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44) Guerra lenta

"Late el corazón
aunque nadie te comprenda.
Has besado a muchas bocas
pero nadie habla tu lengua
Estoy vivo - Shinoflow"

El semestre estaba por acabar, "La corte real" —como nos apodaba Carissa— estábamos metidos al 100% en la campaña de Frania. Jamás pensé que fuese a interesarme por un bobo concurso de "La reina escolar", pero demonios que lo estaba, habíamos puesto nuestro empeño, nuestras mejores ideas, todas las ganas y valió la pena: Frania ganó.

Ese fue un golpe directo a las chicas que estaban concursando y además se iban a graduar, una chica de un grado menor, con aspecto tierno y gentil, les había pateado el trasero en la competencia.

El problema fue que Frania sería coronada en el baile de graduación, que estaría conformado en su mayoría por alumnos y familiares de los de último grado. Ella quería que "su corte real" estuviera ahí, la sola idea me asqueaba. Eduardo no iría, ni Johan, Carissa tampoco, Frania iría con Keint, tendría que pasar la noche con Karla porque con los demás no tenía mucho tema de conversación.

El baile sería de gala, tenía que ir con algo formal, así que se me ocurrió decirle a mamá para que no me comprara ropa que no volvería a usar y tener el pretexto para no ir, pero como siempre, no me salió.

—No quiero un traje rentado, no quiero ir... —le reclamaba antes de subir al carro.

—¿Cómo no? Esa niña te pidió que fueras, ademas nunca te he visto con traje, te verás tan guapo.

—No, me voy a ver como tarado .

—Es cierto —dijo mi hermano, yo le aventé un golpe en el brazo.

—Claro que no, te verás como un príncipe. Estoy muy emocionada.

—Ni siquiera es mi graduación, mamá.

—Por eso, estoy segura que no querrás ir a tu graduación, te conozco.

—¿Por qué tenemos que ir ahora? Aún falta un mes.

—Porque en un mes habrá mucha gente, hay que apartarlo de una vez —suspiré

Ese día no iba a ser fácil, y no lo fue, tuve que probarme diferentes trajes de diferentes colores, corbatas, moños, fajillas...

—¡Ay, ese te queda muy bien! —gritó mamá emocionada.

—¿Bromeas? Es ridículo, con esta faja parezco un popote flexible —dije mientras movía el cuerpo simulando ser un popote, mi hermano soltó una carcajada, mi madre intentó no reírse pero no lo logró.

—Ya callate, ponte el que quieras —renegó.

Eso deseaba hacer desde rato, pero ella seguía insistiendo en que usara algo a su gusto. Al final rentamos uno clásico, como maldito pingüino. Un traje aburrido para una fiesta aburrida.

El tiempo posterior a eso fue algo común, muy monótono. Lo más importante fue que me inscribí con Domina en un gimnasio, pero nos salimos en menos de dos meses porque la flojera era más fuerte que nosotros.

De ahí en fuera todo normal, Carissa seguía aniquilándome con la mirada, Johan con su novia, Eduardo tenía una relación intermitente con la suya, mi hermano seguía en relaciones informales y mis padres con sus salidas románticas pretendiendo no tener a un hijo aburrido con su perro en casa. Realmente no pasó nada importante sino hasta la fiesta de graduación donde Frania fue coronada.

Me puse el bendito traje rentado, mis padres me llevaron, me sacaron varias fotos como si ese fuese mi baile de graduación y me metí al local, muy bonito si me preguntan. Tenía un lobby muy grande, todo en color hueso o beige, con sillones dorados, decorado con flores blancas en los centros de mesa, parecía más una boda que nada, pero en fin.

Frania llevaba un vestido color coral, de arriba era ajustado y de abajo suelto, en verdad parecía de la realeza, su novio la veía con admiración, había mucho cariño entre ellos lo cual me hizo sentir un poco de nostalgia. Saludé el resto de los chicos que estaban en la misma mesa, incluido Palacios. Me pasé el resto de la fiesta hablando con Karla, era con quien mejor me llevaba.

Unas horas después de mi llegada, hicieron la coronación, fue un momento grato para todos nosotros. Luego Frania nos dio las gracias y se fue a bailar con Keint.

—Se ven tan felices —me dijo Karla.

—Muy felices, están completamente enamorados.

—¿Te confieso algo? Siento muchos celos, no de él, no de ellos, sino por Frania. No me malinterpretes, no son celos de amor, nada de eso. Me alegra que estén juntos, que sean así de felices... Pero, desde que son ellos dos, me han hecho a un lado, siento que estoy perdiendo a mi mejor amiga, incluso ahora que estamos en la misma fiesta, la extraño.

—Sé lo que se siente extrañar a alguien que está cerca de ti.

Karla sonrió forzadamente, sacó un par de fotos de las parejas bailando y llamó a sus padres, prefirió irse a casa. La acompañé a afuera a esperar a su familia, platicamos un rato más antes de que se fuera, se veía tranquila.

Regresé a la fiesta, no me sentía cómodo, quería ir a casa, salí al lobby para mandar mensaje a mamá, me encontré de frente con Rafael, iba con una chica que estaba graduándose, aproveché para preguntar.

—¿Sabes por qué no vino Carissa? —Palacios me examinó de arriba a abajo, con esa mirada ególatra que solía poner cuando se trataba de mí.

—Su mejor amiga iba a hacer una fiesta de disfraces y prefirió ir con ella que estar sentada en la misma mesa que tú —sonrió amable, como si su respuesta me hubiera ayudado, le regresé una sonrisa hipócrita y salí del lugar.

"Hija de puta, hiciste una fiesta y no me invitaste, ni siquiera pudiste avisarme. Parece que no recuerdas que hasta te ayudé a ponerte los zapatos cuando te dolía todo. Sabía que no podía confiar en un alienígena como tú"

Mandé ese mensaje y no tuve que esperar mucho por una respuesta, Domina me estaba llamando, pero como me sentía indignado dejé que insistiera un poco.

—¿Qué? —contesté fastidiado.

—No te enojes mi bebé.

—No me "bebesees", ni siquiera pudiste avisarme que darías una fiesta.

—No te gustan las fiestas, ni los disfraces, ¿hubieras venido?

—No, ambas cosas son bobas, sobre todos los disfraces, ¿quién hace una fiesta de disfraces en estas fechas?

—Yo. Yo hago las cosas cuando quiero.

—Sí, ya me di cuenta. Puedo soportar que le cuentes a Carissa todo lo que hago y viceversa, pero esto es traición.

—Ya no seas dramático, mando un taxi por ti o paso yo.

—No quiero.

—Sí quieres. Ven...

—No, déjame en una graduación ajena rodeado de gente con la que casi no hablo y tú diviértete en tu fiesta exclusiva.

—Oh, vamos, bebé... Voy para allá, espérame afuera y pobre de ti no te vengas conmigo o no estés afuera cuando llegue —No le tenía miedo, era respeto, por eso le hacía caso en todo sin reprochar.

Mientras esperaba pensaba que lo mejor era irme a casa, ni siquiera me gustaban las fiestas, tenía un smoking que me recordaba a los pingüinos, no le había avisado a mi madre que iría a otro lugar y tras cada minuto una nueva razón para no ir aparecía ante mí, pero ciertamente la razón para ir era más fuerte, sobre todo porque era intimidante y luego iba a pasarse la vida recordándome que le reclamé y al final me fui a casa.

Domina tardó mucho en llegar, como una hora más o menos, me subí a su auto de mala gana.

—Lo siento, quería pasar por ti más rápido pero estaba dando una fiesta y tuve que dejar a mis invitados para ir por un niño llorón —la miré enojado.

—Mejor me voy a casa.

—No seas ridículo, ya estoy aquí...

—No le he avisado a mi madre que iría contigo —la interrumpí.

—Ay, no te preocupes por eso, yo le pido permiso por ti, tu mamá me ama —No estaba muy seguro de eso pero tampoco repliqué.

—¿Carissa está ahí? —le pregunté con miedo, ella ni se inmutó.

—Sí... También Verónica y Keren, creo que ella se sentirá más incómoda que tú.

Lo pensé unos segundos, la idea lejos de desagradarme era lo contrario, el hecho de que los papeles se invirtieran me causaba cierto grado de excitación.

Nos bajamos en casa de Domina, había personas dispersas en el jardín y el pórtico, pensé que en realidad la fiesta era un fiasgo.

Entré después de que McAdams convenciera a mi madre de dejar quedarme con ella un par de horas más, y lo logró. Dentro de casa estaban todos los invitados, eran muchos, ángeles, princesas, personajes de caricatura, de películas, drag queens, hasta gente vestida de animales, me sentí abrumado.

Domina se quedó hablando, yo fui a la cocina por algo de agua. No tardé mucho en encontrarme con Verónica y su pareja, me quedé con ellas alrededor de una hora hablando en la cocina.

Verónica tenía que irse temprano, pidió un taxi y yo salí junto a ellas para despedirme, cruzamos la puerta y Carissa estaba recargada en el pórtico, estaba sola mientras veía fijamente la pantalla de su celular, la ignoré, me despedí del par de mujeres y decidí regresar a la casa.

—Que curioso disfraz, ¿eres un muñeco ventrílocuo o algo algo así? —me preguntó Carissa sin darse la vuelta, me vio por encima del hombro con total egolatría.

—No, soy un chico que se portó como buen amigo y fue a una graduación a acompañar a su amiga que estaba realizando su bobo sueño —Entonces ella se dio la vuelta, me observó cuidadosamente de arriba a abajo.

—Nunca te había visto de traje, te queda bien.

—Gracias, te queda bien el traje de diablo, casi parece que no estás disfrazada —Carissa soltó una carcajada—. Aunque, viniendo de ti el disfraz está muy precario.

—¿Qué quieres decir?

—Para ser alguien que busca cuidadosamente la manera de chantajear a alguien, vestirte con un traje de bailarina de ballet rojo, unas plataformas negras y una tiara con cuernos... Parece que solo tienes creatividad para joder a otros —respondí con amargura, a ella no le gustó eso.

—Superalo —caminamos juntos, abrí la puerta y dejé que pasara primero, era educación, siempre actué así.

》No te hagas el buen chico, solo eres amable para verme el culo —me reprochó, tomé aire, sabía que mi respuesta no le iba a gustar.

—Tranquila, ya te lo vi mientras estabas recargada afuera, además no tienes mucho —ella soltó una carcajada otra vez, luego me vio con odio.

—Parece que de pronto te salieron huevos.

—Siempre los he tenido y los viste muchas veces, incluso los tuviste en tu cuerpo —Carissa sacó el dedo medio y se fue en dirección opuesta.

Busqué a Domina, me encontré con Keren y me quedé con ella. Estábamos platicando, Domina apareció de pronto, me pidió que la acompañara a la cocina a guardar la cerveza que algún invitado había llevado, eran muchas botellas, tardamos acomodándolas entre los tres. La música se oía despacio en ese lugar, podías hablar sin problemas, Domina tenía una canción puesta, muy misógina en realidad pero de esas pegajosas que te las aprendes aunque las odies. Cada quien empezó a cantar una estrofa, justo cuando yo cantaba sobre follar salvajemente y sin pudor entró Carissa, levantó una ceja, soltó una risita, caminó sin decir nada, tomó una cerveza y mientras regresaba dijo:

—Apenas fornica con otra zorra y ya se siente el Dios del sexo —Keren se ofendió pero no respondió, Domina se tapó la boca y nos miró emocionada.

—No me siento el Dios del sexo, pero me bastó otra mujer para darme cuenta que no eres lo que predicas. No eres una fantasia andante, aterriza —Estaba ofendido por su comentario, intenté lanzar el mio de una forma sarcástica, pero fue más de lo que buscaba, Carissa se dió la vuelta, estaba muy enojada.

Domina me tomó del brazo y me sacó de ahí casi corriendo, detrás venía Keren también estaba asustada.

—Si te quedabas un minuto más, ahorita mismo tu ex novia estaría arrancándote la piel de los testículos para forrar sus zapatos con ella.

—Lo sé, pero yo no le hice nada malo, no tengo porque aguantar sus ataques —Domina paró en secó, giró para quedar frente a mi y Keren.

—¿Tuvieron o no sexo?

—No, solo lo dije para molestarla —MAdams miró fijo a la otra chica que casi se escondía tras de mí.

》No pasó nada, ya te había explicado y ni siquiera tengo porqué explicar —La rubia meditó un momento y siguió su rumbo, yo suspiré.

》Perdón por ponerte en este aprieto —le dije a Keren.

—Nah, fue divertido molestar a Carissa, que ella piense que pasó algo entre nosotros no me afecta, de cualquier forma no vamos a decir nada.

—Un secreto entre tú, yo y el vecino que nos vio desde la ventana —dije, Keren soltó una carcajada, me acarició el cabello y seguimos a Domina, Carissa pasaba cerca de nosotros, podía jurar que su mirada se volvía más oscura al vernos.

Y ahí empezó una pequeña guerra de indirectas, cada vez que nos topabamos de frente, alguno lanzaba un comentario sarcástico al aire con el fin de que el otro escuchara y trascendió de la fiesta a la vida cotidiana. Por ejemplo, una vez mientras caminaba por el pasillo de la escuela, me encontré de frente con Carissa, ella pasó a un lado de mi y dijo:

—Parece que se te olvida que eres mi creación.

Otro día estaba en el receso con Johan y Eduardo, íbamos en busca de un cuaderno, Carissa estaba afuera del salón y dije en voz alta

—Lo peor es cuando una loca se enoja porque sigues viviendo después de que te dejó —los chicos me miraron confundidos, sabía que ellos no tenían idea de que hablaba, pero entendían el "juego" que había creado con Carissa, solo por jodernos.

Pasamos así un par de semanas. De hecho pasamos de comentarios sarcásticos a contactos incómodos, como acariciarnos el cabello, tomarle la mano por sorpresa, pasar los dedos por la espalda, fue divertido mientras duró.

El semestre se terminó. Unos días antes de salir vacaciones estaba viendo el cuadro de honor, Carissa estaba estaba en segundo lugar en su salón, ella debía estar feliz por eso. Decidí dejar mi orgullo atrás y buscarla, fui en el receso a su salón, la encontré garabateando un cuaderno ajeno.

—¿Cómo estás? —le pregunté sentándome a su lado en un pupitre que no tenía idea de quién era.

—Bien —me respondió, parecía estar en shock por mi presencia.

—Me alegro. Quería felicitarte por haber realizado tu meta de ser una buena estudiante y estar alejada de problemas —ella sonrió ampliamente, sentí mariposas otra vez, me puse nervioso.

—Las felicitaciones deben ir acompañadas de un abrazo —dijo poniéndose de pie y estirando los brazos, me reí como estúpido mientras sentía su cuerpo pegado al mío otra vez, por desgracia no duró lo suficiente. Nos miramos a la cara unos segundos.

—Te extraño de muchas formas —le susurré, mientras acariciaba su rostro, ella me dio un beso en la mano—. Voy a volver a mi salón, cuidate.

El resto del día escolar fue algo muy nostálgico, solo podía pensar en ese abrazo que Carissa me había dado, en esos sentimientos que creía superados. Quería volver a verla, quería tenerla otra vez entre mis brazos, quería oler su cabello y reírme de sus bromas. La extraña mucho, no la había olvidado.

Salí cabizbajo, sin hablar con nadie, busqué las llaves de la moto antes de llegar al estacionamiento para irme en cuanto antes, me puse el casco, subí y encontré una nota pegada al tablero.

"Esperame a la salida —CP <3"

Sonreí, alcé la vista y ella ya me esperaba en la sombra, recargada en la pared de enfrente. Caminó con seguridad hasta mi, se subió a la moto, me rodeó con los brazos y dijo

—Llevame a dar una vuelta.

—Esto es como un deja vú, dentro de otro deja vú.

—¿Quieres que lo haga más intenso? Aún tengo el vídeo donde te masturbas con las fotos de Viviana, tengo un vídeo donde tenemos sexo y otro donde bailas con un árbol. Con el del árbol basta para que seas recordado por el resto de tu vida.

—Haré lo que pidas, todo menos el del árbol.

—Vamos al parque Morelia, entonces  —respondió, yo sonreí y arranqué.

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