Su madre se había escandalizado cuando le vio llegar a casa con la nariz hecha puré.

Le había querido jugar una broma y le había dicho que había tenido que colocar el tabique de vuelta en su lugar él solo porque no había nadie en enfermería, y que se había hecho esa mierda en el rostro escapando de unos bravucones.

Su reacción había sido graciosa hasta que la mujer se había puesto a llorar y Jake se alteró.

¿Por qué lloraba su madre tan histéricamente?

Se había acercado a ella con la intención de decirle que no tenía porqué ponerse así, que todo era una broma, pero la mujer había comenzado a reír al tiempo que gritaba un ¡caíste! que había puesto a Jake en un shock momentáneo.

—Sé cuando mientes, cariño.—le había dicho ella cuando logró controlar la risa.—Te tocas el cabello cuando lo haces.

Él había fruncido el ceño y hecho un puchero. Era cierto, y lo había olvidado en ese momento.

Después de eso, con un sonrojo en sus mejillas pintándolas de un lindo carmín, le había comentado a su madre respecto a lo sucedido con Sunghoon y la cita que le había pedido.

—Él es demasiado lindo, mamá. No sé cómo demonios lo logra, pero puede parecer un chico tierno y al segundo siguiente ser más ardiente que las brasas del infierno.—su madre había reído al escucharle decir aquello, pero Jake ni se inmutó.—El idiota me dio un balonazo que casi me rompe la nariz, me llevó al estilo nupcial hasta la enfermería, se quedó a mi lado todo el tiempo y además ¡me invitó a una cita!

—Le hubieras aceptado el dinero. Tus anteojos no saldrán nada baratos.

—Los anteojos son lo de menos, mamá, sabes que no los necesito realmente. El punto aquí, es que Sunghoon cree que soy lo bastante estúpido como para creer que su cita es con buenas intenciones. Después de eso el único perjudicado y dañado seré yo, puedes apostarlo.

—Podrías decirle que te pague para tener una cita con él.

—Eso suena a prostitución, mamá.

—Me gusta más verlo como una versión amorfa del sugar baby y el sugar daddy.

—¡Pero soy más grande que él, mamá!

—Bueno, sean la primera relación en donde el sugar baby es quien mantiene al sugar daddy.

—¡Shim Roseanne!

Su madre había reído siglos luego de eso.

¡Es que era el colmo!

¡¿Cómo siquiera ella sabía lo que era un sugar baby y un sugar daddy?!

—Mira, cariño, creo que quizás estás sobre reaccionando. No lo sé, puede que Sunghoon en realidad sí quiera una cita contigo.

—Mamá-

—Y lo que quiero es que tomes riesgos. No te prives de las cosas sólo por miedo. El dolor a veces es bueno para hacernos madurar, ¿vale? ¿O ya olvidaste a tu padre?

Jake gruñó molesto ante la mención.

—No es mi padre.

—Cuando fuimos novios muchas personas me advirtieron respecto a lo enfermizos que eran sus celos y su posesión. Lo dejé pasar porque yo realmente lo amaba. Luego quedé embarazada de ti. Él era tan salvaje y fuerte que sus golpes iban y venían sin que yo pudiera hacer nada. No lo había denunciado por miedo, me había privado de una libertad por tenerle miedo. Eso hasta que naciste y quiso golpearte sólo porque no dejabas de llorar. En ese momento supe que si no iba a las autoridades a poner una denuncia vivirías el mismo infierno que yo. El dolor en mi corazón de imaginarte siendo golpeado por él me hizo darme cuenta de que necesitaba salir de ese encierro. Tú me salvaste, cariño. Me hiciste más madura; lo suficiente para denunciar a tu padre y ponerle una orden de restricción.

—Mamá-

—Lo que quiero decir con esto, es que necesitas arriesgarte de vez en cuando. Hay cosas buenas entre las malas experiencias. Tú, por ejemplo. Si no me hubiera enamorado de tu padre, por más tóxica que fuese la relación, no te habría tenido a ti. Eres la luz en medio de esa mancha oscura de mi pasado, cariño. Y necesito que entiendas que no puedes hacer suposiciones sólo porque Sunghoon sea el capitán del equipo y alguien demasiado atractivo. No conoces a Sunghoon lo suficiente para juzgarlo antes de tiempo. Quizás, podrías darle una oportunidad. No digo que enseguida, pero tal vez, no sé, esperar unos días y si notas que él sigue insistiendo, darle esa oportunidad. ¿De acuerdo?

Su madre era la mejor, definitivamente.

¿Quién necesitaba un padre cuando tenías a Shim Roseanne como madre?

—Vale. Esperaré un poco y si veo su insistencia le daré una oportunidad.

—Ese es mi niño.

El abrazo se prolongó tanto como los pulmones de Jake pudieron resistir sin oxígeno.

Después de eso se había marchado a su habitación. Había arrojado sus cosas a un rincón, conectado al cargador su celular y tomado un par de prendas cómodas para irse a duchar. Ya listo, volvió a colocarse la pomada con aroma a mierda que había comprado en la farmacia de camino a casa y puesto otra bendita encima.

Su celular estaba totalmente cargado y la pantalla brillaba anunciando un mensaje nuevo.

Desconocido:
Hola~

Yo:
¿Te conozco?

Desconocido:
¿Podría decirse?

Yo:
¿Quién eres?

Desconocido:
¿No adivinas?

Yo:
Soy malo para las adivinanzas.
Dime quién eres o ya mismo te bloqueo.
                               

Desconocido:
¡No, no, no! No me bloquees,
por favor TTnTT

Yo:
Entonces comienza a hablar.

Desconocido:
Soy Sunghoon^^

Estaba mirando su celular sin poder creer lo que leía.

Yo:
¿Sunghoon? ¿Park Sunghoon?

Desconocido:
Síp

Yo:
¿El Park Sunghoon que casi
me rompe la nariz de un balonazo
hoy? ¿Ese Park Sunghoon?

Desconocido:
Y decías que no eras bueno para
las adivinanzas (?)

¡¿Cómo carajos Park Sunghoon había conseguido su número de celular?!

Esperen. Esa interrogante tenía respuesta. Un sólo nombre.

Yo:
¿Quién te dio mi número?

Desconocido:
Secreto~

Yo:
¿Fue Jay?

Desconocido:
¿Quién te lo dijo?:0

Yo:
Duh, es mi mejor (y único) amigo.
Nadie además de él tiene mi número.
Y ambos están en el equipo de fútbol.

Desconocido:
Eres bueno descifrando cosas...
Ahora descifra porqué te hablé

Yo:
Gracias, pero tengo cosas más
importantes que hacer.

Desconocido:
...
Bueno, sólo quería saber
cómo sigues de tu nariz. La culpa
sigue carcomiéndome:(

Yo:
Estoy bien. La hinchazón bajó
considerablemente y ya no duele.

Desconocido:
Me alegra saber eso.
En verdad lo lamento:(

Yo:
Lo sé. Lo dijiste 50 veces hace
unas horas en la escuela.

Desconocido:
Sigo queriendo esa cita contigo.

Yo:
Me tengo que ir.

No se atrevió a ver el mensaje que le había llegado luego de eso. Tenía el corazón latiéndole furiosamente en el pecho, más fuerte que nunca.

Jake estaba cayendo en los encantos de Sunghoon y él ni siquiera lo sabía.

Quiero agradecer a DANUs_room por dejarme hacer esta adaptación.

Nos leemos pronto~