―Cristián despierta, tenemos que alcanzar el desayuno y quiero ir al baño, ¡muévete!

―Y ¿qué te lo impide?―me responde.

―Idiota me tienes abrazada, no té hagas el gracioso y suéltame―trató de liberarme―ándale que tenemos que ver que haremos hoy.

―Pues podríamos estar aquí encerraditos, en tu cama haciendo algo o en la mía, igual haciendo algo―me habla en el oído con voz muy ronca―tú decides.

―Sabes igual no tengo ganas de ir, mejor sólo vamos a desayunar y nos venimos a encerrar, pero tú en tu cama y yo en la mía.

Al decir lo último lo dejó descolocado y aprovechó para correr al baño, a decir estoy muy cansada, no dormí todo por cuidar que no me fuera a tocar demás, se que es mi culpa por invitarlo a mi cama y todo eso pero la verdad me salió eso sin razón, creo que hable y actúe bajo el efecto de lo sucedido con mis primos y no medí las consecuencias de invitarlo a dormir a mi lado, pensé que no lo haría y cuando menos lo pensé estaba recargado en el marco de la puerta con esa sonrisa ladina y una mirada algo extraña de explicar.

*

―Con esas vistas estoy seguro que dormiré más que bien.

Volteó para mirar a Cristián entrando a la habitación y con una sonrisa de triunfo o algo así.

―¿No podías esperar a que terminará de vestirme?―me termino de ponerme la parte de arriba de la pijama―y de paso tocar la puerta como gente normal.

―Y perderme este espectáculo, no gracias, ya nos acostamos o ¿tardarás más?

―Ya pesado vamos a dormir, sólo dormir.

―Bueno está bien, por cierto con esa pijama se ve que no pasas frío.

―Si todas mis pijamas son así de térmicas y matapasiones, yo no duermo provocativamente, mucho menos desnuda...

―Es una lástima yo que quería ser tu cobija y cubrir tu bello cuerpo.

*

Carajo de sólo recordar lo de anoche me pongo nerviosa, pero no flaqueare, no dejaré que ellos se burlen de mí, seguiré en este plan y me divertiré en el camino al fin para eso es que vine a divertirme, bueno cambiaremos el concepto de diversión y lo aplicaremos a todo esto.

―Ya cariño―toca la puerta―¿ya sales o te falta más?, quiero entrar también.

―Ya salgo.

Esa es otra cosa, me incomoda que me llamé así, es algo confuso, estoy entre un me agrada y un desagrado por ese mote, pero es el primero que me dice así.... ¡no! en definitiva no flaqueare.

*****

―Y ¿qué van hacer de actividad?―pregunta Laura.

A los que no quería encontrarme y me los voy encontrando, si, mis primos creen que yo paso desapercibido las miradas que se traen entre ellos y Cristián, por favor se ve que no me conocen y no me da la gana pedirles que sean más discretos, pero bueno tal parece que el destino me odia, todos están aquí.

―Hoy no haremos nada, estaremos en la cabaña Lupe y yo en la cama―comenta con simpleza Cristián.

Al terminar de decir eso, un silencio incómodo se creó o eso sólo me lo pareció a mí.

―¿Qué ustedes qué?―dice César.

Todos se miran entre sí y algunas miradas de reproche en nuestra dirección, para mi desgracia estamos sentados juntos.

―Estaremos en la cabaña, él no quiere hacer algo y yo tampoco, así que estaremos en la cabaña, pero cada quién en su cama o en cualquier otra parte―explicó.

―Mejor vengan con nosotros―sugiere mi prima―iremos a dar una caminata y acamparemos fuera, nos vamos en tres horas, por si quieren ir.

―No suena tan mal―comentó―¿quieres ir o te quedas?

―Vamos suena divertido―responde Cristian.

Que suena divertido para él, que mis primos tengan esa mirada rara o la cara que traen sus novias, en todo caso no somos cercanas para que les cuente el chisme y tampoco lo haría.