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「Cʜᴀᴘᴛᴇʀ 3: +18」

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Este capítulo contiene escenas que son consideradas para mayores de 18 años de edad.

Leve o no, es mi deber informarles, aun cuando sé que las leerán de alguna u otra forma. -.-

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Kim Taehyung.

Un día, cuando las diez de la noche estaban a punto de sonar, Yoongi tocó la puerta de mi habitación. Yo estaba estudiando para los exámenes finales, así que asumí que él hacia lo mismo. Grande fue mi sorpresa, al verle descalzo frente a mi puerta y oliendo fuertemente a alcohol.

—¿Estás... borracho? —pregunté.

—Depende.

—¿De qué?

—De cuántos besos me darías para que te lo diga.

—¿Ah?

—¿No escuchaste? Comienzo a pensar que necesitas que te revisen los oídos con urgencia —dijo; yo no sabía cómo reaccionar a un Yoongi sarcástico, agresivo y borracho.

Él había hablado de besos, y yo ni siquiera entendía por qué había llegado a mi habitación en ese estado, ya que él nunca se emborrachaba hasta ese punto.

—Borracho o no, ven, cariño; voy a llevarte a tu cuarto. Necesitas dormir.

—No quiero ir a dormir, quiero estar contigo...

—Gi, se supone que debemos estar estudiando.

Tomé suavemente sus hombros y le giré hasta que me diera la espalda, así, empujé suavemente su cuerpo hasta que cedió y comenzamos a caminar en dirección a su puerta.

—Pero yo no quiero estudiar.

—Claramente no lo harás hoy, pero mañana deberás hacerlo. Pronto serán los finales y no te gustará perderlos —dije.

Entramos a su cuarto luego de eso; las luces estaban bajas, como siempre, pero cumplían su función de iluminar lo suficiente como para no tropezarnos.

Yoongi renegaba por lo bajo, pero en ningún momento había quitado mis manos de sus hombros.

—Es temprano, y yo no quiero dormir —susurró molesto y se giró abruptamente, tomando mis muñecas en el proceso. Yo, sorprendido, traté de mantener el equilibrio cuando me jaló hacia él, pero fue un fracaso total y acabamos sobre su cama; yo sobre él, tratando de no aplastarlo de alguna forma.

Él soltó una carcajada limpia y enganchó sus piernas alrededor de mi cintura. La posición era más que comprometedora, cosa que hizo que me sonrojase hasta la médula. Yoongi, aprovechó eso y pasó sus manos detrás de mi cuello, impidiendo que me alejara.

«Está borracho», me recordé.

Pero fue inútil hacerlo porque Yoongi, sin medir la brusquedad de sus movimientos, pegó su boca a la mía, haciendo que mi cuerpo entrara en estado de shock completo.

«Está borracho», reiteré.

Y sí, lo estaba, su aliento era el olor del vodka, pero sus labios contra los míos era algo que no podía ignorar, consciente de lo que hacía, me dejé llevar. No solo porque era algo que —aunque no fuese la primera vez— anhelaba de forma constante, sino que, era algo que probablemente no podría repetir tantas veces como quisiera, ya que Yoongi no era de llevar la iniciativa a la hora de besar.

En el momento en que sentí sus manos tratando de quitar mi camisa, lo detuve. Y, con suavidad, aparte sus manos, entrelazándolas con las mías, llevándolas hacia arriba, una a cada lado de su rostro, sin romper el contacto con sus labios. No quería más que eso, labios contra labios, ojos cerrados y sensaciones suaves.

Como antes, como siempre. Porque Yoongi estaba borracho, y yo no pensaba aprovecharme de la situación, aun cuando él me diese el permiso de hacerlo, quería que fuese consciente de lo que hacíamos, que recordara cada pequeño beso, que lo recordara todo.

Nos separamos luego de un tiempo, pero nuestras manos siguieron entrelazadas. Yoongi, en ningún momento apartó su mirada de la mía, sus mejillas estaban sonrosadas y sus labios entreabiertos. Pero no podíamos continuar, porque no quería que él dijera que fue un impulso por la simple reacción del alcohol. Y yo no quería que Yoongi se alejara por eso.

Dejé un pequeño beso en su frente y otro en su nariz. Traté de grabar en mi memoria su expresión.

«Hoy no, ahora no», repetí mentalmente.

—Es hora de dormir —dije—. Estás borracho y mañana tienes mucho que hacer.

—Pero...

—Por favor... ¿Sí?

Yoongi solo asintió, y yo me obligué a levantarme y ayudarlo a arroparse, pero él tomó mi mano antes de irme. No dije nada, absolutamente nada, él solo me miró, como si mi compañía fuese necesaria.

—¿Puedes...? —preguntó inseguro—. Quédate, por favor...

—Yo... iré a apagar todo y vuelvo.

—¿Lo prometes?

—No tardaré.

Solo en ese momento, Yoongi soltó mi mano y yo salí de la habitación.

Realmente dudé en regresar o no. Me tomé mi tiempo en cerrar las libretas y apagar la laptop. Estaba más concentrado en el hormigueo de mis labios al recordar el tibio tacto con sabor a alcohol de los labios de Yoongi que en lo que estaba haciendo.

No podía recordar más que eso, más que su calor contra el mío, más que su rostro, más que mi corazón latiendo fuertemente en mis oídos. Siempre era lo mismo, nunca podría acostumbrarme.

—¡Tae! —gritó desde su habitación.

Solo en ese pequeño momento, pude imaginarme toda una vida viviendo a su lado. Y sí, me estaba haciendo muchas ilusiones, pero no podía evitarlo.

«¿Esto pasará cada vez que se emborrache? Es lindo, sí, pero malo para su salud», pensé.

Regresé a su habitación, y al entrar, la luz del monitor me dio la bienvenida. La habría notado antes, pero Yoongi me lo había impedido. Todas las ventanas estaban minimizadas, algo que Yoongi pocas veces hacía. Con un suspiro sonriente, apagué la computadora y la desconecté, luego me acerqué a él con cuidado de no tropezarme.

—Llegas tarde...

—Lo siento.

—Ven —murmuró, haciéndome espacio en su cama.

Yo, me recosté a su lado, tratando de no ocupar espacio.

«Lo hago porque él me lo pidió», me obligué a pensar, aun sabiendo que lo hacía por voluntad propia.

«El siempre hace lo que le pido, así que está bien hacer lo mismo por él», asentí.

—Estás muy rígido —susurró en mi oído. Y eso solo hizo que mi cuerpo se tensara más de lo que ya estaba, provocando en él una pequeña risa.

Yoongi se acomodó a mi lado, pasando su brazo por sobre mi pecho. Yo traté de regular mi pulso cardíaco para que él pasara por alto el latir de mi corazón.

—Te ves lindo así —dijo.

—Buenas noches —susurré en cambio, pero Yoongi solo rió.

—¿Así, sin beso? —preguntó. Y yo sonreí girando mi rostro para besarle, pero él, en un parpadear, se colocó sobre mí, sonriendo como si no estuviera pasando nada extraño—. Te dije que no quería dormir —sonrió.

—Yoongi... —suspiré, imaginando cómo terminaría eso—. Mañana...

—Lo sé —interrumpió inclinándose hacia mí, comenzando a mover sus caderas hacia adelante y atrás—, mañana hay mucho que hacer —dijo, yo traté de detener sus movimientos, pero él me lo impidió.

—G-gi, por favor... Estás borracho y yo...

—Tae, s-solo como dato extra... —murmuró entrecortado, acercando su rostro al mío—... Yo nunca dije que estuviera borracho.

No tardó ni un segundo en atrapar mis labios entre los suyos. Besando y mordiendo a su antojo.

Olía fuerte al vodka de siempre, sí, pero Yoongi decía no estar actuando en base al alcohol, tal vez estaba borracho, pero, al menos no al punto de no saber qué hacía.

Al escuchar un gemido grave salir de su garganta, no pude hacer más que dejarme llevar y disfrutar de lo que hacía. Mi cuerpo carecía de voluntad cuando sus labios encontraban los míos.

—Mierda... —susurró cuando pasé una de mis manos por su cintura. Estaba tan sensible que un simple roce había provocado un escalofrío por todo su cuerpo.

Y yo estaba encantado, no podía pensar más allá de sus labios, y de sus caderas moviéndose sobre mí.

Él tenía el control, me tenía a su merced, y yo podía ver cómo lo disfrutaba.

No pasó mucho tiempo cuando nuestras prendas terminaron esparcidas por el suelo, tampoco cuando su cuerpo y el mío se hicieron uno solo sobre las sábanas.

Entre la poca iluminación, las luces de color neón hacían perfecto su trabajo al iluminar nuestros cuerpos; al brillar en nuestro sudor; al permitirme perderme en las facciones de éxtasis que cubrían el rostro de Yoongi al subir y bajar sus caderas de forma rápida.

Los gemidos graves, el choque de pieles y las rápidas respiraciones eran lo único que cubría la habitación, sumados a las súplicas y quejidos que salían de sus labios de vez en vez.

—Taehyung... —murmuró entrecortado—... no puedo, ya no...

Yo cambié las posiciones con cuidado, quedando así entre sus piernas.

—Volveré a entrar —anuncié y él asintió.

—Tae —apenas susurró, casi avergonzado—. ¿Puedes... poner tus manos sobre mi cuello, por favor...?

Su petición envió un escalofrío placentero a todo mi cuerpo y no pude evitar asentir. Con cuidado, me deslicé de nuevo dentro de él. Usando mi mano izquierda para cubrir su cuello y mi mano derecha para no caer sobre él, comencé con un lento vaivén para así no hacerle daño.

—Aprieta —murmuró colocando sus manos sobre la mía, ejerciendo presión.

Él retomó el hacer círculos con sus caderas, gimiendo cada vez más fuerte, cada vez más rápido, al ritmo de nuestras caderas. Yo afiancé el agarre de mi mano en su cuello, y acerqué mis labios a su oído, dejando un pequeño beso en el lóbulo de su oreja.

—Silencio, cariño —susurré—. Los demás podrían quejarse con la señora Lee, ¿no es cierto?

El asintió, viéndome apenas con los ojos brillosos. Pude ver la lujuria en su rostro, al intentar por todos los medios no hacer ningún sonido. En cambio, apretaba las sábanas e inclinaba la cabeza hacia atrás.

Yo, besando su cuello, quité mi mano y tomé su cintura, pasando mi mano izquierda por su estómago, el cual se contrajo ante el tacto, la llevé a su pecho, regresándola casi de inmediato hacia abajo, apenas rozando su miembro.

Me di el tiempo de acariciar su piel, de besarla, marcarla, adorarla y contemplarla; grabé en mí su suave textura. Teñí mis recuerdos con sus expresiones, con sus gritos ahogados, con sus súplicas entrecortadas.

Me extasié con las marcas que sus dedos dejaban en mi piel a causa de no medir su fuerza; también, con sus dientes, al no lograr callar sus gemidos. Yo no me contenía, dejaba salir todo lo que mi cuerpo quería y necesitaba darle, y podía ver que le encantaba escucharme, mientras le susurraba mi amor al oído. Él me permitió explorar sus límites y llevarlo a ellos.

Y me tenía encantado, de pies a cabeza.

El algún punto las emociones fueron tales, que ninguno podía contenerlas. Él, con el placer a flor de piel, y yo, deseando ver hasta dónde podía aguantar.

Sin mediar un segundo más, tomó su miembro rápidamente, un solo roce bastó para que el límite del éxtasis le arremetiera. Sus gestos me llevaron a un punto sin retorno en el que la liberación fue necesaria e inevitable.

Rendidos, rodeados de sudor y dopamina, de respiraciones pesadas y sonrisas, nos envolvimos en las sábanas, notando hasta ese momento el hecho de que el aire acondicionado estaba apagado, y había enfriado la habitación al punto de no querer salir de entre las cobijas.

Pero debía levantarme, ya que el bendito condón no se iba a tirar solo.

Yoongi se levantó a mi lado, convenciéndome de una ducha de medianoche. Yo le seguí hasta el cuarto de baño, pero terminamos haciéndolo ahí de la misma forma.

Esa noche, caímos rendidos casi a las cuatro de la mañana, y solo en ese momento entendí que Yoongi no podía tener suficiente del sexo.

Personalmente, eso me encantaba.

「◖⊚◗」

Dedicado a nadie, a nadie más que a mí.

Sé que no debo aclarar esto, pero igual lo haré.

Desde hace mucho, no supe la diferencia entre "escenas eróticas" y "smut", y creía fervientemente que era lo mismo, pero no. No lo es, nunca lo será.

Y para quienes se pregunten la diferencia, ahí les va.

*Escena erótica: Escena centrada en la provocación del deseo sexual por medio de la imaginación, la fantasía y la estimulación sensorial.

*Smut: Es la palabra que se usa cuando la historia se basa por completo en el sexo, sin profundizar demasiado en la historia.

Dicho de otra manera, la alución al acto sexual y, el acto sexual explícito y sin censuras.

Al no saber diferenciarlos, no sabía plasmarlos, me llenaba de inseguridades y los evitaba a toda costa. Y sí, tal vez no es tan bueno como esperaban que fuera, pero para mí está bien, porque es la primera vez que me atrevo a escribir escenas como esta.

Puede que no sea perfecto o romántico o erótico, pero me gusta así.

Pero eso sí, las críticas constructivas me vienen bien, ya que me ayudarían a mejorar en ello. ^^ Así que no duden en comentarme qué les pareció. ^^

©NazarethCerratho

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