Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6

Courtney se levantó temprano para prepararse para ir a su primer día de trabajo. Para su sorpresa, Duncan también se había despertado y estaba jugando con Britney.

La morena aprovechó de hacer media hora de ejercicio, para luego ducharse. El agua caía sobre su piel, mientras refregaba cada parte de su cuerpo, pero se detuvo en su brazo izquierdo, en donde tenía el tatuaje que se había hecho con Duncan, pero siempre había tapado lo mejor posible. Como nunca se lo había ido a retocar, casi ni se veía y era fácil de cubrir con maquillaje, pero seguía ahí, como aquello que todavía la conectaba a él.

Continuó bañándose, con una expresión melancólica. Ella no solía ser realmente así, pero la reaparición de su ex novio y la extraña proximidad que tenían, le provocaba aquello.

Al terminar de ducharse, cubrió su cuerpo con una toalla y con otra más corta enrolló su cabello. Cruzó del baño a su habitación rápidamente, procurando que Duncan no la viera, y cerró con fuerza la puerta.

Mientras se vestía, enumeró cada uno de los hechos inesperados de la última semana. El primero, encontrarse con Duncan. Era algo inevitable en el tiempo, sabía que al tener un grupo de amigos en común, tendrían que verse las caras tarde o temprano y ella ya lo había evitado por mucho tiempo.

El segundo hecho: él confesó que todavía la amaba, causando un momento de debilidad en su ímpetu, que siempre había sido inquebrantable.

Luego, aceptó defenderlo, olvidando la discusión que había tenido con él, tras comprobar que seguía siendo un idiota. Intentaba encontrar una explicación lógica a su decisión, pero no podía y supuso que efectivamente había sentido compasión por él. Sí, era la única respuesta lógica, pues ella había dejado de sentir amor hacia él, solo podía odiarlo después de que la traicionó y, después de años, al parecer al fin era capaz de compadecerse por él.

Y en cuarto lugar, siendo el giro más descabellado de todos, aceptó que él se quedara a vivir en su departamento durante el arresto domiciliario, ¿o ella misma planeó aquello? Claro estaba que ella fue quien propuso la alternativa del arresto domiciliario, sabiendo que la corte rechazaría inmediatamente que quedara libre y no podía tomar el riesgo de que él estuviera en prisión durante el proceso, puesto que, aquello hubiera dificultado más el diálogo entre ambos y cómo hubieran armado la defensa.

—Dejar que se quedara fue la mejor opción —murmuró—. Era mi única opción.

Parecía que trataba de consolarse. Quería creer que había actuado racionalmente, pues no quería siquiera pensar en la posibilidad de estarlo haciendo por amor. Y es que, ¿realmente podría llegar a enamorarse de nuevo de su ex novio, después de todo lo que sufrió? ¿En su cabeza existía la posibilidad de volver, sabiendo que nunca terminaba bien para ellos? ¿Sabiendo que nunca habían estado realmente bien?

Algunas lágrimas impertinentes nublaron su vista y, al pestañar, descendieron por sus mejillas. Las limpió con el dorso de su mano y después salió de su habitación con todas las cosas que iba a necesitar en el día, procurando que no se mostraría sentimental con él. Ya estaba haciendo demasiado por su exnovio como para mostrarle ese lado de ella. Solo debía ser como era usualmente, aunque a veces no podía evitar reaccionar como en su adolescencia, o ponerse un poco nostálgica. Estar cerca de él sacaba todo lo que le avergonzaba admitir que había sido y quería ocultar.

Entró a la cocina y buscó los frutos secos que tenía guardados. Echó un puñado en una licuadora pequeña y luego puso un poco de leche, junto con una banana. La hizo funcionar por un par de minutos, buscó una tapa en un cajón, quitó la botella de la licuadora y le puso la tapa.

—¿Me dejaste algo? —preguntó repentinamente Duncan, entrando con Britney en brazos.

—No tenía idea de que querías un batido saludable —pronunció, tras dejar de beber.

—No, pero quería molestarte un poco.

—Puedes hacer algo mejor que eso.

—No quiero... al menos por ahora.

Ella desencajó su mandíbula con notoria molestia, pero luego sonrió. Aquel cambio repentino causó confusión en Duncan y sintió un ligero escalofríos.

—¿Estás bien? ¿Vas a enloquecer otra vez?

—¿Alguna vez pensaste que estaríamos así? Ya sabes, después de haber terminado definitivamente.

—No pienso tan a futuro, prefiero solo fluir.

Ella rio al escucharlo.

—En serio, ¿te sientes bien? Actúas extraño.

—Estoy bien, es solo que esto es tan... surreal... Odio usar esa palabra. Como sea, creo que ni siquiera cuando salíamos pensé que estaríamos en esta situación.

Courtney vio la hora en su reloj de muñeca y terminó de tomar el batido. Fue corriendo a cepillarse los dientes, tomó luego sus cosas y salió rápido, pues quería llegar veinte minutos antes. Llegar a la hora significaba un atraso para ella, sobre todo si estaba comenzando.

Duncan se quedó pensando en lo que ella le había dicho. Tenía razón en parte, pues jamás pensó que estarían en una situación así, no por la parte de convivir, sino por el hecho de tener que cumplir con arresto domiciliario. También él le había mentido en cierto punto, al decirle que no pensaba en el futuro, pues muchas veces fantaseó con la idea de volver a ver a Courtney y tratar de reconciliarse, mientras él estaba confinado en una celda. No había mucho que hacer, más que soñar con ella, incluso sabiendo que era imposible que aquello sucediera.

Y de alguna forma extraña, casi como una broma del destino, su anhelo se había vuelto realidad de la forma más inesperada, aunque ponía en duda a cada minuto que pasara la parte de la reconciliación... una verdadera reconciliación, claro, no un encuentro de solo una noche.

Aunque lo último no le molestaba, prefería que se repitiera varias veces.

***

Courtney se presentó con el guardia del edificio laboral, quien revisaba a cada visitante para corroborar que contaba con autorización, en caso de no tener un pase de acceso. El señor le indicó a la joven que marcara en el tablero el piso al que iba, en donde se encontraba la firma de abogados. Ella escuchó por cortesía las indicaciones del hombre mayor, teniendo claro cómo funcionaba desde el día al que fue a su entrevista, sobre todo porque no era la primera vez que trabajaba en un edificio con dicho sistema.

—Y no se preocupe, en la tarde ya debería estar listo su pase.

—Gracias. —Sonrió.

Marcó el piso seis en el tablero y la puerta del tercer ascensor se abrió. Entró inexpresiva, cuando de repente un chico entró rápido, causando que la puerta se volviera a abrir inesperadamente. Era delgado, de cabello castaño y lucía desaliñado, pues su camisa estaba fuera de sus pantalones y la chaqueta del traje le quedaba un poco más grande. Llevaba dos cafés, uno en cada mano, los cuales derramó un poco al correr, por la boquilla de la tapa. Llevaba además una mochila negra enorme, ligeramente abierta y por la cual se asomaban un par de cuadernos y hojas sueltas.

—¿Sí sabes que voy al piso seis y que, por lo tanto, el ascensor se abrirá solo en ese piso? —preguntó ella, con tono de molestia por la irrupción.

—Descuida, lo sé. Aunque no lo parezco quizás, soy el junior de tu posible jefe. Me llamo Jason.

—¿Cómo sabes quién podría ser mi jefe?

—Vas al piso seis y ahí solo hay dos cosas: la firma de abogados Miles & White y una agencia de diseño. No te ofendas, pero pareces abogada, así que, vas a la primera opción.

—¿Por qué me ofendería?

—Como claramente eres joven, es imposible que seas una nueva asociada.

—Buen análisis rápido, pero a pesar de que parezco abogada, podría ser una clienta.

—Ninguna clienta es tan hermosa. —Sonrió embobado.

—Ugh.

—Además, te conozco: eres Courtney Barlow, de Drama Total.

—Dos cosas: odio los cumplidos que no pedí y odio que mencionen ese estúpido programa de televisión.

—Lo siento, la emoción. Eras mi concursante favorita y por ti quise ser abogado.

—¿No dijiste que eras junior?

—¡Sí! Esto es temporal, claro. Después de esto, podré egresar, así que, quizás incluso podríamos ser compañeros, si nuestro jefe decide contratarme. Por cierto, siempre tuve la duda: ¿tu relación con Duncan fue real o solo fue una estrategia de marketing del programa?

—¿Qué?

—No es sorpresa que los realities shows tienen ciertas pautas y se inventan problemas o parejas para elevar los puntos de rating. Lo de ustedes fue tan de novela, que hasta dudé que fuera real, quiero decir, ¿la chica correcta con el chico del correccional? —Sonó un timbre, indicando que habían llegado al piso seis. Las puertas comenzaron a abrirse lentamente—. Suena como un cliché, después vino lo del triángulo, ¡justo cuando tú y Gwen comenzaban a acercarse!

—¡Cállate o haré que te despidan por acoso! —le gritó mientras salía del ascensor.

—Lo siento, entonces... ¿sí fue real?

—Te lo dejo así: esa etapa de mi vida está sepultada, bajo tres metros de tierra. Si vuelves a mencionar el programa o algo de aquello, te juro que haré que te despidan y eso no se vería bien para tus estudios ni el resto de tu vida laboral, ¿verdad? Así que, compórtate como una persona profesional.

—Descuida, comprendo —contestó, asustado.

Le dedicó una sonrisa amable, lo cual asustó más al chico. Volteó y se adelantó por el pasillo, hasta llegar a las oficinas de la firma.

Durante la jornada laboral, estuvo revisando cláusulas de contratos elaborados para empresas a las que asesoraban, para asegurarse de que todo estuviera en orden a la hora de entregarlos. Era un tanto extenuante su trabajo, sobre todo si Jason la interrumpía constantemente para ofrecer su ayuda o simplemente para conversar y tratar de acercarse más a ella, a pesar de las amenazas.

Ya para el final de la jornada, el chico llegó con varias encomiendas, incluyendo su tarjeta de acceso al edificio laboral, con un dato que lo asombró y quiso consultarlo con ella.

—Oye, no quiero ser intruso con esto, pero... ¿tu apellido no es Barlow? ¿Era falsa la información que diste al programa o pediste que ocultaran de alguna forma tu nombre?

—Mi apellido sí era Barlow, pero lo cambié por el de mi madre hace unos años —respondió serena.

—Santiago... un peculiar apellido.

—Mi mamá es cubana, por eso. No te voy a dar más información, así que, solo dame mi tarjeta y deja de hacer preguntas.

Jason asintió y le extendió la tarjeta de acceso, que se usaba en los torniquetes de la entrada del edificio. Courtney se quedó alrededor de media hora después de terminar su horario de trabajo, pues quería aprovechar de revisar los documentos del caso de Duncan, sin que él supiera. Asimismo, como su abogada, tenía acceso a su archivo y antecedentes de casos dentro del sistema judicial, gracias a su clave de acceso. Descargó los datos y los archivó en un pendrive, para revisarlos después.

Guardó sus cosas, sacó las llaves de su auto y bajó por el ascensor. Si bien su vehículo no era de lujo ni un modelo muy reciente como le hubiera gustado, era bastante útil y se le hacía mucho más cómodo tener su propio auto que tener que andar siempre en taxi o pidiéndole a alguien que la llevara.

Al llegar al departamento, se topó no solo con un gran desorden, sino también con comida desparramada por el suelo y el sofá. No podía esperar menos de Duncan si lo dejaba solo por más de ocho horas, aunque no lo veía por algún lado.

—¡¿Qué le hiciste a mi departamento?!

—¡Puedo explicarlo! —exclamó Duncan desde el baño.

El joven se asomó por el pasillo. Llevaba unos pantalones cortos solamente, tenía los brazos empapados y el torso con salpicaduras de agua.

—¿Dónde está Britney? —preguntó de inmediato asustada.

—La estoy bañando. Yo me había pedido un burrito y de repente ella saltó a mi plato cuando lo iba a comer en el sofá. Quedó llena de salsa y desparramó todo.

—¡¿Por qué pediste un burrito?! No, espera... primero limpia todo esto. Voy a ver cómo está mi bebé.

—¿Así que ahora es tu bebé? —Una risilla escapó de su boca.

—Siempre lo ha sido y su vida vale mucho más que la tuya, para que lo consideres si le llegas a hacer algo.

—Descuida, "mamá mapache". No pienso lastimar a nuestra bebé.

—Te recuerdo que gané la tuición completa. 

—¡Solo cuando fui a prisión!

Ella lo ignoró y avanzó hasta su habitación, dejó su cartera sobre la silla de su escritorio, se cambió rápidamente por algo más fresco y fue al baño, para ver a su mapache.

—Te ves sexy con ese mini pantalón —le dijo Duncan desde la sala, mientras limpiaba con un paño la salsa que estaba sobre el sofá.

—¡Cállate! —ordenó mientras tomaba a Britney en brazos.

Si bien contaba con una ducha de cabina, también tenía una pequeña bañera redonda, en donde siempre aseaba a su mascota y que a Duncan, por suerte, también se le ocurrió usar.

Rodeó a su mapache con su toalla personal y la llevó a su habitación propia, sin dejar de acariciarla con la misma toalla, para aprovechar de secarla más rápido. Luego, tomó su secador de pelo y lo encendió, sin dejar de cepillarla para quitarle de forma más efectiva el agua.

Alrededor de una hora después, regresó a la sala, con Britney envuelta en una manta. Se sentó en el sofá y se levantó de inmediato al notar que estaba mojado.

—Cuidado, no sé si ya esté seco —le dijo Duncan, con sarcasmo—. Hiciste que lo limpiara, ahí está la consecuencia.

—¿Puedes dejar de ser tan desagradable? Solo te pedí que limpiaras tu desastre.

—Corrección: el desastre de Britney.

—Es un mapache. Tú no tuviste que haber comprado un burrito. Además, ¿cómo pudiste comprarlo?

—Todavía tengo algo de efectivo, tranquila. Llamé por teléfono y...

—No me interesa. No vuelvas a hacerlo.

—Princesa, no puedes pedirme que no compre comida.

Courtney se sentó en un banquillo de la cocina-comedor, frente a Duncan.

—Te pido que no compres algo que pueda ocasionar un desastre.

—Tranquila, mañana dejo a Britney en su dormitorio y asunto arreglado... Todavía no puedo creer que ella tenga su propia habitación y yo no.

—Porque ella vive acá. A ti solo te estoy alojando temporalmente.

—Eso dices por ahora. —Sonrió arrogante.

Courtney estuvo haciéndole mimos a Britney, sin responderle al chico, quien la miraba embelesado. A pesar de la forma en que se trataban y las discusiones, no podía evitar sentirse atraído por ella. Realmente estaba enamorado.

—¿Qué vamos a comer? —preguntó de repente Courtney.

—¿Comer? Oh... ¿Qué tal si pedimos comida?

—¿Y si mejor prepraras algo? O yo puedo preparar algo.

—Pidamos comida, es más sencillo.

—¿Y qué pediríamos? ¿Hamburguesas? Definitivamente no. Me voy a preparar algo y tú haz lo que quieras.

—Escucha: pedimos comida y así te relajas. Te gusta el sushi, ¿no?

—Sí.

—Llama a un local y pide. Además, debemos celebrar que empezaste a trabajar.

Él la miró con una sonrisa de medio lado y ella pensó en el asunto. Sí se sentía cansada como para cocinar y después lavar, por lo que, decidió ceder y aceptó la propuesta.

—Bien, llamaré a un local cercano. Tienen un excelente sushi.

Duncan sonrió, mostrando sus dientes, triunfante.

—Pide cerveza.

—No.

—Oh vamos... ¡hay que celebrar!

—Preguntaré si tienen champagne o vino blanco.

Como no tenían de las opciones que quería ella, terminó pidiendo un par de cervezas junto con una tabla de sushi. Esperaron durante cerca de media hora y, una vez que ella pagó, se sentaron frente a frente en la mesa que dividía a la cocina con la sala de estar.

—Tenías razón: debemos celebrar que ahora tengo un buen trabajo.

—Claro, aunque... ¿por qué no pediste más cervezas? Es una celebración: dos son muy pocas.

—Una para cada uno. Mañana trabajo y no es buena idea que alguno esté ebrio, por lo tanto. No pienso soportar tus estupideces o una resaca.

—Como sea, ¿qué tal tu día?

Como el chico era incapaz de usar los palillos, estuvo comiendo con la mano, a diferencia de ella, quien dominaba a la perfección los palillos chinos.

—Fue normal, salvo porque había un chico que se metió de repente en el ascensor y me estuvo incomodando.

—¿Te hizo algo? —preguntó molesto y preocupado.

—Solo un montón de preguntas incómodas. ¿Puedes creer que me preguntó si fue real nuestra relación y tu infidelidad con Gwen?

—Ok, eh... ¿es necesario que hables de eso ahora?

—En serio me lo preguntó y estoy muy molesta por eso. Creo que mi cansancio se debe principalmente a ese idiota... ¿cómo se le ocurre insinuar eso? Mi dolor fue bastante real.

—Sí, ojalá no hubiera sido real... Supongo que nos hubiéramos evitado varios problemas.

Surgió un silencio muy incómodo cuando él dijo eso. Courtney respiró profundo, recordando la sensación de cuando se enteró que él había besado a su amiga. Frunció el ceño, pero volvió a su expresión neutral y siguió comiendo, ante la mirada preocupada de Duncan.

—Pero supongo que es bueno que haya sido real. Al menos estoy aquí contigo. —Sonrió sincero.

Era distinta a las veces en que actuaba arrogante o altanero, pues le recordaba a todas las veces en que él le pidió que se relajara, para disfrutar de su relación. No era una sonrisa burlona, sino que era de amor, un gesto que ni con el paso del tiempo se había podido borrar.

—Bueno, estamos acá por muchas otras cosas y no sé si de verdad haya influido lo que pasó, pero... bueno, tampoco hay cómo saberlo, ¿cierto?

Sin querer, ella se había puesto nerviosa y le costaba ocultarlo. Solo podía tratar de hablar y que llegaran a un punto más normal.

Quisiera o no, él por años le provocó sensaciones que la hicieron sentir de verdad viva, cosa que nadie más había provocado y seguía haciéndolo.

—No cambiaría lo que pasó —dijo Duncan, después de comer—. Tampoco quisiera que hubiera sido falso... Disfruté mucho de nuestra relación, solo me hubiera gustado ser un poco más sincero y que tú hubieras sido un poco menos... Loca.

—Los dos crecimos, ¿no? Quiero creer que sí has cambiado, aunque eso no significa que te haya perdonado por completo, mucho menos que vamos a volver.

—Sí cambié, aunque cueste creerlo —bromeó.

Courtney le sonrió con calidez y se levantó del asiento.

—Por eso me voy a asegurar de que no vuelvas a la cárcel.

—Gracias.




•••



Holaaaaa, ¿qué tal?

¿Qué tal te pareció el capítulo?

Espero que te haya gustado y prometo traer más sorpresas (también aparecerán otros personajes de la serie y no descarto que puedan haber más personajes nuevos, creados para esta historia en particular).

¿Te fijaste en lo de que Courtney cambió su apellido en el fic? ¿Por qué crees que sea? 🤭

En fin, el apellido "Santiago" es una referencia a Amy Santiago, que me da un vibe muy parecido al de Courtney. En cuanto a "Barlow", es un apellido que he visto que los fans le suelen poner, a pesar de no ser oficial de la serie (nunca se menciona su verdadero apellido).

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro