7.
Admirando el hermoso paisaje fuera del autobús en el que Taehyung y Seokjin están recorriendo tranquilamente el centro de la ciudad de Seúl, a Taehyung le es inevitable no sentirse un poco más cálido en cuanto a las cosas que ha pensado en las últimas horas con respecto a su situación con Seokjin. Aunque ciertamente el paisaje no ha tenido del todo que ver en aquella revolución de sentimientos dentro de Taehyung; Seokjin también ha tenido que ver en ello, sobre todo con sus lindos detalles.
Con los rayos del sol inundando gran parte del autobús, Seokjin toma con cuidado pero sobre todo con cariño, la mano de Taehyung y sin poder evitar toda la ola de sentimientos que hay dentro de su pecho, Jin mira a Taehyung, sorprendiendose casi al instante en que gira su rostro y se da cuenta que Taehyung lo está mirando.
—Seokjin, creo que tengo un problema —dice seguro pero bajo Taehyung, mientras con sus palabras lentas va haciendo que la garganta de Jin se comience a secar —. ¿Qué pensarías si te dijera que me estoy enamorando de ti? —indaga ansiosamente el menor, al mismo tiempo en que relame sus labios —. Sé que dije muchas cosas hace semanas, pero la convivencia contigo, con tus detalles y palabras, me ha hecho mirarte más sería y románticamente —confiesa con dulzura en su voz —. Me gustas mucho Jin y no creo seguir queriendo ser tu novio falso. Quiero que me veas como algo más que el chico del trasero esplendoroso, quiero que me mires dulcemente, que tomes mi mano mientras caminamos por los pasillos de la universidad, que vayas a mi casa y finjamos estudiar para un examen importante y terminemos besándonos o provocándonos. Quiero estar contigo y que no sea una mentira.
—Tae-taehyung, yo...
—Sé que te gustó también. Sé que tienes miedo de volver a entregar tu corazón y que te lastimen, pero créeme que no voy a hacer eso.
—No es solo que tenga miedo a que me lastimen, es también a que en tu corazón se encuentra Jungkook; compartiste 6 años de tu vida con él y creo que no es algo que se olvide fácilmente, eso me hace pensar, ¿quién me asegura que después de que empecemos este noviazgo no me dejarás y te irás con él? —El miedo en la mente de Jin no para de decirle que tan pronto como pueda tiene que rechazar por completo esa idea de Taehyung. Deben protegerse, crear un campo y alejarse lo más que pueda, sin embargo, el corazón de Jin no quiere hacerlo, quiere arriesgarse aún si así sale lastimado, porque el afecto que siente por Taehyung es más que su miedo.
—Yo te puedo asegurar eso, confía en mí —Con la mano de Taehyung todavía sujeta a la de Jin; Jin siente que puede hacerlo, puede arriesgarse.
—¿Estás seguro? —pregunta sin poder evitarlo el castaño.
—Sí —asiente sonriente Taehyung, pues con la brillante mirada que Jin le está dando, ya tiene una respuesta.
Ninguno de los dos sabe si su relación funcionará, más no van a dejar que aquello que sienten quedé solamente en un hubiera.
Se quieren.
Y es momento de demostrárselo el uno al otro.
—¿A dónde vamos? —cuestiona Taehyung al ser gentilmente jalado del brazo mientras él y su futuro novio caminan al centro de un parque lleno de flores de varios colores, con metros y metros de césped perfectamente bien cortado de una tonalidad verdosa.
—Vamos a hacer las cosas bien —Viendo a Taehyung y sonriendole ampliamente, Jin sabe que el riesgo de estar nuevamente queriendo a alguien, vale la pena.
—¿Qué significa eso? —indaga divertido Taehyung, sin dejar de caminar al mismo paso que Jin, por más rápido que empiece a parecer.
Caminando por cerca de veinte minutos más, ambos jóvenes se detienen frente a una iglesia en donde tan pronto como dan un paso dentro de la misma, Jin inclina levemente, asombrando casi al mismo tiempo a Taehyung, que nunca antes se había acercado a una iglesia.
—¿Nos vamos a casar? —bromea Taehyung, a lo que inmediatamente Jin ríe y niega.
—Venimos a ver a mi abuelo. Cuando me lastimaron hace unos años, él todavía estaba vivo y antes de que muriera me hizo prometer que olvidaría lo que paso, que me conseguiría un buen novio, el más guapo y que sin dudar se lo presentaría —Comtemplando Taehyung, como los ojos de Jin empezaban a cristalizarse, un inevitable sonrisa salió de sus labios.
—En ese caso vamos. No lo hagamos esperar.
Dramatizando algo exageradamente, Jin giro para mirar a Taehyung cómo si esa fuera la peor idea de todas, haciendo a su lindo pelinegro dudar de aquello que había dicho —Lo lamento, ¿dije algo malo?
—Presentarte a mi abuelo así, sería como un pecado enorme para él.
—¿Qué? —interroga Tae —. Entonces, ¿por qué vinimos antes aquí?
—A eso precisamente, pero antes debemos hacer algo más.
—¿Qué más sería eso?
Tomando a Taehyung de la mano y encaminandose adentro de la iglesia, exactamente dónde las urnas de varias personas se encontraban en segmentos separados por apellidos, Jin y Taehyung se deslizaron con suavidad hasta donde se encontraba el salón con el apellido Kim.
—Hola abuelo —saludo el pelicastaño con un par de dolor en sus palabras; la perdida de su abuelo aún dolía como si hubiera pasado un día anterior —. Disculpa que no viniera a verte antes, sí quería venir, pero las clases en la universidad me están consumiendo, mas no venciendo —asegura Jin con una sonrisa triste en su rostro.
Observando Taehyung el nombre del abuelito de Jin, junto con la foto del mismo, sabe de dónde saco el castaño tan linda forma de ser. El rostro de su abuelito es lindo al igual que gentil, su rostro se muestra un poco arrugado, no obstante, cada una de esas arrugas lo hacen ver todavía más gentil.
—Abuelo, él es Taehyung —presenta Jin, sacando de sus pensamientos a Taehyung y haciéndolo sonrojar —. Y lo he traído aquí, porque tenías razón... Todo ese dolor que en el pasado sentí, pasó y ahora he conocido a alguien que desde mi punto de vista vale mucho la pena. Decidí traerlo para presentartelo cómo lo había prometido cuando estabas conmigo —solloza Jin, permitiendole a las lágrimas saladas que se han formado en sus ojos, correr por sus esplendorosas mejillas —. Y delante de tí y muchos otros espíritus aquí presentes, quiero preguntarle algo —Guiando a Taehyung con su mano tibia, Jin ve directo a los ojos a Taehyung y como si le estuviera pidiendo matrimonio se inca y le sonríe —. Sé que probablemente cuando me viste la primera vez creíste que era un idiota de lo peor, pero tú mismo has comprobado con el tiempo que no soy esa persona. Decidiste conocerme y aceptar mi forma de ser por más tonta que fuera. Perdonaste las palabras que salieron de mi boca y te lastimaron. Me dejaste estar contigo cuando más lo necesitabas, me dejaste ser afectuoso contigo aún cuando no lo pedías y, de verdad agradezco todo eso. Ahora que has decidido que yo forme parte de tu vida, no sabes cuánto me alegra, sobre todo porque no soy una persona perfecta. No sé exactamente cuando te metiste en mi corazón o cabeza, pero no me cabe la menor duda de que fue una excelente decisión —pausando por unos segundos, Taehyung siente que quiere abrazar a Jin y no soltarlo durante un buen tiempo, claro que el menor sabe que Seokjin aun tiene algo que decirle, se nota en su coqueta mirada —. Kim Taehyung, chico que odia a los chicos caprichoso como yo, ¿te gustaría ser mi novio?
Inclinándose Taehyung, exactamente a la altura en la que se haya Jin, Taehyung presiona indudablemente sus labios semicarnosos con los suaves y esponjosos de Jin, seguido de un; Sí, sí quiero.
—Controlate Kim Taehyung, mi abuelo te va a jalar las orejas por querer aprovecharte de su nieto hermoso frente a él —bromea el mayor de los dos, para rápido apresar entre sus manos, las mejillas de su precioso novio y darle un marcado beso.
—Lo siento, eres irresistible.
—Creo que nuestro día de feria está terminando perfectamente, a pesar de que no fuimos —contentos, Jin y Taehyung se paran firmemente frente al altar del abuelito de Jin y sonreirle felizmente mientras sus manos permanecían entrelazadas y sus miradas no dejaban de centrarse en el otro.
—Creo que hicimos todo mal, debíamos contarle a tu abuelo como nos conocimos, primero —menciona con cierto nerviosismo el pelinegro.
—Es cierto —confirma Seokjin —. Y también debemos decirle a tu madre —juega Jin, no tardando mucho en pensar sobre aquello que ha dicho y que probablemente no sea la mejor idea por las partes prohibidas que el Kim menor y él hicieron en una noche de luna llena.
—Ah... —pensativo, Taehyung mira a Jin y está de acuerdo con que las partes prohibidas son solo de ellos dos —. Buena idea.
—Vamos pasa, mi mamá ya no debe de tardar en llegar.
—Tú mamá ya llegó —suelta la madre de Taehyung, desde la entrada de la cocina con un semblante muy poco amable.
—Estamos en problemas —susurra Jin mientras mira directamente en direccion a donde está Taehyung, en un intento por ignorar la fuerte mirada de la madre del menor.
—Mami... —murmura bajo el pelinegro con una sonrisa más que nerviosa —. ¿Me creerías si te dijera que me sentí un poco mejor en la mañana y Jin me vino a ver y hasta me secuestro?
—No te creería príncipe, tienes toda la cara de travieso. Si hay una mente maestra aquí eres tú —asegura la madre de Tae, dándole un guiño divertido a Jin quien sonríe complacido de que la madre de Taehyung, no lo vaya a regañar por no estar cuando se supone que estaba supuestamente enfermo.
—¿Oíste eso? —Con clara indignación, Taehyung bufa algo exasperado y sin poder evitarlo mira a Jin que ríe encantado por las palabras que salen de la boca de su madre.
—No quería decirlo, pero el fue, efectivamente, la mente maestra de todo esto, me secuestro y no pude poner resistencia.
—¡Lo sabía! —exclama divertida la mujer —. Estás castigado —se burla la mayor antes de volver a entrar a la cocina.
—¿Se acaba de burlar de mi? —cuestiona crédulo Tae, a lo que Jin rápidamente deja de reír.
—Tranquilo.
—¿Y me castigo? —Vuelve a cuestionar el menor —. ¿Por qué no te castigo a ti?
—Gracias por quererme tanto he.
—¡Mamaaaaaaaaa! ¡Castiga también a Seokjin! ¡Él me secuestro, él es la mente maestra de todo estoooo!
Gritando, riendo, pero sobre todo jugando, el par de jóvenes se adentro a la cocina con miradas más que cómplices y toques dulces.
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