En el fondo de mi alma, y con todas las fuerzas que tengo, deseo que aún me recuerdes

No quiero que me ames, esta bien si has dejado de hacerlo, al final ambos sabemos que aunque duela, fue lo mejor.

Ambos merecemos un amor que complemente nuestras vidas, un amor que encaje con nuestras manos vacias, un amor a la medida de nuestro corazón.

Voy a cantar para atraer la felicidad a mi, para llevar la libertad a ti.

Y es que a veces me pregunto si los recuerdos encajan en la libertad o el pasado nos vuelve prisioneros.

Si las sonrisas nos brotan sólo de felicidad o también de remordimientos.

En el fondo de mi corazón deseo que alguien te abrace con tanta fuerza que pueda curar tu corazón herido,
que sea tan valiente y haga pedazos a esos fantasmas que aún estan en tu mente.

Voy a bailar para soltar al viento el aroma a naranjos que me recuerda tu absoluta ausencia y presencia a la misma vez.

Voy a caminar tan lejos como pueda y luego encontraré la manera de volver sin sabor a ti.

Ambos merecemos la felicidad completa y no migajas ni amores a medias.

En el fondo de mi alma, deseo poder mirarte un día y sonreir.

Con todas las fuerzas que tengo, deseo acabar con cada una de estas ganas que me sobran para tomar el teléfono y usar cualquier pretexto con tal de escuchar tu voz.

Es momento de parar.

Tus brazos ya no están para sostenerme, no sé porqué en mi cabeza aún sigues presente.
Estas en cualquier lugar menos conmigo.

Porfavor, no me olvides.

Sentir que me miras en tus recuerdos es a lo único que puedo aferrarme, saber que esas a salvo de mi, no hay más...

No puedo pedir más.