Kim Taehyung.

Hace año y medio, entré a la universidad.

Lugar donde tuve la oportunidad de hacer amigos y de conocer a muchas personas de las cuales no volví a saber el siguiente periodo, pero que dejaron hermosos recuerdos en mi memoria.

Los horarios, en su momento, eran flexibles así que tenía tiempo para salidas con amigos y para llegar a casa con el tiempo suficiente como para vagar un rato y luego hacer mis deberes; tanto que en ningún momento había visto necesario el mudarme cerca de las instalaciones o algo por el estilo, claro, al menos no hasta que el nuevo periodo inició y las clases ya no eran las mismas.

La falta de tiempo y el reacomodo de mis horarios hicieron que fuera imposible continuar viviendo tan lejos del campus.

Mi primera idea fue cancelar ciertas clases y tomarlas el siguiente semestre, pero mi padre insistió en que primero encontrara un lugar cercano a la universidad para vivir y, luego, analizara las opciones que vendrían después.

Luego de investigar durante varios días, me di cuenta de que, a un par de calles del campus, había un edificio con un programa de pisos compartidos únicamente para estudiantes. Hablé con mi padre sobre el lugar, sobre el precio y sobre la ubicación, y estuvo de acuerdo desde el primer momento.

El día siguiente, al salir de clases, no dudé ni un minuto en ir y tratar por todos los medios rentar un departamento. Para mi suerte, la última promoción de graduados había dejado varias vacantes, por lo que pedí mudarme de inmediato. La señora Lee, quien era la administradora del lugar, me remitió al sexto piso, donde conocí a mi compañero de piso.

Él era amable, hasta cierto punto. No podría decir que me cayese mal, pero, al tener personalidades similares, tendíamos a chocar en ciertos aspectos.

El primer mes, sin embargo, fue completamente tranquilo, claro, omitiendo todas las micro peleas que teníamos por su obsesión con la organización. Tenía que hacer todo de una forma específica antes de hacerlo como un humano normal lo haría. Y bueno, yo no tenía nada en contra, eran sus costumbres, no podía hacer nada al respecto, era cierto, pero el problema radicaba en que no podía sentarme o respirar de manera incorrecta al lado de él. Y, siendo sincero, eso me jodió la estadía.

Podía llegar a acostumbrarme en algún momento, era cierto, pero mi paciencia rebasó el límite en cuanto los choques se volvieron más estúpidos que innecesarios. Nos la pasábamos discutiendo por todo, por estar o por no estar, por llegar o no llegar temprano. A tal punto que parecíamos una jodida pareja de casados.

Y, en menos de seis meses, se había vuelto insoportable vivir con él. Ni siquiera sabía su nombre completo, solo sabía que era completamente estúpido seguir respirando el aire de la misma habitación que él.

Eso fue lo que me llevó directamente a administración para pedir que me cambiaran de apartamento.

La señora Lee me atendió amable, escuchando detalladamente el porqué de mi cambio. Me pidió una disculpa y entendió mi problema, asignándome así un departamento distinto.

Ese, gracias al cielo, no estaba en los últimos pisos, como el anterior, en cambio me había asignado el tercero y eso fue un completo alivio para mí, ya que, en cualquier momento en que se jodiera el ascensor, podría subir las escaleras sin morir en el intento.

Ella me acompañó al nuevo departamento para evitar malos entendidos, recordándome todas y cada una de las normas de conducta, añadiendo que tomaría las medias correspondientes con mi excompañero de departamento; cosa que hizo que ella abriera la puerta, con la que sería mi llave, sin siquiera tocar.

Yo no dije nada, simplemente le seguí el paso no sabiendo qué hacer realmente. ¿Cómo le recordaba tocar la puerta si ella ya había pasado como si fuera su casa?

—¡Dios! —gritó alguien de repente, cosa que nos hizo respingar del susto, parecía ser la voz de un chico; voz que me pareció extrañamente conocida—. Joder, señora Lee.

—Perdón... —Ella se disculpó—. Se me olvidó tocar.

—Tercera vez que entra sin tocar. ¿Me quiere matar de un paro cardíaco acaso? ¡Siempre hace lo mismo!

—Ha sido un descuido, lo he olvidado, no seas tan dramático. Es más, a lo que vine, fue a presentarte a alguien. 

Ella solo tomó mi brazo y me jaló hasta que la sala de estar fue visible. Ahí, en el sillón a unos metros de nosotros, estaba una completa obra de arte. Cabello negro azabache poco debajo de las orejas, de tez de clara; vistiendo una gran camiseta de color negro y un par de shorts cortos del mismo color. Él sostenía un cigarrillo entre sus dedos y en la otra mano, tenía una especie de caja negra extraña.

—Yoon, él es Kim Taehyung, tu nuevo compañero de piso. Tae, él es Min Yoongi.

Él apartó su cabello hacia detrás de sus orejas y asintió como saludo, yo hice lo mismo con la excepción de que metí las manos en mis bolsillos, tratando de evitar mirarle por mucho más tiempo del necesario. Le conocía, claro que le conocía, pero no sabía que ese era su nombre.

—Espero que los dos se lleven bien. Tae es un buen chico, Yoon. Así que no le des problemas, ¿ok?

—No prometo nada —murmuró.

—Yoongi es un buen chico, Tae —me dijo—. Su único problema es ese —señaló el cigarrillo en su mano, como si él no estuviera ahí. Yoongi simplemente la ignoraba, examinándome con la mirada, mientras se llevaba el cigarrillo a los labios—, pero el humo no será problema para ti, ni para mí, él ya sabe que tiene prohibido fumar sin su extractor en mano. Ya sabes, por las alarmas de incendio.

Yo asentí en modo de reflejo y ella me sonrió.

—Ajá, ¿y sus maletas? —preguntó él.

—Debe ir por ellas, así que volverá en un rato —respondió ella—. Y ponte algo decente, ya no vives solo.

Él siguió fumando como si nada y la señora Lee me sacó del departamento mientras murmuraba sobre algo que no logré entender.

Yo seguramente estaba más rojo que un tomate. Había conocido a uno de mis streamers favoritos en persona, y no tuve que hacer nada más que cambiarme de piso.

Estuve casi pasmado todo el camino de vuelta.

Yoongi, estaba en la plataforma como Dt.Suga; y yo lo seguía desde hace casi cuatro años, desde mucho antes de su Face Reveal. Claramente no habría esperado encontrármelo en este tipo de circunstancias, es más, en ninguna. 

Y me alegraba y aterraba el hecho de que iba a convivir con él la mayoría del tiempo. 

Para cuando regresé con mis maletas, él estaba en la cocina terminando de cenar, me miró como si nada y continuó con lo suyo. Cuando terminé de meter mis maletas, él no tardó en acercarse.

—Bueno, niño lindo, tengo un par de reglas por aquí, así que escucha con atención —dijo, ni siquiera me dejó responder—. Número uno: No dejes tus cosas tiradas por ahí, porque si lo encuentro va a ir directo al basurero, y eso no está en tela de discusión. Dos: O aportas a la alacena o no comes. Tres: Mis botanas son sagradas, las tocas y te mueres. Y cuatro: Por ningún motivo entras a mi habitación. ¿Entendido?

Asentí completamente embelesado en el sonido de su voz. Había captado las reglas, y me parecían completamente perfectas. Él tenía el derecho de antigüedad; yo no pensaba llevarme mal desde el minuto uno.

—Bueno. Ven, te enseñaré tu habitación.

Le seguí el paso mientras arrastraba dos de mis maletas.

Mirando mi alrededor, descubrí que la decoración extra del departamento no era todo en color negro como me lo había imaginado. No. Todo tenía diferentes colores armónicos y el lugar estaba bastante iluminado.

Nos detuvimos justo al medio del pasillo.

—Esta es tú habitación, puedes hacer de ella lo que quieras. La puerta del fondo es el baño; mi horario es ducha a las ocho de la mañana y algunos días también a las nueve de la noche. Así que te agradecería que no lo hagas a esas horas. El desayuno siempre es a las ocho treinta, pero si tus clases comienzan antes, te toca prepararte lo tuyo. La cena la hago a las siete. Si no acostumbras comer a esa hora, cocinas tú luego. El almuerzo, mayormente, es a las doce treinta. La lavandería es miércoles y sábado, asegúrate de hacerlo los dos días. Y... creo que eso es todo. ¿Preguntas? ¿Adiciones?

—Todo claro —murmuré—. Así que no habrá problemas.

—Otra cosa, las habitaciones están insonorizadas, pero tampoco te excedas en el volumen por las noches. La última vez la señora Lee se enfadó bastante, así que no quiero problemas con ella.

—Está bien.

—Ah, y, hay algo de comida en el microondas, todavía está caliente, así que... si quieres comer... —susurró rascándose el cuello—. Bueno, te dejo, tengo cosas que hacer.

Y él simplemente se encerró en su habitación. Yo ahogué un gritito de felicidad. Yoongi, Min Yoongi. ¿Quién lo diría?

Negando repetidas veces, entré en la habitación que me correspondía.

Quedé asombrado ante el hecho de que todo estaba limpio, y no tendría que sacudir nada, porque, al parecer, alguien lo había hecho recientemente.

Agradecí mentalmente mientras acomodaba lo mío lo mejor posible. Una vez lo más importante estuvo fuera, sin perder el tiempo, intenté entrar a la plataforma para ver si Yoongi había comenzado stream, pero había olvidado el hecho de que la clave del wifi no era la misma.

Me levanté, y salí de la habitación para ver si la contraseña estaba cerca del aparato, como en el departamento anterior, pero no, no lo estaba. Dudando entre preguntar o no, me acerqué a la puerta de mi compañero.

Quedé estático por unos segundos, pensando en las múltiples formas en las que podría preguntar, pero escuché su voz casi como un susurro, él hablaba, como si no estuviera solo.

Un pequeño ataque de pánico cruzó mi sistema al realizar el hecho de que estaba perdiendo momentos importantes del en vivo.

Toqué dos veces la puerta, esperando a que haya oído con claridad, pero ese no fue el caso, por lo que tuve que volver a tocar, esta vez, un poco más fuerte. Solo un par de segundos después fue que él abrió la puerta, llevaba el celular en mano, y había salido descalzo.

—¿Dime?

—La-la wifi. No, clave. Perdón, la... la clave del... wifi.

Maldije mentalmente por el enredo que había dicho, sintiendo mis mejillas arder por ello.

Yoongi, sonreía en grande al ver mi torpeza. Yo no sabía qué hacer realmente.

—¿La clave del wifi, dices? —preguntó, yo asentí en respuesta—. Espera, la tengo anotada, voy y vuelvo.

Él dejó la puerta abierta y pude ver la habitación que, desde hace un par de meses para acá, vi desde un solo ángulo.

La cama estaba arreglada con bastante delicadeza y las luces de neón le daban un increíble toque que en las cámaras no lograba a apreciarse por completo.

Mientras, quien siempre conocí como Dt.Suga, traía lo que había pedido, yo admiraba la habitación. Él en ningún momento había cambiado su ropa, así que yo podía apreciar perfectamente como las luces de colores hacían contraste con su nívea piel.

—Aquí está —dijo, al mismo tiempo que me entregaba un papel con los números y letras que constituían la contraseña.

—Gracias... —sonreí, y mi cerebro hizo un pequeño corto circuito cuando él me devolvió la sonrisa. Era más lindo en persona, sin ninguna duda. Pero él al ver que no me movía sonrió aún más levantando una ceja.

—¿Algo más?

—Yo... no... digo, sí.

—¿Ajá..?

—Ya sabes... Bueno, tú... ¿estás en stream? —pregunté sin pensar y me golpeé mentalmente, ¿sería igual de idiota siempre o podría humillarme más aún?

—No, hablaba por teléfono... Alto. ¿Cómo sabes...?

—Yo... lo veo t-todas las noches —murmuré apenas. Yoongi rió nervioso y a pesar de ser más bajo que yo, sacudió mi cabello.

—Gracias por eso... Y, ¿cuál es tu usuario?

—¿Ah? Oh, es Kim_thV.

—Joder... eres de los primeros.

—Sí. Yo creo... creo que no deberías de dejarle en la línea, ¿no crees?

—¿Ya comiste? —preguntó en cambio.

—No, v-voy a ello. Así que me iré ahora.

—Vale... hasta mañana.

—Sí, buenas noches.

Luego de que me marché por el pasillo, Yoongi cerró la puerta de su habitación.

Ese día, me envió un saludo en stream, aunque no mencionó mi nombre, o mi usuario directamente, lo entendí perfectamente cuando dijo sonriente: "Y también, buenas noches al chico bonito de al lado, bueno, aunque todavía no sé si logró configurar bien el wifi."

Y ese fue el día más feliz de toda mi existencia. 

「◖⊚◗」

Videíto de cómo se vería el canal de Yoongi en stream porque con multimedia la vida es más fácil: 

https://youtu.be/kzH-njVDORQ

Dedicado a: Euphxriia_xx

Te extraño, wattpad no es lo mismo sin ti. :(

©NazarethCerratho