Imcomprensible Amor
Notas de Santiago José...
"Cuando yo era un niño mi padre era una figura que llegaba a aplaudir mis últimos logros, cuando iba creciendo era alguien que me enseñaba la diferencia entre el bien y el mal, ya en mi adolescencia era una persona que ponía límites a mis deseos, hoy día: ¡No sé lo que es!"
...
Hoy quiero hacerle un homenaje a la verdad a través de un cauteloso viaje al pasado.
Mi padre tenía una vana pero curiosa costumbre de hablar como los españoles cuando estaba muy emocionado o se molestaba sin ningún motivo aparente; un día le pregunté, hace años, porque hablaba de una forma tan graciosa y grotesca; era yo todavía de tan tierna edad que lo hice con una enorme sonrisa y una indulgente magnanimidad... cual no sería mi sorprendente expresión cuando me responde mientras se
sentaba en una silla para quitarse los zapatos y luego ponerse a leer su revista hípica:
—¡Esas son "Vainas mías"! Tal vez ahorita no lo entiendas, pero lo que no entiendes hoy, mañana lo entenderás.
¿Vainas Mías o Vainas Suyas? De aquí Salió una afable conversación que quizá nunca pueda escribir con toda la sinceridad con que se presentó...
Mi padre era muy instruido y me gustaba escuchar sus explicaciones claramente enredadas que empezaban en el presente y luego me llevaban a la época en la que Washington aun gobernaba en Estados Unidos.
—¿Cómo que vaina es una grosería? Estás algo equivocado, la vaina era donde Bolívar guardaba su espada antes de salir al combate.
¿Nunca habéis escuchado la expresión: "Bolívar desenvainó su enmohecida espada y peleó con
heroísmo"?
Creo que la estúpida de tu profesora Ivys debe de haberla citado en sus explicaciones, bueno, ¿Pero qué
va a saber ella de pensamientos Bolivarianos si ni siquiera sabe vestirse decentemente para ir al colegio? Parece más una Prostituta disfrazada de profesora; Y el sueldo se lo gasta en implantes para verse bien...
Otras veces me hablaba de algún dulce que me iba a comprar en la panadería:
—¿Te gusta mucho la Torta de chocolate verdad? ¿Y la de vainilla?
Tienes que haberla probado porque le dí dinero a tu mamá la semana
pasada para que comprara en el supermercado; la vainilla crece en unas matas enormes y el fruto se encuentra en sus vainas, si quieres te lo puedo comprobar con un
diccionario...
¡Eh mira!
"Funda de algunas cosas; Cáscara de
legumbres"
¿Ves? Claro por supuesto que ves pues no estás ciego, ni Dios lo quiera hijo mío. Y mira: ¿recuerdas que un día me preguntaste porqué salía vapor de la Nevera? Eso es el Vaho, el significado está un poco más arriba...
¿Lo ves?
"vapor que despiden los cuerpos"
Si tienes muchos frío y te tiembran los dientes puede ser que te salga vaho por la boca, recuerda nunca confundirlo con el bozo, que es donde te saldrá el bigote cuando estés algo
grandecitos...
Y de aquí en adelante el vaho que desprendía de su boca eran
explicaciones y anécdotas de cuando era un estudiante o cuando tuvo su primer trabajo, la palabra bozo ahorita solo la he escuchado en la calle para referirse a las salones de belleza, a mi padre no le faltaba bozo pues todos tenemos uno, lo que le
faltaba era un bozal para que se callara cuando se hacía
insoportable la conversación, que era casi nunca.
Mi madre nunca entendía el por qué de sus acaloradas palabras que se
tornaban horas de notas y notas que pasan con rapidez como los dibujos animados de Walt Disney, lo que tampoco entendía era de donde le salía tanta sabiduría que derrochaba con entusiasmo y vehemencia sobre mí, de todo sabía muchísimos
como las caras y gordinflonas enciclopedias que se exhiben en
las librerías y bibliotecas, si era posible mezclaba vivencias suyas y me las contaba como un desmembrado rompecabezas:
yo tenía que ordenarlas cronológicamente siendo un niño de tan tierna edad que no sabía nada de la vida, ni de finanzas, ni de
mecánica, ni de ese oficio que ejercen los abogados hoy día.
—Cuando seas grande no quiero que seas escritor, no lo tomes como un oficio, pero si como un pasatiempo para matar el ocio; ¿Sabes a qué me refiero? Puedes escribir un libro de mi vida, yo tengo 54 años y no me arrepiento de envejecer, porque he vivido la vida con libertad, haciendo todo lo que se antojaba cuando era un niño.
A tu edad yo no tenía ropa costosa ni juguetes de marca, no recuerdo el
oficio de mi padre y mi madre lavaba y planchaba ropa por real y medio.
Tampoco estudiaba en colegios privados, creo que en ese entonces no existían y todos los colegios
públicos estaban bien cuidados y se pagaban sueldos dignos de trabajadores... yo era el peor de la clase; mi maestro no me soportaba y por ello me sentaba en el último puesto de la fila, cuando él hablaba yo trataba de no escucharlo y me entretenía con mi grupo lanzándole
papelillos a las niñas o gritando groserías para luego culpar a otros, pero aun así yo aprendía y todo me quedaba grabado en el cerebro, si yo salía mal en los exámenes era
por diversión: Yo sabía pero no lo quería aceptar, deberías de llamar este libro "Malo y Listo" ¿No crees?
O bien me daba clases de Cocina:
—Si alguien te pregunta a qué se dedica tu papá, tú les dirás
que soy Chef certificado por el Hotel Intercontinental Guayana ¿ok? con título y todo, el pequeño problemita es que lo extravié pero tú sabes que yo soy una persona muy sincera y honesta. ¡Ah! también se me perdió el Título de Bachiller, el certificado de notas y el reconocimiento que me dieron el Año pasado por haber sido seleccionado Maestro del Año...
Mira sabes que para el almuerzo ya que tu mamá no está pienso cocinarte minestrones, que es pasta, pero no como las hace tu abuela que cuela los
espaguetis y pierde todo sabor, yo no los cuelo sino que los sirvo con el agüita y de paso les echo salsa boloñesa por encima, eso queda para chuparse los dedos ¿entiendes? No, claro que no entiendes pero cuando seas más grandecito serás como yo, lo que ves es lo que serás.
O bien me enseñaba un poquito de Genética:
—Espero que dentro de unos años, más o menos no heredes mis enormes entradas, ¿ves? esos grandes espacios
donde no tengo ni un mechón de cabello. ¡Ay pobre de mí! quisiera volver a verme con mucho cabello, bueno solo me queda ver las fotos viejas que me tomé cuando el mundo
era en blanco y negro y se podía dejar la puerta abierta.
¡Ahorita todo está minado de delincuencia! la Genética es muy caprichosa y llega a confundir, pero por algo Gregory Mendel lo estudió aunque sus méritos no fueron
reconocidos sino hasta después de su muerte ¡Pobrecito! existe un carácter Dominante y uno recesivo, el dominante sobre tí pueden ser mis entradas Dios no lo quiera, sería
horrible tener 17 o 18 años con entradas de viejo, solo trata
de peinarte bien y taparte las entradas con la pollina y santo remedio. El carácter recesivo es el que se aprecia en menor cantidad o queda enmascarado y no se denota nunca, por lo menos mi papá tenía los ojos azules y ni tu ni yo los tenemos, creo que puede ser ese... Mírate hijo, tú y yo somos como dos gotas de agua ¡Igualitos Igualitos!
O bien me daba clases de religión:
—Me enteré que tu madre está empezando a asistir a la Iglesia, eso está muy bien, ¿Cómo es la Iglesia? Yo nunca he ido porque pienso que tal vez Jesús se ponga bravo conmigo porque nunca le cumplí de niño...
¿Sabes Algo?
Cuando yo tenía tu edad mi madre al irse a trabajar me dejaba en las puertas de la iglesia donde el padre me acogía hasta que terminase el servicio, recuerdo que me preguntó un día "¿Quieres ser Monaguillo?" y yo le respondí afirmativamente con un entusiasmo que ya no tengo. Habré envejecido.
Al poco tiempo ya era como el
Diaconizo ayudante del Padre...
—Todos los domingos tienes que hacer sonar la campana para que los feligreses vengan a la misa — decía el padre con su cara bonachona y entintada en sudor.
Y a mí eso me entraba por un oído y me salía por el otro.
Yo jugaba con tierra, con los otros niños, y le tiraba piedras a las estatuas que tenía en todas las repisas... Todos los domingo el padre colocaba una cajita de cartón bien bonita en la entrada para que cuando las
personas entraran colocaran allí unas moneditas como ofrenda a la Virgen del Valle, y como el padre no me dejaba desayunar los domingos porque tenía que ministrar en
ayunas, yo tomaba una pajilla y con ella yo sacaba unas cuantas monedas y me iba a comprar una arepita con queso y un carato de guanábana que vendían en la cantina de la esquina.
Todo iba muy bien hasta que un día el padre se quejó a la congregación de que ellos no estaban diezmando, y les
aconsejó de que dieran al "Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios"
Muchos dejaron de ir y otros
llevaban el dinero en moneda extranjera mientras la campana se oxidaba por falta de uso. Yo tomaba mi pago por mi vano trabajo y el padre, sin yo saberlo, tomaba alcohol con otras mujeres en el armario del confesionario, creo que era la Iglesia más corrupta que yo hubiese visto, bueno ha sido la única iglesia a la que he ido... Ahora estoy enemistado con la Iglesia. El padre murió poco después de que el pueblo cerraba el templo de oración y más nunca he pisado una...
...
Yo aplaudía con frenesí, pero no por sus palabras, sino porque estaba jugando con bloques de construcción (si no estoy equivocado creo que se llaman Legos) y me estaba quedando muy bien la torre. De esta manera transcurrió mi extravagante y original infancia entre los relatos arcaicos de mi padre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro