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Último día

La veo tensarse.

―Y que si era así, me harías como en las películas y novelas; una noche especial, restaurante lujoso, ¿todas esas cursilerias?

《Desde chica supe que me equivocaria al entregar lo tan "especial" de una mujer, no por eso digo que me metería con cualquiera pero sabría que el momento indicado llega y pasa. No soy de las que piden muchas cosas. Soy muy sencilla, por eso no le veo la importancia de hacer tanto por algo que en un futuro tal vez no lo aprecies como ahora lo haces ver.》

La miro tratando de entender lo que dice.

―Ok entiendo el punto, pero hasta a la novia de César queria algo asi cuando la perdió, quiso que fuera inolvidable.

―Eso para mi no es relevante, sólo por favor no me des más detalle de lo de mi primo, es algo raro, pero si gustas cuando quieras me invitas al comer a un parque.

Creo que ella no es normal.

―¿Parque? no sería más un restaurante, digo algo más romántico.

Eso sería mejor o eso creo.

―No, yo quiero eso o vamos a una caminata nocturna en Chapultepec, eso sería genial.

¿Qué no lo cierran temprano?

―Ya me perdí, tú no quieres algo más... ¿caro?

―No necio, no quiero algo así y por favor no le des tanta vuelta al asunto, mejor vamos a dormir.

Me da un beso en el pecho y me abraza para dormir.

―Buenas noches mi rarita―susurro.

Pero la sonrisa que me da confirma que no fui tan discreto como quería.

Tan pronto como me acomodo mejor con ella encima, cierro mis ojos y me quedo dormido.

Suelto un bostezo y estiró los brazos.

Observo por la ventana que ya es de día, siento que la noche no nos rindió y este chico está más que dormido, busco la manera de que despertarle pero nada.

Sé me ocurre una idea pero no sé cómo la tomé. Al diablo lo haré.

Subo a horcadas de él y lo comienzo a besar; boca, mejillas y cuello. Veo que se empieza a despertar y empiezo a bajar mis besos, gracias a que no tiene camisa es que me facilita besarle el torso, sigo así hasta llegar a su miembro, pero regresó mi camino de besos, cuando veo que alguien está más que despierto y no solo su erección.

―!Vaya¡¿así que andamos de atrevidos hoy?―cuestiona con una ceja alzada.

Me encojo de hombros y sonrió inocente, pero claro sigo arriba de él.

Con su mano jala mi cuello para estrellar sus labios con los míos, me besa rudo y cambia la posición, sigue su ataque a mi boca pero ahora su lengua toma lugar, jamás me han besado así y me cuesta trabajo seguir su ritmo pero a él parece no importarle.

Seguimos en esa posición y de un momento a otro entra en mí.

―Probaremos el mañanero a la vez que ahorraremos agua―demanda.

Sigue en lo suyo con mi cuerpo, mientras solo atinó a mover la cabeza afirmativamente.

******

―Vamos cariño, estamos retrasados―grita Cristián desde la puerta de la cabaña.

―¡Ya voy! no me molestes que no he desayunado.

Me apuro a salir de la habitación con mi maleta y cerciorándome que no dejamos algo, una vez inspeccionado dejo la maleta en la sala, para caminar a la puerta, iremos a desayunar y daremos una última vuelta por el lago.

Tomó su mano, cerramos la cabaña y fuimos rumbo al comedor.

―Por cierto cariño ¿todo bien?

Lo miro confundida.

―¿Bien con qué?

―Sí no estás lastimada o algo por el estilo.

―¡Ah! ya. No la verdad no tengo malestar, tranquilo.

―Me alegra saber que estás bien.

Sé acerca a mí para besarme, toma mis caderas y yo paso mis brazos por su cuello.

Siento que estamos como recién casados, todo es felicidad y cariñitos, veremos dentro de un tiempo.

Nos separamos y seguimos nuestro camino, llegamos al comedor mirando que la mayoría de la gente tiene a su lado sus maletas, creo que no somos los únicos en hacer salidas de fin de semana.

―Por cierto cariño, el viernes es tu cumpleaños y quiero saber si quieres ir a un lado o algo así.

Lo miro desconcertada.

―¿Cómo sabes de mi cumpleaños? y no me digas que mis primos te comentaron, ellos nunca le aciertan el día.

Lo miro con fingida molestia.

―Verás cariño―comenta dudoso―tal vez para ti sea algo acosador, pero solo quería saber más de ti...

―¡¿Me mandaste investigar?!

―Claro que no, lo vi en tu carnet, que imaginación tienes.

Que desilusión, esperaba algo más dramático.

Me encaminó a una mesa vacía y tomo asiento, él también se sienta para tomar mi mano sobre la mesa.

― Lo sé, no te dediques a ser espía que te mueres de hambre―suelto una risa―me dejaste mi carnet al revés y la carterita donde la guardo estaba arriba de la cama, todavía no evolucionan las cosas para caminar por ellas mismas.

Baja su rostro y se ha sonrojado, me da risa y a como puedo beso su mejilla.

―Contestando tu pregunta, tal vez vaya a cierto local de hamburguesas y exigir mi trato especial, son sacar al administrador a ir a una caminata nocturna y ver dónde nos lleva la noche―me encojo de hombros― excelente plan ¿no te parece?

Me sonríe tiernamente y besa el dorso de mi mano.

―Está bien, veré que ese administrador tenga alguien que le ayudé a cuidar el local.

Está sería la primera vez que festejó mi cumpleaños con algún ¿novio? ¿amigo con derechos? bueno lo que seamos nosotros.

―Vamos cariñito que en verdad tengo hambre.

Lo digo en forma de broma, pero ya casi es más un almuerzo que desayuno.

―Iré por nuestros desayunos no te pares―se para dándome un pequeño beso en la boca.

Veo a Cristián encaminarse a donde está el buffet, hasta que alguien tapa mi vista, sigo ese cuerpo entrometido y no creí que tuviera el valor de estar frente a mí.

―¿Qué quieres Luis?―solo me observa―no arruines mi perfecta mañana con tus cosas y vete por donde viniste.

―No yo,,,yo,,,en verdad te pido una disculpa, no era mi intención decir todo eso, solo no quiero que salgas lastimada o jueguen con tus sentimientos prima, sé en verdad que eres la que más me apoya...

―Pero aun así echaste por la borda todo eso, ¿creíste que no sabía tu forma de pensar hacia mí? primo la mentira se huele y todo tú apesta a mentiras. Ahora vete, no me interesan tus excusas baratas.

―Prima yo en verdad buscaba tu bienestar.

Me paro de mi asiento con la ira florecer y lo encaró.

―Lárgate de aquí―susurro cerca de su cara―en verdad no me busques, te estoy dando la oportunidad de irte ileso, trágate tu disculpa y demás mierda que digas, sigue tu vida y deja de meterte en la mía que yo solita se apañármelas, ¿quedó claro?

Solo me observa y da vuelta, creo ver una lágrima, pero eso no me interesa, siempre dejé que ellos se metieran en mis amistades y vida amorosa. Siempre seguí lo que ellos decían, dejé que se metieran en mis cosas y ahora con lo que escuché confirmo lo que una vez mi madre me dijo: "vive por ti, solo por ti no por decisión de alguien más". Mi forma de ser cambiará en todos los sentidos.

―Cariño ¿qué haces parada?

Parpadeo repetidas veces y miro a Cristián, formó una sonrisa al mirarlo preocupado.

―Nada cariñito solo evitó problemas, vamos a desayunar tiene buena pinta todo.

Nos sentamos y comenzamos a desayunar ¡por fin!

*******

―Andale cariño tenemos que regresar, ya casi es hora de irnos―comenta desesperado.

―Un rato más Cristián, tardaremos en tener una vista como esta y quiero memorizar cada parte de ella.

Suspira resignado y vuelve a sentarse a mi lado, me pego a él para abrazarlo, me encanta que siga mis locuras.

―Sabes me gustaría una foto de nosotros con este fondo―comento soñadoramente.

―Yo puedo hacer realidad eso―alguien comenta a nuestras espaldas.

Giramos y nos encontramos con Alex sosteniendo una cámara y a su lado mi prima Laura.

―Bueno aun que dé hecho Alex ya les tomo unas hace rato, ahora sería con otra pose―dice mi prima.

―¿Cómo es que no los vimos?―les pregunta Cristián.

―Bueno digamos que su sesión de besos no los dejaba observar más―comenta pícaro el esposo de mi prima.

Ambos nos sonrojamos y tal parece que seremos blanco de burlas por un rato.

―Venga chicos una última pose, para irnos.

Y así lo hicimos, terminamos de las fotos con la promesa de Alex en pasarnos las imágenes, corremos a nuestra cabaña a tomar las maletas e irnos a la camioneta.

Todo el camino fue relajado, todos platicaban y como lo supuse fuimos la parejita con burlas. Pero tal parece que eso no afectó nuestro momento.

Lo difícil sería separarnos, ¿quién diría que me acostumbraría rápido a él?

Lo bueno es que fuimos casi de los últimos, pues Alex nos llevó a cada uno a su casa, si una tarea difícil, pero lo logró.

Y aquí estamos casi llegando a mi casa, Cristián me ayuda a bajar mis cosas, ya teniendo todo afuera nos abrazamos y besa mi mejilla.

―Mañana paso por ti después del trabajo― comenta.

Pero lo detengo.

―Dime genio ¿cómo irás por mí? si no sabes donde trabajo y sobre todo no tienes mi número.

Con una sonrisa en su rostro, camina de nuevo a mí.

―Obvio que tengo tu número, al rato que llegue a casa te marcó, ahora entra a tu casa.

Me gira y azota mi trasero, espero que mi madre no esté viendo por la ventana, sería vergonzoso.

―Adiós cariño y no te olvides que mañana tenemos una cita.

Es lo último que escucho y veo cómo arranca la camioneta.

Mi primera cita.

Con una adrenalina y alegría desbordando de mi ser, abro la puerta de la casa de mi mamá para contarle todo esto.

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