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NUEVE

Advertencia: este capítulo toca tema sensibles es muy loco y perverso. Si eres sensible a temas como el abuso por favor no leas.

OJO que estoy haciendo estas aclaraciones para que después no digan que no aclare, el capítulo no tiene abuso como tal, solo intenciones y pensamientos muy perversos.

Si lees es porque QUIERES nadie te obliga a leer.

Sin más, espero que les guste el capítulo. ❤

Yoongi se dirigió a la cocina, donde rápidamente busco la crema batida en el refrigerador y también un poco de chocolate, la iban a pasar muy bien...

Mientras tanto, Hoseok luchaba con su respiración, frotando sus piernas para buscar un poco de alivio y tirando de las esposas en un inútil intento de zafarse.

Claramente no funciono.

Tenía los ojos cerrados cuando escucho el sonido de algo caer contra el suelo de madera, se sobresaltó. Aquello debió ser algo grande ya que el ruido había llegado hasta la habitación. Su corazón revoloteo.

-¿Yoongi? ¿Todo está bien?- tiro las esposas con un poco más de fuerza- ¿Yoonie?

No hubo respuesta. Su respiración comenzó a agitarse, aunque él se obligaba a mantener la calma, seguramente Yoongi había dejado caer algo de lo que fue a buscar. Apoyo la cabeza en la cabecera de la cama e intento convencerse de aquello...

¡No!

El grito fue fuerte y claro a sus oídos, seguidos de algunos quejidos y gruñidos, sus ojos se abrieron de golpe y tiro con fuerza, la desesperación e inquietud llenando su sistema gradualmente.

-¡Yoongi!- grito de vuelta, una y otra, y otra vez.

Podía escuchar la voz de alguien más, sin embargo su cerebro no lograba reaccionar, el miedo comenzando a presentarse no le permitía pensar en nada más que no fuera el bienestar de Yoongi.

No paso mucho tiempo antes de que lentos pasos lograran dejarlo quieto, con el corazón latiendo fuerte en su pecho, llegando a sentirlo en los oídos, su respiración acelerada y la boca seca.

Sintió su alma abandonar su cuerpo cuando quien entro en la habitación no fue Yoongi, un frio desconsolador se adueñó de su ser, a partir de ese punto todo pareció vivirlo en cámara lenta, se sintió como observar la escena desde afuera.

Grito y se retorció sobre la cama con exasperación, pero no sirvió de nada, lo único que logro fue ponerse a temblar e hiperventilar. El desconocido tenía sangre manchando parte de su rostro y ropa, Hoseok no pudo contener las lágrimas.

-No te acerques- balbuceo entre sollozos, incluso su voz sonaba ajena, no parecía suya.

La presencia del extraño era fuerte y autoritaria, pero había algo aún más escalofriante, y era que de pronto se sintió familiar.

Aquel hombre lo miraba desde el umbral, iba todo vestido de negro, su cabello de un azabache intenso solo hacia resaltar la blancura de su piel -que incluso aunque llevaba una mascarilla, igual negra- se podía notar. Pero su mirada...

Un escalofrió le cruzo su columna, su mirada era la peor. Fue como mirar al diablo.

Tan oscuro.

Tan aterrador.

De pronto se sintió vacío, inmóvil como estaba lo único que pudo hacer fue llorar, gritar y balbucear ininteligibles palabras que sonaban ahogadas.

El desconocido trago duro y apretó las manos en puños, la escena era tan hermosa, tan magnifica. Ah, joder. Nunca había visto un rostro tan puro sumido en tanto temor, aquello lo elevo, lo excito tanto que casi lo hace sonreír.

Si el rubiecito gritaba de aquella manera solo con verlo, no podía imaginarse lo angelical que sonaría cuando los gritos fueran ocasionados por el más exquisito dolor que él podía -e iba- a provocarle.

Relamió sus labios antes de comenzar a dar lentos pasos, acercándose a la cama y sacando más gritos de esa dulce y pomposa boca. Hoseok se sintió mareado de terror, cada uno de sus movimientos se sentía tan lento y pesado, incluso su mirada era tardía cuando se fijó en el cuchillo que aquel temible hombre llevaba en la mano.

Gotas de sangre resbalaban de la afilada hoja, la garganta le dolió por lo duro que trago cuando el inútil pensamiento de que el mismo había utilizado ese cuchillo para picar frutas antes llego a su mente. La sangrienta mano del hombre se movió cuando se dio cuenta de que Hoseok miraba el cuchillo, casi podía oler el miedo del menor, saborearlo...

Cuando levanto la mano libre Hoseok siseo solo para darse cuenta de que el desconocido se estaba quitando la mascarilla. El aliento escapo de su boca como si hubiera recibido un duro golpe en el estómago.

Era el leñador de la carretera.

Espero les guste ♥︎


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