La escena en la que se encontraba la cafetería era un símbolo de lucha y esperanza. Los escombros habían sido removidos y el lugar estaba lleno de actividad. Obreros trabajando arduamente, el sonido de martillos y sierras, y el olor a madera nueva llenaban el aire. Jungkook y Taehyung observaban desde un costado, sintiendo una mezcla de tristeza por lo que habían perdido y esperanza por lo que estaban construyendo.

El alcalde y el administrador de la ciudad estaban presentes, supervisando el progreso.—Estamos muy agradecidos por toda su ayuda.—Dijo Taehyung, su voz reflejando la gratitud sincera por sus acciones. 

—Es lo mínimo que podemos hacer después de lo que han pasado.—Respondió el alcalde, sonriendo.—Estamos ansiosos por ver esta cafetería florecer de nuevo, no puedo esperar para la reapertura del lugar. 

Jungkook, con un brazo alrededor de Taehyung, añadió.—Este lugar significa mucho para nosotros y la comunidad. Gracias por darnos la oportunidad de reconstruirlo. Saben que todos serán bienvenidos cuando la reapertura llegue, solo es cuestión de semanas. 

La pareja observó cómo los trabajadores colocaban los nuevos cimientos y levantaban las paredes. A pesar de las dificultades, había una sensación palpable de nuevo comienzo.—Vamos a hacer que sea aún mejor que antes.—Murmuró el omega, sus ojos brillando con determinación. 

Semanas después, la cafetería estaba casi lista. Las nuevas ventanas brillaban con la luz del sol y el interior estaba tomando forma con muebles nuevos y una decoración que mantenía el encanto del "Kim's Coffee" original pero con un toque moderno. 

La reapertura cada vez se encontraba más cerca, manteniendo tanto al omega como al alfa ocupados en acomodar los últimos detalles con ayuda de sus amigos y cachorros. El omega aún se sentía en un sueño, sin creer en la idea de volver a reabrir la segunda cafetería estaba más pronto de lo que hubiera imaginado. 

—Es increíble cómo ha quedado.—Murmuró el alfa, mirando alrededor con satisfacción por la labor realizada. 

—Sí, no puedo esperar a que todos lo vean.—Respondió Taehyung, colocando una planta en una esquina del mostrador.—Se siente como si estuviera abriendo la segunda cafetería por primera vez, aquella emoción de la apertura es tan similar a esta. 

—Porque sabes que te estás preparando para algo grande, un nuevo proyecto que todos anhelamos por ver.—Acercándose hasta quedar frente suyo, acunó el rostro del omega entre sus manos.—Me alegra poder saber que estás emocionado, omega. Debo confesar que extrañaba verte de esta manera, vuelvo a sentir que estoy haciendo algo bien. 

—Lo siento por toda la angustia, pero ya hablamos de cómo me sentía en esos primeros días. 

Mientras trabajaban, sus gemelos corrían de un lado a otro, riendo y explorando el lugar.—¡Mamá, papá, miren!—Gritó con alegría Suni, sosteniendo un dibujo que había hecho de la nueva cafetería mientras se acercaba hasta ellos. Daehyun se colocó a su lado, sosteniendo un par de crayones con una sonrisa radiante sobre su rostro. 

—Es hermoso, cariño.—Dijo Taehyung, tomando el dibujo y mostrando a Jungkook.—Estamos muy orgullosos de ustedes. 

—Creo que este dibujo puede ir perfectamente enmarcado a un lado de la caja, así su papá puede verlo todos los días mientras trabaja.—Sugirió el alfa con una sonrisa, sosteniendo el dibujo a un costado de la caja, tal como había propuesto. 

—Será un honor tenerlo en mis días de trabajo.—Taehyung arrugó la nariz, feliz de presenciar todo ello con su familia. 

(...)

Los cachorros subieron apresuradamente a su habitación, mientras la pareja dejaba sus pertenencias sobre el recibidor de la entrada con gestos agotados. Haber afinado los últimos detalles para la reapertura los tenía cansados a los dos por igual, trabajar desde la primera hora de la mañana y mantenerse de pie durante tantas horas los comenzaba a fatigar, pero tan pronto como volvían a su hogar la pesadez parecía disminuir. 

—Creo que no cenaré, estoy tan cansado como para permitirme tomar algo.—Susurró el omega, arrastrando sus pies hasta la sala para desplomarse sobre el sillón. 

Jungkook soltó una carcajada, estando de acuerdo con ello.—Estoy de acuerdo, me alegra poder haberles comprado algo de comer a los cachorros mientras veníamos de regreso, no me creo capaz de prepararles algo. 

—Podría dormir aquí sin problema, de pensar en subir a nuestra habitación parece demasiado esfuerzo. 

Asintiendo a sus palabras, el alfa se desplomó a un costado suyo, recargando su rostro contra la base de su cuello para inhalar su aroma, ronroneando a gusto por el dulce olor que desprendía. Ya no había ninguna huella agria en su aroma, nada que demostrara un signo de tristeza e incertidumbre, su dulce aroma volvía a su omega y le parecía extraordinario. 

Cerró los ojos tan pronto como sintió una mano del omega acariciar su cabello, arrullándolo contra su cuerpo.—Necesitamos llegar a la habitación, no podemos dormir aquí. 

Riendo, asintió ante sus palabras, pero su cuerpo no acató la orden. Recordando un pensamiento que se atravesó en su mente durante toda la tarde, decidió expresarlo.—¿Alfa? 

—¿Si, omega? 

—Estuve pensando en algo, realmente fue un pensamiento momentáneo, pero no pude evitar quedarme con él. 

—Dímelo.—Abriendo los ojos, se incorporó mejor para observar su rostro. 

—¿No sientes que Daehyun y Suni han crecido demasiado pronto? Lo digo por la forma en que nos ayudaron todos estos días en la cafetería, la forma en que parecen recibir y empaparse de lo que el mundo les ofrece... Dios, ya no son los mismos niños que aún podía cargar hace un tiempo atrás, tampoco son aquellos bebés que arrullaba hasta altas horas de la noche con la intención de poder dormir y descansar aunque sea cinco minutos porque volvían a despertarse pidiendo comida.—Soltando una pequeña carcajada, sintió sus ojos humedecerse.—Verlos me hace querer desear que no crezcan más, pero es algo imposible de pedir. 

—Nuestros cachorros crecieron demasiado, ¿No es así?—Suspirando, bajó la mirada.—Aunque no quisiéramos que crecieran, por una parte me alegra saber que están creciendo de buena manera, estoy feliz por el camino que hemos guiados a nuestros cachorros y lo orgulloso que me siento por saber que son personas que solo traerán bien en sus vidas. 

Asintiendo ante lo dicho, mordió su labio.—Jungkook, ¿Has pensado alguna vez sobre si nuestra familia quedará solamente con nosotros cuatro? 

—¿Hablas si he pensado en tener algún otro bebé?—Arqueando una ceja, observó el sonrojo que se precipitó por las mejillas del contrario.—Creo que tuve un pequeño Déjà vu con esta conversación.  

—¿A qué te refieres?—Inquirió con curiosidad. 

—Hace tiempo, cuando recién teníamos el primer año de enlazados, recuerdo que me preguntaste si quería una familia y solo pude contestar que sí, pero mis deseos jamás irían por encima de ti. También contestaste que deseabas una familia, y ahora recién puedo acordarme que dijiste sobre una familia con tres o cinco hijos, pero tenemos solamente dos. 

Haciendo memoria a lo que el alfa decía, Taehyung solo optó por ruborizarse más.—Siempre quise una familia grande. 

—Entonces podemos comenzar a agrandarla más, ya tenemos a los primeros dos, aún faltarían tres más.—Inclinándose sobre su cuerpo, el omega palmeó su hombro con gracia reflejada en sus facciones. 

—¿Realmente tendremos cinco hijos? 

—Los que tú quieras, omega.—Sonrió, depositando un beso sobre la comisura de sus labios.—Si quieres diez, entonces me encargaré de ayudarte. 

—Sí, suena como si fuera un gran labor para ti.—Murmuró con diversión, envolviendo sus brazos alrededor del cuello del alfa. 

—Siempre estoy dispuesto a ayudarte, mi omega.—Arrastrando sus labios sobre su rostro, inhaló su aroma.—Sabes que debes de ser codiciosos conmigo, pero jamás lo haces. 

—Lo consideraré, aún estoy pensando en cómo ser codicioso. 

—¿Por qué no empezamos con la parte codiciosa de agrandar a nuestra familia? 

Sin poder meditar sus palabras, Taehyung sintió rápidamente como era levantado de la comodidad del sillón entre los brazos del alfa, poco después se percató como dejaban atrás la sala y se dirigían directamente a la habitación, sintiendo como los labios del azabache recorrían la base de su cuello y sus manos apresaban la piel que tenían bajo sus palmas. 

Sí, el omega no se negaría a esa oportunidad que Jungkook le estaba proponiendo, aún y cuando el cansancio parecía desaparecer mágicamente de sus cuerpos, se tomaron el tiempo suficiente para admirar y desear el anhelado toque contrario. 

Sí, solamente estaban practicando para cuando sea el momento, se lo repitieron innumerables veces.