Parte 5
Así me la imagine a Amèlie ↑.
La jovencita que nos recibe aparentemente tiene entre 16 y 17 años, supongo que esta chica será la sobrina de Gutiérrez:
–Hola linda estaría tu madre en casa?
–Claro pasen.
–Mamá, hay agentes del FBI.
Observo los rasgos de la muchacha es alta, 1,70mts. Quizás, castaña ojos oscuros tiene un look bohemio, aunque no al cien por cien se puede decir que se está definiendo por ese aspecto, parece ser bastante respetuosa, pero tendré que hablar con ella y confirmarlo.
–Hola buenas tardes agentes. –nos saluda su madre entrando al living.
–Tomen asiento por favor están en su casa, soy Susan Frecher y ella es mi hija Amèlie Frecher.
Nos sentamos en un sofá doble con Feller y ellas se sientan al frente en dos sillones separados aparentemente están muy tranquilas pero lo que se puede notar es que tienen una tristeza infinita en sus ojos.
–Señora Frecher, soy agente especial del FBI Karen Roach y el es mi compañero el agente especial Walter Feller, lamento molestarla en este momento tan doloroso, pero necesitamos hacerle unas preguntas a usted y a su hija.
–Claro agente, lo que sea por resolver esto, tienen alguna pista sobre quien mato a mi hermano.
–Lamento decir que no señora, pero estamos haciendo lo posible por resolverlo.
–Se los agradezco, en serio.
Mi compañero se me adelanta y empieza con las rondas de preguntas:
–Señora Frecher, su hermano hablo con usted sobre la persona que lo perseguía?
–No, hablo con mi hija, eran muy unidos tenían una relación de mejores amigos, cuando los veía, veía unos adolescentes, mi hermano era confidente con Amèlie.
No puedo evitar mirar a la joven y preguntarle:
–Amèlie, que te dijo tu tío?
–Agente, mi tío era el único que me entendía o mejor dicho uno de los pocos que me entendía, mi condición hace que pocas personas se acerquen a mí, el estúpido miedo de lo que es distinto.
¿Condición? noto mucha amargura en su voz.
–Te puedo preguntar que condición?
–Soy bisexual y él era de los poco que lo entendía, eso hace que tenga muy pocos amigos.
Me la quedo mirando y comprendiendo su afecto hacia su tío malditos prejuicios sociales cuando entenderá la gente que la condición sexual de una persona es personal y que no te hace ni mejor ni peor persona.
–Entiendo.
–No me va a dar ningún discurso sobre que soy muy joven para saberlo o cosas como esas.
–Jamás o ¿acaso me vas juzgar por estar casada con un hombre?
Ella me mira fijo y luego sonríe, creo que lo ha entendido, no soy quien para decir algo sobre ella es más nadie lo es.
–No, claro que no.
–Muy bien, ahora te pregunto ¿qué te dijo?
–Mi tío me dijo que había alguien detrás de él, a causa de algo que él estaba investigando yo sabía que él les pasaba información a ustedes, pero que lo que estaba haciendo se lo estaba guardando para entregarlo todo junto, alguien le conto que ustedes estaban investigando sobre un hombre el cual no tenía rostro.
Me quedo helada y miro a Feller que se ha quedado igual que yo y enseguida descarto que él le haya comentado algo entonces el, la mira y le pregunta:
–¿Te dijo quién se lo conto?
–No lo siento, pero una vez cuando estábamos en un parque el me acompaño a tomar unas fotos, soy amante de la fotografía, bueno y vino un hombre alto, medio pelado y muy enojado a hablar con él y se alejaron un momento no porque pero aproveche y le saque una foto a los dos conversando y cuando se lo conté a mi tío me la pidió y me dijo que si le pasaba algo lo que sea, que entregara su trabajo a el agente Feller que era al único en que confiaba.
–OK en la denuncia consta que el les dejo una llave para una caja de seguridad en donde había fotos? ¿Es eso correcto? – pregunta Feller.
–Si me la dejo a mí, me dijo que ese era su seguro, pero aparentemente se equivocó.
Su madre la toma de la mano y veo que en su cara corre un par de lágrimas. Me levanto del sillón y me acerco a Amelie.
–Cariño, te prometo que resolveremos esto, si confía en mí.
Veo que asiente y se levanta.
–Voy a buscar la llave con permiso.
–Claro.
Me vuelvo a sentar y hablo suavemente con su madre.
–Señora...
–Susan por favor
–Claro Susan, van a necesitar protección por un tiempo, es lo más seguro por ahora hasta que se resuelva esto, le asignare una custodia hasta que les avise le contrario.
–Pero tengo dos pequeños más ahora están con mi ex marido, nos llevamos muy bien pero no se que hacer.
–Susan su ex marido debe comprender la situación en este momento tienen que estar todos juntos es más fácil protegerlos sus pequeños, así como su hija no tendrían que salir o por lo menos salir lo menos posible y nunca solos es muy peligroso.
–Lo entiendo, hablare con mi ex
–Es lo mejor
En eso vuelve Amèlie, con un sobre blanco. Me lo entrega en la mano y me dice:
–Tome agente, confió en usted. – me mira a los aojos y lo que noto es esperanza sé que me gane su confianza.
–Lo prometo, encontrare al responsable Amèlie.
–Lo sé.
–Buenos nosotros nos vamos muchas gracias por todo y disculpen las molestias.
–No hay problemas agentes y muchas gracias a los por tratar este caso.
–Es nuestro trabajo Susan. –contesta Feller
Cuando salimos por la puerta y una vez que se cierra volteo a mi compañero y le digo:
–Feller llama para que las custodien 24/7 y no quiero errores o rodaran cabezas.
–Ya me pongo en eso.
Mientras que saca su celular y hace las llamadas pertinentes observo la zona a tres casas veo un auto estacionado con vidrios polarizados, y en marcha y cuando empieza a retroceder el vello de mi cuerpo se eriza.
Todo pasa en cuestión de segundo acelera, se baja una ventanilla del acompañante y sacan un arma, lo único que atino a gritar es:
–¡Al suelo ahora!
Varias balas pasan alrededor y me arrastro atrás de una maceta gigante de cemento a donde puedo finalmente levanta mi cabeza y ver a mi compañero que ha hecho lo mismo que yo gracias a dios.
Mientras tanto la lluvia de balas se detiene y el auto acelera derrapa y huye, me levanto y salgo corriendo para ir en su persecución siento el grito de Feller, que me deja paralizada en el lugar:
–¡Karen!
–NO.–se lo que va a decir y no quiero escucharlo.
Cuando volteo, veo que está saliendo de la casa y solo me hace una señal de negación con la cabeza, no sobrevivieron.
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