Capítulo 2
Pasado un buen rato, por fin pudo llegar LeShawna. Bridgette la recibió con un largo abrazo, pues debido a la distancia solo se podían ver en ciertos momentos especiales.
—¿Y Harold? ¿Dónde está? —le preguntó la chica rubia.
—Oh... mi pastelito prefirió quedarse. Nunca se ha llevado muy bien con Geoff y prefirió ahorrarse el mal rato.
—Oh... es una lástima —dijo desanimada—. Realmente quería que ustedes estuvieran aquí.
—¡Pero tranquila! Yo estoy aquí, así que, lo vas a pasar bien igual.
Se abrazaron nuevamente y después pasaron a la sala de estar, en donde la mirada de LeShawna se posó inmediatamente sobre Heather y Alejandro.
—¿Qué hacen ellos aquí? Creí que esto era una fiesta de revelación de sexo, no una reunión del elenco.
—Ya sé, es solo que... no los invité exactamente yo, pero tampoco puedo echarlos, ¿entiendes?
—¡No! ¡Claro que no te entiendo! ¿Qué pasó?
—Geoff invitó a Heather. Se trata de un tema laboral de todos modos. Si la echo, él quedaría mal en el canal en el que trabaja.
—Chica, tienes muy mala suerte, en serio. Por lo demás, eres un corderito al que siempre se acercan los lobos.
—Tampoco es tan así. Solo pasó esto ahora, nada más.
—No, esto fue lo que te pasó porque tienes mala suerte. Fuera de eso, tu mejor amiga es peor que un lobo.
—¿De quién hablas?
—De la única morena loca que tienes como amiga: Courtney.
—No está loca. Es un poco perfeccionista y por eso es un poco controladora, pero eso no significa que esté loca. Me ayuda mucho que ella sea así, porque me complementa bastante bien.
Courtney se encontraba al fondo de la sala, conversando con Gwen en un rincón. En ese momento, se sentía muy incómoda, pues sabía que eran pocas las personas que la estimaban. Al ver que había llegado LeShawna, supo de inmediato que la estaría criticando frente a Bridgette, por lo que la miraba de reojo, con cierta molestia.
—Courtney —la llamó Gwen, haciendo que la morena la mirara.
—¿Qué? —reaccionó confundida.
—Te estoy hablando.
—Sí...
—Y no me das atención cuando lo hago.
—¡No es cierto! Te he estado escuchando todo el rato.
—¿En serio? Entonces, ¿qué estaba diciendo?
—Ok, no estaba prestando atención, lo admito.
—¿Qué es lo que pasa? —preguntó preocupada—. Tú no eres así.
—Me siento incómoda. Siento que estoy rodeada de personas que quisieran que no existiera, ¿alguna vez te ha pasado?
—¿En serio tú me preguntas eso?
—Buen punto. Lo siento.
—Relájate, en serio. Haz lo que yo: imagino que Heather y Alejandro no existen. Así he sobrevivido a las dos reuniones de elenco que hemos tenido —contó sonriendo—, y estoy haciendo justo eso ahora.
—Ok, es fácil ignorarlos, porque ni tú ni Bridgette se acercarían a ellos, pero ¿qué hago con el hecho de que está LeShawna aquí?
—No puedo creer que tengas problemas con ella, era de las pocas personas buenas de la serie y...
La ex chica gótica se quedó callada al ver la expresión de incredulidad en la cara de Courtney.
—Solo tuvieron un mal inicio, ¿sí? Todos tuvimos malos momentos en ese programa de mierda, como nosotras y, de todos modos, somos amigas.
—La diferencia es que tú sí me quisiste dar otra oportunidad.
—Y ella también te la va a dar. Solo inténtalo: ve a hablar con ella.
—¿Estás loca? No voy a ir a que alguien me humille gratuitamente.
—¿Todo bien? —interrumpió Trent al llegar, luego de pasar un rato conversando con Dj.
—Sí, es solo que... —se apresuró a responder Gwen, pero Courtney le tapó la boca con su mano, haciendo que la ex chica gótica la mirara indignada.
—Le estaba diciendo a Gwen que me tengo que ir. Tengo muchas cosas que revisar y leer, además de que debo buscar por mientras algún otro trabajo, porque ya es más que obvio que no me aceptaron en la fiscalía.
—Courtney, en serio, no puedes seguir huyendo de esa clase de problemas —insistió Gwen.
—No huyo, es solo que no quiero meterme en un asunto en el que no puedo golpear a alguien ni puedo razonar con esa persona, ¿entiendes? Nunca estaré bien con ella, pero tampoco puedo ponerme a pelear. Por lo tanto, prefiero irme. Además, están Heather y Alejandro, realmente esto no puede ser más incómodo.
—¡Solo inténtalo! Estoy segura que se van a llevar muy bien en cuanto se den cuenta de que es una estupidez estar distanciadas por un estúpido programa de nuestra adolescencia. ¡Son mujeres adultas!
—¡Ok, voy a ir! Pero si empieza a tratarme mal, juro que me voy.
Courtney se aproximó a Bridgette y LeShawna, a quien trató de saludar con un beso en la mejilla, pero la chica afro la evadió y le extendió la mano.
—En realidad, quizás sí me equivoqué —murmuró Gwen mientras veía la escena a la distancia.
—Sigues con Harold, ¿no? —le preguntó de repente Courtney, sin saber realmente cómo sacarle una conversación—. ¿Cómo van las cosas entre ustedes?
—¿Con mi Pastelito? Pues todo va bien, aunque no sé por qué te interesaría saber algo de nosotros.
—Es... es que ha pasado mucho tiempo. No pude ir a la última reunión y la verdad es que... eh... siempre me estoy preguntando cómo es que le va al resto.
—¿En serio?
—¡Claro!
—Oh bueno... Mi Pastelito y yo estamos viviendo juntos desde hace años. No sé si nos has visto, pero hemos trabajado en diversos proyectos de televisión, según lo que nos pidan, aunque Harold ha estado pensando en quizás meterse a todo lo que son los efectos de sonidos y la producción de programas. Por mi parte, casi siempre me llaman a ser coreógrafa en programas de talentos y esas cosas.
—Eso es... Eso suena muy bien. Se nota que estar en ese horrible reality les ha ayudado. En lo personal, no veo programas de televisión, pero es bueno saber que les ha ido bien por ese medio.
—¡Sí! Bueno, a casi todos de nosotros nos impulsó.
***
—Hey... están teniendo una conversación normal —le susurró Trent a Gwen—. Creo que tenías razón, después de todo.
—No puedo creerlo, en serio —susurró de vuelta—. ¡Mi niña está teniendo una conversación normal! —exclamó emocionada—. Esto es un gran avance.
***
—¿Qué tal a ti? —le preguntó LeShawna—. ¿La fama te ha sonreído?
—No realmente... sé que puede ser increíble que el resto te reconozca, pero en mi caso es horrible. Soy una abogada penalista y no soy capaz de mantener un trabajo normal, porque siempre las personas hacen referencias a cuando estuve en televisión. Lo peor de todo, es que me comporté muy mal mientras estaba en la competencia. Lo siento mucho.
LeShawna estaba muy sorprendida. Jamás imaginó que Courtney reconociera en algún momento que actuó mal, mucho menos que le pediría perdón. No le guardaba rencor, pues no tenía por qué, simplemente le desagradaba por su actitud caprichosa. Al ver que era muy distinta a la Courtney que había conocido, no pudo evitar sonreír.
—¿Sabes qué? ¡Ven acá, chica! ¡Te mereces un abrazo!
Courtney estaba asombrada y no sabía muy bien cómo reaccionar, por lo que, simplemente dejó que la chica afro le diera un gran abrazo, el cual correspondió segundos después.
Gwen y Trent observaban con orgullo la escena, al igual que Bridgette, quien no podía creer lo que estaba pasando y fue inevitable ponerse sentimental. Después de todo, era normal para ella llorar por cualquier cosa gracias al embarazo.
—¡También quiero un abrazo! —exclamó Bridgette con lágrimas en los ojos.
—Si quieres te lo puedo dar yo —la interrumpió Geoff sonriendo.
—¿Dónde estabas? —le preguntó Courtney molesta, sabiendo que era raro que la rubia tomara esa actitud.
—Sí, me tenías preocupada porque saliste de repente —agregó Bridgette, provocando que la morena rodara los ojos, molesta por su actitud—. Solo dijiste que se trataba de una emergencia y no me explicaste.
—¡Es que era una gran emergencia! Pero si te decía, era probable que te enojaras.
Gwen, Trent y Dj se acercaron al grupo que conversaba, tratando de entender la situación.
—Y sí me enojé, porque te fuiste de repente —acotó la rubia—. Todavía estoy un poco enojada contigo. Solo explícame lo que pasó, por favor.
—Bueno, fui a ayudar a un gran amigo y decidí invitarlo. Venía detrás de mí, seguramente está por entrar.
—¿Qué amigo?
—¿Podemos hablar de eso allá? —preguntó, señalando la cocina.
—Está bien...
—¡Genial! Vamos.
—Voy con ellos, por si Bridgette no sea tan blanda con siempre —le susurró Courtney a Gwen.
—¿Tienes que estar justo ahora en modo abogada? —susurró devuelta.
—Es que ese es mi modo de vida.
—No, tú te vas a quedar aquí, con nosotros. Debes dejar que ellos arreglen sus temas solos.
Geoff de la mano a su esposa, llevándola rápidamente hasta la cocina para explicarle lo que había pasado. Así dejaron anonadados al grupo, quienes empezaron a hablar en un círculo cerrado.
—Ese rubio lucía demasiado extraño —comentó LeShawna—. Es evidente que hizo algo muy malo.
—Sí, pero dijo que se trataba de ayudar a alguien —agregó Dj.
—Sí, pero ¿a quién? —cuestionó Courtney—. Según sabemos, todos sus amigos están acá, ¿no?
—Bueno... falta uno —respondió Dj—, porque Bridgette se opuso a invitarlo.
—¿Quién?
—¡Hola, Princesa! —escuchó que alguien la llamaba a sus espaldas. Conocía perfectamente esa voz y ese apodo.
Decidió ignorarlo, por lo que, no volteó a verlo, solo se fue hacia la cocina indignada. Tenía los puños cerrados y el ceño fruncido, mientras agachaba molesta la cabeza.
—¡¿En serio tenías que traer a Duncan?! —exclamó en cuanto entró a la cocina.
—¡¿Trajiste a Duncan incluso cuando te dije que tenías prohibido invitarlo?! —le gritó Bridgette enojada, dejando de lado cualquier rasgo pacífico que tenía.
—¡Es mi amigo! Estoy en mi derecho a invitarlo. Además, el tipo estaba metido en un problema, por eso lo fui a ayudar y esto... solo surgió, lo juro.
—Ok, es tu amigo, ¡pero también es un criminal! —Siguió gritando la rubia—. Adivino: ¿otra vez te pidió dinero? ¿A eso fuiste a ayudarlo?
—¡No! O sea... es algo muy complejo, ¿sí? Nena... Tiene un problema que no puedo explicar en este momento, principalmente porque ni siquiera yo lo entiendo, ¿cómo se supone que te lo voy a explicar entonces?
Ambas chicas lo miraron molestas. La morena en realidad no tenía qué reprocharle y lo sabía, pues ella era simplemente una invitada a la fiesta, al igual que su ex novio.
—Descuida, Bridge —la llamó Courtney—. De todos modos tenía que irme a investigar y armar un nuevo currículum.
—¡No, no te puedes ir!
—Con Bridge decidimos que serías la madrina, porque tú y Dj son las personas más responsables que conocemos —dijo Geoff en un tono sereno—. Courtney, por favor, lo de ustedes fue hace años. No te vayas solo porque invité a Duncan.
—Voy a tratar de resolver esto —agregó la rubia—. Por favor, quédate.
—Es muy dulce que me escogieran como madrina y obviamente acepto serlo, pero de verdad tengo varias cosas que hacer antes de dormir.
—Al menos quédate hasta que revelemos el sexo biológico del bebé, por favor.
—Está bien. Solo trataré de estar lo más lejos de ese neandertal.
—¡Gracias! —exclamó Bridgette y se tiró a abrazarla. Geoff las miró confundido, debido a que no había comprendido el término "neandertal".
Courtney salió de la cocina, para dejar que Geoff y Bridgette siguieran conversando, y notó que Gwen estaba al lado de la puerta, esperándola.
—¿Qué pasó?
—Nada, solo le fui a reclamar a Geoff porque trajo a Duncan.
—Eso lo sé, todos te escuchamos gritar. Me refiero a si vas a irte o lo van a sacar. Si te vas, yo me voy contigo.
—No, tranquila. Me voy a quedar hasta que revelen el sexo del bebé, pero no me voy a quedar a la fiesta que planea dar Geoff luego de eso.
—¿Y qué va a pasar con Duncan?
—Creo que nada. Ellos nunca lo echarían, y no creo que él se vaya por su cuenta.
—Genial, lo que faltaba.
—No te apartes de mí, por favor. Sé que debe ser sumamente incómodo para ti también, pero jamás esperé que apenas apareciera me saludara de esa forma, como lo hacía antes...
—¿Te estás fijando de nuevo en Duncan?
—¡¿Qué?! ¡No, no seas ridícula! ¿Cómo podría fijarme en ese imbécil? Lo superé hace tantos años, es solo que él me molesta al llamarme de esa forma.
—Ya, ok... solo es eso.
—¡Sí! Solo es eso.
Gwen la miró con una ceja alzada, incrédula, pero prefirió no seguir discutiendo sobre este tema. Le hizo una seña para que la siguiera y fue a donde estaban Trent y LeShawna.
—Hay cosas que no cambian, ¿verdad? —insinuó LeShawna con tono burlesco.
—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Courtney a la defensiva—. ¿A qué te refieres?
—Tranquila —interrumpió Trent—, lo dice por el grito que diste hace un rato. Fuiste muy escandalosa.
—Perdón, yo no... Agh, no quería hacer un escándalo, es solo que me sacó de lugar que ese imbécil me llamara así. Es que, a ver, ¿quién se cree como para llamarme "princesa"?
—Chica, entiendo que te moleste eso, pero creo que exageraste un poco.
—LeShawna tiene razón —la apoyó Gwen—, tal vez te pasaste un poco con tu reacción. Si no te importa y ya lo superaste, solo ignóralo. Cuando Duncan salió de la cárcel y Geoff organizó una reunión del elenco, con Trent nos mantuvimos alejados de él y no nos molestó en todo el evento, todo resultó bien.
***
—Viejo, ¿por qué saludaste así a Courtney en cuanto entraste? —le preguntó Dj a Duncan—. Era obvio que reaccionaría mal. Me sorprende que no te golpeara.
—Sé que todavía le importo.
—Sí, porque probablemente todavía te odia.
—No sé qué es peor: que me ignore o que me odie. Al menos si me odia, es porque todavía piensa en mí, ¿no?
—No entiendo tu razonamiento. Deberías haberte disculpado hace años, pero como no lo has hecho, ella lógicamente se va a alejar. Trata de acercarte ahora a ella con cuidado y pídele disculpas. Piensa en ella como un gatito: quizás te rasguñe si te acercas muy rápido, pero si vas ganando su confianza de a poco, va a dejar que la acaricies.
—¿Por qué comparas todo con animales? Es extraño.
—Solo se amable con ella y discúlpate.
Duncan le lanzó una mirada amenazante a Dj, pero el moreno no se molestó ni le pareció intimidante. Lo conocía lo suficiente y estaba tan acostumbrado a su actitud, que no le extrañaba esa reacción, aunque sabía que no significaba mucho en realidad, solo lo hacía por aparentar.
—Habla con ella y pídele perdón.
—¿Cómo puedes hablar con alguien que prefiere imaginar que moriste hace años? Es eso o me va a gritar y a golpear.
—Bien, entonces acepta que perdiste cualquier oportunidad con ella y solo ignórala, así como ella lo hace contigo.
Duncan volteó y la vio saliendo del pasillo que iba a la cocina, al otro extremo de la sala.
—No puedo simplemente ignorarla. En todo el tiempo en el que estuve en la cárcel e incluso estos dos años fuera, estuve pensando en cómo sería nuestro primer encuentro después de tantos años. No puedo simplemente renunciar e ignorarla.
Duncan miró a Dj nuevamente y se percató de que su amigo estaba tratando de limpiarse las lágrimas con su mano y luego lo observó enternecido, mientras que el ex delincuente alzaba un lado de su ceja.
—Amigo, eso fue tan... fue tan hermoso —le dijo el moreno—. Deberías ir y decírselo, son las palabras perfectas.
—A veces te odio tanto.
—Pero el resto del tiempo me adoras, porque somos muy buenos amigos y siempre te ayudo.
—No, solo te odio menos.
—No te creo. De todos modos, anda a hablar con ella con gentileza.
Volteó de nuevo para mirarla. Estaba a punto de caminar hacia ella, pero un estruendo impidió sus planes.
—¡¿Quién está listo para la fiesta?! —exclamó Geoff, tras hacer estallar un cañón de confeti en la sala.
—Geoff —le dijo Bridgette—, ¿qué hablamos sobre el ruido?
—Oh, cierto... pero para algo compré cuatro cañones de confeti, ¿no?
—Sí, para tirarlos en el patio.
—Oh... cierto.
Geoff le sonrió a Bridgette y ella no pudo evitar devolverle la sonrisa.
Comenzaron a hacer los juegos que había planificado Courtney con Bridgette esa tarde. Por su parte, Duncan permanecía sentado, tratando de ignorar las ridiculeces que hacían los demás. Nunca había sido un aguafiestas, pero no se sentía cómodo en esa situación, mucho menos haciendo actividades que le parecían tontas.
***
Luego de un rato de juegos y actividades, llegó el momento de cortar el pastel y conocer el sexo biológico del bebé, a lo cual, cada uno ya había hecho su predicción. Una vez que cortaron el pastel, mostraron el relleno color celeste al resto.
—¡Vamos a tener una niña! —exclamó Bridgette emocionada, causando extrañeza en todos.
—Ah... Bridge —la llamó Courtney—, ¿estás segura? El relleno es celeste.
—¡Por eso! —respondió Geoff alegre.
—Con Geoff decidimos pedir que invirtieran los colores, porque el celeste es mi color favorito...
—Y el mío es el rosado. Si el relleno es celeste, ¡significa que tendremos una niña!
Luego de repartir los trozos, Bridgette se sentó junto a Courtney y Gwen.
—¿Segura que no quieres quedarte? —le preguntó la rubia mientras terminaban de comer.
—Insisto en que tengo que hacer muchas cosas —contestó la morena.
—Por favor... Te vas a perder la última fiesta que haremos en mucho tiempo.
—Tampoco es como que me preocupara mucho por eso. Nunca he sido fanática de las fiestas.
—Digo lo mismo —acotó Gwen.
—¿Ambas se van a ir?
—Yo no lo sé. Si quieres me puedo quedar aquí un rato más, haciéndote compañía.
—Sería estupendo. ¿Y tú, Court? ¿Vas a quedarte entonces?
—Ya te lo dije, tengo cosas que hacer.
Sus amigas la miraron con cierta tristeza, pues por más que insistiera en esa excusa, sabían que no era cierto. Bridgette la abrazó y dejó que se fuera nada más.
—Estoy preocupada por ella —le susurró Bridgette a Gwen—. Courtney no se comporta así cuando algo le molesta, solo algunas veces la he visto así de triste y eso no es una buena señal.
—¿Crees que tenga que ver con que apareciera Duncan?
—Obviamente. Es el único chico por el que la he visto llorar o un poco nostálgica, como ahora... tengo miedo de que todo lo que ha avanzado se desmorone.
Mientras Courtney salía de la casa, una mano tomó su antebrazo, haciendo que volteara para confirmar sus sospechas.
—¿Podemos hablar, princesa? —le pidió Duncan.
—Que raro, no pensé que saldrías de la cárcel con modales.
—No son modales, es solo que quiero que hablemos.
—Ok, pero yo no quiero hablar contigo. Ahora, suéltame.
—Al menos escúchame.
—Ya van como siete años desde la última vez que nos vimos y ya en ese momento me habías dejado de importar, ¿qué te hace pensar que ahora me interesa escucharte?
—¡Solo te pido que al menos me escuches! —exclamó enojado, alzando las manos—. ¡¿En serio tanto te cuesta escuchar a alguien?!
Courtney se alejó rápidamente, entró a su auto y se quedó quieta un par de minutos para tratar de tranquilizarse, pues sentía que varias emociones la inundaban en ese momento, especialmente el enojo que le provocaba el chico y las ganas de golpearlo en la cara por ello. Luego de eso encendió el auto y se fue, con el ceño fruncido.
Él se quedó en la puerta de la casa, maldiciendo, hasta que llegó Dj para saber lo que había pasado.
—Escuché gritos, ¿qué pasó?
—¿No es obvio?
—¿Alcanzaste a hablar con ella al menos?
—No. Solo me dijo que no le importo desde hace mucho tiempo.
—Ya, tranquilo. Los gatos son así, simplemente hay que ser pacientes.
—¡Deja de comparar a las personas con animales! —gritó el ex delincuente. Suspiró luego de ver el rostro triste de su amigo—. Perdón por gritarte, es solo que me altera que las cosas no puedan ser más fáciles.
—Tú fuiste quien las complicó, técnicamente.
—No... con Courtney siempre ha sido complicado todo, pero... es tan tonto que lo diga, pero supongo que vale la pena.
—Estás muy enamorado —concluyó Dj emocionado, a lo cual Duncan simplemente rodó los ojos y entró a la casa.
***
Courtney llevaba un par de horas leyendo en el sofá de su departamento, con su mapache Britney echada al costado, con su cabeza y sus patas delanteras apoyadas en su muslo. La noche ya había avanzado, por lo que, decidió cerrar el libro para ir a dormir y llevó a su mapache a una habitación en la que estaban todas sus cosas, incluyendo su propia cama para mascotas.
Guardó el libro en un estante en su habitación, en donde todos los libros estaban ordenados alfabéticamente, para después buscar su pijama y ponérselo. Sostuvo en su mano el primer regalo que le había dado Duncan, luego de que la eliminaran de la primera temporada. La había guardado en una caja entremedio de su ropa, pero tras observarla con nostalgia, la dejó finalmente sobre su velador, bajo la luz de la lámpara y junto a una foto que tenía de ella y Bridgette.
Cuando estaba entrando a su cama, escuchó un ruido, proveniente del balcón, que estaba en su habitación. Luego de unos segundos, escuchó que alguien golpeaba levemente el ventanal del balcón y fue a ver de qué se trataba, con cierto temor.
—Ah... eres tú —dijo ella luego de correr las cortinas y ver que se trataba de Duncan.
Le abrió el ventanal, para hablar con él y por fin poder echarlo después.
—Gracias —le contestó el chico mientras entraba a la habitación de ella.
—¡No, oye, no pases!
Ya era muy tarde, pues ya estaba parado frente a ella, dentro del departamento.
—Te abrí solo para que dejaras de molestar con eso de que quieres hablar conmigo, no para que entraras.
—Así es más cómodo, ¿ok?
—¿Cómo supiste que vivo aquí?
—Geoff me lo dijo. No es muy inteligente de tu parte ser tan cercana a mi mejor amigo.
—El mundo no gira entorno a ti, ¿sí? Ellos son mis amigos desde hace años. ¿Cómo subiste y no te caíste?
—No lo sé. Estoy un poco ebrio y hago cosas que normalmente no haría, como animarme para decirte que todavía te amo y nunca he dejado de hacerlo.
—¿Qué?
—Te extraño, ¿sí?
—Vete, ahora. No estás un poco ebrio, estás demasiado ebrio y quizás incluso drogado.
—No, te lo juro. Solo tomé lo suficiente como para venir hasta acá y decirte todo esto. Princesa, he pensado por años en decirte que en realidad nunca dejé de amarte. Incluso cuando estaba con Gwen, en realidad pensaba en ti y...
—Eso no mejora tu situación, en lo absoluto. Es más, la empeora.
—Lo sé, pero quizás esto sí.
Se aproximó a ella, quien lo miró con la boca ligeramente abierta, esperando a lo que pasaría segundos después. Se besaron como si el tiempo no hubiera pasado desde la última vez, como si nunca se hubieran separado. Antes de que la situación avanzara, Courtney lo apartó y lo miró molesta.
—¡¿Por qué fue eso?! —le gritó enojada.
—Yo...
—Si no te vas ahora, voy a llamar a la policía.
—Hazlo, no me importa.
Courtney trató de hablar, pero no fue capaz de formular una frase, ni de buscar en su celular el número de la policía. Lo miró nuevamente a la cara por unos instantes y se besaron, ignorando todo lo demás.
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