―No te emociones mucho niño―digo seria―y mejor dime qué actividad quieres hacer―comento y me separo de él.

―¿Por qué eres así de amargada? de verdad que no lo entiendo, trató de ser amable contigo y eres muy cortante o muy grosera―comenta volteando a verme―y no me digas que te han lastimado muchos hombres y toda esa mierda...

―¿Mierda?―lo interrumpo―mierda es saber que por tu físico debes aprender a defenderte de quien sea, hacerse de oídos sordos a los comentarios destructivos que te hacen, ver a todos como si lo que comentan no te duele y en tu cuarto llorar tanto que te quedas dormida.

《Ser insegura contigo misma y sentir que tienes la mirada de todos en ti. Que ningún chico te acepte y te obligue a bajar de peso, para poder tener novio, llegar a odiarte tanto que no te atreves a verte en un espejo. Que critiquen el cómo lo tratas de hacer, el querer cumplir las expectativas de todos antes que las tuyas y que al final te digan que no sabes hacer nada bien. Eso sí es una mierda, por eso es que soy como soy y tú me dices eso, no me conoces, así como yo no te juzgó espero lo mismo, ¿fui clara?》

―Ok, entiendo el punto y sólo te voy a decir algo, no soy bueno, tengo secretos e inseguridades como tú, como todo el mundo y si tú no puedes dar vuelta a la página, nadie lo va hacer, aprende a superar todo y podrás ser libre―se acerca a mi.

―Ya lo se, pero por más que intento hacerlo no puedo, de verdad no puedo―me quejo―no es fácil de llevarlo a cabo.

―Nadie dijo que así fuera, pero debes de poner mucha voluntad en tí y así la gente dejará de irse de tu lado, te aseguro que eso haces―comenta con una sonrisa.

―¿Hacer qué? yo no hago nada―comentó algo confundía.

―Tú misma haces que la gente se vaya de tu lado y que no se acerquen a ti, no haces por retener a las personas, te asusta lo desconocido o ¿me equivoco?

―No―comento con desgane―podemos cambiar el tema, esto más parece terapia.

―Ok cariño pero recuerda sé tu secreto y ahora yo te voy a ayudar a superar eso...así que tú y yo mañana estaremos más que olvidando este mundo de mierda, ¿fui claro?―me imitó.

―Si, si y después de este momento intenso, cuéntame algo de ti, así nos conoceremos más―me acomodo mejor―ya conoces algo muy íntimo de mí, ahora quiero saber algo de ti.

―¡Claro cariño!―se acerca un poco más a mí y pone su brazo detrás de su cabeza―¿qué quieres saber? soy más que un libro dispuesto a ser leído y más si eres tú―me hizo un guiño.

―Tú de verdad que eres cínico, no me andes guiñando nada...¿eres gay?―al soltar esa pregunta su cara es de puro desconcierto, creo que cometí una indiscreción.

―¡No! ¡no! ¿cómo puedes creer eso de mi? ¡de mi! , qué es lo que he hecho para que tengas esa duda de mi―pregunta indignado.

―Tu forma tan rara de cuidarte―le señaló con mi dedo índice―el cabello, tu piel y tu ropa...

―Sólo porque cuidó mis cosas no quiere decir que soy gay, que te quede claro cariño―me toma de las muñecas―en esta llanura podría hacerte mujer―se acerca a mi cara―hacerte ver las dichosas estrellas, que hoy no se ven, más sin en cambio estoy respetando tu espacio, tu delicioso cuerpo y a tus primos que ahorita me están matando con esa mirada―dice con burla.

Pero yo no le veo lo gracioso, mis primos están cerca de nosotros y esa cara que traen no me agrada.