Luego de tener un gran banquete con muchas comida y aprender que aquí los fantasmas si son bastante reales y para nada tenebrosos, el hermano mayor de Ron, Percy, el cual es prefecto nos guía a nuestra sala común.

Es sorprendente como aquí las escaleras se mueven y los cuadros tienen vida, la gente del otro mundo creería que esto es una locura. Luego de caminar por los apílalos llegamos al final de uno donde hay un gran cuadro el cual también es una puerta, en este hay mujer a la cual debemos decirle nuestra contraseña para poder estar a la sala común, así funcionan todas las casas aquí.

— Reúnanse aquí— dice Percy cuando logramos entrar, la sala común es bastante linda—Ahora, los niños dormirán arriba del lado izquierdo y las niñas del lado derecho. Descubrirán que ya están casi sus pertenencias.

Luego de decirnos todas las indicaciones Percy se va dejándonos solos, observo un poco los muebles y pertenencias que hay aquí.

—Oye Cara— me habla Harry, me volteo hacia él —Con Ron estaremos aquí un rato, por si te interesa

—Claro—sonrió—Los veo en unos minutos.

Tengo que admitir que Harry y Ron son bastante amigables, no espere que algún niño lo fuera conmigo

Subo las escaleras que están al lado derecho, las cuales Percy nos indico que eran las de las chicas, al llegar arriba observo la gran cantidad de puertas que hay, deben ser unas diez o más. Logró distinguir en la segunda puerta mi nombre y el de Hermione, en la tercera distinguió el nombre de una chica llamada Parvati y otra Lavander.

—Al parecer seremos compañeras de cuarto— aparece a mi lado Hermione también observando el papel con nuestros nombres.

—Si— asiento con la cabeza, tomo la manilla de la puerta y la abro, al entrar examino un poco el cuarto y luego voy hacia Caroline—Hola linda.

—¿Estas feliz de haber quedado en esta casa?— me pregunta, veo que desempaca alguna de sus cosas.

—Si, mis padres estuvieron es esta casa—hablo mientras acaricio a Caroline a través de su jaula—¿Y tú?.

—También— responde—¿No crees que el chico Ron es algo raro?.

Rio.

—No, es divertido. Me agrada al igual que Harry, estaré abajo.

Bajo las escaleras  y veo a varios chicos de primero sentados por todo la sala, pero puedo distinguir a Harry y a Ron frente a la chimenea.

—¿Y como es tu cuarto?— me pregunta Ron cuando tomo asiento junto a ellos.

—Es bastante agradable, mi compañera de cuarto es Hermione — digo, al hacerlo veo una mueca en el rostro de Ron.

—Es rara y me asusta un poco —me mira—Debería ser un poco más agradable... como tú.

—Eres la primera persona que me lo dice —mantengo mi vista en el fuego—Y la primera vez que hablo con niños agradables, donde vivía no lo eran y no tenía amigos.

—Esperamos agradarte también — me sonríe Harry—Yo tampoco tuve amigos, tenemos cosas en común.

—¿Así que tiene muchos hermanos?— le preguntó a Ron.

—Si, somos siete — dice mirándome, rayos, son muchos—Está Bill, Charlie, Percy el cual estaba aquí hace un momento, Fred y George, Ginny y yo.

—Vaya, debe ser una locura tu casa — rio— Pero también debe ser agradable.

—Naaa, mis hermanos son insoportables — reímos los tres.

(...)

—Cara, arriba — siento como alguien me habla, abro los ojos y tengo enfrente de mi, muy de cerca para ser exactos a Hermione—Si no te levantas ahora llegarás tarde.

—Gracias —le agradezco toda algo dormida y sorprendida, tomo asiento en la cama por unos minutos.

Me pongo de pie y voy rápidamente hacia el baño de chicas, al llegar sólo hay unas pocas así que las saludo y voy a cepillar mis dientes y lavar mi cara. Al terminar todo voy rápidamente hacia mi cuarto, al llegar Hermione no está, así significa que a tenido que hacer algo.

Miro la hora y todavía falta, me pongo rápidamente la ropa y cepillo mi cabello, reviso el horario que me dieron y tengo clases con la mujer de ayer que resulta ser la profesora McGonagall. Tomo todos mis libros y camino hacia el salón, espero no perderme.

Luego de unos minutos y preguntándole a algunos fantasma logró dar con el salón, al llegar casi la mayoría de los asientos están ocupados, pero por suerte hay uno libre atrás junto a un chico.

—Buenos días señorita Spinter— me saluda la profesora McGonagall desde adelante, casi la mayoría se voltea a verme.

—Buenos días — la saludó rápidamente y tomo asiento junto al chico de al cual se le había escapado su sapo ayer —Hola.

Este me mira sorprendido, como si no esperara que lo hubiera salido.

—Hola— responde apenas.

—Soy Cara—le susurró con una sonrisa —¿Y tu?.

—Neville— responde, veo una pequeña sonrisa en su rostro.

—Un gusto — digo mientras abro mis cuadernos de la clase.

—Bueno, está es la clase de transformaciones, creerán que es fácil transformar una cosa o algún animal en algo— ella camina de un lado hacia otro.

Noto que Harry y Ron no están, deben haber quedado dormidos.

—Pero es una de las magias más complejas y peligrosas que aprenderán aquí, no lo tomen a la ligera — ella hace un movimiento con su varita y la pizarra se llena  de anotaciones—Comiencen a anotar.

Hace otro otro movimiento con la varita y ahora no es ella, sino que es un gato.

—Genial— me susurra Neville.

—Si—asiento con la cabeza mientras comienzo a escribir.

De repente escucho unas fuertes pisadas, llevo mi mirada hacia la puerta, aparece Harry y Ron corriendo, estos corren por todo el salón  hasta llegar a la parte de adelante, deben creer que McGonagall no está.

Los escucho hablar sobre que la profesora no está, pero rápidamente ella  vuelve a su forma humana.

—Eso fue algo brillante — escucho a Ron desde aquí.

—Gracias por el cumplido señor Wesley — le dice ella—Tal vez sería más útil si los transformara a los dos en un reloj de bolsillo así tal ves llegarían a tiempo.

—Regresar es un lío —le dice Harry.

—Los convertir en un mapa, eso los ayudaría a encontrar sus sillas.

Y no empezó nada bien el año para Harry y Ron