte, los soldados no dudaron en abrir fuego contra los muertos vivientes pero eran demasiados y atacaban a algunos de ellos sin piedad. El rubio pudo observar como algunos soldados dejaban la vida por salvar a otros y luego el motor del camión se encendió para marchar rápidamente de la base sin esperar tanto tiempo. Todo debía ser rápido como esos zombies al devorar soldados y algunos sobrevivientes que no pudieron subir al camión con tiempo.
Cuando más avanzaba el camión, más lejos se encontraba la base militar y eso le crea un sentimiento de tristeza cuando recuerda a Junseo cada vez que se aleja. Aún no sabe nada de él y es posible que Junseo no sepa nada de Jimin ahora.
𝐂𝐀𝐑𝐍𝐀𝐆𝐄
—¿Has oído sobre el ataque de zombies en la base militar alejada de la gran ciudad de cuarentena? Algunos sobrevivientes se encontraban allí y algunos se encuentran muertos pero otros lograron salvarse.
Jeongguk le enseña su carta de comodín a Taehyung y la lanza sobre la mesa mientras lo escucha hablar. Luego toma entre sus dedos su cigarrillo y expulsa el humo para luego beber su cerveza en lata. Se toma unos minutos para responder finalmente.
—La oí en la radio, tengo suerte últimamente. Logro escuchar cada transmisión que existe y las noticias siempre las sé. Dime ahora tú, ¿Qué hay de nuestro plan?
El castaño lanza una carta a la mesa de café y se recuesta hacia atrás en el sofá como Jeongguk lo hizo minutos antes. Solo pensó unos segundos en lo que debía confesar sobre el plan y habló.
—Puedes volver en estos días junto al equipo, no tendrán problemas en aceptarte de regreso. Después de todo, tu cazas animales para que ellos puedan comer.
—Es un buen punto pero quiero saber si ellos piensan como tú.
—Es posible que si. Nunca lo sabrás si no vienes conmigo. —Dijo Tae para luego lanzar su última carta y finalmente se siente orgulloso de ganar el juego de cartas, eso provoca Jeon voltee los ojos hacia arriba molesto ante la derrota. Odiaba perder frente a ese castaño porque prefiere siempre ganar, su actitud competitiva no acepta perder.—Eres tan competitivo, acepta que puedes perder y ganar en la vida.
— Tú no eres buen jugador.
—Eso no hará que me sienta culpable de ganarte o sentirme mal por mi propio juego.
—Di lo que quieras, la próxima no ganarás. —Jeon apagó su cigarrillo en el cenicero sobre la mesa y volvió a encender otro entre sus labios con la ayuda de un fósforo, ya que su mechero se encontraba en la cocina. Sus ánimos para colocarse de pie eran muy bajos.
Taehyung observó como expulsaba aquel humo de sus labios mientras inclinaba su cabeza hacia atrás en el sofá.
—Fumas demasiado.
Jeongguk sonríe de lado sin importar que tenga aquel cigarrillo entre sus labios y vuelve a inhala el humo de este.
—Es lo único bueno cuando todo lo demás es desgracias. Mírame, no hay nada y nadie divertido en mi vida, bueno tú eres divertido pero hablo de alguien más, es por eso que prefiero fumar aquí y esperar que tarde o temprano terminaré muerto con un zombie devorando mi cuello. No me molesta.
—No digas eso, no prefieras eso antes que vivir.— El azabache solo suelta una risilla divertida cuando le da un rápido vistazo al rostro preocupado de su mejor amigo, este mismo vuelve a hablar.—Hablo en serio, tonto.
—Y yo también, Kim. —Y rápidamente recibió un golpe en su hombro y no pudo evitar no pasar una mano allí cuando le dolió un poco pero no borraba su sonrisa divertida de su rostro.
Kim estaba seguro de decir algo más pero la radio de comunicación que utilizaba para el equipo de sobrevivientes sonó y inmediatamente tuvo que marchar de la cabaña para regresar antes de que sea tarde. Jeongguk se despidió de él lo más rápido que pudo y luego regreso al sofá dónde decidió dormir un poco hasta las siguientes horas de la noche.
Mientras el sueño del azabache se aproxima, en el otro lado de la situación, Park se encuentra nervioso y con su cuerpo tembloroso de frío como también de miedo al saber que las carreteras oscuras le provocaban mucho miedo. Los árboles a lado de la carretera le provoca tener una imaginación aterradora sobre fantasmas aproximándose detrás de estos mientras el camión avanza a gran velocidad para llegar rápidamente a la gran ciudad con cuarentena.
Solo puede abrazar su propio cuerpo una vez más mientras cierra sus ojos con confianza de que todo estará bien pronto pero los llantos de dos bebés de dos madres a su lado hace que se sienta mal por ellos. Eran tan pequeños que quizás nunca sepan lo que ocurre. Mientras Park observaba a los bebés con pena, los demás sobrevivientes observaban con molestia a ambas madres al oír llantos de bebés.
El bailarín intentó decir algo ante la situación hacia esas madres temerosas pero no pudo hacerlo, nadie logró hacer su siguiente movimiento en ese instante, ni siquiera los dos soldados que se encontraban en la parte delantera del camión, el copiloto y su conductor, ambos no pensaban que algo se podría aproximar a la carretera oscura y provocó que el conductor gire el volante hacia un lado cuando el cuerpo de un zombie se aproximó a la carretera siendo culpable de que el camión de un giro para luego voltear sobre el suelo.
El gran vehículo se giró y cayó de lado deslizándose por la carretera luego de que la ruedas pierdan el control del equilibrio. El conductor no sobrevivió junto a su copiloto y los sobrevivientes sufrieron algunas heridas graves ante el fuerte golpe del camión al caer de lado sobre la carretera.
Jimin no recuerda que sucedió porque perdió la conciencia cuando todo ocurrió tan rápido y no supo lo que había pasado que llevó que todos a su alrededor reciban heridas tan graves. El no supo que ocurrió en la carretera, solo perdió la conciencia cuando el camión cayó de un lado.
[...]
Los minutos pasaron demasiado rápidos mientras su mente se encontraba inconsciente. A su alrededor no puede encontrar a nadie, aún se encontraba dentro de la parte trasera del camión. Parecía que todos se marcharon y eso lo hizo colocarse pie rápidamente. No quería estar seguro de estar solo en un carretera oscura. No desea estar solo de nuevo. Es su mayor temor desde que fue casi atacado por zombies en diferentes ciudades.
Pone su mejor esfuerzo y camina hasta intentar bajar del camión pero su pierna duele demasiado, no está fracturada pero siente como si fuera un puñal en ella que no le permite caminar perfectamente. Con mucho cuidado bajó del camión y cuando pisó el suelo, observó hacia todos los lados posible y avanzó unos pasos mientras soltaba quejidos de dolor.
Camina con dificultad pero no piensa detenerse ahora, está tan oscuro que teme ser atacado aquí mismo, no confía en la seguridad en un ambiente como este pero jamás confiará en lo que sus oídos escucharon cuando dio un paso más en la carretera alejándose del camión.
Su cuerpo se congeló cuando escuchó un gruñido provenir detrás de él y gira su cabeza sin temor hacia atrás mientras su mirada observa sobre su hombro aquel zombie observándolo mientras su boca se mueve masticando un trozo de carne de un sobreviviente sin vida del camión. Sus ojos se asombran al ver aquella imagen y no tiene otra opción que correr aunque su pierna está herida. No hay nadie más que pueda ayudarlo y quizás sea su última vez vivo. Sus lágrimas caen porque es posible que sea uno de ellos y lo que menos quiere es devorar a otros.
Corre, corre con todas sus fuerzas mientras sus quejidos de dolor son fuertes, no tiene otra opción que adentrarse en el bosque. Las ramas de los árboles dañan su ropa cuando roza con cada una de ellas pero aún así no se detiene por nada en el mundo porque puede oír como ese zombie lo persigue mientras chilla y gruñe por comer. Cada chillido que suelta, eriza la piel de Park, que no se detiene, corre y corre sin importar que su pierna pueda tener consecuencias.
No le importaba perder su pierna luego porque lo que importa ahora es sobrevivir.
Se adentró en diferentes atajos entre árboles pero ese zombie jamás se detenía y podía seguirlo sin importar cuántos caminos diferentes tomara, ese caminante lo persigue fácilmente. Por unos minutos, el bailarín cayó al suelo y se arrastró para seguir pero era imposible volver a retomar su escape porque ese zombie ya se encontraba frente a él con sus gruñidos similares a un animal con ansias de morder hasta saciarse completamente. No tuvo piedad y se abalanzó sobre el cuerpo del bailarín intentando morder alguna parte de su cuerpo mientras el dueño de este gritaba por ayuda en medio de un bosque de penumbras.
Quizás nadie pueda salvarlo, quizá está es la última vez que sea humano y quizá está es la oportunidad para pensar en los lindos recuerdos de su triste vida pero quizás se equivocó porque mientras sus belfos gritan por ayuda, el zombie suelta un gran quejido de dolor porque la parte trasera de su cabeza es víctima de un hacha, cortando su cerebro. Park se sorprende cuando el zombie deja de moverse y sus quejidos cesan porque al final se encuentra completamente muerto, eso le crea una situación de susto que no puede evitar gritar asustado cuando el zombie cae a un lado de su cuerpo y luego un hacha se mueve con velocidad hacia el rostro del rubio pero se detiene a centímetros. Sus ojos azules observan aquel objeto filoso tan cerca de su rostro y desvía sus ojos hacia el dueño del de hacha.
Su mirada azul se fija en esos ojos grises que lo observan con curiosidad y algo cínico. Park puede describir en su mente aquel hombre que lo observa desde arriba, cabello azabache largo pero con una coleta, un undercut perfecto en ambos lados de su cabeza, tatuajes en su cuello, un tatuaje de tres mariposas de su ojo derecho y un piercing en su ceja derecha. Su cuerpo se notaba fuerte, musculoso, pero no exageradamente, y delgado. Tenía una figura muy atractiva y masculina pero su rostro combina muy bien con todo su cuerpo como esos bellos ojos grises y en forma redonda.
Y el azabache no puede evitar no describir aquel rubio en su mente. Piensa que es bello, irresistible y tan lindo como un ángel. Sus ojos azules les recuerda al cielo y su belleza es tan hipnotizante e irreal que piensa que está soñando cuando lo observa. Ese rostro es delicado y tan fino que duda que sea cualquiera persona, es posible que ese rubio sea alguien importante. Un cuerpo delgado y atractivo por su figura revela que no es cualquier persona. Posiblemente sea un bailarín, no duda en creerlo.
—N-no me asesines. Por favor, no soy uno de ellos. Créeme. —Su tono de voz suave y temerosa le hace pensar que debería creerle pero el azabache no esta seguro, es así que eleva su hacha para atacarlo pero las manos de ese rubio se alzan el aire intentando pararlo.— ¡Por favor! ¡No lo hagas!
Pero el carnicero solo sonrío lascivo cuando observó esas lágrimas caer desde sus ojos azules y por alguna razón le gustó demasiado ver esa expresión de miedo en ese rostro tan bello.
—Asesinarte no me dará nada a cambio y si no te encuentras infectado como tanto dices, entonces no tiene sentido asesinarte. ¿Qué haces aquí? Es un bosque.—El azabache bajó su hacha y el rosario de su cuello se movió por el movimiento, el rubio rápidamente captó aquel rosario con su mirada y comprendió que se trataba posiblemente de una persona creyente.
—El camión chocó en la carretera y luego vi un zombie que corrió hacia mí... luego.. intentó atacarme pero tú me salvaste... — Susurró el rubio pero las palabras no fueron respondidas ya que el azabache lo observó y como respuesta se volteó de regreso de dónde salió. Alejándose con cada paso que daba lejos del rubio que lo observó confundido.— ¿A dónde-
—Lejos de tí, ya salvé tu pellejo, ahora puedes lárgate. —El hombre colocó su hacha sobre sus hombros y caminó lejos del rubio, ignorando sus posibles palabras.
—Espera, no te vayas, no me dejes aquí. —Y rápidamente el bailarín se colocó de pie y siguió sus pasos hacia una cabaña que jamás esperó que podía existir en un sitio como un bosque tan oscuro en el que se encontraba.
Ambos se detuvieron frente a la puerta de la cabaña y el silencio de ese hombre le dio escalofríos pero un poco de miedo cuando esté mismo se giró hacia el rubio para hablarle con una sonrisa lasciva.
—Jeongguk.—Dijo el azabache con una sonrisa algo cínica pero lasciva. Sus ojos no eran tiernos con esa mirada feroz que le daba. Jimin se sintió confundido.
—¿Qué? ¿Es- es tu nombre?
—¿Por qué no lo sería? ¿Cuál es el tuyo?
Jimin lo observó de arriba abajo y luego retrocedió un paso atrás cuando Jeongguk dio un paso hacia él mientras el hacha sobre sus hombros amenazaba con moverse en un ataque. Otro paso atrás y el contrario daba un paso hacia él. Sus ojos azules se desvían con temor hacia las botas cubiertas de sangre del zombie que asesinó y luego regresan al hacha con sangre para luego terminar observando el rostro frío mezclado con una sonrisa lasciva que ese hombre nunca parecía borrar.
Park choca contra un árbol, su espalda siente que se encuentra sin posibilidad de poder retroceder y con sus manos palmo el tronco del árbol mientras su rostro expresa miedo. Cierra los ojos cuando siente muy cerca a ese hombre y mueve su cabeza hacia un lado mientras para no sentir su respiración tan cerca. Solo da un pequeño sobresalto en su lugar cuando la mano del azabache se introduce en una abertura de su ropa desgarrada y acaricia la piel de su abdomen descubierto. Park aleja su mano pero a Jeon no le agrada su rechazo y toma el rostro del rubio, provocando que sus belfos gruesos se abulten expuestos a poder ser besados fácilmente. Aún así, Jeon aproxima su rostro al de él y sus ojos grises observan con detalle cada parte de su expresión de temor en ese bello rostro iluminado por la luna de esta noche.
—¿Qué eres?
—Un- un bailarín.
Jeongguk suelta una pequeña risilla burlándose del rubio y su rostro miedoso pero luego puede observar como ese supuestamente bailarín frunce su ceño confundido ante su risilla.
—¿Qué es fue tan gracioso?
—Nada. Quítate la ropa, ahora.
—¿Por qué? No tengo porque hacerlo, es inapropiado lo que me pides.
Jeongguk rodó sus ojos molesto y con un rápido movimiento, tomó un trozo de tela del pijama rasgado del rubio para luego jalar con fuerza para terminar rasgando mucho más. Eso provoca que la piel de todo su abdomen y pecho este descubierta pero Park se cubre con su manos pero es un intento fallido porque aún puede contemplar su piel.
—Eres un perverso.
—No quiero infectados cerca de mi. Me dices que no eres ninguno de ellos pero.. ¿Como puedo estar tan seguro de eso? No confío en ti, eres un desconocido que salvé. Ahora quítate la ropa o lo haré yo por ti, no te gustará.
Park bajó su mirada, luego llevó sus manos a su pijama rasgado por todas partes y solo pensó en salir vivo de aquí. Es algo vergonzosa la situación pero no quiere morir, no quiere que lo asesine, no quiere que piense que es uno de ellos y que pronto comería carne. Solo quitó su ropa superior, su piel rápidamente se erizo ante el frío y los ojos grises de ese hombre lo observan con curiosidad.
Pensó en seguir con su pantalón pero su rostro volver a ser tomado por la mano del azabache que lo obligó a observarlo a los ojos fijamente.
—Ahora que te observo mejor, recuerdo ese rostro tuyo. ¿Acaso dormiste en un metro? Recuerdo verte solo en uno mientras yo estaba allí, te deje alimentos en ese momento. —Su tono frío se mezcla con un tono ronco y sus ojos pueden contemplar cada detalle del rostro del ángel.—¿Disfrutaste de la comida?
—No, no lo hice, no pensaba comer eso. —En un tono firme, Jimin hace frente a sus palabras porque no le agrada en la situación en la que se encuentra. Semi desnudo, con su pijama rasgado y siendo obligado a quitarse la ropa en medio de un bosque pero fuera de una cabaña.
Jeongguk suelta su rostro con rudeza y retrocede unos pasos jugando con el hacha en su mano mientras se aparta del camino hacia dentro de la cabaña, su cabeza se ladeó como una seña hacia la puerta abierta de su cabaña le deja en claro a Park lo que debe hacer ahora.
Jimin observa la puerta y el interior de la cabaña pero jamás avanza porque no sabe si realmente lo que quiere decirle es lo que realmente piensa en su mente. Sería atrapado junto a un desconocido.
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