Capítulo Único.
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ObiHidan
"C a r i c i a s"
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«Advertencia: este One-Shot contiene +18, leer bajo su propia responsabilidad.»
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-Maldición... ¿Por qué vamos tan lento?- Se quejo en voz alta un albino, el cual se encontraba levemente cansado.-Estoy muy húmedo, no aguanto.
A su lado un hombre más alto en estatura de cabello azabache caminaba con algo de aburrimiento, un poco hastiado por escuchar al Jashinista quejarse por décima vez en aquel día. Obito podría considerarse alguien con una paciencia exorbitante, calmado e incluso comprensivo, pero el menor empezaba a sacarlo de sus casillas y aunque intentase comprenderlo no podía evitar sentirse estresado por la insistencia de éste.
-Hidan, calmate.- Hablo al mismo tiempo que cerraba ambos ojos, al mismo tiempo que contaba hasta el diez, en busca de calma.-Ya estamos en el pueblo, ya falta poco para llegar a la posada.- Informó.
-¡Esta lloviendo maldita sea! ¡Tengo frío!
El azabache ya casi al borde del colapso solamente se retira la capa de Akatsuki y se la arroja al menor logrando golpearlo en el rostro, éste ofendido la tomo y se la coloco sobre la cabeza, cubriéndose así un poco de las gotas cristalinas que caían sobre ellos. Hidan amaba hacer enojar al mayor, podría decirse que se habla convertido en su hobbie favorito pero en aquella ocasión él no exageraba, realmente tenia frío en exceso y era muy comprensible, puesto que llevaban más de cinco horas caminando bajo la lluvia.
¿Por qué llevaban tanto tiempo en ello?
Era simple, ambos tuvieron una misión en la madrugada y la habían completado exitosamente, pero durante el regreso hacia la Akatsuki-Cueva había empezado a llover sin cesar, por ende el camino se torno frío y húmedo, - Cosa que irritaba al albino en exceso, cabe destacar.- al menos agradecía el haber logrado convencer a su mejor amigo de descansar en una posada hasta que la lluvia cesase, en esos momentos maldecía que el Uchiha haya perdido una apuesta contra Sasori, -La cual impedía que el azabache usase el Kamui durante una semana.- que mal momento para cumplirla. Al fin habían llegado al lugar cálido que el albino deseaba, siendo recibidos con toallas y un poco de té caliente, Hidan se perdió en sus pensamientos mientras su compañero pedía la habitación, por supuesto que le agradaban las misiones que pasaba con ese amargado, las disfrutaba en exceso puesto que estas le ayudaban a salir de la molesta rutina pero... En esa realmente no se sentía de humor y no por el hecho de haberse mojado en la lluvia - Agradecía en esos momentos ser inmortal o ya hubiese muerto de hipotermia.- si no porque solo podía estar atrapado en sus pensamientos, rememorando dolorosos recuerdos.
No, no debía seguir pensando en esas cosas, se suponía que aquella misión era para distraerse de sus pesares. El albino sacude la cabeza alejando sus pensamientos, cuando por fin volvió a la realidad miro a su acompañante aun en la recepción y noto como la señorita que le atendía le miraba completamente embobada mientras jugueteaba con su cabello, una sonrisa maliciosa ilumina su rostro.
Una pequeña broma no estaría de más... ¿Cierto?
Sin mas se acerco hacia el Uchiha, rodeo su cuello con su brazo izquierdo mientras apegaba su cuerpo al mayor ante la atenta mirada de la recepcionista, el albino río y planto un pequeño beso en la mejilla del mayor, quien le vio confundido.
-Cariño...- Siseo.- ¿Ya pediste la habitación? - Acerca su dedo índice al rostro del mayor y delinea los labios de éste, en una mínima caricia incitadora.- Ya sabes que no me gusta aguantar las ganas.- Amplia su sonrisa.
Hidan tuvo que retener una carcajada ante el rostro de la mujer detrás del mostrador, esta se encontraba con los labios completamente separados y sus ojos abiertos de par en par. El albino sonrió victorioso y solo se apego más al fornido cuerpo del mayor.
Y por supuesto que Obito había entendido.
El mayor rodea la cintura del más bajo, apegándolo hacia si mismo y mientras jugueteaba con la llave en su mano, Obito sonreía con malicia e intentaba retener sus inminentes risas al igual que el albino.
-Por supuesto que si, amor.- El azabache amplia su sonrisa y mira a la joven.- Lo lamento, debemos irnos.- Guiña un ojo hacia la mujer, quien no podía estar más en shock.
Ambos hombres se retiraron escaleras arriba y al estar ya lejos se soltaron al mismo tiempo que estallaban en risas. Muchas personas dirían que Uchiha Obito era una persona seria, reservada y analítica al ser el líder de la organización criminal más buscada por las cinco grandes naciones, era cierto, pero Akatsuki dentro de los muros de su cueva era completamente diferente, inclusive sus miembros y realmente este hombre amaba esa organización como una familia - Pensamiento que compartían todos los que pertenecen a aquella organización.- también velaba por el bienestar de todos los miembros, pero había dos en especifico con los cuales la confianza iba al extremo.
Konan y Hidan.
¿Por qué con ellos y no con su sobrino? Claramente le tenia confianza a Itachi, al igual que a todos sus compañeros pero con ambos ya nombrados era diferente, puesto que podrían hacer el ridículo en cualquier lado, logrando que la mayoría de sus tonterías llegasen al extremo o que sus pijamadas juntos estén repletas de charlas muy personales. Definitivamente, con ellos nunca se aburriría en absoluto.
Cuando por fin se adentraron en la habitación sus risas cesaron, ambos suspiraron y una sonrisa se marco en sus rostros, Hidan de forma rápida se retiro todas las prendas tirándolas al suelo, quedando completamente desnudo ante el mayor, por fin sentía la calidez regresar a su cuerpo y sonríe, al mismo tiempo que se sentaba al borde la cama y miraba al mayor.
-¿Seguirás con esa ropa húmeda?- Cuestionó.- Se que no sientes frío, pero el solo verte me da escalofríos.
El azabache rueda los ojos, toma los bordes de su sudadera para luego levantarla y retirarsela de forma lenta, al ya habérsela quitado por completo la estira sobre una silla, después desabrocho su cinturón y se bajo los pantalones, quedando así en bóxer frente al menor. El albino a simple vista se mostraba aburrido pero dentro de si veía con detenimiento el cuerpo de mayor, analizaba cada parte del cuerpo de éste a pesar de ya conocerlo por vista, porque si, claramente conocía el cuerpo de su mejor amigo, ya había visto en muchas ocasiones sus pectorales y abdomen bien trabajados, sus fuertes brazos, su espalda ancha y sus largas piernas tonificadas, pero... Jamás había visto más de lo que escondía la pequeña y delgada tela de sus bóxer o las toallas que el enrollaba en su cintura después de una ducha, Y aunque lo negara...
Quería llegar más allá de lo que todos en la cueva han visto del cuerpo del azabache.
La curiosidad le atormentaba con fiereza cada que le observaba en paños menores, sabia que había momentos en los que deseaba delinear sin pudor alguno el fornido cuerpo de quien era su mejor amigo, ansiaba tocarlo y descubrir aquello que ocultaba esa molesta pero pequeña prenda ¡Y joder! Cuanto lo deseaba sobre él, besando su cuello, acariciando sus piernas, sentirlo... Dentro.
¡Basta!
Se grito en sus adentros al sentir como su miembro se estremecía ante tales pensamientos, por ello decide acostarse boca abajo en la cama, regañandose mentalmente por su pensar y suspiro en un vago intento de calmar sus ya alborotadas hormonas.
-Tomare una ducha.-Informó.- ¿O prefieres hacerlo tu antes?- Le miro después de haber estirado y acomodado hasta la ropa que el albino había dejado en el suelo.
-Pff, adelante ve tú.-Negó con un tono de aburrimiento en su voz.
Claramente prefería no levantarse de la cama en ese momento, gracias al molesto problema que tenia entre sus piernas en aquel momento. Su mente empezó a divagar, recordando con molestia el como el rubio había rechazado a semejante hombre que tenía a sus pies, no lograba comprender en lo absoluto como ese idiota había dejado ir a alguien así.
Realmente deseaba estrangular al rubio.
Como era posible que rechazara al Uchiha, quien estaba - O está.- locamente enamorado de él con la vaga excusa de llevar aquel apellido, que tanto debía odiar aquel clan ese pirómano como para rechazar a semejante bombón, realmente envidiaba el hecho de que ese mocoso tuviera tanta suerte de enamorar al azabache y aun así tener el descaro de rechazarlo, si que era un idiota. Muchas veces había querido poder simplemente acercarse al mayor y decirle; "Quiero tener sexo contigo", pero... No podía, no podía ir y decir eso así como así, tenia miedo de arruinar su amistad tal y como lo había hecho con el moreno, puesto que ahora la "amistad" - O lo que queda de ella.- entre Kakuzu y él ahora solo iba en picada tan solo por dejarse llevar por una calentura de momento.
Y realmente se maldecía por ello.
Los minutos transcurrieron con tranquilidad, el albino se encontraba ya cabeceando un poco debido al sueño pero aun así miraba desde la cama hacia la ventana, distraído mirando con atención el caer de las gotas cristalinas y el cielo nublado, afuera la lluvia se mantenía fuerte aun, inclusive se escuchaba unos cuantos truenos y el alumbrar de uno que otro rayo.
-Maldito Tobi, ¿Realmente quería que siguiéramos directo a la cueva con este clima?- Rueda los ojos.
-Oi, te estoy escuchando.- Reclamó el mayor, el cual recién salia del baño.
-Igual eres un desgra...
El albino detuvo su hablar al mirar al mayor, quedando embobado al instante y sus labios ligeramente separados. El mayor venia en una toalla por sobre los muslos un poco más corta que las que usaba habitualmente, las gotas de agua resbalaban sobre su torso desnudo, su cabello goteante combinaba a la perfección con su piel húmeda y aquella mirada de seriedad que le caracterizaba, aquellos orbes ónix le miraban con atención haciendo que el albino se perdiese en estos y las palabras escapasen de su boca. Hidan traga en seco, agradeciendo que aun se encontraba boca abajo sobre el cómodo colchón y con la fina sábana sobre su cintura.
Se sentía embobado con tan solo observar las gotas cristalinas resbalar desde el abdomen del azabache, hasta perderse en la profundidad de la esponjosa toalla, el albino retuvo sus ganas de saltarle encima y mandar al carajo su autocontrol. El azabache se sentó al costado de albino, mirando también por la ventana mientras secaba su cabello con una toalla extra.
-¿Qué tanto piensas?- Pregunto sin mirarle.
«En lo sexy que eres, maldita sea.» Pensaba con irritación el albino.
Maldecía en sus adentros por sentirse acalorado con tan solo ver el cuerpo del mayor, sus sentidos lo segaban y terminaba recorriendo el cuerpo del azabache con su mirada, deseándolo en sus pensamientos y disfrutando de la hermosa vista que sus orbes presenciaban, maldecía tener todas esas sensaciones por alguien tan prohibido como lo era el azabache y sentir como su cuerpo reaccionaba sin la necesidad de un misero toque.
El azabache al sentirse ignorado bufo, rodó sus ojos enojado y tomo al albino de los brazos, alzándolo hasta sentarlo y éste rápidamente cubrió su erecta intimidad con la almohada, al menos agradecía que el mayor no le dio importancia a aquella acción.
-En nada.- Dijo con rapidez, un poco ruborizado.- No estoy pensando en nada, solo tengo sueño.
Desvío su mirada un tanto nervioso, el azabache claramente no había creído ni una sola palabra del albino por ello tomo el mentón del menor y acerco su rostro al suyo, siendo separados por tan solo unos centímetros. El Uchiha le miraba serio y el Jashinista no sabia donde meterse, sentía sus mejillas arder y solo pudo tragar en seco de forma dificultosa. Obito soltó su barbilla para dirigir su mano hasta la mejilla de Hidan, cuando su palma estuvo en contacto con la tibia piel del albino este sintió su cuerpo estremecer.
-No mientas, ¿En que tanto piensas?- Siguió indagando.
La mente del Jashinista se encontraba en caos, deseando la cercanía y a la misma vez la lejanía del mayor, embobado con los labios del azabache, imaginando el sabor de estos y deseando acariciar con los suyos propios la suavidad de esos carnosos labios, tan gruesos, deseables y únicos. El albino traga en seco y decide mirar los ojos del Uchiha, - Grave error.- con rapidez se sintió perderse en la oscuridad de estos, hipnotizado en aquel mirar tan serio y misterioso, se sentía desnudo ante él, - no porque ya lo estuviera.- por la profundidad que estos desprendían, sentía como éste miraba dentro de si y supiese exactamente lo que su corazón guardaba en lo mas oscuro de su ser, lo que escondía con tanto recelo.
El deseo de ser poseído por él.
«En las inmensas ganas que tengo de besarte.» Pensaba con anhelo dentro de si.
El azabache toma la otra mejilla del más bajo, acariciando con sus pulgares ambas mejillas, sintiendo la fina piel del menor erizarse ante el pequeño tacto que ejercían ambos dedos, le miraba a los ojos fijamente como si desease decirle algo sin poder atreverse, pero... Hubo una acción en especial, la cual el albino no había pasado por alto y había logrado que su respiración se detuviese por algunos pocos segundos, su corazón dio un vuelco al mismo tiempo que su respiración se volvía un tanto errática, sin poder dejar de pensar en lo que pudiese significar aquel pequeño accionar que se le había escapado al azabache, había sido tan mínimo y rápido que el menor incluso dudo si lo había visto realmente, pero lo sabia, aquello si había sucedido.
Obito... Había mirado sus labios.
Había sido de forma repentina y con la misma rapidez con la que le miro, también aparto sus ojos hasta encontrar los del albino. Hidan sentía que su aliento faltaba, deseaba que el mayor le mirase de aquella forma una vez más, del como había mirado sus labios sin pestañear, porque... Pudo notarlo, noto como un pequeño brillo de anhelo había aparecido en los oscuros orbes del mayor, del como este había tragado en seco y su respiración fallo durante unos pocos segundos. No lo había imaginado, lo había visto con total claridad y ello solo lograba que en Hidan despertasen con fiereza los sentimientos que se había esmerado en guardar, la esperanza creció en su pecho, sintiendo por primera vez que tenia una oportunidad, Pero...
Una vez más su corazón empezó a dudar.
Preguntas inundaban su mente sin descanso, atormentando su sentir y la poca seguridad que empezaba a reunir en sus adentros, ¿Debía hacerlo? ¿Arriesgarse y ganar o fallar en el intento? ¿Y si él se alejaba? ¿Y si arruinaba por completo todo lo que habían logrado con el pasar de los años? ¿Y si... Lo perdía? Más y más preguntas aparecían en sus pensamientos, cada una peor que la anterior, haciendo sentirse intimidado, él podría ser una persona la cual no dudaba en decir lo que sentía o pensaba pero... El simple hecho de saber que aquello puede dañar la confianza o cambiar la actitud de la persona que más importancia tenia en su vida... Le daba pánico, el miedo le invadía por completo, le temía al dejar de sentir sus cálidos abrazos, los pequeños besos en su frente, las veces en que él despeinaba su cabello o la manera tan tierna en que tomaba su mano y la entrelazaba para mostrarle su apoyo.
Tenia miedo.
Miedo a perder todo eso, miedo a perderlo a él para siempre, miedo a sentir de nuevo el rechazo rasgar su corazón, podría soportar cualquier cosa menos el perderlo a él y quizás estaba exagerando, quizás se estaba dejando llevar por aquellas negativas emociones, quizás... Quizás... Agh, maldición, lo sabia, sabia que dejarse llevar por aquel molesto sentir era ridículo pero... El simple hecho de pensar en perder al mayor... Realmente dolía, más que cualquier navaja.
«Tengo miedo de no ser lo suficientemente bueno para ti.» Era el pensar del Jashinista, quien llevo una mano a su pecho, apretándola hasta convertirla en puño.
Obito le miro con detenimiento, notando el caos que el menor era por dentro, se sentía imponente con verlo de aquella manera y no poder hacer nada, sentía que le fallaba en exceso y eso le enojaba por completo. Aún teniendo ambas manos sobre las mejillas del albino, atrajo su rostro hasta tenerlo a pocos centímetros del suyo propio e hizo algo que tomo por sorpresa al Jashinista, acerco sus labios y beso con dulzura la mejilla del menor al mismo tiempo que le daba pequeñas caricias al mas bajo en su rostro, después sin alejarse se acerco al canal auditivo de éste y le susurro con dulzura.
-Tienes unos ojos realmente lindos.- Le dijo, la ternura se notaba en su tono.
El albino se sonroja en exceso, saliendo de la pequeña burbuja que habían creado sus pensamientos y por su parte el azabache se alejo un poco, aun sin soltar el rostro de Hidan, quien se sonrojo aun más cuando el mayor le sonrió en señal de apoyo, diciéndole en silencio que podía confiar plenamente en él. El albino se sintió mal al notar que había hecho preocupar al azabache, odiaba hacer que el mayor se preocupase en exceso. El albino toma las manos del Uchiha, apartándolas de su rostro, el azabache se sintió confundido y el albino le miro devolviéndole la sonrisa, rodeo la cintura del mayor con ambos brazos en un cálido abrazo, hundiendo su rostro en el pecho de Obito quien le devolvió el abrazo y empezó a acariciar el blanquecino cabello del menor.
Hidan rápidamente sintió un calor en su pecho, sintiendo la calidez que emanaba el cuerpo del mayor y sin percatarse dejo escapar un pequeño suspiro.
-Obito...- Susurro con timidez en su pecho.-Yo...- Era ahora o nunca.
Sintió el corazón del mayor acelerarse un poco y el albino traga en seco, pensando cuidadosamente sus próximas palabras. El azabache seguía acariciando la cabeza del menor, después lo atrajo más hacia si mismo y hundió su rostro en el cabello de este.
-¿Puedo besarte?- Inquirió en un suspiro bajo el mayor y Hidan abrió sus ojos en exceso.
El albino se sentía desfallecer en aquel instante, pensando que había enloquecido por completo, ¿Había oído mal? Se preguntaba en sus adentros sin poder creer lo que había oído, negándose a aceptarlo por completo, se negaba a darse falsas ilusiones. Se separa un poco y mira al mayor, antes de poder siquiera decirle algo...
Obito ya había unido sus labios.
No había notado cuando el mayor coloco su mano derecha en su nuca, mucho menos cuando éste lo había atraído hacia si, estampando sus labios contra los suyos en un pequeño beso cálido. Beso el cual había dejado en blanco al Jashinista por completo, podía sentir los labios del mayor haciendo una pequeña presión en los suyos, la forma en que apretaba su nuca en un intento de acercarlo más hacia él, - Aunque fuese imposible acercarlo más.- el albino mantenía sus ojos abiertos y veía con claridad el gran sonrojo que invadía el rostro del Uchiha, el cual recorría sus mejillas hasta sus orejas. Hidan se sentía en el cielo, preguntándose si aquello realmente estaba sucediendo, su corazón latía con fiereza y su respiración se había detenido.
¡Joder! ¿Aquello era un sueño? Se preguntaba.
Cuando sintió al mayor soltar su nuca y alejarse de su rostro entro en pánico, se había concentrado tanto en las nuevas sensaciones que invadían su pecho que había olvidado corresponder el beso, por ello tomo ambas mejillas del mayor con rapidez y volvió a unir sus labios, cerrando sus ojos mientras hacia que el beso se volviese más profundo. Ambos habían cerrado sus ojos una vez más, Obito había colocado sus manos sobre la cintura del albino, acariciando con las yemas de sus dedos la piel desnuda de éste logrando que el Jashinista empezase a sentir unas pequeñas cosquillas, haciéndole erizar. Hidan enrollo sus brazos alrededor del cuello del azabache mientras jugueteaba con los oscuros cabellos del mayor.
Ambos movían sus labios de forma lenta, saboreando el dulce sabor de los labios contrarios y escondiendo los finos suspiros que escapaban del otro, disfrutaban el beso en exceso mientras se dejaban llevar por las fuertes sensaciones que este les provocaba. Hidan deseando sentir más en aquel choque de labios abre un poco su cavidad y pasa su lengua sobre el labio inferior del azabache, incitándolo a que este hiciese lo mismo, Obito se separa un poco mientras respiraba de forma agitada, su pecho subía y bajaba con desespero, el azabache empuja levemente al albino hacia el cómodo colchón y éste no puso resistencia, dejándose llevar al sentir el toque del mayor en su cadera y del como subía su tacto hacia su abdomen, el azabache pasaba sus dedos mientras delineaba aquella área bien formada con delicadeza. Obito muerde su labio y se coloca sobre el albino, uniendo sus labios una vez más en un beso demandante, al mismo tiempo que su mano bajaba sus toques hasta la cadera de este.
El azabache predominaba en aquel momento, el guiaba el beso de una forma experta y el baile que ambas lenguas mantenían era demandante, lleno de desespero y húmedo, el albino a pesar de sentirse desorientado por todo lo que sucedía daba guerra al mayor, luchando por el dominio del choque de labios y mostrando la rudeza que le caracterizaba. Hidan podía sentir como su entrepierna empezaba a endurecerse contra la almohada que aun separaba sus cuerpos y una tenue capa de sudor empezaba a invadir su piel, el calor que empezaba a sentir le enloquecía, haciéndolo desear sentir más del mayor. Las pequeñas caricias que recibía en su abdomen le incitaban y lograba que pequeños suspiros saliesen de su cavidad bucal, siendo reprimidos por los labios contrarios.
El azabache empieza a dejar pequeños besos en la mejilla del menor, bajándolos poco a poco hasta el cuello de éste, al ya estar en aquel lugar tan sensible los besos se empiezan a transformar en pequeñas lamidas que recorrían cada pequeña parte del cuello del menor, Obito empezaba a disfrutar el sabor del albino, sentía el tenue sabor a sal del sudor que repentinamente empezaba a aparecer en el cuerpo del menor y sin poder evitarlo deja una pequeña mordida en el cuello de éste.
-Hmm.- Reprime un gemido el albino.
La mordida del mayor había tomado por sorpresa al Jashinista, haciendo que éste casi gimiese en respuesta, por ello con rapidez mordió su labio para evitarlo. El azabache se sintió frustrado ante esa acción, por ende dejo unas cuantas mordidas y empezó a succionar algunas partes del cuello del menor, dejando unos cuantos chupetones en aquel lugar tan sensible. Al ver que éste seguía reprimiendo sus gemidos siguió bajando un poco más, dejando un camino de besos húmedos, lamidas inicitadoras, chupetones deseosos y mordidas que reclamaban la piel de su pecho y cuello, el mayor se detuvo unos pocos segundos mientras se acercaba hasta uno de los botones rosas que adornaban el pecho del albino. De forma lenta acerco sus labios hacia el pezón del menor, guiando el camino de besos hasta llegar a su destino, cuando lo tuvo frente a sus ojos relamio sus labios y después introdujo el pequeño botón rosa en su cavidad bucal.
El mayor succiono el pezón del albino de forma lenta, con su otra mano jugueteaba con el otro al mismo tiempo que lo apretaba, después se alejo un poco y empezó a lamer el pequeño botón, paseando su lengua en círculos alrededor, también lo mordisquea sin lastimarlo y succionaba de vez en cuando.
El albino ahogaba los pequeños gemidos y jadeos que deseaban escapar de sus labios, mordía su labio con fuerza al mismo tiempo que disfrutaba el buen trabajo que el mayor se encontraba haciendo en su pecho, joder realmente lo estaba disfrutando. El miembro de Hidan se endurecía cada vez más, hasta el punto de ya estar dejando escapar unas cuantas gotas de liquido preseminal, humedeciendo así la almohada que aun cubría su parte intima, la cual separaba ambos cuerpos de que sus miembros se tocasen junto a la toalla que aun portaba el azabache.
-Obi..to- Gimió bajo el albino.
El Jashinista se sentía perdido y desorientado ante el toque tan placentero del mayor, perdido en las lamidas y caricias que estaba recibiendo en sus pezones sin descanso, también por las inminentes sensaciones que recorrían su cuerpo, logrando que éste arquease un poco su espalda, sus pezones ya se encontraban erectos y su cuerpo erizado, el sudor se hacia cada vez mas denso en su cuerpo al igual que en el del azabache, sin poder ya retener sus gemidos dejándolos escapar. Obito al oírlo sintió como su miembro se endurecía aun más y sin poder evitarlo soltó un pequeño gruñido de excitación contra la piel del albino.
La pequeña vibración que aquello había generado en el cuerpo del albino, logro que éste gimiera de forma ahogada, arqueando aun mas su espalda por la repentina sensación.
El mayor dejo lo que hacia en los pezones del albino, empezando a bajar nuevamente mientras dejaba unas cuantas marcas moradas y rosas a lo largo del camino, bajando sus besos, mordidas y lamidas hasta el abdomen, donde siguió succionando y más marcas se hacían presentes en la blanquecina piel del albino. Obito al ya estar cerca del corte en v se detiene de forma abrupta, se aleja con algo de dificultad y un tanto jadeante ante la confusa mirada del albino.
-¿Ob..ito?- Pregunta entrecortado por su agitada respiración.
-Si continuo..- Jadea, su respirar era fuerte y desesperado.- No voy a poder detenerme.
Ambos se encontraban jadeantes, sus mentes casi nubladas, sus pechos subían y bajaban rítmicamente en un intento de recuperar el aliento. El albino se incorpora tembloroso y aunque las dudas empezaban a invadir sus pensamientos decidió ignorarlas por primera vez, empujo un poco al azabache y este se sentó, sin soltar la almohada de su parte baja se sienta sobre el regazo el mayor, con ambas rodillas tocando el colchón. El Jashinista podía sentir la dura erección del Uchiha en su trasero aun a través de la toalla que este portaba. Hidan miro al azabache a los ojos, una mano la mantenía en la almohada y la otra la alzo hacia la mejilla del mayor sujetándola.
Cuando recupero un poco el aliento decidió hablar.
-¿Y quien te dijo...- Se encontraba aun agitado, gracias a la inminete excitación que sentía al estar sobre el regazo del mayor y por las sensaciones pasadas.- Qué yo quería que parases?- Le pregunto mirándolo a los ojos, el mayor estuvo a punto de replicar pero el albino se le adelanto, quitándose la almohada mostrando lo duro que se encontraba su miembro.-Me estas enloqueciendo ¡¿Y aun así deseas parar?!
Obito miro detalladamente el cuerpo del albino, una fina capa de sudor le envolvía por completo, goteando ligeramente, las mordidas y chupetones recientes aun en su piel provocados por si mismo y finalmente... El largo y endurecido miembro palpitante del menor, sin poder evitarlo el Uchiha siente como su propia extensión de carne crecía bajo el albino ante la increíble vista que tenia enfrente.
El mayor salio de sus pensamientos repentinamente y no pudo decir nada en lo absoluto, puesto que el albino había atacado sus labios en un beso brusco, al mismo tiempo que se acomodo mejor y empezaba a mover sus caderas sobre el miembro contrario de adelante hacia atrás con desespero, rozando su trasero desnudo sobre la toalla que lo separaba de lo que realmente deseaba sentir. Obito gruño de placer en medio del beso, al sentir las pequeñas corrientes que los movimientos del menor le generaban, también podía sentir como la punta del miembro de éste rozaba su abdomen, humedeciéndolo un poco gracias al liquido preseminal.
Obito había tardado en reaccionar gracias a que aun se sentia embobado por ver el miembro erecto de Hidan y por las repentinas corrientes eléctricas que recorrieron su cuerpo gracias al menor. Segundos después de solo gruñir por las pequeñas oleadas de placer el azabache tomo con ambas manos la cadera del albino, ayudandolo a moverse aun más rápido sobre su regazo al mismo tiempo que él también se movía para sentir mejor el roce a través de la molesta tela y correspondió al brusco beso.
-Hi..dan Agh.- Gruñía el mayor entre sus labios y el albino solo podía gemir en respuesta.
Ambos se sentían plenamente excitados, en aquel instante solo podian gemir y gruñir con desespero, la forma frenética en que sus cuerpos se rozaban hacia que sus pieles se cubrieran de aun más sudor, sus respiraciones cada vez más erráticas y el deseo de querer más roce se hacían presentes en sus cuerpos, deseando sentirse por completo. Obito deseaba tener mas contacto con el menor y ya tenia lo suficientemente claro que este deseaba lo mismo, por ello tomo al albino de sus muslos y se levanto con el en brazos, beso sus labios con desespero, fundiéndose en la cavidad contraria, robándole así el aliento al menor, por el choque tan excitante de sus labios y del como el azabache succionaba de vez en cuando estos. El albino por su parte acariciaba con desespero la cabeza del mayor, enrollando sus dedos en las finas hebras de su cabello azabache, intentando profundizar aun más el beso logrando asi que sus narices choquen, el azabache aun hacia que el menor se moviese contra él a pesar de encontrarse de pie.
Podia sentir como sus piernas temblaban un poco, gracias a los bruscos movimientos que ambos hacían con rudeza. De un momento a otro el Uchiha se separa del beso y empuja al albino sobre la cama boca arriba, se mantiene de pie y dirije sus manos al agarre de su toalla, - El albino miraba con detenimiento, aun jadeando.- de forma lenta se la empieza a retirar hasta dejar su miembro a la vista del menor, quien lo examino con la vista mientras se relamia los labios y una sonrisa coqueta aparecía en su rostro, suelta un pequeño gruñido así incitando un poco al Uchiha. Obito deja caer por fin la toalla y toma su miembro con la mano izquierda al mismo tiempo que la derecha la colocaba tras su nuca, empieza a agitar su miembro y lo golpeaba de vez en cuando contra su abdomen, demostrando que este sobrepasaba un poco su ombligo.
Hidan muerde su labio inferior con deseo, sintiéndose rápidamente acalorado.
El miembro del azabache era grueso, el largo llegaba un poco mas arriba de su ombligo y las venas que tenia en todo su alrededor resaltaban de lo hinchado que este estaba, un liquido un tanto transparente goteaba de la punta y el palpitar de la extensión era notable a los ojos del Jashinista.
-¿Te gusta lo que ves?- El azabache sonrie de forma picara.
El albino le corresponde la sonrisa, se coloca en cuatro patas y gatea hasta el azabache con sensualidad y lentitud, al ya estar frente a él mueve su mano como si fuese una garra y gruñe. El azabache retiene una carcajada y se acerca más a la cama, sin soltar su miembro se coloca frente al albino y éste sonrie al tener la gran extension de carne frente a su rostro. Sin pena alguna lo toma con su mano acercandolo hacia sus labios pero el azabache se le adelanta y golpea un poco la mejilla del albino con la extensión, el Jashinista lo toma de nuevo sin detener el pequeño golpeteo en su mejilla, llevándolo hasta sus labios aun siguiendo el chocar de la extensión a su rostro, para después abrir su boca y sacar su lengua mientras la golpeaba aun con el miembro del mayor.
Obito disfrutaba la gran vista que tenia enfrente, las sensaciones eléctricas recorrían su espalda paseándose por su abdomen hasta su miembro, endureciéndolo aun más gracias al accionar del menor. Éste después de golpear su lengua con la extensión, empezó a lamer a lo largo del miembro del mayor de forma lenta disfrutando lo que su paladar sentia, el albino de vez en cuando succionaba un poco las venas que sobre salían de la larga extensión carnosa, dejando así unas pequeñas marcas rosas sobre esta.
El azabache gruñía extasiado.
-Tu marcaste tu territorio.- Susurra el albino alejandose un poco al mismo tiempo que señalaba su cuello, pecho y abdomen lleno de mordidas al igual que marcas rosas junto a algunas cuantas moradas.-Es mi turno de hacer lo mismo.- Sonríe de forma ladina y mira al mayor a los ojos fijamente, después levanto un poco el miembro del mayor y lamió la punta con deseo, aun si apartar el choque de sus miradas.
Obito asiente, invadido por el deseo, toma el cabello del albino levantando su rostro y con su otra mano sujeta el mentón del menor. Acaricia sus labios, Hidan los separa un poco y el azabache introduce su pulgar dentro de la cavidad del albino, este lame y chupa el dedo del mayor sin apartar su mirada de los orbes del contrario.
Una sonrisa crece en el rostro del azabache, de forma ladina.
-Haz lo que desees.- Le susurra encorbandose hasta rozar su nariz con la del menor.- Pero... ¿Por qué en un lugar tan escondido?- Su sonrisa se amplia, el albino mueve su rostro acariciando la nariz del mayor con la suya propia.-Hazlo en un lugar donde todo el mundo pueda... Verlo.- Le susurra al mismo tiempo que roza sus labios, mientras le miraba fijamente.
Ambos rostros estaban a tan solo centímetros, Hidan masajeaba la extensión con su mano izquierda y con la derecha jugueteaba con los testículos del mayor.
Y antes de que el albino pudiese decir algo, el azabache empuja al menor contra el colchón al mismo tiempo que se sube sobre este, atrapando sus labios en un beso húmedo y demandante nuevamente, uniendo sus caderas mientras roza ambos miembros. El Uchiha empieza a rozarse sin pudor alguno sobre el contrario, moviéndose bruscamente sobre él, logrando que el albino ante el roce fuerte que tenían ambos miembros empezase a gemir sin control siendo acallado por los labios contrarios. Obito sostenía las piernas del albino alzándolas y separándolas mientras se encontraba dentro de estas, de un momento a otro el Uchiha deshace el beso, su frente y parte de su jadeante rostro chocaban contra el colchón gracias al frenesí desesperado que él mismo había marcado, el azabache se frotaba contra el Jashinista con rapidez, sus intimidades rozaban con fiereza y los jadeos se incrementaban con el pase de los segundos. Sus pieles chocaban con desespero, los gruñidos del azabache eran acallados por el choque de su rostro contra el colchón, mientras que el albino gemía sin control, casi gritando gracias al éxtasis que dominaba a su cuerpo.
Un gemido ronco escapa del azabache, justo después de haber rozado una parte sensible de su propio miembro. El gemido del mayor no paso desapercibido por Hidan, puesto que lo había escuchado justo al lado de su canal auditivo al tener el rostro del mayor en su cuello.
Hidan gimió fuerte en respuesta.
Ambos miembros ya soltaban liquido preseminal en exceso, humedeciendose entre si al igual que sus abdomenes. Los gemidos de Hidan se hacian cada vez mas bulliciosos y los gruñidos de Obito se mostraban con desespero cerca del oído del menor, el cual sentía su cuerpo arder con tan solo escuchar al azabache tan cerca, la respiración del mayor chocaba contra el colchón y rebotaba en este hasta el canal auditivo del menor, sentia su cuerpo erizarse al sentir el calor que esto generaba en su oído.
De un momento a otro el Uchiha incrementa sus movimientos sobre el menor, de una forma errática y brusca, demostrando el desespero que sentia en su interior mientras ayudaba al albino a igualar los rápidos movimientos de su cadera, el cual no oponia resistencia y ayudaba a incrementar aun mas la velocidad demandante que el mayor había impuesto, el agarre del azabache se había apretado sobre sus muslos. Obito en medio del frenético movimiento de sus cuerpos acerca su rostro nuevamente hacia el cuello del albino, donde besaba y lamia entre jadeos, soltando uno que otro gruñido también. Estuvieron frotrandose contra si mismos unos largos minutos más, hasta que de un momento a otro el azabache se detiene en seco y su cuerpo empieza a tiritar, al igual que el del menor. Ambos gimieron de forma ahogada al mismo tiempo y sus cuerpos se volvieron rígidos durante unos pocos segundos, el sudor resbalaba de sus frentes y sus respiraciones tardaban en regularse.
Las puntas de sus miembros emanaban un liquido viscoso y blanquecino, manchandose entre si, dejando ambas extensiones pegajosas y chorreando sobre el abdomen del albino.
Ambos se hablan venido al mismo tiempo.
Obito aun quieto recuperándose hundía su rostro jadeante contra el colchón y apretaba los muslos del albino. Por su parte Hidan respiraba con dificultad, su mirada se encontraba perdida en el blanquecino techo de la habitación y sus ojos se notaban cristalinos gracias al extasis repentino, su pecho subia y bajaba con dificultad. Cuando lograron recuperarse un poco el azabache se separa, notando así sus abdomenes llenos del liquido blanquecino y también del como el albino aun seguia escurriendo un poco de este, por ello tomo el viscoso miembro contrario y con su dedo indice limpio la punta de este para después acercarlo al rostro del menor, quien se sonrojo ante ello.
-Parece que te emocionaste un poco.- Sonríe e introduce su dedo dentro de su boca, saboreando el agrio y viscoso liquido.
Hidan traga en seco y su sonrojo se extiende hasta sus orejas, el albino voltea su mirada avergonzado mientras un puchero aparecía en sus labios.
-No es mi culpa, tú fuiste quien se emociono al frotarse.- Le encaro.- Hiciste que...- Para en seco y su sonrojo se hace mas fuerte.
Obito amplia su sonrisa, toma el mentón del menor y gira el rostro del éste, haciendo que el albino le mirase.
-¿Hice qué?- Inquiere fingiendo inocencia.-¿Te hice... Venir dos veces seguidas?- Ríe con picardía.
Al instante el albino gira su rostro, el azabache sonríe victorioso mientras se relamia los labios. El puchero del albino se hizo mas grande cuando supo que el mayor habia atinado por completo lo que casi le decía hace unos segundos.
-Vete mucho a la mierda, Uchiha.
Obito estalla en carcajadas, se agacha un poco hasta estar frente al abdomen del menor - El cual habia tomado una almohada y cubierto su rostro gracias a la vergüenza que sentia en ese momento.- y al ya estar frente a este acerco su rostro, lamiendo de forma lenta y deseosa el agrio liquido pegajoso que había quedado en este, limpiando este sin problemas generando pequeños cosquilleos en el Jashinista. Al ya haber limpiado por completo el abdomen del mas bajo - El cual habia sido el mas afectado gracias al liquido que ambos expulsaron.- dejo pequeños besos cerca del ombligo de este, mientras daba leves mordiscos hasta llegar al corte en v que poseía el albino.
Se acerca levemente hacia el oído del mas bajo.
-Sabes delicioso.- Susurra en su oído.
Su cálido aliento choca contra su oído, generándole un cosquilleo al menor, el cual dejo escapar un gemido bajo contra la almohada. Obito ríe y regresa a la entrepierna del albino.
El azabache relamio sus propios labios, miro deseoso el miembro contrario y se aproximo hacia este, lo tomo en su mano derecha empezando a amasarlo de arriba hacia abajo, el menor gemia gracias a que aun se encontraba levemente sensible, pero aquello no evitaba que su miembro volviese a endurecerse de forma rápida. Cuando la extensión del menor estuvo nuevamente dura, la introdujo en su cavidad bucal sin titubear, su lengua jugueteaba con la jugosa extensión al mismo tiempo que la introducía en la profundidad de su garganta.
El mayor subía y bajaba con lentitud, con sus labios se encargaba de la punta, lamiendola y succionandola, mientras que su mano derecha subia y bajaba a lo largo de la extensión, su mano restante acariciaba los testículos sin ser agresivo. El albino gemía contra la almohada en su rostro al sentir el como el mayor succionaba y lamia su miembro como si de una paleta se tratase. Ante el inminente placer que recorría su cuerpo no pudo evitar flexionar sus piernas y abrirlas aun más, al mismo tiempo que llevaba una mano hacia su pecho y Jugaba con uno de los botones rosas que se encontraban justo ahí.
De un momento a otro el Uchiha aleja su rostro del miembro contrario, aun sin detener su labor con su mano, se inclina hacia el albino y le quita la molesta almohada que cubría su rostro, para despues seguir masajeando de forma tortuosa el miembro del menor, quien empezo a gemir con un tono lastimero para que el Uchiha aumentase el ritmo. Obito miraba con detenimiento las facciones del menor, el como éste mordía sus labios en un intento vago de retener sus ligeros gemidos y su mano se hacia un puño mientras sujetaba la fina sabana blanca.
-Más... Por favor.- Suplica en tono bajo.
El menor gemía con desespero, intentando mover sus caderas para aumentar la velocidad, siendo detenido por el azabache el cual con su mano libre detuvo el movimiento de la cadera del albino, sin detener su mano sobre la extension del Jashinista.
-No seas tan desesperado.- Se acerca a su rostro.- No todo es el frenesí.- Sonríe pícaramente acercándose a su cuello con lentitud.-No es solo terminar, concentrate en mi toque.-Sube hasta su canal auditivo y suelta un suspiro, logrando que su cálido aliento choque contra la suave piel del albino, quien se erizó ante ello-Es la sensación que dejan mis dedos en tu piel, las pequeñas caricias que te hacen erizar.-Lame el lóbulo de su oreja de forma lenta, el albino gime de forma ahogada en respuesta.- Es la forma en que gimes mi nombre por gusto y no por necesidad.- Se separa unos cuantos centímetros, quedando ambos frente a frente y se acerca peligrosamente a sus labios, rozandolos con los suyos sin apartar su mirada de los orbes del contrario.-Dejame tocarte, acariciarte. Dejame mostrarte...-Susurra contra sus labios, ambos par de ojos mantenían una guerra intensa de miradas.- Lo que es hacer el amor.-Lo besa.
El choque de sus labios era lento, deseoso, la calidez que la tibia lengua del Uchiha le generaba le hacia temblar en su lugar, junto a los lentos movimientos tan electrizantes en su miembro, logrando que los gemidos fueran lastimeros y bajos, siendo acallados por los labiales contrarios. Obito alejo la mano que sostenía la cadera del albino y la llevo a su mejilla, dejando su pecho en sus rodillas contra el colchón y el masajear en la extensión del menor siguió igual de tortuoso.
-Mm...- Los gemidos ahogados del albino, luchaban por escapar de los labios del Uchiha.
Obito parecía disfrutar lo que generaba en el menor, miraba deseoso el como su mano lograba que el cuerpo del albino generase espasmos sin control, el como sus gemidos contra sus labios le demostraban lo mucho que el Jashinista se encontraba perdido en el placer, a pesar de que el Uchiha mantenía los ojos cerrados durante el choque de sus labios... Podía sentir por completo lo que su toque generaba al menor, disfrutando sus reacciones incluso él mismo.
De un momento a otro el mayor corta el húmedo y cálido beso, siguiendo unidos por un fino hilo de saliva que colgaba de sus labios. La intensidad entre ambas miradas era palpable, sus respiraciones entrecortadas chocaban contra sus rostros. De un momento a otro Obito le sonríe con calidez al albino, generando que el palpitar de su corazón golpease contra su pecho y sin poder evitarlo, Hidan le corresponde la sonrisa y sostiene la mano contraria contra su pecho, apretándola ligeramente.
-Estoy listo para ir al siguiente nivel.- Susurra Hidan, el azabache no aparto la vista de los orbes de éste.
Obito amplia su sonrisa, entrelaza sus dedos con los del albino y acerca la mano de este a su rostro, deposita un pequeño beso en esta y devuelve su mirar hacia en albino.
-Eso es lo que deseaba oír.- Le responde igualmente en un susurro y sin poder evitarlo, deja un casto beso en sus labios con ternura.
El azabache suelta el miembro del menor, al mismo tiempo que hacia lo mismo con su mano y se coloca nuevamente sobre éste, con ambas manos toma sus muslos una vez más y los separa ligeramente, introduciéndose dentro de ambas piernas y se recarga sobre el albino, sin dejar caer por completo su peso sobre él. Acaricia su cintura con la yema de sus dedos, ocasionándole pequeñas cosquillas al albino, quien soltó unas pequeñas risitas en respuesta.
Los orbes lilas y ónix brillaban en exceso, la emoción desbordante que les extasiaba con tan solo rozar sus pieles, la idea de llegar aun más haya de hasta donde habían llegado les excitaba en exceso, el pensar de que en tan solo unos minutos se unirían de forma completa y única. No podían explicar con claridad la emoción que sentían en aquel momento, pero el sentimiento que les provocaba el saber que se unirían no solo en cuerpo, sino también en alma... Lograba llenar sus pechos con un cálido sentimiento que ya conocían con anterioridad y aunque no lo hayan mencionado en voz alta por alguna extraña razón sabían que ambos compartían el mismo sentir.
El amor.
Ni aunque lo intentasen podrían esconder el brillo de amor que sus orbes emanaban, tampoco el como por tan solo estar juntos robaban su aliento, la felicidad que llenaban sus pechos hasta mas no poder y el sentimiento de sentirse completos era imposible de evitar. Si, ambos se amaban con locura, como dos locos adolescentes enamorados, que darían lo que fuera por mantenerse unidos, para así avivar día tras día la llama de ese sentir tan único y añorado por muchos. Un amor correspondido es la razón mas hermosa que existe para que la felicidad dentro de ti sea desbordante, porque conseguiste a tu amigo que siempre te apoyara, a tu cómplice de aventuras, a tu caja de secretos y también... A ese amante nocturno que conoce cada parte de tu cuerpo, que te conoce por completo.
Ese era el amor que ambos poseían hacia su contrario, tan desbordante y único, lleno de luz y comprensión, de complicidad y atención, de lágrimas y risas... Ese era el Amor de Obito y Hidan.
El azabache deja sus caricias sobre la cintura del albino, acerca su mano hacia el rostro de éste y extiende tres dedos. El Jashinista entiende con claridad, separa sus labios dándole acceso a los dedos del mayor dentro de su cavidad, donde jugueteo con ellos mientras los humedecía con ayuda de su lengua. Hidan los lamia y chupaba como si de una paleta se tratase, degustándolos con su paladar mientras los lubricaba a la perfección. Obito mordía sus labios con excitación.
Después de un par de segundos el azabache nota que sus dedos ya estaban lo suficientemente lubricados, por ello se aleja un poco del menor -Quien decide ayudar en la situación y abre aun más sus piernas.- Obito agradece su acción, mira el rostro del albino y éste le guiña un ojo de forma coqueta, el azabache niega y sin mas introduce el primer dedo dentro de la entrada del albino. El Uchiha inicio con pequeños movimientos circulares mientras adentraba su pequeña extensión dentro del recto del albino, gracias a estos movimientos lograba que la entrada del albino se abriese un poco más. Obito nota como esto no generaba mucha incomodidad en el Jashinista, por lo que levanta su pierna derecha y la pasa sobre su hombro e introduce un segundo dedo.
Al ya tener su segundo dedo dentro con ambos empieza a hacer movimientos en forma de tijeras, expandiendo aun mas la entrada del albino. Sin poder resistirse Obito empieza a chupar la extensión carnosa del albino, de arriba hacia abajo sin detener los movimientos en la entrada de éste. El azabache chupaba desde la punta hasta la mitad, con su mano restante jugaba con los testículos del menor, masajeandolos con cuidado, su lengua acariciaba las venas sobresalientes del menor mientras el Uchiha seguís chupando el falo gustoso. Los gemidos del albino habían subido un poco de tono, pero aun así se mantenían bajos, su mano izquierda apretaba la sabana blanca en un puño y la derecha sostenía el oscuro cabello del mayor, ayudándolo con el movimiento de su miembro.
Con rapidez introduce el tercer dedo en su entrada, al mismo tiempo que metía todo el miembro del albino en lo más profundo de su garganta, provocando que una corriente eléctrica recorriera la espina dorsal del menor y su espalda se arqueara, logrando que el albino apretara sus agarres y gimiera con fuerza.
-¡Ah! Agh, Obi...to.- Gime con fuerza, extasiado por ka increíble placer que le invadió.
Ante ello Obito se sintió rápidamente acalorado, su miembro se endureció aun más y sin mas acelero la felación en el miembro contrario, al mismo tiempo que simulo embestidas con sus dedos dentro de su entrada, estas eran profundas y rápidas provocando en el menor una oleada de sensaciones indescriptibles, robándole el aliento y dejándolo sin habla.
Ante la inminente necesidad que el menor, sentía no pudo detenerse y empujo al mayor contra el colchón. Cuando su espalda tuvo contacto contra el cómodo lugar de descansado el azabache no pudo evitar sentirse confundido y miro al albino en busca de una respuesta por tan repentina acción, pero antes de que pudiera siquiera replicar el albino ya estaba sobre él. Hidan tomó con su mano el endurecido miembro del mayor, lo dirigió hacia su entrada ante la atónita mirada del Uchiha, el albino le devuelve el mirar, le guiña un ojo y sin mas empieza a introducir la extensión del mayor.
Rápidamente un dolor agudo invadió el abdomen del albino, quien no le presto atención y siguió con la invasión en su entrada, cuando ya tuvo todo el miembro dentro de si el Jashinista dejo escapar un suspiro y recargo su frente en el hombro del azabache, -Quien al notar la punzada del menor se reincorporo, quedando sentado con las piernas extendidas y al albino sobre su regazo.- Hidan apretaba ambos brazos del mayor en busca de disminuir el fuerte dolor en su entrada, Obito niega y acaricia de forma circular la espalda del menor, mientras deja uno que otro beso sobre su cuello, intentando distraerlo de su dolor.
-Estas loco.- Niega.- ¿Como se te ocurre autopenetrarte en esa posición.- Sin dejar sus caricias sobre su espalda, le regaña.-Realmente eres masoquista.- Suspira en rendición.
Hidan aun mantenía su rostro hundido en el hombro del Uchiha, sus manos apretaban con fuerza los brazos de éste. Obito intentaba contener sus risas, se le hacia curioso el como el Jashinista no parecía disfrutar de aquel dolor, cuando según esto le excitaba en exceso, cosa que no pudo evitar preocuparle un poco pero no lo demostró.
-Callate.- Siseo y como una pequeña venganza mordió su clavícula, dejando una pequeña marca en esta.-Se lo que estas pensando y no, si estoy disfrutando esto... Pero...- Su pequeño titubeo alarmó al Uchiha, Hidan noto esto y negó con rapidez.- Amo el dolor, pero aunque eso me excite... No lo veo como algo atractivo en el sexo ¿Vale?- Obito asiente, un tanto confundido.- Y también...- El tono de su voz bajo un poco.- Porque estamos haciendo el amor... ¿No?
Un poco avergonzado de sus palabras hunde su rostro en el hombro del mayor, paso sus manos por la cintura del mayor y se apego mas a el en un tímido abrazo, un sonrojo abarcaba sus mejillas. Obito sonrió con calidez y corresponde el abrazo abrazo, hundiendo su nariz en el cabello de Hidan y asiente.
«Si... Eso es justo lo que hacemos, el amor.» Piensa el Uchiha en sus adentros, en sus mejillas aparecía un tono carmín y su sonrisa se amplia.
Al sentir el cuerpo del menor más relajado, el azabache con cuidado sostiene la cadera de este con una sola mano y con La otra enrollo su cintura, atrayéndolo más hacia su cuerpo. Hundiendo su rostro en el cuello del menor, el azabache reafirma su agarre e inicia un vaivén lento entre ambos cuerpos. Gracias a la posición en la que se encontraban la penetración era profunda y el Uchiha la mantenía de forma lenta, las paredes de Hidan apretaban su miembro, generando que unas pequeñas oleadas de placer envolvieran su extensión y unas cuantas corrientes eléctricas en su espalda lo hicieran suspirar de placer.
Hidan sentía como el azabache entraba y salia de forma lenta de su entrada, sus gemidos eran bajos pero aun así el Uchiha los escuchaba a la perfección al estar en su cuello. El albino hundía sus uñas en la espalda del mayor, arañandolo un poco, el azabache besaba el cuello del menor, succionado de vez en cuando dejando mas marcas rosas en este.
El albino disfrutaba las sensaciones que el miembro dentro de si le generaba, pero ansiaba más, deseaba sentir que el aliento le faltase, el como su vista se nuble y agitado palpitar de su corazón contra su pecho. Dejándose guiar por su pensar separa su cuerpo un poco del mayor, con ambas manos sujeta sus hombros y acomoda sus piernas hasta colocar todo su peso sobre sus rodillas. Al ya estar en posición el albino empieza a subir y bajar, dando pequeños saltos un tanto fuertes sin llegar a ser bruscos sobre el azabache, quien gustoso acepto la nueva velocidad y dejandose recostar sobre la cama para mas comodidas del menor, el cual apoyo sus manos sobre el pecho del azabahce y aumento el vaivén a uno mas rápido, bajo él el Uchiha movia su cadera en círculos provocando que su miembro se adentre con profundidad.
Hidan saltaba sobre el azabache, la velocidad de sus movimientos compactaban a la perfección con los del Uchiha, quien a pesar de encontrarse acostado movia sus caderas como un experto, logrando que los gemidos del albino se convirtiesen en gritos de placer e incluso sus propios gruñidos se habian elevado.
-Ob...ito.. ¡Ah! ¡Más!- Gemía sin control alguno el albino, saltando con desespero sobre su regazo, sus paredes apretaban delicosamente el miembro del azabache dentro suyo, quien ahogaba sus gemidos y gruñía en su lugar.
-Agh.. Hi...dan.. Ah.- Sus jadeos eran fuertes, los gruñidos que escapaban de sus labios eran entrecortados.
En aquel momento Hidan se siente en el cielo mismo, las sensacuones que abarcaban su cuerpo lo mantenían extasiado, sus gemidos llenos de desespero llenaban por completo la habitación, disfrutando cada parte del azabache abajo de él. Obito de un momento a otro siente como su propio miembro se endurecía dentro del albino, el como la sangre empezaba a acumularse en la punta, por ello en un movimiento rapido levanta la cadera del sudoroso albino y sale de él.
Hidan gime en tono de reclano.
El azabache lo ignora y cambia la posición, colocando al albino abajo de él. Une sus labios en un beso brusco, donde mordisqueaba y jalaba los labios del Jashinista, el beso era fuerte y demandante, sus lenguas danzaban a un solo compás, uno donde estas se fundían entre si, robando el aliento de su contrario. Al separarse el azabache levanta y voltea al Jashinista, éste entiende al instante lo que le mayor deseaba hacer, por lo que por si mismo recuesta su rostro sobre la almohada y eleva su trasero hasta quedar en custro patas.
«Sumisión... Interesante.» El azabache mostraba encontado con su nuevo descubrimiento.
Sin mas el mayor se introduce de forma brusca en la entrada del albino, quien solto un grito de extasis en respuesta. El mayor no se hizo desear e inicio con un vainven fuerte y preciso, la profundidad de sus estocadas lograron que el albino gimiera con fuerza contra la almohada en su rostro, sus manos sujetaron las sabanas. Las corrientes eléctricas que envolvian sus cuerpos los hacian gemir gustoso, los gritos de Hidan eran acallados por la suave almohad y Obito no veía como una molestia el gemir también, la unica diferencia es que los suyos eran mas roncos y profundos.
Obito sujetaba las caderas del Jashinista, ayudándolo con el movimiento para penetrarlo con agresividad. El fuerte choque entre sus cuerpos genersba un sonido obseno el cual invadía la habitación, poco a poco la mente de ambos se tornaban en blanco, dejandose llevar por las fuertes sensaciones que sus movimientos les generaban. Hidan ya no podía pensar con claridad y solo gemia sin parar el nombre del Uchiha, Obito por su parte gracias a la gran excitación solo se movia por instinto, su rostro ligeramente hacia atrás extasiado, dejándose llevar por el mar de placer que lo envolvían, sus gruñidos y gemidos apesar de ser !as bajos que los del albino tambien eran fuertes y necesitados.
El Uchiha se recuesta sobre el cuerpo del menor, aumentando el ritmo de la penetración mientras jadeaba sin parar, los gemidos del albino hacian juego con estos y las fuertes embestidas los enloquecian. Ante el vaivén brusco y dominante por parte del azabache logro que su miembro tocara la prostata del albino, quien gracias a ello él empezo a gritar del placer tan repentino que habia invadido su cuerpo.
-¡Ah! ¡Ah! ¡Ahí, justo ahí!- Gritaba extasiado el albino.
Siguiendo las suplicantes peticiones del menor, el azabache ejerce mas fuerza en la cadera del albino, aumentando cada vez mas el ritmo de las embestidas, su pelvis chocaba contra el trasero del albino con fiereza, el roce de la punta de su miembro contra la próstata del albino generaba unas fuertes corrientes de placer en el cuerpo del menor, quien gemia cada vez mas fuerte y de un momento a otro el cuerpo de este se levanta un poco hasta golpear su espalda contra el pecho del azabache, donde con su mano izquierda sujeto la nuca de este, apretandola un poco mientras su cuerpo se ponía rígido y empezaba a tiritar, de sus labios escapo un fuerte gemido de placer, el cual anunciaba su eyaculación. Las paredes del albino ante el reciente clímax se apretaron alrededor del miembro del mayor, ocasionandole una fuerte oleada de placer y provocando que este deje salir su semilla dentro del albino.
Sus cuerpos temblaban, pero en ningún momento despegaron sus cuerpos, Hidan jadeaba cansado, uno que otro gemido escapaban de sus labios al sentir la semilla del mayor dentro de si y al ser una gran cantidad del liquido blanquecino este chorreaba hacia afuera a través del gran miembro que aun se hayaba dentro del albino. Despues de unos cuantos segundos el mayor sale del interior del menor, y se deja caer boca arriba sobre la cama, Hidan le imito y se recostó sobre su pecho.
Sus respiraciones agitadas empezaban a regularse, e inconscientemente unieron sus manos y las entrelazaron, ambos miraban hacia el techo. Obito empezaba a sentir su cuerpo cansado y sus ojos se entrecerraban, Hidan por su parte miraba hacia el techo sin un lugar en especifico y de un momento a otro un pensamiento invade su mente con rapidez, tragando en seco se reincorpore un poco y mira al azabache.
-Estamos jodidos.- Afirma el menor.
Obito le mira confundido, mientras coloca ambls brazos atrás de su cuello como soporte.
-¿Por qué?- Inquiere un tanto aburrido.
Una sonrisa nerviosa aparece en los labios del albino, Obito arquea una ceja.
-Lo sabras en nueve meses.
Dice con rapidez el menor, quien se levanto con rapidez y salio huyendo hasta encerrarse en el baño. Obito miro confundido el por donde se había ido el menor.
-¿Qué?- Se pregunta sin entender por completo las palabras del menor, hasta que su mente hace click y sus ojos se abren con sorpresa.-¿¡Qué?!
Parece que aquellas pequeñas caricias marcaron un antes y un despues en la vida de ambos mejores amigos, quienes lo afrontarian juntos, porque lo que sentisn iba mucho mas alla de lo que alguna vez llegaron a sentir en el pasado. Un amor que fue generado por desde hace mucho, pero unos pewueños toques lo hicieron salir a la luz, esas pequeñas caricias que siempre recordarían.
♡
Fin.
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¡Hola!
¿Que les pareció?
¿Les gusto esta extraña idea? Espero que si.
Estoy loca, estoy jodidamente loca ¿Por qué? ¿Ya vieron la cantidad de palabras de esta cosa? ¡Me volvi loca!
¿Cual fue tu parte favorita?
Escrito:(La mitad de esto lo escribí hace como un mes, pero no recuerdo exactamente cuando asi que solo pondré la fecha de hoy que fue cuando lo termine xd) 23/08/21
Publicado: 23/08/21
10182 Palabras.
¿Ahora entienden el porque estoy loca? Jalskaksks
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