II: Muertos.
❝Para sobrevivir hay que vencer el miedo antes de que el te gane a ti.❞
—
Las horas pasan, su sueño sigue y la conciencia lucha para regresar pero su inconsciencia pelea por quedarse para no afrontar la realidad en la que se encuentra.
Regresando al caos, los gruñidos ya no se oyen como antes. La iluminación de un nuevo día por la mañana entra por la ventana de su camarín y sus ojos se molestan con esos rayos de iluminación. Su maquillaje se encuentra un poco corrido luego de las lágrimas de miedo que dejó caer hasta el sueño.
Las telas rojas que cubren sus caderas y un poco sus piernas no le dan el calor que desea cuando no es la mejor estación del año para vestir de esta forma. Invierno, una estación del año que ama pero no puede estar seguro si ahora la sigue amando cuando la noche anterior fue como una pesadilla lúcida.
Frota sus ojos antes de ponerse de pie y caminar hasta el armario que bloquea la puerta. No puede oír nada mas venir desde el otro lado y cree que puede salir. Necesita hacerlo, su estómago comienza a rugir y no consumido nada desde hace horas.
Antes de escapar de ese lugar, busca en el mismo armario algún abrigo para cubrir su cuerpo semi desnudo y luego se coloca a un lado del mueble para moverlo con lentitud sin provocar ningún ruido.
Apreta los labios cuando el armario provocó un chillido contra el suelo al moverlo y se detuvo para escuchar si ocurría algo en el pasillo antes de volver a mover el mueble. La puerta logra ser libre del bloqueo y toma el pestillo en una mano para moverlo lentamente para luego tirar de la puerta hacia atrás con mucho cuidado de no hacer ruido.
Su cabeza es la primera en aproximarse al pasillo para observar por ambos lados si se encontraba algún zombie allí y solo se percató de cuerpos desgarrados, mutilados con demasiada sangre que cubría todo el pasillo como paredes y suelo.
Sus pies salieron del camarín, primero pensó como saldría de allí sin llamar la atención de ningún zombie y sus pies dieron pequeños saltos entre los cadáveres devorados mientras en su rostro reflejaba su expresión de asco ante tanta sangre. Su mente debía pensar en otra cosa para no sentirse impresionado por ver tantos cuerpos muertos a su alrededor y podía jurar que podía vomitar de asco.
Cerró los ojos cuando dio el último pequeño salto sobre un cuerpo sin cabeza y sin brazos. Deseaba vomitar por el olor a sangre que inunda sus fosas nasales pero fue fuerte contra el impulso de su estómago y continúo alejándose de los cadáveres para comenzar a caminar pegando su cuerpo contra la pared del pasillo, intentado no emitir algún sonido.
Al final del pasillo, su cabeza volvió aproximarse pero está vez fue para observar si el próximo pasillo hacia la salida se encontraba algún zombie y realmente fue su hora de suerte. Ninguno de esos asquerosos humanos se encontraba allí y fue tomó la decisión para caminar con pasos ligeros hasta la puerta del callejón pero si no fuera por un zombie que salió de uno de los camarín frente a sus ojos, quizá ya estaría afuera del club.
El zombie movió sus piernas torcidas y su torso desviado al caminar fuera del camarín, saliendo de este al pasillo con su cabeza en dirección a la puerta de salida que Park deseaba llegar pero el rubio se detuvo antes de llegar y su cuerpo se mantuvo quieto.
Sus labios se vuelve apretar fuerte cuando los dientes de ese zombie chocan entre si en busca de carne humana para alimentar su insaciable estómago anormal y su cabeza se mantiene aún en dirección a la puerta como si esperará que algo ocurra pero no puede darse cuenta que un humano se encuentra a dos metros de él.
Ese zombie le da la espalda y se mueve en su caminata torcida mientras que sus brazos se doblan como sus dedos provocando sonidos de huesos mientras se mezclan con el sonido de sus dientes que no paran de castañear.
El bailarín traga duro cuando sus labios se abren sorprendido al observar como ese zombie da unos pasos hacia la puerta pero jamás se gira porque su estómago busca comer desesperado. Desea comer, su cerebro ni siquiera piensa en lo que hace hasta que se aproxima a una pared del pasillo y comienza golpear su cabeza contra ella intentando evadir el hambre con el dolor.
Park se lleva una mano a sus labios para no dejar escapar ningún sonido de horror cuando la cabeza de ese zombie se golpea contra la pared hasta crear una gran mancha de sangre en esta y un poco en el suelo por la sangre que resbala.
Es ahora o nunca, sus pies desnudos avanzan un poco y sabe que el zombie le da la espalda mientras se golpea sin piedad su propia cabeza, provocando sonido de algo viscoso chocar contra la pared y sabe que puede tratarse de su cerebro luego romper su cráneo.
Quiere vomitar por la escena en la que se encuentra y solo desvía su mirada a la puerta de la que se encuentra cada vez más cerca, sus pies dan pasos largos hasta la puerta pero cuando su mano se posa sobre el pestillo, un gruñido de hambre hacia su dirección le alerta que fue descubierto antes de escapar.
Park gira su cabeza un poco hacia atrás y sobre su hombro puede observar como el zombie gira su cabeza lentamente hacia él para observarlo con sus ojos rojos como la sangre que gotea de su boca abierta y dientes sucios de la misma.
Ninguno de los dos se mueve en ese instante, solo pueden observarse entre ellos con diferentes miradas mutuamente. Una mirada vacía y roja contra una mirada de miedo mezclada de pánico.
No puede evitar apretar nuevamente sus labios por última vez antes de abrir la puerta con rapidez y salir corriendo de allí siendo perseguido por el zombie que corre detrás de él ahora sin importar que sus piernas estén torcidas como todo su cuerpo muerto.
Sus pies corren todo lo que puede por las calles vacías y repletas de vehículos encendidos pero abandonados mientras los esquiva con rapidez alejándose cada vez de ese zombie que lo persigue desde el club. Sus lágrimas comienzan a bajar por su rostro frío mientras piensa en dónde se ha metido y porque nadie puede ayudarlo cuando ahora mismo llora por su vida.
Se encuentra solo sin nadie que lo ayude a salir y todo esto se asemeja como la primera vez que fue atrapado en ese club. Aquel zombie puede ser el dueño perfectamente que corre hacia él con la intención de nunca dejarlo ir y jamás le daría la libertad que deseaba porque bailar sería para toda su vida.
Odia a esa pandilla como a su padre que lo ha encerrado en una deuda imposible de pagar y al mismo tiempo en un club donde no existe nada que sea suyo. Hasta las telas de su vestimenta son de ese club como toda su vida.
𝐂𝐀𝐑𝐍𝐀𝐆𝐄
Un frío ambiente, una lluvia helada y un cuerpo desempatado de la vida. Park se encamina hacia un metro subterráneo con cuidado de no ser atrapado por la pandilla. No puede fugarse sin pagar la deuda, podría causarle consecuencias mucho más graves de las que tiene ahora. Es así que baja las escaleras hacia el metro subterráneo con rapidez mientras cada veinte segundos su cabeza se gira hacia atrás para asegurarse de que nadie lo sigue.
Cruza sus brazos sobre su abrigo cerrando este con fuerza para no sentir el mismo frío que sienten sus pies descansos y algo sucios de tanto correr por las calles de pocos zombies que se encontraban allí.
Cada escalón que sus pies pisan en puntas, es una mirada hacia atrás para no encontrarse con algún hombre de esa pandilla hasta que llega al metro y se percata que se encuentra vacía pero la iluminación continúa en el sitio. Camina hasta poder encontrar un asiento y aguardar su espera para que el metro llegue.
No esta seguro si el metro pueda funcionar pero conoce muy como funcionan y la mayoría de los metros de la ciudad solían funcionar de manera automática aunque el piloto se no encontrará en el.
Su cuerpo tiembla demasiado por el frío que siente en sus piernas desnudas y desea llegar a su nuevo objetivo pronto antes de que todo sea un caos a su alrededor.
El sonido de un tren aproximándose por el túnel del metro subterráneo hace que sus esperanzas de escapar aumenten y se coloca rápidamente de pie pero cuando lo hace, sus oídos se agudizan y escucha perfectamente como múltiples pasos bajan por las escaleras del metro.
Gira su cabeza con miedo cuando la voz de uno de esos hombres es reconocida inmediatamente y su cuerpo no puede evitar temblar mucho más que antes.
—¡¿Dónde crees que vas?! ¡Sabes que puedo encontrarte sea donde vayas!
Pero el tren no se aproxima tan rápido como recordaba, esos hombres ya lo encontraron de pie esperando por un viaje en tren y sonrieron con maldad cuando divisaron el cuerpo de Park a la distancia, sin esperar un segundo más, sus pasos se aproximaban al rubio mientras que este último observaba como las luces del tren se volvían cada vez más grandes en el oscuro túnel aproximándose a la estación.
—Por favor, más rápido.—Susurró con miedo observando el tren y luego a los hombres que se aproximaban a él con navajas que sacaban de los bolsillos de sus abrigos.
—¡No vas a escapar de nosotros, angelito!
Pero el tren estuvo de su lado está vez y finalmente llegó frente a sus ojos pero las puertas no se abrían tan rápido hasta que lograron abrirse pero la puerta por la que debía adentrarse se estancó y no abrió lo suficiente para pasar dentro del metro.
Es así que igualmente su cuerpo se colocó de lado y se adentró por la delgada abertura de la puerta del metro pero cuando sintió que se encontraba a salvó dentro del tren, su brazo fue tomado por uno de esos hombres que intentó jalarlo fuera del transporte pero Park intentó zafarse con rapidez.
—¡Jodido bailarín! ¿Crees que escapando de esta manera pagarás la deuda? ¡Paga ahora!
—¡Suéltame! ¡La ciudad se muere y tú solo quieres que pague una deuda! —Desconoce su voz, no reconoce el yo que acaba de gritar con todas sus fuerzas hacia ese hombre al que siempre temía elevar su voz. Eso provoca que el hombre lo suelte algo sorprendido y Park toma la iniciativa para adentrarse más en el metro.
Finalmente las puertas se cierran pero cuando esos tres hombres intentan adentrarse de la misma forma que el rubio, ya es demasiado tarde porque el transporte comienza a moverse lentamente mientras las puertas se cierran rápidamente. Todo lo que queda es un Park observando a esos hombres dejándolos en el metro subterráneo de una cuidad muerta de zombies y puede ver en sus rostros la expresión atónita de ver como un ángel se escapa de sus manos.
Pero Jimin no siente nada por ellos, solo quiere que se pudran en esa ciudad mientras él busca una nueva oportunidad de sobrevivir y necesita ir hacia otra ciudad para reencontrarse con un viejo amigo que posiblemente puede ayudarlo en esta situación.
Horas de viaje en un tren que se mueve a toda velocidad por debajo de la tierra en túneles oscuros como la noche en la que poco a poco cae sin que él lo sepa, ya que sus ojos se cerraron y su mente decidió dormir en todo el viaje, y jamás se percata que lejos de los asientos que se recuesta para descansar, un hombre de chaqueta negra, vaqueros y botas negras, lo observa desde la distancia.
La hacha de ese hombre desconocido gotea sangre fresca en el suelo del metro y su rostro se oculta debajo de un cubrebocas negros. Nunca sabrían quién era ese hombre cuando Park despierta de un pequeño descanso y sus ojos se mueven hacia ese hombre que lo observa fijamente.
Ambos conectan miradas pero Park la baja cuando se siente demasiado intimidado como para continuar observándose mutuamente y ese hombre de cabello azabache, peinado hacia atrás con undercut a cada lado de su cabeza, lo sigue con la mirada.
Sus ojos son grises pero penetrantes. Toda su aura irresistible pero muy peligrosa como la energía que proyecta, oscura pero atractiva y algo en él le dio la certeza que no era cualquier hombre con el que puedes tener un problema.
La mano en la que lleva su hacha se mueve para enseñar mucho mejor aquel objeto peligroso gotear cada vez más sangre y el cuerpo del bailarín se estremece cuando sus ojos se desvían a las gotas de sangre que caen en el suelo.
Antes de decir algo hacia ese hombre, este mismo se pone de pie cuando el tren se detiene en una estación diferente y antes de bajar del transporte, observa al rubio a los ojos para luego girarse un poco y señalar el asiento que ocupó antes. En el asiento puede apreciarse un trozo de papel escrito y una botella de agua con un trozo de pan en su envoltorio. Parece que lo deja para él y finalmente baja del tren cargando una mochila en su espalda mientras juega con su hacha alejándose del tren del que acaba de salir con la mirada del rubio sobre él a través de las ventanas del tren.
Cuando el tren vuelve a su funcionamiento habitual, Park se pone de pie con cuidado y camina hasta el asiento dónde ese hombre se encontraba minutos antes. Entre sus dedos tomó aquella nota y observó cada palabra para luego darle un vistazo rápido a la botella de agua junto a ese pan.
❝¿Ángeles? En un lugar donde los muertos vagan, tengo que estar jodido de la mente. :)❞
Un toque sutil a la puerta que deseaba que se abra ahora tiene un hombre que le pregunta que desea del sitio al que llama.
El callejón es igual de frío que todos los sitios en dónde ha estado hasta ahora y los ojos de ese hombre desde la pequeña abertura de la puerta pueden observar como el cuerpo del bailarín tiembla de frío sin importar que lleve un gran abrigo sobre su cuerpo.
—¿Qué es lo que buscas aquí?
—Joon.
—¿Joon? ¿El jefe Joon?—El rubio asiente ante las preguntas del hombre.—¿Cuál es tu nombre, bonito?
—Park Jimin. Debes de reconocerme, el jefe Joon es uno de los conocidos en los clubs y yo soy el mejor bailarín de la otra ciudad. ¿No es suficiente información?
El hombre parpadeó cuando escucho la información necesaria y luego cerró la abertura de la puerta por dónde observaba. Sus manos se movieron rápidas quitando el seguro de la puerta y luego puedo encontrarse frente a frente a ese bailarín hermoso que lo cautivó con solo observarlo.
—Sal de mi camino. — Susurra Park entre dientes cuando ese hombre no quiere perderse la belleza de ese bailarín y no puede detenerse pero aún así se quita de su camino para permitirle adentrarse al club.
Una vez dentro del sitio, sus ojos buscan a Joon entre tantos hombres sentados en sus mesas observando como dos bailarinas semi desnudas bailan en dos plataformas diferentes con tubos metálicos. Rápidamente cuando se adentra entre tantos hombres, las miradas de estos se desvían de las dos bailarinas y se posan con deseo sobre el rubio que camina sintiéndose algo desnudo por esas miradas penetrantes.
Los silbidos de los hombres sobre el bailarín distraen a las dos bailarinas que demuestran molestia cuando su show está siendo interrumpido por ese bailarín que solían detestar.
Park no le importaba lo que ellas pensaran, solo se aproximó a una de ellas con el deseo de saber a dónde se encuentra Joon.
—¿Tú otra vez aquí? ¿Vienes por nuestros clientes? — Suelta algo molesta una de ellas mientras se sujeta del tubo metálico.
—No me interesa sus clientes, no es por lo que estoy aquí. Busco a Joon.
—Oh ¿Joon? Está en su oficina pero ten cuidado, no querías arruinar su momento de paz.
Jimin finge una sonrisa amable antes de adentrarse en los pasillos del club en camino hacia al oficina de Joon mientras que choca con diferentes bailarinas que lo observan con molestia cuando no olvidan que Park alguna vez fue mejor que ellas en este club.
La puerta de esa oficina era la esperanza a su vida. No pensó en tocarla y solo se adentró en la oficina encontrando a Joon sentado detrás de un escritorio con su traje oscuro y elegante.
—¿A qué se debe tu regreso?—Pregunta Joon con un cigarrillo lejos de sus labios sostenido entre sus dedos y el humo se escapaba rápidamente con cada palabra.
—Necesito tu ayuda.
Y es así que el hombre contrario apaga su cigarrillo en su cenicero de oro sobre el escritorio mientras sus ojos penetrantes no se quitan del rostro de Jimin.
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