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III: Carnicero.

❝Cree en dios pero un diablo como él no puede creer en su enemigo.❞


Para cortar un jodido trozo de carne necesitas tener un buen estómago. No es fácil para un estómago débil cortar un conjunto de tejidos y músculos con un simple objeto filoso como un cuchillo.

La sangre escurre de la carne cuando un corte sobre esta separa los tejidos y nuevamente otro corte, otro pero otro más, crean un pequeño charco de sangre sobre una tabla de madera.

Harto de comer lo que sus manos cazan. Arroja el cuchillo dentro de un fregadero sucio de sangre que el mismo objeto mancha. Sus manos se mueven hacia su rostro cuando enciende un cigarrillo entre en sus labios con un mechero de oro que robó de un hombre mafioso que tuvo que asesinar cuando este no era más que un zombie bañado en sangre de otros humanos.

Se encamino hacia el sofá de la sala de la cabaña en la que habitaba y se sentó frente a la chimenea para obtener calor. Sus ojos grises observaron los retratos sobre la chimenea y diviso que se trataban de una pareja de casados. Esta cabaña fue abandonada por aquellos enamorados que huyeron de esta cuando los muertos vivientes los atacaron mientras dormían en la medianoche, algo que se puede explicar como extraño, ya que la cabaña se encuentra en el medio del bosque oscuro.

—No lo siento, estoy disfrutando su nido de amor. — El azabache alzo sus brazos hacia los retratos y luego le dio una profunda calada a su cigarrillo como un brindis hacia esa pareja de los retratos. — Gracias por la cabaña, amantes muertos. —Y el humo se expulsa de sus labios mientras sus dientes están cerrados con una sonrisa divertida.

Intentó disfrutar un poco mas de su soledad pero la puerta de la cabaña fue tocada y su sonrisa se borro mientras sus ojos ruedan con molestia. La parte mas tediosa es ponerse pie para abrir la puerta y encontrarse con su mejor amigo, Kim Taehyung, armado hasta los dientes con chaleco antibalas para protegerse de todo. Sonrió cuando ese castaño lo hizo porque ambos compartían los mismos pensamientos y entre sobrevivientes se comprendían. 

—¿Tu equipo de sobrevivientes se volvió una mierda y ahora vienes por mi ayuda? Mis hachas están en su tiempo de descanso.— Jeongguk se aparto para dejar pasar a Taehyung dentro de la cabaña y luego cerrar la puerta con seguro para asegurarse que los zombies no lo sigan adentro del hogar, si es que contemplan su inteligencia aun después de la muerte.

—¿Debo reír? Mi equipo jamás se jode por mas que existan situaciones difíciles.— Kim se gira hacia un Jeon que lo observa con cada paso que da detrás de su espalda pero Taehyung busca su mirada, girando su cuerpo hacia donde se mueve el azabache.— ¿Qué quieres saber? Deja de observarme como si fuera de otro mundo. No soy un zombie todavía.

—¿Qué traes en tu mochila? Se ve pesada para tu espalda, déjame quitarla...— Jeon coloco el cigarrillo casi acabado entre sus labios y movió sus manos hacia las tirantes de la mochila de Tae pero el último mencionado se gira alejándose. — Joder, ¿desconfianza de tu pobre mejor amigo? dime que no.

—Creo en ti pero se que te aprovechas todo el tiempo con tu estúpida excusa de ayudarme para luego robarte mis cosas. ¿Crees que soy idiota? No esperes demasiado por hoy, solo sopa de vegetales enlatada.— Taehyung pasa una mano por su cabello rizado y largo antes de bajar la mochila de su espalda al suelo, en busca del alimento que menciono.

Jeongguk tomo la sopa en lata en el aire al ser lanzada en su dirección gracias a Tae, quien busca mas comida en lata para su mejor amigo en su mochila. El azabache observa con disgusto la lata de sopa mientras el sabor de la sopa regresa a su lengua como si hubiera comido ahora mismo una cucharada de esta pero por suerte solo se trataba de un recuerdo del gusto del alimento que odiaba. Antes de hablar, el azabache retira el cigarrillo de sus finos belfos y lo sostiene entre sus dos dedos delgados.

—Acabo de confirmar que tu jodido jefe de equipo de sobrevivientes me odia. ¿Todos los días son sopa en lata o solo para mi? Tu equipo debe comer mejor en la zona de campamento. 

—Estoy seguro de que si no hubieras decido hacer tu propio camino lejos del equipo, quizás el jefe te daría mejores provisiones. ¿No crees? eres el mejor después de todo. —El silencio entre ambos existió mientras sus ojos se observan mutuamente y Jeon negó con una simple sonrisa.— Hablo en serio, Jeon. Deberías regresar, no creo que puedas sobrevivir tanto tiempo solo. La gran parte de esta ciudad esta consumida por zombies hambrientos y no entraré en mas detalles, ya sabes como se comportan cuando tienen un humano frente a ellos.

—Vomitan, muerden, chillan hasta aturdir tus oídos y corren a toda velocidad. ¿Crees que no lo sé? Estoy todo el jodido tiempo fuera de esta cabaña, en serio.

—Deja de intentar verte como un sabe lo todo, no sabes realmente que puede ocurrir sin el equipo de sobrevivientes aun respaldando tu espalda aunque te hayas alejado. No olvides que soy yo quien se escapa de la zona de campamento para traer provisiones para ti. —Taehyung demostró un ceño fruncido de cierta molestia ante las actitudes de su mejor amigo y solo deseaba que tan solo por minutos, Jeon no fuera su mejor amigo para golpear para ayudarlo a entrar en razón en un mundo como este.— Regresa con nosotros.

—No hombre, estoy bien aquí. Quiero evitar el rostro de tu jefe. Puede asesinarme si vuelve a toparse conmigo.— El azabache le da una calada a su cigarrillo mientras con su otra mano lanza la lata de sopa al sofá sin importar que se rompa o no. 

Tae le dio una mirada rápida a la lata sobre el sofá y regreso al rostro del contrario.

—¿Por que lo-

—Hace meses atrás, me jodí a su esposa mientras él no encontraba en la casa. ¿Tiene razones para asesinarme? — Jeongguk sonrió divertido mientras recargaba una mano sobre el borde del respaldo del sofá y observaba su propio cigarrillo casi al terminar.— Las latas de sopa aun siguen siendo ricas aunque las detesto.

Tae suelta un bufido de molestia y carga su mochila en su espalda para luego girarse hacia la puerta con su objetivo de marcharse de regreso a la zona de sobrevivientes. Quita el seguro de la puerta y escucha como su mejor amigo da unos pasos detrás de el para despedirlo. Cuando sus botas salen de la cabaña, su cuerpo se gira hacia el azabache con las últimas palabras en sus labios y una sonrisa amable.

—Jeon, se que algún día necesitaras la ayuda del equipo al que perteneces y ese día puede ser uno al azar pero quiero que sepas que no importa lo que ocurra... mis brazos permanecerán abiertos para recibirte de regreso. Buena suerte, hombre.

Y en las tinieblas del bosque, su mejor amigo se marcha con cautela y precaución de no encontrarse con algún zombie en el camino de regreso a la zona de sobrevivientes. Jeongguk lo pierde de vista entre tanta penumbras del bosque y cierra la puerta de la cabaña para luego recargar su espalda en esta. El cigarrillo se acaba con la última calada que le da para luego expulsar en humo como también un poco del estrés que siente al tener que responder siempre con la verdad. Mentir era fácil para él pero decir la verdad era jodidamente difícil.

Se deslizó por la puerta hasta caer sentado en el suelo y apretó sus labios con leve molestia de que su cigarrillo se acabo. Lanzo aquel cigarrillo al suelo para luego tomar entre sus manos un rosario blanco que saco de su bolsillo trasero de sus vaqueros. Lo mejor para calmar sus pensamientos era rezar mientras las palmas de sus manos duelen de tanto presionar aquel colgante entre estas para sentir que cada rezo era efectivo. 

Y en cada palabra para dios, en sus recuerdos ataca la imagen de ese rubio durmiendo en los asientos del tren que tomo hace una semana. Cabello dorado, ojos puros y azules como el océano, piel blanca y labios bellos... Su labio inferior es atrapado por sus dientes superiores y lo encierra con un mordisco. No puede evitarlo, sus palabras lo dicen todo, aquellas que se escapan en voz alta..

—Era un ángel..— Su sonrisa lasciva refleja un poco de admiración hacia lo religioso y cuando piensa en dios, ese rubio le recuerda a los ángeles del cielo. Por otro lado, su sonrisa puede combinarse de una mirada oscura y hipnotizada por la belleza de ese rubio. No sabe cuando puede volver a verlo, posiblemente él este en otra ciudad mientras que el se encontraba en el bosque de otra ciudad.

El rosario entre sus palmas duele cada vez mas contra su piel y no le importa tener las marcas de ese colgante porque en su mente recuerda al rubio mientras sus labios rezan por la ayuda de dios para que le de claridad en un nuevo camino hacia la sobrevivencia y le pide que lo proteja del destino que le depara en tierras que son de nadie pero si habitadas por muertos vivientes.


𝐂𝐀𝐑𝐍𝐀𝐆𝐄


El nuevo hogar que ese jefe le dio por esta vez no era el mejor ya que era viejo y algo oscuro con poca iluminación pero si podía mantenerlo a salvo temporalmente de muchas cosas que ocurren en su vida. No desea regresar a la vieja ciudad con esa pandilla persiguiendo su cabeza para ser golpeada una y otra vez. La deuda puede ser un tema del pasado mientras intenta volver a obtener dinero en el nuevo club en el que se encuentra ahora. Podría utilizar el nuevo dinero para sustentar su necesidades comunes como buena comida, ropa y objetos para el hogar para mejorar la calidad de su vida desde ahora en adelante.

El ambiente del viejo hogar en que duerme ahora es frío y demasiado incómodo pero la bolsa de dormir es cálida aunque desea obtener una chimenea a su lado para un fuego que le pueda calentar el hogar.  Solo puede acurrucarse un poco mas dentro de la bolsa de dormir mientras cierra los ojos con fuerza para evitar encontrarse con la oscuridad absoluta del hogar. Piensa en buenas cosas que puede hacer ahora y sonríe sin querer cuando imagina tener nuevas oportunidades a partir de ahora pero poco a poco esa imaginación se desvanece y se reemplaza con las imágenes de sus recuerdos de todos esos cadáveres en el club anterior. Su estómago se siente extraño, se revuelve, siente como la presión allí es tan fuerte que cuando menos se lo espera ya se encuentra vomitando a un lado de la bolsa. El absoluto asco de los cuerpos devorados y mutilados por dientes idénticos a los suyos le crean nauseas que no paran.

La noche es pesada como imposible pero nunca se da por vencido y su sueño llega después de tanto esperar por el. Cuando la mañana siguiente llega, no queda mas opciones que limpiar cada parte de suelo que ensucio mientras piensa en su desayuno. No tiene que preocuparse de encontrarlo en algún sitio porque el club puede brindarle algo de comida hasta que su primer pago suceda y pueda comprar lo que desee.

Esta vez puede olvidarse de utilizar la ropa de seda que utilizo en toda la noche para escapar de la ciudad y puede vestir de ropas normales que le provocan calidez para protegerse del frío del invierno. 

En camino al club, puede observar muchas personas en las calles caminar con tranquilidad como si ningún muerto vivientes ha existido antes y parecen felices platicando entre si mientras van de camino a sus respectivos trabajos. Park solo observa a su alrededor y no puede evitar detenerse en el camino para contemplar como los vehículos en las calles conducen con tranquilidad en un trafico regular de todos los días. Sonrió mientras continua con su camino al club que ahora lo ha contratado rápidamente en la noche anterior en una desesperada búsqueda de ayuda. Se abraza a él mismo mientras da un paso y otro hasta su destino mientras su aliento crea una nube de vapor salir de sus labios por el frío del ambiente.

Su nariz se enrojece por el frio como también sus mejillas y labios. Tan solo por minutos olvida lo que observaron sus ojos en la noche anterior, olvida los cadáveres, olvida los dientes repletos de sangre de esos zombies y recuerda que puede tener una vida diferente. Pero cuando jura que olvidó todo por horas, entonces se equivoca porque mientras camina hacia el club, sus oídos captan las palabras de dos personas platicando entre ellas en medio de su camino y su sonrisa se borra mientras se vuelve cabizbajo.

"¡Oí que hay unas personas caníbales devorando a otras hasta saciar su hambre! ¡Ocurrió en otra ciudad!" Dijo una de las personas, una mujer anciana que vestía de ropas holgadas y viejas. Sus ojos observan a una mujer adulta a punto de la vejez pero no tanto como la anciana frente a sus ojos.  Y Jimin no puede evitar observarlas de reojo mientras lo escucha todo. 

Desea borrar lo que escucho mientras acelera su paso hasta el club con fuertes impulsos de volver al hogar y mantenerse alejado de todos porque posiblemente tiene la certeza de ser el único sobreviviente de esa ciudad. No tiene intenciones de interactuar con nadie cuando se adentra en el club, ignora al jefe del sitio que se divertía platicando junto a sus bailarinas en la barra de tragos. Solo camina hasta su nuevo camerino pero compartido con otra bailarina.

Es el único hombre en todo el club y ellas ya no desean que continúe en el club pero apenas han pasado horas desde que es parte del club. No le agrada a nadie allí y lo sabe porque puede robar con facilidad los clientes de los demás. No tiene que hacer demasiado esfuerzo para obtener dinero, solo un poco de baile y obtiene demasiados clientes pagando por una noche que jamás obtendrán. Su belleza de ángel es un imán de dinero y puede saber como utilizarla pero también sabe cuando no debe.

Su show se aproxima como la noche al aparecer y los clientes mas millonarios llegan a sus mesas asignadas para ver el nuevo bailarín del que los invitados del club hablan en las calles. Tantos rumores se han creado en las calles debido al nuevo bailarín que asistieron demasiado clientes con mucho dinero en sus manos para asegurarse de que el rumor sea cierto. Ellos desean verlo y el bailarín desea poner lo mejor de él en el show para robar todos sus billetes. 

Sus telas de seda que dejan su cuerpo semi desnudo son de color blanco y puede dejar muy poco a la imaginación para los clientes. Eso atrae el deseo de estos por comprar el cuerpo del rubio tan solo por una noche y es tan peligroso en este nuevo club. En este nuevo club, ya no conserva la misma regla y protección que en el antiguo club.

Parece que en lo profundo del bailarín navega la inseguridad, miedo y desprotección a su alrededor porque puede que estas noches sean difíciles para él. Ahora cualquier cliente podrá pagar su cuerpo para una noche y eso duele demasiado. No quiere ser un juguete de fantasías. 

Cada paso hacia la plataforma con tubos metálicos, es una nueva dolorosa oportunidad de su vida. Sus ojos encantadores puede hipnotizar y atraer pero jamás sabrán que detrás de esa mirada coqueta se oculta el miedo de lo que todos esos hombres desean hacerle esta noche. Su caminata hacia el tubo hace que se posicione delante de este y su espalda se pega al tubo mientras la desliza sobre esta hasta que sus piernas se reflexionan en cuclillas.

Sus brazos se estiran sobre su cabeza mientras sus manos no se sueltan del tubo y ladeó su cabeza un poco para bajar sus párpados y subirlos enseñar un mirada nueva pero seductora.

En una mirada rápida se percata que cada hombre cliente que se encontraba, aproximaba su cartera repleta de billetes sobre la mesa en la que se encontraban y eso hizo sonreír a Park por debajo de la tela que cubría la mitad de su rostro hacia abajo, la cual deja expuesta solo sus ojos maquillados.  Pero sonríe un poco mas cuando otro hombre saca de su cartera dorada, un par de billetes y los eleva por el aire para enseñarle al rubio que estaba dispuesto a darle propina.

El rubio camina hacia los escalones para bajar de la plataforma de baile y cada escalón es pisado con sus pies desnudos acompañados de una caminata sensual pero felina que nunca olvida de hacer para cautivar a sus clientes. Un rápido vistazo hacia la barra del club y puede observar que las bailarinas del club demuestran envidia y molestia cuando Park puede lograr que paguen por él como también puede provocar que todos estos caigan a sus pies.

Al primer hombre que se aproxima es quien ha elevado sus billetes en el aire llamando por el rubio bailarín que se acerca a el con un movimiento de caderas suave y delicado. El exótico bailarín intenta tomar el billete pero el hombre lo aleja de sus manos y parece que la mirada que le da al rubio pide algo mas a cambio del dinero. Eso molesta al rubio pero no lo detiene y demuestra lo mejor que puede hacer.

Ese rubio no es nada tonto, sabe que desea observa un poco mas de su piel y siendo tan descarado como también rebelde, descubre su pierna derecha enseñando su muslo de las telas que lo cubre y su pie descalzo de coloca entre las piernas abiertas del hombre pero sobre el pequeño espacio del asiento. Sus pequeñas manos acarician su piel expuesta ante la mirada embobada del hombre y en un rápido movimiento de distracción, Park le arrebata los billetes de la mano para luego alejarse rápidamente cubriendo su muslo mientras se dirige al siguiente cliente que eleva sus billetes.

En otra caminata felina y lenta hacia el siguiente cliente, Park esconde el dinero en las telas que rodean sus caderas y avanza con impulsos de rebeldía hacia el siguiente cliente quien lo espera con dos tragos para darle una señal de que lo invita a beber con él a cambio de dinero pero el movimiento impredecible de Park hace que ese hombre se confunda.

Bueno parece ser que el bailarín exótico sube a la mesa gracias a una silla vacía en la mesa y luego arroja el trago que se supone a era solo para él. El cliente frunce el ceño y luego se pone de pie rápidamente cuando ahora su trago cae en sus pantalones de lujo por culpa del pie descalzo del bailarín, quien lo empuja con esa intención. 

—¿Pero que demonios crees que haces?— El tono algo molesto de ese cliente es callado por el rubio, quien da un giro sobre la mesa y su mano se extiende hacia el rostro del contrario con el dedo índice elevado mientras que de sus labios sale un largo "shh". Eso logra que el hombre guarde silencio con una mirada suave. Lo único que podía hacer era dejar que el bailarín tome su dinero y luego verlo marchar de su mesa hacia otro cliente.

Finalmente cuando obtuvo todo el dinero que deseaba, regreso a la plataforma de baile antes de despedirse de sus clientes, su mano se sostuvo del tubo mientras caminaba alrededor de este intentando cautivar por última vez y por último su show acabo cuando las luces rojas se apagaron. Los clientes no se encontraban tan felices de que el rubio acabara con su show, ellos deseaba mas y mas. Ellos explicaban que cuando lo observaban, sus corazones bombean rápidamente y sienten que es amor pero en realidad puede tratarse de una obsesión por un bailarín.

"Ahora una advertencia, por favor no salgan de casa esta noche, una de las ciudades mas cercanas a esta ciudad ha sido atacada por humanos infectados por un extraño suceso y se cree que están en camino a infectar mas personas. Repito, regresen a casa, es peligroso en la noche. Que dios nos proteja."

Jeongguk giro su cabeza hacia su mejor amigo cuando ambos oyeron la advertencia en la radio. Ambos sentados en el sofá de la sala de la cabaña mientras intentaban saber mas de la ciudad, ya que como Tae y Jeon también el equipo de sobrevivientes dejaron una de las primeras pequeñas ciudades infectadas para vivir lejos en los bosques. 

—Pronto sea todo el país y luego el mundo.— Susurró Tae para luego beber un poco de cerveza de su lata en la mano y después le dio una calada al cigarrillo que Jeongguk le paso para que lo tomara.

El azabache solo parpadeo mientras rascó su cabeza intentando buscar otra transmisión con la pequeña radio sobre sus piernas y movió el botón de un lado a otro buscando señal del nuevo destino que se acerca cada vez mas rápido pero nadie puede detenerlo porque parece estar escrito.


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