❝ El regalo más valioso que puedes recibir es un amigo [leal]. ❞

— Stephen Richards

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OCHO AÑOS

—Gracias, Stuart —Elena sonrió mientras cogía la rosa roja que le tendía Stuart Minkus.

Se había convertido en una especie de rutina: Stuart le llevaba a la chica rosas rojas al azar, acompañadas de una dulce declaración de amor.

—De nada. Espero que no estés decepcionada, sólo pude encontrar una rosa perfecta, todas las demás estaban marchitas.

Elena se rió.

—Está bien Stuart, seguro que no estaban tan mal.

—Pero tú te mereces sólo lo mejor de lo mejor, cariño mío.

—¡Eh! —Su conversación fue interrumpida por la fuerte voz de uno de los mejores amigos de Elena, Cory Matthews—. ¡Largo Minkus, sólo porque Shawn esté enfermo hoy no significa que puedas robarle a su chica!

—Cory, no tenías que hacer eso —regañó Elena al chico una vez que Stuart se fue.

—¡Claro que sí, tengo que proteger a la chica de mi mejor amigo!

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—¡Y Minkus pensó que podía abalanzarse y robar a Elena, pero yo le dejé las cosas claras! —le dijo Cory a Shawn al día siguiente, haciéndole sonreír.

—Gracias Cor, sabía que podía contar contigo.

Los dos chocaron los cinco.

Elena puso los ojos en blanco.

—No entiendo por qué estáis tan en contra de Stuart, él sólo está siendo amable.

Shawn puso los ojos en blanco, pasándole el brazo por los hombros.

—¡No tendría ningún problema con él si no intentara apartarte de mí!

—¡No soy tuya!

—Sí que lo eres, nos vamos a casar, ¿y qué clase de marido sería si dejara que otros tíos flirtearan contigo?