Capítulo 04.
Un nuevo día comenzaba, y con todo el pesar del mundo, Taehyung tuvo que apagar la alarma que indicaba su hora de levantarse, necesitando solo cinco minutos más antes de alistarse para iniciar su día. Por ello, volvió a su lugar una vez que el sonido dejó de molestarlo y se apegó al pecho de su alfa, suspirando contento tan pronto como sintió la calidez envolviéndolo desde atrás, unos brazos aferrándose alrededor de su cintura.
—Cinco minutos más.—Susurró en un tono bajo.
Jungkook no respondió, solo se limitó a apretar el agarre que mantenía sobre el cuerpo del omega. Enterró su rostro contra la curvatura de su cuello, inhalando el aroma dulce que desprendía combinado con el propio, disfrutando de ello.
Los cinco minutos pasaron demasiado pronto porque la alarma volvió a sonar, haciendo gruñir a Taehyung hasta que dió un manotazo molesto. Casi se echó a llorar en ese momento, demasiado perezoso como para querer levantarse, solo deseando poder pasar el resto del día en la cama y no pensar en el trabajo que le esperaría por ser fin de semana.
—Es hora de levantarse, omega.—Susurró, depositando un beso sobre la marca.
Taehyung sintió como su piel se erizaba por el tacto, quejándose bajito.—No.
El alfa soltó una carcajada antes de apartarse, pasando una mano sobre su rostro mientras tentaba con su otra mano la mesita de noche en busca de su celular. Comprobando la hora, soltó un suspiro antes de levantarse y dirigirse al baño, dejando al contrario quejarse en la cama hasta que se dignó a levantarse.
Realizó su rutina con pesar, pero logró bajar a desayunar al tiempo que sus cachorros se sentaban en el comedor y el alfa servía los platos sobre la mesa. Sonriendo por la imagen, pasó a un costado de sus niños y besó sus frentes, tomando su respectivo lugar en la mesa mientras degustaba con la mirada el desayuno.
—Buen días, mis cachorros.—Saludó, colocando la servilleta sobre su regazo.
—Hola, papi.—El saludo de Daehyun le hizo sonreír.
—¿Durmieron bien?—Cuestionó al tiempo que vio como Jungkook entraba al comedor para unirse al desayuno.
Suni asintió.—Me siento bien.
—Eso es muy bueno, cachorros.—Tomando asiento, el alfa sonrió.—Desayunemos para dejar a papá en el trabajo y nosotros hacemos las compras para la despensa.
Taehyung mostró una expresión fingida de indignación por no formar parte de sus planes, sacándoles una carcajada a sus hijos y se pusieron a debatir de cómo la próxima vez los acompañaría. Siguieron el desayuno con pláticas triviales hasta que los platos quedaron vacíos y el omega salió corriendo para terminar de alistarse mientras Jungkook terminaba de limpiar la cocina y alistaba a sus hijos para salir de paseo.
Jungkook había estado recuperando el tiempo que no pasó con sus cachorros por los días en que pasaba en el trabaja hasta tarde, volviendo con sus fines de semana libres para pasear y descansar mientras Taehyung los acompañaba cada que podía. Las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina, y con ello el alfa se estaba asegurando de ir comprando poco a poco todo lo necesario para los destinos a los que se aventurarían en esa ocasión.
—¿Estamos listos?—Cuestionó una vez que se encontraban frente a la puerta, ayudando a su omega con su abrigo y cargando sus cosas, mientras Daehyun y Suni se colocaban bien sus gorros.
—¡Listos!
Una vez confirmando estar listos, salieron de la casa directo al automóvil, subiendo a sus asientos antes de partir a su primer destino. El camino fue acompañado de música, y cuando visualizaron la cafetería, el omega soltó un suspiro mientras acomodaba sus pertenencias para bajar.
—¿Saldrás a la misma hora?
Asintiendo, contestó.—A la misma hora de siempre.
—Entonces pasaremos por ti en la tarde.
—Gracias.—Desabrochando el cinturón, se inclinó sobre su asiento para depositar un beso sobre los labios de su alfa.—Espero que tengan un buen día, no olviden comprarme algo a mí también.
Carcajeándose, alzó su mano hasta su rostro.—Sabes que sí. También espero que tengas un buen día en el trabajo, no olvides en llamarme si necesitas algo.
Guiñando el ojo, sonrió antes de despedirse de sus hijos y bajar del automóvil, buscando la calle entre sus bolsillos para abrir la cafetería. Observó cómo el automóvil se alejaba, empujando la puerta para entrar y cambiar el letrero a "abierto", poniéndose manos a la obra para comenzar su día de trabajo.
Cuando caminó hasta el mostrador, pudo observar cómo la pintura se estaba deteriorando y perdiendo el color esencial que al inicio contaba. Recordó que había querido comentarle a Jungkook sobre la remodelación de su cafetería, queriendo su opinión sobre si hacerlo por sí mismo o contratar a alguien, además de las posibles ideas de cómo quería que quedara la cafetería, pero había pasado bonitos días familiares a su lado que lo último que había pensado era en el trabajo.
Pensó en la tarjeta que aún descansaba detrás del mostrador, dirigiéndose ahí para agarrarla y ver el número telefónico que se encontraba en la parte trasera del cartón. Mordiéndose el labio, se preguntó si debería de consultarlo con alguien que supiera de diseño o debería de ver primero posibles escenarios de cómo quería hacer la remodelación, pero como si de haberlo llamado se tratase, un característico cliente habitual entró.
—Buen día.—Saludó con una sonrisa, desenvolviendo la bufanda que descansaba sobre sus hombros.
—Oh, buenos días.—Dejando la tarjeta donde anteriormente la había depositado, sonrió.—¿Qué desea ordenar hoy?
—Lo mismo de siempre, por favor.—Sacando su cartera, tendió la tarjeta.—¿Cómo estás hoy?
Sorprendido por la pregunta, contestó.—Muy bien, gracias. ¿Cómo va su día?
—Con mucho trabajo, debo de hacer valoración de dos próximos proyectos que posiblemente agarre, hoy será un día movido.
Asintiendo ante sus palabras, tomó la tarjeta para hacer el respectivo cobro.—Me alegra por usted.
—¿Por qué no dejamos las formalidades a un lado? Creo que he venido ya demasiadas veces como para ser tratado así.
—No planeaba incomodarlo, si eso se refiere.—Murmuró con un leve rubor, sintiendo una extraña inquietud en su cuerpo, su lobo manteniéndose alerta.
—Para nada, solo quisiera que dejaras de tratarme de usted.
Sin contestar, asintió antes de volver a entregarle su tarjeta con el ticket de compra, provocándole escalofríos cuando sus manos rozaron al agarrar sus pertenencias. Taehyung se limitó a alejar su mano rápidamente, bajando la mirada a la pantalla del mostrador.
—Mi nombre es MunHee, dejemos las formalidades a un lado.
El omega se sentía desconcertado con la acción, apurándose para hacer la orden mientras el alfa tomaba asiento en la primera mesa frente a la barra. Observó el lugar como era de costumbre, acordándose de su proposición.
—¿Has considerado en remodelar la cafetería?
—Sí, de hecho planeaba comenzar a buscar posibles diseños para tener una idea de cómo me gustaría que quedara.
—Podría ayudarte con ello, si quieres.
—Gracias, pero no quisiera molestar. Ya debe de tener mucho trabajo como para pedir de su ayuda, creo que puedo apañármelas, ya lo he hecho antes.
—No es ninguna molestia, creo tener posibles diseños que podrían gustarte. Déjame buscar algunos trabajos que realicé y mañana mismo te enseño mi trabajo, si te convence entonces puedo orientarte en cómo hacerlo, sino no insistiré más.
Girándose para verlo, observó la mirada brillosa en su rostro junto con la sonrisa, animándolo a aceptar. Pensando que solo se trataba de ver su trabajo, no parecía adecuado negarse, era algo tan sencillo como ver y sería todo, por lo que terminó asintiendo aún con cierta duda.
—Está bien.
—¡Perfecto! Entonces mañana mismo vendré con mi portafolio de trabajos, espero que pueda convencerte, creo que podemos trabajar muy bien juntos en la remodelación de la cafetería.
Y Taehyung esperaba no haber cometido ningún error al aceptar algo tan simple como ver sus trabajos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro