𝟎𝟏𝟑| This house is haunted
PEQUEÑAS MARCAS, GRAN SIGNIFICADO. Isadora odiaba las cicatrices y marcas que escondía en su brazo y ahora, cintura.
A lo largo de nuestra vida todos hemos tenido cicatrices, moretones o marcas, ya sean visibles o no. Algunas pueden ser emocionales o físicas, pero ella tenía ambas.
La primera marca visible en su brazo derecho estaba cerca de su codo. La ocasión fue cuando un perro (proveniente de una casa muggle, ella cree recordar), la mordió. Fue una mordida tan fuerte que aún permanecía allí.
La segunda marca era reciente. Fue durante las vacaciones de verano. Los primeros meses que Lucius Malfoy fue encarcelado, Narcissa estaba más deprimida que nunca. Al final de cuentas, era su esposo. Aunque no pareciera, ellos tenían algo que se podría llamar amor. Entonces, ella sufrió una depresión severa y lo único que la animaba era un poco de vino por la noche.
Bueno... "Un poco de vino" no sería la frase adecuada. Fueron varios litros de vino, uno tras otro. Sin la ayuda de Dobby en la casa, Isadora intentaba hacer todo lo posible para ayudar a su madre, pero parecía no ser suficiente. Un día, Narcissa se cansó de todo y perdió el control de sí misma. Durante una cena, su copa de vidrio perdió el equilibrio y se rompió. Isadora estaba cerca de Narcissa en ese momento, por lo que el vidrio cortó su dedo y causó una gran herida.
La herida se había tornado de un raro color violeta, ella había logrado ocultar eso usando un anillo de plata y parecía funcionar, sin embargo siempre estaría allí.
A pesar de tus esfuerzos por ocultar las marcas, siempre estarán presentes. Son invisibles, rotas y pequeñas, pero su significado es enorme.
Él la observaba constantemente cada vez que tenía la oportunidad. Era algo frecuente. Tal vez incluso más que a Ginny. Pero lo cierto era que Isadora tenía algo que lo cautivaba, algo que resultaba interesante. Ella tenía ese algo especial que atrapaba al "elegido", tanto que no sabía cómo apartar la mirada de ella.
Haber conocido a Isadora Malfoy fue algo interesante en la vida de Harry Potter. Los prejuicios estaban tan metidos en su cabeza que antes de conocerla pensaba que era una arrogante y molesta al igual que su hermano, pero para su sorpresa ella no resultó ser así.
Porque a veces se trata de eso, conocer bien a una persona.
Los prejuicios son algo que nunca se pueden evitar ni por más que intentemos. Siempre están allí, pero esa fue una buena lección para Harry.
Conforme la fue conociendo fue un torbellino de emociones para él. Furia, alegría, tristeza, amor…
Algo que ninguno podía evitar.
El término “enamorado” es demasiado fuerte para algunas personas. Pero eso no era realmente lo que les pasaba a ellos. No estaban enamorados, pero ninguno habría podido encontrar el verdadero sentimiento.
Persona correcta, momento equivocado.
Había pasado una semana del incidente en la torre de astronomía que pudo haber terminado con la vida de Isadora. En esa semana ella se había replanteado todo en su vida y lo único que obtuvo de sus pensamientos fue confusión. Se cansó de sobrepensar y decidió ocupar su mente en solamente sus tareas.
—¿No crees que ya es momento de descansar? —preguntó Astoria, haciendo a un lado su libro y tirándolo en el sofá.
—¿De qué hablas?
—Esto. Has estado día y noche viviendo de esos libros. Ya ni siquiera hablas, lo único que te importa es estudiar.
—Claro que no. Solo necesito mantener mi cabeza ocupada en otra cosa. Este es mi escapatorio —respondió Isadora.
Astoria suspiró cansada. Isadora se levantó del sofá y la miró de una manera que no era tan agradable realmente. La castaña nunca había visto maldad en los ojos de Isadora. Pero tal vez su verdadero lado nunca había sido realmente revelado.
—¿Tienes idea de dónde está mi hermano? —le preguntó la rubia. Astoria negó con la cabeza—iré a buscarlo —dijo Isadora mientras se abrigaba para salir.
Ya llevaba media hora buscándolo. No tenía idea de dónde Draco podría estar. Últimamente los hermanos Malfoy no hablaban mucho. Él podría estar en la sala de menesteres, en clases o en el patio de Hogwarts probablemente molestando a los estudiantes más pequeños.
Pero Isadora pasó más de media hora buscándolo por todos esos sitios y se empezó a preocupar al no verlo. Decidió descansar y pasar unos minutos en el baño de chicas.
Fue una mala idea.
Muy mala idea. Nunca debió entrar a aquel baño.
Apenas cruzó el umbral, lo que vio la hizo cubrirse el rostro con rapidez e incredulidad. Estaba completamente impactada. Ella soltó un grito ahogado, lleno de temor. ¿Acababa de presenciar a su hermano tendido en el suelo, rodeado de un gran charco de sangre? Sí, acababa de verlo.
Lo peor de todo era que Harry estaba allí, agachado junto a su cuerpo. Draco temblaba de forma descontrolada en medio de un charco de sangre. Myrtle “La llorona” soltó un chillido ensordecedor:
—¡¡¡Asesinato!!! ¡¡¡Asesinato en el baño!!! ¡Asesinato en el baño!!!
Cuando finalmente Isadora reaccionó, dio un paso al frente con cautela y se agachó rápidamente junto al cuerpo de Draco. Ella estaba temblando descontroladamente y las lágrimas se derramaban por sus mejillas.
—No… Yo no…— habló Harry con voz ahogada.
La sangre lo rodeaba completamente, sus ojos grises humedecidos por el llanto repleto de angustia. Ella no sabía qué hacer.
Miró a Harry con una total furia mezclada con ansiedad. Tenía totales ganas de matarlo a sangre fría.
La puerta se abrió de golpe detrás de Harry, que giró la cabeza, aterrado: Snape, blanco como la cera, irrumpió en el baño.
Apartando bruscamente a Harry, se arrodilló y se inclinó sobre Draco; sacó su varita y la agitó por encima de las profundas heridas que había causado la maldición, murmurando un conjuro que casi parecía una canción. La hemorragia se redujo de inmediato. Snape le limpió la sangre de la cara y repitió el hechizo. Las heridas empezaron a cerrar mientras Isadora acariciaba con cautela la mano de su hermano en busca de algún consuelo.
Harry contemplaba la escena horrorizado por lo que había hecho y apenas consciente de que él también estaba empapado de sangre y agua. Isadora lo miró con furia y decepción. Myrtle no paraba de sollozar y gemir. Después de que Snape realizó su contramaleficio por tercera vez, incorporó a Draco hasta sentarlo.
—Tienes que llevarlo hasta la enfermería, quizás ahí le queden cicatrices, pero si toma díctamo inmediatamente, tal vez se libre de eso —Snape se dirigió hacia ella con un temperamento altamente serio.
Ella obedeció de inmediato e hizo lo posible para incorporar de nuevo a su hermano.
Una calavera acompañada de una serpiente de grandes colmillos. Isadora había estado examinando la marca en el brazo de su hermano durante aproximadamente una hora desde que terminaron de curarlo. Se le había ordenado reposo.
Si ella hubiera reaccionado a tiempo, lo más probable es que hubiera terminado atacando a Harry y dejándolo en el mismo estado en que se encontraba Draco, cumpliendo así el deseo de Voldemort.
Es probable que después de hacer eso, ella habría abandonado el mundo mágico y huido a su lugar en el mundo: París. Allí, se habría creado una nueva identidad como muggle y simplemente habría vivido. Solo eso, disfrutar de la vida.
Lo que estaba viviendo no parecía una vida agradable. Era una dura realidad con la que tenía que lidiar todos los días. En su primer año, solía creer que todo en su vida iba a ser perfecto, al menos eso es lo que su hermano le había dicho. Eran privilegiados, eso era obvio. Hasta su cuarto año, su vida había sido buena, si se ignoraban los maltratos de sus padres.
Sin embargo, ella siempre supo que había un lado oscuro latente en su sangre. En la mansión Malfoy, había una habitación secreta reservada para Draco e Isadora, a la cual ella nunca había entrado. Draco solía decir que allí se encontraba la oficina de su padre.
Ella creía que su vida siempre sería un camino fácil, tal como su hermano se lo había asegurado. Pero alardear y presumir no le sirvió de nada. Nada sucedió de la manera que ella deseaba. Cada rincón de esa casa estaba embrujado.
Lo peor se acercaba, ambos lo sabían con certeza. Los mortífagos estaban ganando poder y Draco estaba cumpliendo su misión. Para Isadora, sería difícil despedirse del lugar que la vio crecer: Hogwarts.
Porque lo cierto era que después de que todo pasara, Narcissa esperaba comprometer a su única hija en matrimonio y así asegurar la continuidad del legado Malfoy en su línea familiar.
En cambio, Isadora se encontraba perdida sin saber qué hacer en su futuro. En realidad, no tenía ni la más mínima idea de qué rumbo tomar en su vida.
NOTA DE LA AUTORA:
friendly reminder de que Harry no sabía lo que hacía el sectusempra. En cambio, Draco sabía perfectamente lo que ocasionaba el Cruciatus!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro