Creí poder controlar los espacios en mi vida que sentía te pertenecían.
Creí poder volar como si jamás hubiese sido herida.

Imaginé que podía cantar y hacer mías aquellas melodías que un día te di.

Imaginé más de lo que realmente podía.

Pensé que podía soltar tu mano y seguir de frente sin mirar atrás.

Caer al abismo de tu recuerdo
Y quebrarme en el camino.
No sólo estoy herida, estoy casi muerta.
Sólo murmuro melodías que me saben a ti, a tu mirada a tu recuerdo.
No, no te olvido.
Fingo mirar al frente mientras acecho de lejos tu vida y la imagino junto a la mía.

Me tortura, estoy al borde de la locura y entre tanto alboroto digo tu nombre al despertar.

Mis ojos gritan que vuelvas mientras mi garganta se seca.

Y aunque no lo hagas, aunque no vuelvas, aunque no sepas que te extraño, mi alma seguirá guardando tu recuerdo como un desahuciado  se aferra a la vida.