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CARNAGE II: Abrázame.

❝Estoy decepcionado, pero creo que puedo perdonarte.❞

Fue nulo el intento de cerrar la puerta detrás de él cuando Jeongguk lo siguió hasta la habitación para hablar, pero se negaba a darle una explicación de su enojo.

Jeongguk logró que esa puerta no le diera en el rostro, y mejor la cerró detrás de él cuando los dos estuvieron finalmente solos en la habitación, intentando tener una conversación que no parecía ir a ningún lado ya que uno no comprendía lo que el otro le deseaba hacer saber.

—¡¿Por qué no me lo has dicho?! ¡Estás infectado.. y sufriendo!

El ángel no evitó su momento, necesitaba respuestas de todo, y ahora le molestaba cuan reservado había sido el carnicero con él como si no fueran más que conocidos. Le provoca molestia saber que no confía posiblemente en él y solo desea reservar cada pequeña cosa que ocurre.

—No quería que lo supieras, supongo que ya has visto mis píldoras y es por eso que te enojas tanto, ¿Verdad? El saberlo a través de mi medicación pero no a través de mi boca. — Respondió el carnicero siguiendo con su mirada al ángel que caminaba de un lado a otro.

—¡Es exactamente lo dices! Todo a través de tu medicación.. y a también en tu forma de actuar.

—¿Y es por eso que anoche decidiste no dormir conmigo? ¿Por qué escondí que estaba infectado o por qué crees que puedes contagiarte de mi?

El ángel se detuvo a observarlo por unos segundos, pero no respondió a sus preguntas, todo lo que expresaba era a través de su rostro serio y molesto.

Pero Jeongguk no dejaría que lo deje sin una respuesta, es por eso que extendió sus manos para tomarlo de las manos y intentar que lo observé fijamente al rostro para que pueda oírlo mejor lo que tenía por decir.

—No podía decírtelo.. no fue fácil para mí y tampoco lo hubiera sido para ti si te lo contaba.. piénsalo, te hubieras sentido tan mal.

Susurrar en sus labios lo que acababa de confesar lograba que el enojo en el ángel comenzará a desvanecerse un poco, pero no totalmente, no se dejaría convencer tan fácilmente.

—Si me lo hubieras dicho sin ocultarmelo, entonces todo esto sería diferente.

Y al carnicero le duele hasta quemar cuando ese ángel lo observa por primera vez con esos ojos tan bellos pero enojados, no puede reconocerlos y eso lo asombra un poco, pero no quiere que se aleje de él. Por primera vez, Jeongguk intenta que su ángel no lo observa de esa manera, toma su bello rostro y aunque de pequeños besos en sus labios gruesos, parece que su mirada nunca cambia.

—No me mires de esa forma, me duele cuando haces eso.. por favor. — Pero aunque susurre en sus labios y de un último beso, el ángel se zafa de él completamente, provocando que en su pecho se sienta un pequeño puñal.

—Te dolería aún más si alguien que quieres esconde una preocupante realidad y jamás piensa en confesar.

—¡Ángel!

Pero antes de que pueda tomar su mano nuevamente, Park se aleja al pasar por su lado y camina hasta puerta donde es abrazado por detrás para que no pueda irse tan fácilmente de la habitación.

Aún no sabe cómo se siente, incluso le regala el último jadeo que proviene de sus gruesos belfos cuando los suaves labios de ese carnicero besan y succionan la piel de su cuello para detenerlo, evitando que se escape de sus brazos, intentado que se olvide del enojo y de la situación por la que esta molesto. Solo quiere que se olvide que sea como hace unas horas antes.

—No me dejes así.. no te esconderé más nada..

Y aunque es tentador, su voz al susurrar en su oído puede seducirlo perfectamente, pero no podía dejarse llevar por ese tono tan seductor que utilizaba para persuadir. El ángel se niega zafando del agarre y abre la puerta para marcharse sin antes dejarle en claro lo que pensaba.

No sabes cómo se siente cuando alguien se preocupa por ti.. y aún así le mientes y lo escondes.. yo si me preocupé por ti.

Y sin mirar atrás, él ángel que le gustaba se marchó hasta desaparecer, dejándolo solo en una habitación donde ambos compartían, a lo que el carnicero no pudo evitar patear y empujar la puerta al estar molesto con su propio yo por no lograr convencerlo.

𝐂𝐀𝐑𝐍𝐀𝐆𝐄

Por primera vez, Sung hizo una excepción por sus nuevos visitantes en el bar y pensó en bajar de su oficina para hablar con Aurelio en la barra de tragos, después de todo, se debían charlas pendientes desde que este ultimo se marcho hace un tiempo cuando se lo pidió.

—Volver a verte es lo que jamás me espere en mi vida, debe ser que mi intuición me dice que tienes algo que ver con esos dos hombres que has atraído aquí. Dime, Aurelio, sabes lo que deseo saber.. 

Sung a su lado parecía el mismísimo diablo, vestido de traje negro y un perfecto corte militar que revelaba su pasado como uno, los tatuajes pequeños en su rostro y un cigarrillo entre labios que acompañaba con la elegancia que dejaba ver. No era un hombre de facciones y rasgos feos, pero era considerado atractivo para quienes le fascinaba un hombre malo.

—Me fue lo mas correcto de mi parte ayudarlos, no puedes negarme que nuevos rostros aquí no son buena idea, ¿Verdad? —Admitió el viejo carnicero, Aurelio, mientras acaba otro café preparado por Elizabeth.

El gran jefe de los mercenarios dejo que una de sus comisuras de su boca se curve hacia arriba cuando observo como el hombre a su lado bebe ese café que tanto le fascina y reconoce a su creadora con facilidad, después de todo, es la única que sabe sobre como preparar un buen café.

—No cortare tu cuello porque ya es tarde, pero al menos me divierte ver nuevos rostros en un lugar tan asqueroso y aburrido como este.. un poco de diversión no me viene mal.

Aurelio sabia lo que significaba "diversión" en el lenguaje de Sung, y no era nada bueno cuando se trataba sobre personas, temía por Jeongguk pero también por Jimin, y no evito resistirse en detener a Sung tomándolo del brazo para escuche atento a lo que sus labios tienen por comunicarle.

— Sung no te atrevas a destruir y jugar con estos pobres chicos, solo quieren comida y un poco de madera para calentarse en este frio invierno que tu y yo sabemos que no es fácil de sobrevivir cuando un montón de zombies tienen hambre de carne. Hoy en día, refugiarse fuera sin ayuda y sin experiencia, es como vivir el infierno en vida.

—Lo pensaré, pero lo que yo decida con ellos no te incumbe en absoluto, tu ya hace tiempo que dejaste de ser un carnicero aquí, por lo tanto, ya no tienes la misma oportunidad para opinar como antes. —Y solo fingió una sonrisa agradable antes de alejarse y zafarse de su agarre, y camino alejándose para adentrarse mas al bar, siendo saludado por sus hombres del clan.

Aurelio apretó sus labios y siguió con la mirada a Sung que se alejaba, pero no la quito hasta que vio como este mismo se acerco a hombre rubio sentado en una de las mesas del lugar casi vacío. Jimin. El frunció el ceño cuando vio como Sung se sentaba junto al rubio y se asombro de verlo por primera vez sentarse junto a alguien que desconocía.

Sin dejar de tener sus labios apretados, giro su cabeza de regreso al frente cuando imagino en su cabeza el rostro de Jeongguk si supiera que Sung ahora lo esta acompañando en una mesa para solo dos personas.

Pensando en el azabache, este ultimo apareció bajando las escaleras mientras se rascaba la nuca algo molesto por lo ocurrido hace minutos atrás, pero Aurelio lo detuvo cuando casi lo vio pasar de largo y lo obligo a sentarse con el.

—Jeongguk, hay algo de lo que me gustaría hablar antes de que el plan siga.. parece ser que Sung tiene en mente algo que se perfectamente como funciona.. no será nada divertido, pero como premio podrían darte las provisiones que necesitas a cambio de que le des un poco de diversión a el y a todos sus hombres.. pero enserio, esto ya no es divertido, podemos buscar la forma de encontrar comida para Yoongi y todo su clan.. —Pero cuanto mas explicaba Aurelio, mas intriga tenia Jeongguk sobre lo que le hablaba.

—¿Qué es lo que pasa realmente, Aurelio? — Pregunto el carnicero mientras tomaba asiento a su lado.

El mencionado desvió su mirada hacia Sung antes de regresarla a los ojos de Jeongguk, quien elevo sus cejas para hacerle saber que lo escuchaba ante todo lo que tenia que decirle.

—Cada vez que alguien es nuevo aquí y desea ser parte del clan, debe participar en una competencia con otros mercenarios, donde debes enfrentarte a todos ellos en una pelea de matar o morir... el "ganador" obtiene lo que desee, pero primero tiene que sobrevivir en todas las rondas que existen con diferentes obstáculos.  No tienes que aceptar competir Jeongguk, podemos buscar otra forma de obtener comida y todo lo necesario para tu clan, lo prometo. Muchos han muerto en el intento, y no dejare que tu también lo hagas. —Expreso Aurelio mientras sujetaba de los hombros al carnicero azabache que lo observaba pensativo ante sus palabras.

—Pero necesito que mi clan no muera de hambre, y el ciervo que mate en el bosque no es suficiente carne para todos. Yoongi me lo pide, yo debo ser fiel y ayudarlos... daría la vida por ellos y jamás dejaría que mueran. ¿Tu no la darías por un clan que te ha salvado la vida alguna vez?

Aurelio apretó sus labios una vez mas al oírlo y no pudo evitar pensar en la misma situación.

—Jeongguk, yo..

—Aurelio, lo mejor que has hecho fue ayudarme esta vez. —Agradeció el carnicero con unas palmadas en el hombro del mencionado. Pero antes de seguir agradeciendo, Jeongguk sintió como su leve sonrisa se borro al observar, por encima del hombro de Aurelio, a Jimin hablando con Sung en una misma mesa. 

Su gesto cambio y su rostro comenzaba a volverse sombrío cuando los vio conversando como si el mundo estuviera en paz y los zombies no existieran, o peor, como si nadie mas que ellos existían en el lugar. La molestia envenenó su cuerpo y no se detuvo en comenzar a recorrer todo este con celos, mientras la comisura de su boca se curva hacia arriba observando como Sung cada vez intenta acercarse al rubio disimuladamente mientras conversa con el.

—Jeongguk... no creo que debas..

Aurelio intento calmarlo, pero el azabache no parecía tener mucha paciencia en ese momento. Un mínimo y descarado movimiento de ese tal Sung hacia Park, y jura que podría explotar de la rabia. Ese tipo no le daba buena espina.

Pero la gota que rebalso el vaso de paciencia de Jeon, provoco que se mueva bruscamente del lugar a un lado de Aurelio cuando observo perfectamente como la mano de Sung se coloco sobre la de Jimin sobre la mesa, y sobre todo, Sung antes de hacer cuyo movimiento, le dio una mirada rápida al azabache antes de llevar a cabo su plan.

—Esta provocándote, Jeon, no sigas su provocación.. Sung esta probando tu enojo y eso lo divierte.

Las palabras de Aurelio no pueden hacerlo entrar en razón porque se zafa de su agarre y camina hacia ambos sentados en la mesa mientras sus puños se aprietan tan fuerte que puede sentir como la sangre casi no fluye en sus manos. Y cuando se coloca frente a la mesa, su gesto frio en su rostro oculta su verdadero sentimiento posesivo.

—¿Interrumpo alguna mierda?  

Sung sonrió en su dirección en cuanto lo escucho frente a ambos, pero Jimin solo observo la situación sin sorprenderse.

—Nada mas que una simple conversación entre viejos conocidos.. ¿Verdad, Park? Por cierto, supe que eres excelente peleando.. Jimin me habló muy bien de ti. —Sung se coloco de pie en cuanto termino de hablar, demostró una sonrisa en su rostro que Jeongguk no compartía, ya que se mantuvo serio al escucharlo.

—¡Ja! ¿Y que mas? ¿Acaso no conto sobre como soy tan en otras cosas además de pelear?  —Preguntó sin descaro el carnicero mientras se cruzaba de brazos, y le daba una mirada picara y rápida al rubio antes de regresar sus ojos hacia Sung.

—Quizás de tantos amantes, solo fuiste el único afortunado en ser elegido, ¿Verdad?  es una muy buena suerte la que tienes... pero no es ese el tema de conversación, digamos que Park solía ser un bailarín que yo solía admirar cuando lo veía bailar, pero el mundo le ocurre morir de esta manera para acabar con mi sueño despierto de poder seguir viéndolo.

Sung sonrió hacia Jimin y luego soltó una pequeña risita cuando los recuerdos venían a su mente, mientras que Jeongguk asintió intentando calmarse colocando sus manos en su propia cadera y su lengua presionaba su mejilla interna, formando un bulto prominente hacia afuera.  No pensó en hablar, mejor dejo que Sung prosiguiera.

—Sabia que no era mudo en absoluto.. porque reconocí que se trataba de él cuando lo vi por primera vez después de tanto tiempo... y gracias a Jimin, creo que decidí que puedo darles las provisiones que tanto necesitan... pero con la condición de que antes, deben hacer lo que les pido. 

—¿Qué es lo que quieres a cambio? Todo lo que tenemos es nuestra ropa y nada mas que eso. — Habló el carnicero hacia Sung.

—Es tan fácil como aceptar competir para un torneo de rounds, donde tienes que ganar y divertir a mis hombres para ganarte lo que necesitas... el ganador se lleva lo que quiera. Piénsalo, diviertes a mis hombres en una jaula de peleas, y si ganas te daré lo que has venido a buscar, pero si pierdes entonces tendré que hacer que ellos se diviertan contigo.

Aurelio estaba en lo cierto, jamás desconfió de las palabras de este cuando lo escucho y no tardo en aceptar ante su propuesta, pero Jimin volteo a verlo preocupado por su elección y trago duro cuando Sung sonrió con una pizca siniestra en su mirada hacia el carnicero. 

—Entonces.. ¿Harías todo eso con tal de un poco de carne o comida?

La mano del jefe de los mercenarios se extendió en dirección al azabache, parece que deseaba hacer un trato y el carnicero no se echo para atrás, y termino estrechando su mano con la suya en un acuerdo sellado.

—Todo lo que se necesita hoy en día, son hombres igual de valientes como tu que afronten todo lo que esta por venir en sus vidas. Como tu, quedan pocos.

—Por algo estoy aquí... — Susurro el carnicero antes de soltar su mano.

—Entonces demuéstrame aun mas de esa valentía.. — Sung quería ir aun mas allá de un simple apretón de manos, y saco un cuchillo mediano de combate de su cadera, y se lo extendió al contrario para que lo tome.

Jeongguk observo el cuchillo en su mano y escucho lo que Sung quería que hiciera con aquel objeto filo en su poder, y los ojos de Jimin expresaron lo que el azabache no hizo, sorpresa, cuando lo que le pedía era imposible.

— Quiero que intentes clavar ese cuchillo en el blanco de ese tablero de dardos colocado en la pared, y si aciertas, entonces eres parte del torneo... no olvides que la victoria te espera. —Susurro Sung a su lado mientras su dedo señala el tablero de dados frente a ellos.

Poco a poco, los mercenarios de todo el clan comenzaban a acercarse a la situación esperando ver lo que sucedía y estaban emocionados al oír que habría un nuevo torneo que aseguraba un buen show de entretenimiento. Y cuando menos se supo, el bar estaba completamente ocupado de todos los hombres del clan rodeando a Jeongguk y al Jefe, estando ansiosos ante la situación.

Así que el carnicero podía sentir sus miradas y ver sus sonrisas macabras mientras elevaba el cuchillo para apuntar hacia el tablero, luego tomo un respiro rápido y profundo antes de mover su brazo hacia atrás y tomar fuerza para lanzar el cuchillo cuando ya tenia en mente el blanco, y acto seguido, movió su brazo con rapidez hacia adelante y lanzo el cuchillo que jamás acabo sobre el tablero... pero si en el centro de la cabeza de un mercenario que observaba todo, y su cuerpo sin vida al caer suelo provoco que sea el único sonido seco que se escucho en todo ese momento de silencio.

Sung aplaudió en cuanto sus expectativas fueron superadas y ni siquiera le importo si uno de sus hombres acabo muerto en el intento.. solo felicito a Jeongguk por ser parte del torneo que se llevaría acabo en tres días.

Todos los hombres mercenarios aplaudieron emocionados por la nueva fecha de un nuevo torneo, mientras que Jimin y Aurelio se encontraban sorprendidos por la indiferencia de todos esos hombre ante la muerte de uno de ellos del clan.

Estaban dementes.

[...]

En medio de la noche y en el sueño, sus pulmones comienzan a fallar cuando la respiración se ve interrumpida por un brusco cambio de ritmo de inhalación, provocando que comience a toser y busque con sus labios bocanadas de aire,  pero siente que le falta el aire cada vez. Su cabeza es atravesada por un fuerte dolor que provoca que se siente rápido en la cama mientras no puede detener su tos que cada vez suena peor.

La preocupación de ángel creció cuando estaba durmiendo, por ciento en la cama contraria y separada de la cama del carnicero, y se coloco de pie en cuanto observo con sus ojos adormecidos como el azabache se encaminaba hacia el baño con ciertas dificultades para respirar.. no pudo quedarse a ver, y lo siguió al baño, para encontrarlo de rodillas frente al retrete vomitando y sudando demasiado. 

Sus mechones azabaches se pegaban a su frente debido a la excesiva sudoración que estaba sufriendo sin haber hecho ningún movimiento, a lo que Jimin se coloco a su lado sobando su espalda para esperar a que el contrario acabara de vomitar para tomar su rostro entre sus manos y observar sus ojos grises algo cansados y entre cerrados.

—No puedo verte de esta forma... — Su suave tono de voz es la única que puede tranquilizar su acelerado corazón.

En la perspectiva del carnicero, su visión no era la cercana a la realidad, ya que las alucinaciones comenzaban a surgir al observar al rubio con alas blancas de un ángel que provienen detrás de su espalda.

—Nunca me abandonaste... nunca vuelvas a abandonarme.. — Susurro el pobre carnicero victima de la alucinación mezclada con los vivos recuerdos borrosos de la infancia. 

Park estaba sorprendido de oírlo, jamás pensó que Jeongguk podría creer que lo había abandonado cuando se había molestado, pero aunque se moleste con el no puede evitar dejarlo sufrir y prefería cuidarlo. El rubio le permitió que sus fuertes brazos lo rodeen en un abrazo y su cabeza se recueste en su pecho para que descanse un poco mientras sus manos acarician el cabello azabache con suavidad para calmar ese bombeo acelerado de su corazón.

En el resto de la noche, Jimin se tomo el tiempo en ayudarlo a ducharse y luego vestirlo para acostarse junto a él para que este ultimo lograra por fin descansar. Su cuerpo demostraba signos de insomnio y faltas severas de horas de sueño, estaba exhausto, su piel tenia algunos hematomas de peleas y sus manos estaban ásperas de tanto ser utilizadas para el trabajo sucio.

La cabeza de Jeongguk descansaba plácidamente en su pecho como todo su gran cuerpo sobre el suyo, no había ocurrido nada pero Jimin creyó que era la mejor posición para que el carnicero sienta su corazón latir y así lograba calmarlo. Nunca detiene su caricia en su oscuro cabello recién lavado y suave al tacto, y en cada mechón que toma para acariciar, se percata que Jeongguk tiene el cabello largo cada día.. parece crecer mas rápido que antes.

Perdió horas de sueño por cuidarlo, pero no se arrepentía en absoluto.

—Supongo que eres el fuerte físicamente, pero yo soy el fuerte mentalmente para ti. —Susurro el ángel antes de darle un pequeño beso en cabellera azabache.

Cuyo beso lo despertó lentamente, sus ojos grises se movieron suavemente hacia arriba para observar aquel rostro bello del que se comenzó a sentir locamente atraído hace tiempo y su cuerpo fuerte se removió un poco para poder acercarse a los belfos gruesos de ese ángel. Un pequeño beso bastó para que Jimin abra sus ojos un poco y observara al azabache tan cerca de su rostro. No estaba sorprendido, pero si estaba contento de verlo mejor.

—Olvide que colocarte tu colgante.. 

Y cuando las manos del rubio intentaron colocarle el colgante religioso que mantenía guardado en su puño por si acaso, pero Jeongguk alejo sus manos para que no lo haga. 

—No lo necesito..

—Es lo único que te mantiene aun conectado a la realidad...

El carnicero negó, sus palabras a continuación, despertaron el calmado corazón del bailarín, provocando que lata demasiado fuerte.

—No lo necesito, te necesito a ti porque eres el que me mantiene aun conectado a la realidad... desde el primer momento, tu hermoso rostro me enloqueció, verte en el bosque por primera vez cerca de mi cabaña, me enloqueció... tenia que protegerte, y fui tan brusco porque era mi primera vez.

Cada palabra que sus delgados belfos expulsan, aun mas el corazón del ángel bombea y sus mejillas se sonrojan con aquella confesión inesperada, pero sus labios gruesos jadean cuando las manos de Jeongguk acarician y toman su rostro para rozar sus labios mutuamente, sus alientos chocan pero no es un problema, a ambos les gusta.

—Pero.. creí que ibas a matarme, creí que me odiabas..

Pero solo calló sus palabras, el azabache calló sus labios carnosos con su dedo pulgar al presionarlos suavemente y acariciarlos con el mismo para que nada de eso sea recordado.

—Amor... solo me siento tan bien cuando me haces sentir cuidado, incluso cuando sanaste mi herida por primera vez... tan solo por primera vez me sentí tan bien cuidado... haces que me sienta frágil y suave contigo.

Los bellos ojos azules dejan que los ojos contrarios se reflejen en los suyos, y sus pupilas se dilatan cuando lo que observan es lo que le encanta y su mente se enloquece con lo que escucha provenir del carnicero. Tiene en claro a lo que se refiere cuando se siente bien cuidado, y al sentir el colgante aun en la palma de su mano, inmediatamente lo asocia a su apariencia y se percata que es como un ángel. Es su ángel.

—Es lo que un ángel haría. —Susurro el rubio al apartar un poco el dedo sobre sus labios pero jamás lo quito completamente.

Y en el rostro del carnicero se dibujo una sonrisa que termino al morderse el labio suavemente antes de retirar completamente el dedo pulgar de esos labios gruesos y aproximarse a ellos con los suyos para fundirlos en un beso que parece que podría durar horas, y el resto de la noche es tan solo un relato que las sabanas saben lo que sucedió realmente al ser testigo en lo poco que aun quedaba de la noche hasta el amanecer.

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