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Pastel

Nota principal: Si no te gusta el ship este no es tu libro.

Notita: es mi primera vez escribiendo Kacchako, espero poder hacerlo bien, es uno de mis ships favoritos, pero me cuesta escribirlo por la personalidad de Bakugo. Disfruten del Oneshot c:



Los estudiantes de la prestigiosa academia de héroes, reconocía como UA estaban cursando su segundo año, se encontraban en una época de otoño donde los exámenes finales era el protagonista de sus vidas escolares.

A pesar de haber tenido un año de experiencia, para la clase A parecía que nunca lograban acostumbrarse a lo complicado que eran sus exámenes escritos y prácticos. Habían notado que, conforme avanzan un grado más, se volvía más difícil de lograr, pero, aun así, nunca se rendirán, más aún cuando tenían a tres personas que eran sus rivales y motivo a superar.

Aun así, la academia UA era como cualquier otra preparatoria, una normal y simple que no se salvaba de los chismes y rumores. Hace tres meses, se corría el rumor que la estudiante de segundo grado, Uraraka Ochako salía con uno de los chicos que conformaba la Trinidad Dorada, desconocían quien de los tres chicos más apuestos y habilidosos con su quirk era el pretendiente de Uraraka. Y al no tener la identidad del chico, existió el rumor de que era el chico de pecas y cabellera verdosa.

Uraraka intensifico más el rumor al no negar ni aceptar que él era el chico con el que salía. Pero, todos asumían que era su pareja porque desde que recuerdan siempre estaban juntos.

No fue hasta la semana que el verdadero chico se hizo llamar novio delante de Uraraka. Tal revelación había dejado sorprendida al montón de chismosos. El famosos novio de Uraraka Ochako era el Rey de Las Explosiones Asesinas: Dynamigth, mejor conocido como Bakugo Katsuki.

Aquel chico de cabello cenizo y mirada hostil no soporto que toda la bola de imbéciles divulgara que su novia estaba en una relación con Midoriya, había aceptado mantener en secreto la relación, pero jamás podría estar de acuerdo que emparejaran a su novia con Deku, solo por eso que tomar de la mano a Uraraka en la cafetería y darle un beso en la mejilla.

Para era su forma de "marcar territorio", para Uraraka fue una manera infantil y tierna de decirle a todo el mundo que eran novios.

Por un tiempo, la noticia de la muy extraña y singular pareja había sido tema de conversación por la toda la academia, dejando de lado que, incluso sus propios amigos tardaron tiempo en aceptar que una persona dulce estaría con Bakugo, porque el apellido del chico se había transformado en una palabra para describir una persona que se irrita fácilmente, es orgullosa y necia; los maestros estaban igual de sorprendidos y más Present Mic que desde el inicio tenía favoritismos con Uraraka, la quería como a una hija.

—¿Fue el torneo lo que los unió? —Pregunto Ashido Mina cruzada de brazos.

Uraraka negó, para después tomar un poco de té.

Todas las chicas se encontraban reunidas en la sala de estar de su edificio.

—Debe ser como la sexta vez que se lo preguntas en estos tres meses, kero —ladeo su cabeza, mirando a la susodicha con mucha curiosidad. Mina inflo las mejillas mientras que frunció el ceño.

—El festival deportivo paso hace un año, no tiene relevancia. Tu peleaste contra Tokoyami y no por eso te has enamorado de él, Mina-chan —soltó una carcajada haciendo sonrojar a la de ojos ámbar.

—¿Y esa vez que hicieron un ensayo juntos? —Esta vez pregunto Yaoyorozu Momo levantando el dedo índice como si hubiera tenido una brillante idea. Las miradas de todas llegaron a su persona haciéndola ruborizar —¿Qué? Estoy muy interesada por conocer el tema.

—Yaomomo tiene razón, incluso ella que no están abierta a los temas del amor y lo chicos tiene interés en conocer que carajos le veo Ochako-chan a Bakugo —especto Jirou Kyoka. La castaña solo sonrió de forma divertida.

—Vamos, Ochako —Hagakure Toru había golpeado su propio regazo, esto nadie lo vio, —hemos sido pacientes por tres largos meses, quiero saber cómo enamoraste a Bakugo o como él te enamoro. ¿Creen que Bakugo sea uno de esos?

El semblante de Hagakure cambio a uno oscuro, en donde mostraba que sentía temor, pero sus amigas no lo notaban, pero su tono de voz agudo y asustadizo fue como llamo más su atención.

—¿De esos? —Pregunto Asui arqueando una ceja.

—De esas personas que hacen amarres —todas mostraban un rostro temeroso.

A excepción de Uraraka que sonreía sin comprender.

«¡Claro! Tiene sentido —pensaba Momo arrugando sus cejas, —solo así Ochako-san caería ante tal magnitud de hombre, pobrecita»

De un momento a otro el ambiente agradable se había esfumado para dar paso a uno sombrío, se sentía asfixiante y todas las jovencitas estaban cruzadas de brazos meditando la situación crítica. Mientras que, la castaña parpadea sin entender, no podía sentir que el ambiente cambio, era como si solo su aura feliz se mantenía intacta.

«Pero, no creo que Bakugo sea capaz de caer tan bajo —Jirou con ese pensamiento en mente se mordió la uña del pulgar y negó, —seria como tomar la ruta fácil, eso no lo haría él»

—Es cierto que para nada Bakugo y yo éramos cercanos, nunca lo llegamos a ser porque molestaba mucho a Deku-kun —comenzó hablar la de cabello castaño y sus amigas la miraron atentas —y eso me llegaba a molestar, incluso lo rete un día que Deku-kun no estaba y reaccionó mal, gritando como siempre lo hace —se cruzó de brazos y frunció sus cejas, pero su semblante cambio a una ligera sonrisa. —En este año, incluso, antes de pasar a segundo frecuentaba mucho el gimnasio para entrenar y había turnos en donde nos encontrábamos, tomé la iniciativa de que me ayudara a entrenar y es así como me di cuenta que Katsuki era más que la apariencia que quiere mostrar. Es una persona como cualquier otra que tiene miedos, defectos, debilidades, y se estanca por un corto tiempo, pero el coraje que tiene lo ayuda avanzar a su manera, cuando lo miré de esa forma me di cuenta que bajo esa armadura que construye hay una persona sensible que necesita ser ayudada.

Las chicas se miraban unas a otras intercambiando información con sus gestos: moviendo sus labios, arrugando sus cejas y cambiando de expresión. Se dieron cuenta que su compañero más altanero tenía una personalidad que no quería ser mostrada por nadie, y lo cierto era que nadie de ellas se había preguntado por que Bakugo Katsuki era así. Aceptaron lo dicho por su amiga, asintieron mirándose entre todas, cosa que no percibo Uraraka por estar recordando sus primeros encuentros con el cenizo.

—No lo sé —las mejillas de la castaña enrojecieron y comenzó a jugar con sus cabellos —mi parte de ser heroína no me dejaba estar tranquila, quería ayudarlo, tenía ese impulso de hacerlo. Sin darme cuenta me enamore de él —abraza un cojín naranja sintiendo nervios de hablar sobre su amor.

—¿Y qué hay sobre Midoriya? —Pregunto Jirou. Las miradas se centraron en ella, incluso Uraraka la miró arqueando una ceja —¡¿Qué?! —Exclamo nerviosa por tener todas las miradas, a pesar de cantar ante muchas personas, las miradas sobre ella la hacían ponerse de esa forma. —Solo pregunte lo que muchas querían saber, no puedo ser la única aquí con la pregunta en mente. Claro que me pone feliz que Ochako tenga novio, no esperaba que fuera el baterista gruñón —dijo eso en un susurro —pero, morían por preguntárselo, sobre todo Mina —la señalo.

—¿Eh? A mí no me metas —Respondió la de ojos ámbar en un tono ofendida mientras tomaba del té que Momo les preparó. Jirou bufó mirando a su amiga, se sentía traicionada. Mina solo sonreía nerviosa.

—Esa pregunta estaba fuera de lugar, Jirou —dijo Momo mientras tomaba unas galletas.

«En realidad todas queremos saber»

Fue el pensamiento de las féminas.

No podían negarlo, después de todo, les gustaba el chisme. Parecía una reunión de señoras, hablaban sobre hombres, relaciones, noviazgos, o pretendientes mientras tomaban té y comían galletas deliciosas; una proyección a futuro.

—Deku-kun es solo un amigo —dijo por fin Uraraka mientras se encogía de hombros. El tono serio qué uso hizo sentir mal a las chicas —en el pasado me gustaba, pero como dije —rompió la galleta a la mitad —convivir con Katsuki todo ese tiempo me hizo darme cuenta de muchas cosas. Ahora estoy con Katsuki, y créame, no le gusta que se le mencione que estaba enamorada de su rival de entrenamiento.

—¿Bakugo-chan lo sabía? —Esta vez pregunto Tsuyu, Uraraka asintió mientras comía la galleta.

—¿Y qué te dijo? —Pregunto Toru muy emocionada.

—Me dijo que tuviera valor de confesármele —todas miraban aún más sorprendida a su amiga, no creían que Bakugo dijera algo como eso —pero me negaba, le dije que tenía miedo de que me rechazara. Él se molestó porque me dijo que era una cobarde y yo no soy así, que no tengo nada de qué temer si me rechaza o no, después me puso un trato.

—Ohhh —exclamo feliz Mina —¿Qué clase de trato? —Palmeaba su regazo.

—Me dijo que como me faltaba coraje, que peleamos y si le ganaba estaba feliz para confesarme —rio un poco la chica mientras apretaba la taza.

—Y nunca le ganaste —Momo le dio un sorbo a su té.

—Me tomo todas las vacaciones para poder ganarle. —Las mejillas de la chica se ruborizó al recordar que ella había ganado el combate, porque al final ella estaba encima de él, con su pierna bloqueaba el movimiento de las piernas de su contrincante, su pelvis estaba en la cintura de él, no se podía mover, las tenía ella bloqueadas son sus propias muñecas, le había aplicado una llave, un arte marcial.

»

—Oh, bien hecho cara redonda —chasqueo la lengua el cenizo con una sonrisa burlona —me tienes, pero no por mucho.

—¡Pero, te tengo! —Se acercó más a él, respiraba con dificultad. Siempre sus enfrentamientos eran tan duros y cansados, para ambos. Las gotas de sudor recorrían las mejillas de la chica.

Bakugo se quedó callado por unos segundos y su sonrisa burlona se esfumó.

—Tus mejillas... —dijo en un susurro y movió su cara de lado, —son muy bonitas...

La cara de Uraraka enrojeció, ahora parecía un termómetro humano.

—¡¿Qué?!

—¡No lo volveré a repetir, maldita! —Paso salvia, y para él era difícil ocultar su sonrojo —Como sea, me has vencido después de meses, deberías sentirte miserable, ahora corre hacia ese estúpido nerd y dile lo que sientes.

Uraraka cambió de expresión a una de seriedad, no había recordado esa parte, olvidó ese importante detalle, así que como ella había logrado vencerlo significaba que ya no tendría de su compañía y eso lo entristecía. Había pasado tantas semanas junto a Bakugo que era más que un simple compañero de entrenamiento, pero no podía negarse a sus propios sentimientos, era claro quien ocupaba su corazón.

La de ojos achocolatados se mordió su labio inferior, no decía nada y eso lo notó Bakugo quien decidió conectar sus ojos rubíes con los de ella. Para él, era un sentimiento extraño, le encantaba los ojos de esa chica que tenía encima suya, pero a diferencia de otras veces, está vez ella lo miraba de forma diferente.

Eso estrujaba su corazón y no lo entendía. Siempre los ojos marrones de la chica mostraban un brillo único y resplandecían como joyas.

Eso lo irritó.

Se sentía usado. Y el jamás debería tener ese sentimiento, no podía dejar que la cara redonda lo mirara de esa forma tan desafiante y molesta.

Ya había ganado. ¿Qué más quería? ¿Halagos y palabras bonitas?

No.

Él no dice tal cosa, pero... ver esa cara redonda donde resaltaban más las mejillas carmesíes hacía que incluso su propio corazón dudará.

—¡Oe! —Exclamó en un grito, se movía intentando zafarse del agarre de su contrincante, pero Uraraka apretó más sus manos. —¡Mueve tu trasero, cara redonda!

—¡Me gustas! —Gritó, su cara enrojeció cuando esas pesadas palabras salieron de su boca. Ahora mismo su rostro hacia competencia con el de Tinkerbell cuando el hada se enoja. Incluso el color de sus mejillas se perdía entre tanto rojo.

Bakugo tomó una postura sería.

Ambos estaban sonrojados, uno más que otro. Las manos del cenizo salieron un par de chispas, así como su quirk, no podía controlar las emociones y sensaciones en su cuerpo; sentía mucha sed y creía que moriría porque su ritmo cardíaco aumento repentinamente.

«

—¿Ochako-chan? —Preguntó la menor del grupo. Había notado que su amiga se perdió mirando la taza de té. La mencionada la miro parpadeando un poco —¿Todo bien?

—Si, si —rió un poco sintiéndose avergonzada —me distraje recordando —la azabache y la de ojos ámbar intercambiaron miradas picaronas, ambas pensabas en otras situaciones alejadas a la realidad y todas involucraban una cama. —El trato era confesarme a la persona que amo y eso hice, pero Katsuki me rechazó.

Todas se cruzaron de brazos e inflaron las mejillas molesta, tal acto hizo reír a la castaña.

—No sabía que Bakugo le gustaba que le rogaran —hablo Mina haciendo un mohín.

—Entonces cada vez que le lograba ganar me le decía a Katsuki que me gustaba. Me daba mucha risa verlo sonrojado, nervioso y actuando de forma ruda conmigo, obviamente cayó a mis encantos —se tocaba la mejilla y sonreía. Las chicas sonreían complacidas por la historia.

—No seas mentirosa, Ochako —dijo una voz detrás la castaña. Ella se giró y lo vio, se sentía nerviosa —¡estoy seguro que esa bebida que me diste tenía algo! —El cenizo tenía las manos en sus bolsillos y sonreía de forma burlona.

Las chicas solo miraban a la pareja.

—Iré con los de la clase B, estoy segura que Monoma-kun quiere alguien para entrenar —se puso de pie y agradeció a Momo por el té.

Bakugo arrugo sus cejas sintiendo molestia, irritación y asco, irse con esa copiadora era impermeable. ¿Desde cuándo él y Uraraka son amigos?

—¡Ni se te ocurra, mochi con patas!

—¡Bakugo! —Regañó Mina por el apodo. —No trates así a tu dulce novia —se puso de pie y se acercó a la castaña y la toco de los hombros —¿Que no ves que es muy hermosa? Cualquier chico querrá tocar su cuerpo —Bakugo rechinó sus dientes, después Mina le señala los labios a su amiga —besarla —el cenizo apretó sus manos formando un puño.

Uraraka arrugó sus cejas sintiendo nervios. Sabía que estaban provocando a su novio y eso no era buena idea. Lo cual era irónico porque primero inicio ella.

La de ojos achocolatados comenzó a estornudar. Bakugo rodó los ojos y se acercó a su novia, le dio un pañuelo.

—Te dije que la rana se podría encargar de salvar al mocoso en tu misión.

La chica lo acepto el pañuelo y se limpió la nariz. Las chicas se fueron de la sala para subir las escaleras e ir a una de sus habitaciones para seguir su reunión, todo esto lo hicieron de forma silenciosa sin llamar tanto la atención. Bakugo se sentó en el sofá y Uraraka hizo lo mismo.

—Se que Tsuyu-chan podría salvarlo, pero ella estaba ocupada, y yo tuve que entrar al parque acuático a salvar al niño —le regalo una dulce sonrisa, el de orbes rubies frunció sus labios e hizo una media sonrisa.

—¡Igual! ¿Por qué el niñito se le ocurre meterse al agua si no sabe nadar? ¿Dónde estaban sus padres? —Se cruzo de brazos y arrugo las cejas —cuando tengamos hijos no seremos tan irresponsables, Ochako —dijo sin pensar.

La castaña parpadeo un par de segundos anonada y ruborizada, hubo unos segundos de silencio y por fin Bakugo noto la gravedad de sus palabras, lo que lo hizo toser, sus mejillas mostraban un rubor rosa.

—¿Cuándo tengamos hijos? —Pregunto ella con un brillo en sus ojos mientras le sujetaba las manos a su novio.

Para Bakugo esa era una de las hermosas vistas, y eso que ver sonreír a su chica le parecía un panorama maravilloso, pero Uraraka siempre de alguna manera hacía que luciera más hermosa con cualquier cosa simple que hiciera.

El cenizo la quería besar, comérsela ahí mismo, pero sabía que estaba mal, sobre todo porque tenían pocos meses de ser novios y no quería arruinar su relación, Uraraka era tan especial que no quería arruinarlo.

Agarró un cojín y se lo puso en la cara.

—¡Si, cuando tengamos hijos! —Gritó ocultando su nerviosismo, pero sin evitar dejar de estar sonrojado.

—¡Katsuki! —Se quejo la chica quitando el cojín de su cara e inflando sus mejillas mostrándose molesta.

Bakugo sonrió, y se aproximó a ella de forma apresurada para robarle un beso. Por supuesto que Uraraka se sorprendió, no se esperaba ese atrevido movimiento por parte de él. Cada beso que lograban conectar en sus labios parecía el primero, pero cada vez lograban hacerlo mejor, no se comparaba a nada en sus inicios: besos inocentes y torpes; pues ninguno sabía cómo besar.

Este era su primer romance para ambos, y no se esperaban tener de pareja a su opuesto. Aun así, se sentían maravillados por cada faceta que mostraban, aprendían de ambos, suena complicado, Bakugo llegaba a tener más paciencia con las personas, estar cerca de Uraraka lo hacía tener ese comportamiento, mientras la joven notaba en que momentos tendrías que poner un límite si hacían cosas que no le agradarán, porque eso de maldecir no era lo suyo... solo si la hacían enfurecer.

El beso comenzó siento tierno y suave, pero cuando Uraraka puso sus manos en las mejillas de Bakugo para profundizar más, este se volvió apasionado tomando por sorpresa el cenizo. No podía negarlo, le encantaba besarla. Su corazón latía más de lo normal y sus pensamientos le pedía explorar otras zonas del cuerpo de su novia, no estaba muy seguro si eso debía hacer, no quería recibir una bofetada de su novia.

Rompió el beso, se separó unos pocos centímetros y volvió a darle uno corto en sus labios, para después besarle ambas mejillas haciéndole cosquillas a la castaña quien rio.

—He reservado en un restaurante de comida japonesa —dijo en un tono suave y voz gruesa.

Exactamente esa voz le encanta a la chica.

—¿Saldremos hoy?

—No, será mañana en la tarde —hizo una pausa y miró a la castaña quien no apartaba sus ojos de él —¡No es sarcasmo!

—¡Ah! —Exclamo aliviada y después se echó a reír —bueno, bueno, es que lo creí, así le hablas a tus amigos.

—¡A mis amigos! —Le tocó el mentón y se acercó lentamente a ella. A Ochako se le colorearon las mejillas de rojo —pero tú eres mi novia —dijo en tono dulce. Solo así se mostraba con ella y con nadie más. Finalizo con un beso.

—Mañana en la tarde... —susurró aún sin borrar su sonrojo, verla de esa forma hacía sentir orgulloso al cenizo.

—Iré a entrenar con Kirishima —se puso de pie, —tú puedes seguir jugando a la hora del té —se burló, la castaña negó con una sonrisa.

«El día de mañana sería domingo»

Con ese pensamiento se dirigió a tomar el ascensor. No podía decir que era extraño, pues Bakugo la solía a invitar a comer, o ella lograba convencerlo comer delicias azucaradas, alimentos que el cenizo no tolera y odia, pero ya no tanto como antes.

Pero, había algo que lo hacía diferente por el simple hecho de decir que hizo reserva. Entonces su cita sería un lugar elegante, solo en restaurantes así se hace reserva.

No pude evitar sentirse nerviosa.

Las puertas del ascensor se abrieron y mostraron a Todoroki Shoto al otro lado de la puerta usando su celular, pero subió la mirada cuando escucho el sonido de que el ascensor había sido abierto.

—Hola Uraraka —saludo con naturalidad y se adentró al elevador.

—¿Qué día es hoy? —Preguntó aún sin salir de la cabina.

—Sábado —dijo con obviedad, y regreso su mirada al celular.

Ochako frunció los labios y sonrió nerviosa. Una respuesta tan típica del chico bicolor.

—Lo sé —rio un poco, —me refiero al número, la fecha, Todoroki-kun.

—Catorce.

Uraraka sintió que un rayo la partía en dos y después le caía otro y la partía en más pedazos.

—¡Ah! —Se tocó sus mejillas y rápidamente salió de la cabina del ascensor. —No puede ser, mañana cumplo cuatro meses con Katsuki —dijo en un tono feliz y preocupado. Suspiro enamorada y se recargo en la puerta de su habitación —ay, por eso es que reservo, que lindo es —abrió la puerta y se adentró a su habitación.

Abrió el cajón de su escritorio donde hace los deberes de la escuela, saco con cuidado un empaque, tenía en sus manos el comic número 52 de un superhéroe ficticio que le gusta a su novio. Uraraka tenía suerte de haber acompañado a su mejor amigo Deku a la tienda de cómics, ya que así le compro un regalo a su novio y se lo daría mañana.

Se metió a bañar y al salir simplemente se acostó para después dormir.

El despertador sonó exactamente a las seis de la mañana, ni un minuto mas ni un minuto menos. Dio un fuerte golpe que hizo que la música se detuviera, sin pensárselo demasiado se puse de pie y entro al baño para hacer sus necesidades.

Cepillo sus cabellos dorados y guardo sus cosas en el cajón, tomo su celular.

"Buenos días, mejillas".

Mando el mensaje con una sonrisa. Bakugo Katsuki siempre que se levantaba temprano -lo cual era casi siempre- le escribía un mensaje de buenos días a su novia, sabia a la perfección que su adormilada novia se despertaba entre las ocho y nueve de la mañana, no le molestaba, entendía que era fin de semana y podría despertarse a esa hora. La rutina de el era levantarse temprano, desayunar algo ligero, hacer unos estiramientos para entrar en calor y después dirigirse al gimnasio a entrenar.

Ya una vez en la cocina se encontró con Kirishima, su mejor amigo quien había terminado de preparar un licuado de banana con cierta proteína que compró por internet.

—Buenos días, Bakugo —saludo mostrando su peculiar sonrisa, el simplemente asintió —aquí tienes —le entrego un vaso de vidrio con el licuado.

—Te levantaste temprano, eh —tomo el vaso y bebió mientras se recargaba en la pared.

—Si, y eso que me quede en la noche jugando videojuegos con Sero y Kaminari, pero sabia que si te cancelaba te enojarías conmigo y me explotarías la cara —comenzó a reír, y se tomo el licuado de un solo tiro.

Bakugo rechisto, se dirigió al fregadero y lavo el vaso.

—No seas idiota, si no querías entrenar hoy podrías mandarme un mensaje y lo entendería —estiro la mano que tenia un poco de espuma, sus ojos miraban el vaso que su amigo sostenía, Kirishima se sorprendió dos veces en tan solo cinco segundos y dudando le dio el vaso, Bakugo también lo lavo. —¿Qué?

—Quien iba a pensar que el amor era lo que te faltaba para ser mas amable —sonrió y le dio un ligero golpe en el hombro, el cenizo volteo los ojos.

—No digas estupideces, pelos de incendio —seco sus manos con la toalla que estaba cerca del fregadero, y camino hacia la puerta principal.

—Y ahí esta de nuevo —sonrió de lado. Apresuro el paso y camino a la par con Bakugo quien comenzaba a trotar —. Lo digo en serio, Bakugo —él no le respondió —estar con Uraraka te hace ser diferente, es como si antes vieras en blanco y negro, y estar con ella todo se volvió de colores para ti. Uraraka te logro domar, eh —soltó una risa con lo último, Bakugo le dio un golpe en el hombro, —¡auch! —Se quejo cerrando uno de sus ojos.

—Me volví mas paciente si —soltó un suspiro —pero tengo un límite, Kirishima.

—Como todos, si, pero lo que trato de decir es que me hace feliz que estes con Uraraka, ella es una dulce chica, quiero que todo salga bien para ustedes —detuvo su trote. Bakugo se detuvo también y lo miro, los ojos de su mejor amigo mostraban seriedad —no le rompas el corazón, Uraraka se ve muy ilusionada.

El cenizo abrió ligeramente los labios, quería decirle algo, pero encontraba las palabras correctas o las mas adecuadas. Lo que su mejor amigo le dijo era algo que ya conocía, por eso cuando Uraraka cada vez que lo derrotaba y se le confesaba él la rechazaba, no quería romperle el corazón y no quería que ella se lo rompiera a él.

A Bakugo Katsuki le costaba abrirse ante las personas, contar sus sueños más íntimos, sus miedos y debilidades, después de todo tenia casi diecisiete años y nunca había tenido novia, no le importaba el romance, lo veía como una estupidez que interfería en sus planes de héroe, pero la bondad de Ochako cautivo su corazón, es así como se decidió tener la oportunidad de tener una relación. Todos tenían la mirada puesta en él como si lo observaran por no cometer un error y que Uraraka salga herida, cosa que el nunca se lo permitiría, imaginarse ver a su novia llorando y destrozada lo hacia tener una rara mezcla de sentimientos entre enojo, tristeza y frustración.

—Temo mas porque ella me lo rompa a mi —dijo en un hilo de voz —si ella me dejara... estaría perdido y no volvería a ser el mismo —su voz se quebró un poco y se giro mientras miraba como el amanecer comenzaba.

Kirishima lo miro con melancolía y suspiro, no se esperaba recibir esa respuesta, se sentía entre tranquilo porque Uraraka estaría bien, pero inquieto, cuando creía que conocía a su mejor amigo siempre algo que lo sorprendía. Confiaba en ambos que todo saldría bien.

—¡Andado, Kirishima! —Gritó con euforia mientras que de sus palmas salían explosiones y se dirigía al gimnasio.

Pasaron tres horas de entrenamiento, dieron las nueve, ambos chicos estaban acostados en la explanada del gimnasio, se encontraban cansados, hambrientos y sus respiraciones jadeaban. Kirishima se puse de pie y de las gradas tomo un par de toallas y una de ellas se la arrojo a su amigo, el cenizo se limpio el sudor de la cara y puso la toalla alrededor de su cuello.

Se levanto y camino hasta donde estaba su mejor y agarro su celular, lo desbloqueo y no había ningún mensaje, rechisto, entro a la aplicación de mensajes y en efecto, su novia aun no miraba su mensaje.

—Vamos a comer algo —guardó su celular y camino directo al edificio.

Cuando entro, escuchó las voces de sus compañeros, algunos mirando el televisor, otros en la cocina preparando el desayuno y los demás comiendo en el comedor. Busco con la mirada a su chica de mejillas redondas, pero no estaba por ningún lado.

Caminó hasta entrar a la cocina y miro a la mejor amiga de su novia que estaba lavando los platos.

—Chica rana —saludo a su manera —¿dónde está Ochako?

Asui cerro la llave del grifo y arqueo una ceja.

—Creí que estaba contigo. No la he visto, Bakugo-chan —continúo lavando los demás platos.

—Mmm —volvió a mirar su celular, pero aun no tenia ningún mensaje —tan dormilona como siempre —esbozo una pequeña sonrisa. La azabache sonrió con ternura.

Bakugo abrió el refrigerador, saco una caja pequeña de cartón que decía su apellido. Tomo un par de platos pequeños y dos tenedores. Asui había terminado de lavar los platos y lo miraba atenta. El de hebras doradas abrió la pequeña caja mostrando un pastel redondo con betún y fresas cortadas en forma de una flor.

Se giro para tomar el cuchillo y partir el pastel, pero la azabache le dio el cuchillo.

—Sigues aquí —dijo para después tomar el cuchillo y partir el pastel.

—Es el favorito de Ochako-chan —puso sus manos en la cadera.

—Si —dijo sin más, estaba concentrado en que las fresas cortadas no perdieran su forma —lo compre un día antes.

—Muchas felicidades —le dijo con una sonrisa. Bakugo se confundió, y guardo lo que resta del pastel en la nevera. —Su cuarto mes, por eso te felicito.

—Gracias —susurró.

En cada mano se llevo un plato con el respectivo tenedor y subió al ascensor. Camina por los pasillos del dormitorio y cuando diviso la puerta de la habitación de su novia le pareció extraño no escuchar ningún ruido o ver alguna luz encendida, se las ingenio para tocar la puerta.

—Ochako soy yo —ninguna respuesta —entrare —aviso y abrió la puerta.

A primera estancia no vio nada, literalmente. Estaba tan oscuro que Bakugo tuvo que parpadear un par de veces para notar que en la habitación había muebles, entro a la habitación, dejo los platos en el escritorio, camino hasta estar frente a las cortinas y en rápido movimiento las corrió entrando al fin luz.

Escucho un quejido, se giro y noto que en la cama su novia se cubria hasta la cabeza con la cobija.

—Si que duermes tanto, mujer —se sento a un lado de la cama y tocaba el estomago de su novia. Ella no dijo nada —déjame verte, Ochako.

—N-no... —susurró, apenas y él pudo escucharla. Bakugo le quito la cobija y miro como su novia estaba roja de las mejillas, sus ojos brillosos y su nariz un poco enrojecida. —¿Buenos días? —Susurró con una sonrisa.

Hubo un par de segundos en donde solo se miraban en silencio, ella lo miraba nerviosa mientras que Bakugo solo la analizaba, suspiro cansado y puso su mano en la frente de Ochako.

—Lo que creía —rodo los ojos —pero, te preocupaste mas por ese mocoso...—Uraraka arrugo sus cejas y se cubrió con la cobija, el cenizo volvió a quitársela, pero ella puso resistencia. —¿Ochako, que haces?

—Lo siento Katsuki —dijo en un tono de voz triste y bajo, comenzó a sollozar —lo arruine. ¿Sabes que día es hoy? Es nuestra fecha de cumplir un mas como novios, por eso hiciste una reserva, pero —paso saliva, su voz se escuchaba quebrada —me enferme y ahora ya no podremos salir, arruine los planes... espero puedas perdonarme.

—En serio eres una tonta, Ochako —su voz suave hizo que ella dejara de sollozar, le quito la cobija con delicadeza, paso su mano por su mejilla y le quito la lagrima que comenzaba a bajar —no tienes porque disculparte por haberte enfermado, no estoy molesto, ni decepcionado, tendremos más salidas, además pasare todo el día contigo no importa si estas enferma, sigue siendo nuestro día especial —le da un corto beso en los labios.

Ochako se sienta en la cama y estornuda un par de veces, Bakugo se pone de pie y toma los platos.

—Katsuki, ¿esto? —Pregunta mientras recibe el plato con el pastel.

—Feliz cuarto mes de novios, mejillas —le sonríe. El rostro de Uraraka se pone mas rojo.

—Katsuki —le llama aun mirando la rebana de pastel.

—¿Sí?

—Te amo —le da un beso cerca de la comisura de sus labios, eso lo tomo por desprevenido y lo hace sonrojar.

—También te amo, Ochako —susurra bajando la mirada para ocultar sus mejillas ruborizadas.

La castaña se hace a un lado en la cama para que su novio también se sienta en la cama junto a ella. 


>> Aquí se termina el oneshot.

Nota importante: está historia estuvo por meses en borrador luego de publicarla. Tuve problemas con el... Fandom... Si, bueno, cosas que pasan. Quería volverlo a publicar porque es lindo y me esforcé. No es necesario que a todos les guste lo mismo que yo, pero si deberían de respetar.

Bueno, la idea es hacer una serie de capítulos que sean como Oneshots, pero que sigan la misma línea de tiempo y trama.

Espero que les haya gustado. Me gustaría saber su opinión (pero no sean duros xd).

Posiblemente, en algún momento, escriba más sobre esto 🫰😊

Actualización: Tanto la portada como el separador fueron hechos por la talentosa Pizza_Tefi siganlan y pidan una portada que las hace increíble ❤️✨

¡Eclipsa, fuera! ❤️✨

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