Allí estaba su mano, estirada hacia mí mientras su boca soltaba en pregunta una situación que él podría haber resuelto. Allí, a nada de mí, brindándome la posibilidad, inconsciente o no, de un roce sutil.

    Pero de aquella mano colgaba la mochila de ella, y la molestia en mi pecho hizo que evitara con toda intensión el rozar su mano al recibir aquella cosa. Aún así, la dejé detrás de mí, lo más lejos de él; lo que ocasionó que más tarde me encontrara con los ojos de ella, mirándole desde allí. Estúpido de mi parte darle el ángulo perfecto.

2023