6.
Las clases dentro del instituto Highland transcurrían normalmente como todos los días de la semana. Las actividades iban una tras otra sin un aparente impedimento. Todo tenía que marchar mayormente perfecto. Siempre.
Cada profesor se mantenían atento y al margen de cada uno de sus estudiante dentro de sus mismas aulas. Sus miradas examinadoras iban de estudiante en estudiante. Los estudiantes se encontraban sentados y inevitablemente concentrados en las cinco hojas frente a ellos.
Los exámenes de todos y cada uno de los grupos y grados solían hacerse al mismo tiempo, evitando que así de alguna manera hubiera una fuga de información por parte de los grados conjuntos.
Otra importante cuestión en el instituto es que casi nadie faltaba a los días de exámenes que desde luego se avisaban desde una semana antes para evitar contratiempos, claro que siempre podía haber circunstancias en las que alguien llegará a faltar pero por supuesto nunca sucedía que dichos estudiantes fueran de un mismo grupo.
¿O sí?
—Profesora. —llamó levemente la rectora del pasillo quien era la mismísima encargada de la asistencia de todos los estudiantes en el instituto —¿Alguna falta? —preguntó mientras buscaba la lista de todo el primer grupo del segundo grado.
—Dos. —contestó la profesora Joy.
—¿Solo dos? —cuestionó la rectora al ver tres lugares vacíos en lugar de dos como lo estaba informando la profesora Joy.
—Kim Namjoon. —dijo rápidamente la menor de las dos mujeres mientras se encaminaba hasta el único de los cinco primeros lugares frente al pizarrón que se encontraba vacío —Va aquí pero ahora se encuentra en el sanitario.
—De acuerdo.
Acomodando entre sus largos y regordetes dedos un plumón de tinta roja la rectora espero por los nombres que la profesora Joy tenía que darle de los dos chicos que no se encontraban en el aula realizando su examen.
Pasados un par de segundos la profesora Joy visualizo el par de nombres de los chicos que faltaban y sin más los pronuncio en alto. —Kim SeokJin y Kim Taehyung. —pausando volvió a dejar su lista sobre su escritorio y agregó —No creó que estén escondidos por ahí. Creó que se fugaron ya que últimamente son muy unidos.
Era pocas las veces en que dos estudiantes del mismo salón llegaban a faltar y escasamente aquellas pocas veces eran porque se habían escapado del instituto, además de que cualquiera pensaría que saltarse un examen con valor de treinta y cinco por cierto de valor sobre la calificación final era una mala idea ¿no?
Bueno pues al parecer Jin y Taehyung no pensaban para nada lo mismo, puesto que se habían fugado sin importarles nada.
—Ahora mando a buscarlos. —Saliendo un poco más que divertida, la mujer mayor recorrió rápidamente el pasillo y las escaleras cuesta abajo para ir por sus más fieles ayudantes que le ayudarían a buscar sin éxito a SeokJin y Taehyung.
Cada aula, laboratorio, pasillo y sanitarios del edificio B, se encontraban en total silencio, por lo que Jin y Taehyung podían correr escandalosamente por los pasillos sin que nadie se diera cuenta, al menos no por los primeros cinco minutos, ya que el mayor de los dos sabia bien que después de ese tiempo ya les estarían buscando a ambos.
En silencio, ambos subieron hasta el segundo piso y se encaminaron hasta el final del pasillo donde se encontraban los laboratorios de química y donde fácilmente podrían fugarse.
Divisando ambos lados del pasillo, Jin se dispuso a abrir la última puerta del lado izquierdo del pasillo. Adentrándose con cuidado a la misma, unos enormes ventanales fueron los primero que pudo divisar Taehyung.
—Inteligente. —aseguró el pelinegro mientras posaba sus ojos en el hermoso castaño de Jin.
Cerrando la puerta con cuidado, Jin se acerco hasta Taehyung tomándolo suavemente por los hombros en un claro intento porque sus miradas se encontraran.
—¿Estás seguro de que quieres hacer esto, conmigo? —Quiso saber antes de siquiera seguir huyendo. Sorprendiéndose cuando las suaves y cálidas manos de Taehyung rodearon su rostro y lo acercaron hasta los dulces labios de el menor.
—Estoy seguro. —contestó el menor una vez que sus labios se separaron de los de Jin.
Sonriendo perdidamente, Jin tomó de la mano a Taehyung y lo acercó junto con él hasta los grandes ventanales de el laboratorio.
Deslizando con cuidado el penúltimo de los ventanales, Jin se subió a los pequeños lavabos donde los materias del mismo laboratorio se lavaban. —Coloca tus pies exactamente donde yo lo hago.
—Entendido.
Viendo a Jin subir al lavabo y salir muy fácilmente por la ventana, Taehyung sonrió.
—Te vez tan sexy huyendo. —halagó el menor antes de subirse al lavabo y salir exactamente por donde Jin había salido, sin esperar que Jin lo tomará rápidamente de la cintura tan pronto como Taehyung había puesto un pie en el reducido espacio aquel mini techo.
El comportamiento de Taehyung había cambiado considerablemente en sólo unas pocas semanas y es que desde el primer instante en que el pelinegro de Taehyung comenzó a juntarse y salir con SeokJin, el menor empezó a desarrollar una conexión con el castaño que sobrepasaba lo sexual infinidad de veces, y no sólo era él el que lo sentía, Jin también lo sentía.
—Si me rompo algo en el transcurso de todo esto, juró que voy a... —Las palabras de Taehyung quedaron a mitad de su garganta cuando SeokJin besó sus labios de manera tan imprevista que hasta el aliento le robó.
—Te han dicho que te vez sumamente lindo cuando estás nervioso —comentó Jin tan pronto como se separó de los abultados labios de Taehyung, dejándolo perdido en aquél beso.
—N-no, no me cambies el tema.
Contemplando el hermoso semblante de Jin acercarse cada vez más al final de la barda, sonrió pues definitivamente no era la primera vez que Jin hacía eso de escaparse. —Solo digo la verdad.
Colocando Jin su pie fuera de la barda que se encontraba al menos unos diez metros bajo ellos, Taehyung se tensó, hasta que vio al mayor descender con toda seguridad y es que una escalera se encontraba colocada sobre el final de uno de los lados de aquel techo.
Astuto, pensó Taehyung.
Los días de exámenes eran una verdadera fortuna para Jin, pues así se evitaba por completo que alguien viera como se podía huir del instituto, aunque claro que solo un par de estudiantes habían sido capas de eso y no siempre la libraban.
SeokJin lo había hecho un par de veces y no era nada fuera del otro mundo, al menos para él. Solo una vez lo habían descubierto y sus acciones habían sido perdonadas sin que nadie se enterará.
—¡Es tu turno! —exclamó bajamente Jin mientras sujeta bien la escalera.
Siguiendo cada movimiento que había visto a Jin hacer, Taehyung giró su cuerpo y con algo de miedo sobre sus ojos, deslizó primero un pie hacia abajo no tardando mucho en hacer lo mismo con el otro hasta que se sintió completamente seguro en aquella escalera de metal. Comenzando a bajar un par de escalones, Taehyung quedó inmóvil en cuanto sintió una gran mano sobre uno de sus glúteos.
—¿En verdad? —cuestionó burlón al girarse aun sobre la escalera y visualizar la traviesa mirada de Jin.
—Lo siento. —se disculpó el castaño. —No pude resistirlo.
Soltando el glúteo de Taehyung, el menor pudo terminar de bajar cuidadosamente todos los escalones hasta que una vez los dos pies de Taehyung tocaron el precioso suelo lleno de tierra volvió a sentir los latidos de su corazón latir normalmente o al menos así fue por una par de segundos.
—Como te... —comenzó diciendo sin poder terminar cuando SeokJin lo tomó por los hombros y lo acorraló en la pared —¡¿Qu...?! —dijo antes de que Jin le tapara la boca con una de sus manos.
—Calla o nos van a descubrir. —habló el mayor, divisando por fuera de la escuela a la rectora con dos profesores —Es la rectora. —aseguró mientras divisaba a la mujer mayor caminar por aquel pasillo por donde se encontraban ellos pero ya por fuera del instituto.
Parecieron una eternidad los minutos que estuvo la rectora por aquel pasillo buscando a Jin y Taehyung, hasta que por fin se dio por vencida y mando a los profesores a buscarlos por otro lado. La mujer aún no sabía cómo es que SeokJin salía cada que quería del instituto, había buscado infinidad de veces por dónde podría salir y no había tenido éxito alguno, ni una sola vez.
—¿Y ahora? —preguntó lentamente Taehyung.
—¿Tu madre piensa que estás en casa? —indagó el mayor.
—S-sí —confirmó Taehyung —, le dije exactamente lo que me dijiste —Notando el iris oscuro de los ojos de Jin.
—Bien, porque seguramente tú mamá no tarda en llamarte. ¿Clonaste el teléfono de tu casa en tu celular?
Jin era bastante inteligente o astuto como solía decirle Tae.
Recibiendo un asentimiento por parte del menor, el mayor sonreía y empezaba a cargar la escalera para colocarla bajo un montón de hojas de otoño que había a un lado de dónde ellos estaban parados. —Te presentó la libertad. —Señalando con una de sus manos la calle, veía los ojos de Taehyung brillar, como si hubiera estado encerrado toda su vida y está fuera la primera vez en ver todo lo de fuera.
—Eres increíble —musitó, al divisar el sol frente a ellos.
Por alguna razón extraña todo se veía maravillosamente hermoso para Taehyung, inclusive si se metiera en problemas más tarde.
—La luz del sol te sienta bien por la mañana —dijo el castaño, erizando por completo los vellos en los brazos de Taehyung.
Mirando con algo de intriga a Jin, Taehyung se incorporó a su lado, en la espera por saber a dónde irían ahora. —¿Y bien?
—Vamos. —respondía Jin, sin decir o agregar nada más que una coqueta sonrisa.
—¿Cuántas veces has salido así? —interpeló curioso el pelinegro, queriendo saber un poco más de su novio falso.
—Un par de veces —sonrió el castaño. —Regularmente no lo hago cuándo tenemos clase de deportes.
—¿Por qué?
—Porque en la clase hay un chico que se ve completamente follable con shorts —contestó examinando el rostro de confusión de Taehyung —Tiene un excelente trasero —añadía, viendo las orbes claras en los ojos de su acompañante.
Inevitablemente y después de un par de segundos, Taehyung comenzó a reírse pues apenas había procesado que Jin estaba hablando de él y de su trasero claro estaba.
—¿Es posible que te guste un trasero? —interpeló con curiosidad.
—Por supuesto. —respondió SeokJin. —Aunque es más probable que te guste el dueño de aquél esplendoroso trasero.
Impidiéndole reír maravillosamente, el teléfono celular de Taehyung comenzó a sonar, aunque no era su número normal, sino el numero de su casa.
La mirada de SeokJin velozmente se poso en las manos del menor. Con la mirada fija en el celular entre sus manos Taehyung sintió los latidos de su corazón acelerarse y es que no era para menos, si corría el riesgo de que le descubrieran —Es mi mamá.
—¿Puedes hacerlo? —preguntó Jin con un poco de nervios instalándose sobre la parte trasera de su cabeza.
—Sí. —confirmó más seguro de si, el pelinegro. Encaminándose una calle detrás del instituto, por fin respondió el menor. —¿Mamá?
Los ojos de Jin brillaron en cuanto se dio cuenta de que el chico frente a el, era aun más increíble de lo que había imaginado.
—Estoy en casa, sí. —mintió. —Lo que dice la rectora no tiene sentido mamá, lo entiendo bien —calló atentó a las palabras de su madre y los pocos ruidos a su alrededor —No tiene sentido que yo halla "fingido" —resaltó con un tono especial su ultima palabra —, estar enfermo como para asistir a la escuela y luego fugarme de ella.
—Ya se, amor. La rectora necesita ir a terapia urgente, puesto que sigue siendo igual a cuando yo estudiaba ahí. —respondió cómplice su madre.
—Desde entonces, ¿ya era así? —se burló Taehyung de pronto muy concentrado en su platica, olvidando por un momento que Jin seguía esperándolo para que se fueran a su mañana y tarde especial.
—Sí, así era desde entonces. En fin, descansa corazón.
—Te veo por la noche, mamá.
Colgando, Taehyung sonreía cómplice a Jin quien se veía sumamente lindo.
—¿Y bien? —indagó el menor, en la espera por saber a dónde irían, mientras el castaño de Jin revisaba su celular.
Jin tenía más que planeado todo su día, incluído el desayuno, almuerzo y comida. Eso sin mencionar la cantidad de detalles que tenía preparados para Taehyung.
—Vamos a la feria. —invitó tirando del brazo del menor mientras comenzaban a correr juntos a la parada del autobús.
—Estás loco...
Corriendo en casi cámara lenta, Taehyung se dio cuenta que aquello que más temía estaba pasando.
Enamorarse...
Pero para nada se sentía aterrado, por el contrario, sentía que estaba listo para dar el siguiente paso con Jin; un noviazgo verdadero.
—¡Eres un idiota! —chillaba el menor.
—Te tengo noticias, tú eres el idiota. —contestaba más que molesto, Namjoon. —Tú fuiste el que engaño a Taehyung con Jimin para luego dejarlo a él en un tonto intento por recuperar a Taehyung. —suspirando Namjoon le dedicaba una mirada cansada a Jungkook. —Perdiste las dos mejores personas que más te querían por tu indecisión y es una pena que apenas te estés dando cuenta.
—No los perdí por indecisión. —aseguraba cansado y sentándose sin más en el suelo. —Los perdí por tonto. —sonreía.
—Uno siempre aprende de sus errores, así que la próxima vez que te guste alguien, no seas tonto y respétalo como te gustaría que lo hicieran contigo.
—Gracias... No eres un idiota, Namjoon.
—Muchas gracias, Jungkook. Tengo que irme.
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