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06

— ¡Wow! Estoy seguro de que Jimin será muy feliz con ese regalo— el peligris con ojos gatunos exclamó al ver el gran regalo que Jungkook le tenía a Jimin para su cumpleaños

— ¡Le falta esto!— Taehyung apareció en lugar donde el grupo de amigos estaba, con un gran moño rojo y un ramo de rosas gigantes, acomodando ambas cosas en aquel regalo

— Ahora si está perfecto— dijo el azabache, miro la hora en su reloj, eran las 7:30 PM, había pasado todo el día sin llamar al rubio, ni siquiera le había dejado un mensaje de feliz cumpleaños

Todo para sorprenderlo a la hora de darle su regalo, con ayuda de sus amigos había podido adquirir el regalo para el mismo día

Estaba nervioso, sabía que Jimin era una persona sencilla, pero haría lo que fuese para qué aceptará su regalo, en primer lugar porque ya no quería que el rubio se trasladará en transportes públicos y segundo porque le había costado bastante dinero

Así que pedía a Dios que Jimin no pusiera peros y aceptara, después de todo Jimin merecía lo mejor

...

Por otro lado, los ánimos del rubio estaban por el suelo, despertó con un mensaje despectivo de sus padres, los mismos que le recriminaban el hecho de que tuvieran que felicitarlo a través de un mensaje de texto por la decisión del rubio de estudiar en una ciudad diferente

Así que su día empezó de lo peor

Había tenido un día agotador en la universidad, sus músculos dolían por las prácticas de giros, además de los calentamientos que hacían antes de empezar

Como si fuera poco tenía a Hoseok encima de él planeando lo que harían en la noche por su cumpleaños, Jimin era una persona un poco aguafiestas, los ambientes como bares y esas cosas no eran los suyo, por más que trato de convencer a su amigo de que no era necesario una celebración, este hizo caso omiso y decidió seguir con los planes

Pero eso no era todo, porque ahora tenía su turno en la cafetería y lidiar con los adolescentes hormonales que iban al lugar creyéndose los reyes del universo, definitivamente eran la peor parte de su día

No.

La peor parte de su día era que cierto azabache ni siquiera le había mandado un mensaje, ni siquiera un “buenos días” nada…

Sus pensamientos fueron interrumpidos por las risas de un peli castaño que se reía al verlo tan perdido, entonces fue consciente del lugar en el que estaba y se lamentó haberse sumergido en pensamientos

— Disculpe ¿Qué se le ofrece?

El hombre frente a él sonrió

— Quiero un expreso y una galleta de avena con chispas de chocolate por favor …

El rubio asintió armando la orden en el ordenador, el otro chico extendió su tarjeta para pagar por su pedido y Jimin imprimió una factura con el número correspondiente de su pedido

— Muchas gracias¿Eh?

— Jimin, Park Jimin, a su orden

El otro asintió tomando la factura, rozando su mano levemente con la del rubio

Jimin no era un experto en estudiar el comportamiento de las personas, pero sabía cuando alguien le coqueteaba; sin embargo, él siempre los rechazaba, su cuerpo, su corazón y su alma se negaban a aceptar a alguien más que no fuera aquel azabache que le robaba el aliento; sin embargo, las imágenes del live pasado junto a los muchos comentarios, hicieron un flash en su mente y por instinto de protegerse a sí mismo, le sonrió al otro chico mirándolo a los ojos

Como si estuviera aceptando su coqueteo

En el fondo Jimin se sentía celoso, lo peor es no había manera de sentirse de otro modo y eso lo hacía sentir peor, Jungkook nunca lo había celado, jamás le había hecho un show por celos, ni siquiera se molestaba con él, es como si todo en el mayor fuera de color rosa, siempre estaba sonriendo, siempre hacía chistes, nunca había conocido otro lado de él que no fuese cariñoso

¿Cómo era Jungkook molesto o celoso?

Y otra vez se perdía en pensamientos sin importar la pequeña fila que se formaba frente a el…

Cuando su turno por fin termino miro la hora en su teléfono 7:40 PM, era su turno de cerrar la cafetería así que decidió que ya era hora de hacerlo

Apagó las luces del mostrador y la cocina, visualizo que todo estuviese limpio y apagó las otras luces del local, encendió la alarma y salió cerrando la puerta desde afuera con candado

Su teléfono empezó a vibrar, termino de cerrar el candado y luego saco el teléfono de su abrigo para responder

Jungkookie

Con una sonrisa contesto la llamada

—¿Sí?

— Hola, bonito ¿Ya saliste de trabajar?

— Hola, sí, voy al departamento ahora

— No, espérame ahí, ya estoy cerca

— ¿Cerca?

— Si, ya casi llego, nos vemos

El rubio suspiro y se quedó en el lugar en el que estaba, sin moverse, obediente, esperando por el mayor

Por un momento pensó que su día podía mejorar, aún era su cumpleaños, no todo podía ser malo

Su corazón se aceleró al ver el auto deportivo bastante lujoso, venir en su dirección

Jungkook era una persona sencilla, aunque se diera ciertos lujos como una casa increíblemente bonita, un auto de último modelo y ropa de marca

Además, venía de buena familia por lo que el azabache estaba acostumbrado a tener cosas buenas, Jimin también venía de una buena familia, pero la diferencia de su familia con la de Jungkook, es que eran personas pesimistas y egoístas

Jimin por un momento quiso tener una familia unida, en la que apoyaran los sueños de los otros y se amaran sin ningún obstáculo

Pero no era así

El auto se estacionó frente a él, bajando la ventanilla, dejo ver al dueño de sus pensamientos, con unas gafas oscuras, a pesar que era de noche

Bastante sexy sí le preguntaban al menor

El rubio sonrió y subió al auto, abrocho su cinturón, y al ver que después de subir y de que el mayor subió la ventanilla, aún no había avanzado, volteo a verlo y para su sorpresa Jungkook se inclinó dándole un beso

Era un pico, pero bastante sorpresivo para el rubio

— Te ves lindo

Jimin miro incrédulo su ropa, creyendo que el mayor debía estar bromeando, su atuendo era lo más casual y menos sexy que había en su armario

Trago grueso y aun así respondió:

— Gracias, tú te ves hermoso

La risa ronca del mayor lleno sus canales auditivos, y el camino empezó

Jimin sabía que tenía una cita con Hoseok a las 9:00 PM, en un bar para celebrar su cumpleaños; sin embargo, era incapaz de decirle a Jungkook que su tiempo era limitado, porque quería ver a dónde el mayor lo llevaría

El mayor tomo su mano dándole un beso en el dorso, entrelazando sus dedos, mientras conducía con su otra mano

Era una imagen bastante perfecta a los ojos de Jimin, el mismo que no dejaba de sonreír y sentirse bastante bien con las pequeñas muestras de cariño del mayor

Alrededor de unos minutos el auto estacionó en un garaje, el rubio podía jurar que ya había visto ese garaje antes, había alrededor de tres autos diferentes y una motocicleta

Ese era el garaje de Jungkook...

Estaban en su casa

Jimin se sentía confundido, Jungkook lo miro con una sonrisa bajando las gafas al tabique de su nariz

— Vamos bonito

El rubio trago grueso y asintió bajando del auto seguido del mayor

Y lo que vio lo dejo perplejo, había un auto blanco con un gran moño rojo y un ramo de rosas increíble encima de él

La saliva se atoró en su garganta, sus manos empezaron a sudar

El mayor envolvió su cintura desde atrás en un abrazo, dejando su cara en el hombro del rubio

— Feliz cumpleaños mi bebé bonito

El rubio abrió sus ojos con demasía, aquello era demasiado para él ¿Cómo le explicaría a sus padres que tenía un auto así? ¿O a sus compañeros de trabajo? Un cajero no tenía suficiente dinero para esas cosas…

— Gracias, pero... ¡Eso es demasiado Jungkookie!

— Sabía que dirías eso…— el mayor rio, volteando al rubio para tomar su cara entre sus manos  —¿Qué es demasiado bonito?

— Ese auto yoo...

— Eso solo es un auto Jimin, créeme que es poco para todo lo que mereces…

El rubio negó retrocediendo, sentía que no podía aceptar tal cosa

— Lo siento no puedo

Pero Jungkook ya estaba preparado para su negativa, por lo que sonrió y se acercó tomándolo de la cintura con fuerza, pegando sus cuerpos y sus labios en un beso demandante, con chasquidos de por medio y suspiros

Su mano fue a la mejilla del rubio mientras la otra lo sostenía por la cintura

— Jung…

— Feliz cumpleaños mi amor— saco de sus bolsillos la llave de dicho auto— Vamos bonito enséñame lo sexy que te verás conduciendo

Jimin trago grueso

— Ni siquiera sé conducir

Bien, eso no se lo esperaba

— Bien, entonces¡Vamos bonito te enseñaré a conducir! Mañana iremos por esa licencia

El mayor camino al auto con energía entre saltitos, mientras Jimin lo miraba anonadado

Era todo un caso...

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