4.
La fría brisa de la noche golpea con fuerza los brazos descubiertos del lindo pelirrubio que camina con la cabeza y mirada cuesta abajo con desgano.
El celular entre sus pequeñas manos tiembla pero no por el aire frío de la noche sino por el nerviosismo de confesarle a su mejor amigo que lo había traicionado con su primer amor. Porque desde luego que Jungkook se había convertido en la primera ilusión de Taehyung algo que era una verdadera pena para Jimin, pues sin darse cuenta Jungkook se convirtió también en la primera ilusión.
Con tristeza en los ojos continúo insistiendo por décima vez en el número celular de su aún mejor amigo, así entre más pronto fuera sincero más pronto intentaría recuperar la amistad del pelinegro.
—Contesta...
Exasperado y un poco harto, el pelirrubio optó por seguir intentando llamar a su amigo un poco más tarde, pues tanto su mente como su corazón no se encontraban en las mejores condiciones.
—Estúpido Jungkook —refunfuñó por sexta vez Jimin —Que estúpido fui por creer que podría recibir algo más de él, cuando me volvió su amante prácticamente. —Merezco esto. Nunca debí hacerle algo así en primer lugar a mi mejor amigo —suspiró derrotado —¿Cómo pude hacer algo así? ¿De verdad tanta era mi calentura?
La mañana en el instituto Highlands estaba siendo tremendamente pesada para Jungkook, pues durante gran parte de la mañana había intentando encontrar a Taehyung o Jimin sin éxito alguno.
Todo en el entorno del castaño era horrible, las clases, los profesores, sus compañeros, todo.
—Ayer lo tenía todo... —se decía.
Era una verdadera pena que los hombres no pudieran fingir embarazos para retener a su pareja a su lado, aunque claro que no hubiera servido de mucho ya que él era más de los que daba. Que raro sería una situación diferente a esa, aunque claro, durante su adolescencia más de una vez se imaginó siendo él el que recibía durante el acto sexual y todo aquello gracias a un chico de preciosa tés morena que era su más grande fascinación.
Jungkook considera a aquel chico su amor platónico, uno tan jodidamente heterosexual que lo hacía odiar no ser una hermosa mujer o tan siquiera alguien tan malditamente atractivo e incitador para el mayor.
Los pensamientos recientemente abordando su mente, le hicieron olvidar por un maldito segundo que era lo que debía hacer, debía reconquistar a Taehyung, que era a quien su mente se aferraba.
Día con día, Jungkook intentaba obligar a su corazón a querer al precioso pelinegro que tenía a su lado, pero era algo tan difícil cuando veía al hermoso chico de tes morena en su misma clase de música.
—Con permiso.
Saliendo torpemente de su mente, vio a un lindo y tierno chico de cabello castaño y tés morena caminando tranquilamente delante de él, con un par de dos chicos a su lado que lo hacían reír de manera totalmente hipnótica, que en conjunto con sus perfectos y coquetos hoyuelos a los costados de sus mejillas era simplemente magnífico pero sobre todo único.
Kim Namjoon.
Ese era el nombre del chico que desde la secundaria había invadido tanto la mente, como los sueños de Jungkook sin imaginarlo y mucho menos siquiera intentarlo.
Grande fue la sorpresa para Jungkook cuando se percató que uno de los dos chicos que iban a lado de Namjoon, era Taehyung quién se veía sumamente radiante, haciéndole imaginar que el haber terminado con él había sido lo mejor.
—Una verdadera pena que aquel chico tan lindo ya no sea tu novio, ¿no crees? —captando de inmediato la voz mal intencionada de dichas palabras supo de quién se trataba.
—No será por mucho tiempo, vamos a volver.
_Lo dudo mucho pero si tú lo dices, adelante —se mofaba el contrario—, no tengo problema alguno con que te engañes tu sólo, ahora o después.
—Sí, seguramente te da igual —agregó intentando visualizar la escultural figura de Kim Namjoon que iba muy por delante de él.
El cuerpo de Namjoon era por mucho muy imponente para casi la mitad de la universidad, desde luego nadie lo demostraba pues él hacía de todo para mantenerse alejado de la popularidad o de los chicos que rodeaban la misma.
—Aun te gusta él chico caramelo, he —se burló Eunwoo.
Degustando aquél apodo entre sus labios, volvió su vista al frente, sintiéndose torpe en extremo en el mismo instante en que sus ojos negros hicieron contacto con los del chico caramelo.
—Maldición —murmuro para si mismo, huyendo al lado opuesto de dónde se encontraba el mayor y chocando a la misma vez con Jimin, quién se veía mucho mejor que ayer —Lo siento —mencionaba antes de salir prácticamente corriendo del pasillo y sin prestarle la más mínima atención a Jimin.
Corriendo con bastante prisa, el pelirrubio de Jimin sintió por fin como su corazón volvía a su cuerpo y es que llevaba poco más de diez minutos corriendo detrás de Taehyung quien iba sumamente contento al lado de Namjoon y SeokJin.
—¡Taehyung! —exclamo con bastante cansancio Jimin.
Volteando calmadamente, Taehyung diviso como su mejor amigo intentaba respirar de manera un poco más relajada mientras mantenía una de sus manos sobre su pecho ahora frio.
—A-al fin puedo a-alcanzarte —comentó con la voz entrecortada el pelirrubio de Jimin—. ¿Podemos hablar? —preguntó con la voz temerosa a Taehyung, ya que las veces anteriores que había intentado hablar con el pelinegro este le ignoraba.
Mirando a Namjoon y a SeokJin primero, Taehyung vio como ambos asentían, dándole a entender que ya era hora de hablar.
—Podemos —aseguró Taehyung, viendo como una sonrisa alegre se formaba en los labios maltratados de Jimin quien solía dejárselos así por la ansiedad acumulada en su persona.
Caminando hacia el enorme jardín de la universidad, Taehyung vio como Jimin jugaba con nerviosismo con las mangas de su sudadera verde agua.
Los latidos del corazón de Jimin no paraban de martillear una y otra vez, del mismo modo en que las palmas de sus manos no dejaban de sudar. Sus pensamientos estaban casi paralizados, puesto que no sabia como demonios iba a iniciar la conversación con su mejor amigo, sobre como le había traicionado prácticamente frente a su cara con la persona que a el más le importaba.
—No sé como hacer esto... —comenzó diciendo.
—¿Cómo hacer que? —cuestionó tranquilamente, Taehyung.
—Ser sincero... —soltó Jimin con la voz algo entrecortada.
Guardando sus palabras, Taehyung contempló como los ojos de Jimin se empezaron a cristalizar.
—Probablemente después de que te diga lo que tengo que decir me consideres una de las personas más horribles del mundo —dramatizó como era su costumbre Jimin.
—No seas dramático, Jiminnie.
—Ya ni siquiera merezco que me llames así —sollozó, dejando caer un par de lagrimas por sus ahora pálidas mejillas.
—¿Qué puede ser tan malo como para que ya no te llame así? —interpeló falsamente Taehyung.
—Me acosté con Jungkook —confesó sin más Jimin, cerrando los ojos al mismo instante de su confesión, tratando de evitar la cara de decepción de su mejor amigo, esperando tan solo un fuerte golpe en su rostro.
Tardando así un par de minutos, Jimin abrió los ojos al no sentir la más mínima brisa sobre su rostro. Tan pronto como abrió los ojos, su mirada fue hasta el rostro de Taehyung, el cual se veía completamente calmado, inclusive había un travieso brillo dentro de sus ojos.
—¿Por qué no me has golpeado?
—¿Quieres que te golpee? —cuestionó burlesco el pelinegro.
—¿Qué esta pasando? —preguntándoselo a si mismo, Jimin pellizco la palma de su mano, intentando despertar del extraño sueño que estaba teniendo, aunque grande fue su decepción cuando no lo logró y ahora su mejor amigo lo miraba con extrañeza—. ¿Ya lo sabías? —preguntó.
—Sí —asintió Taehyung con bastante calma.
—Pero... ¿cómo? —indagó Jimin, intentando calmar sus latidos acelerados.
—Es una larga historia.
—¿No me odias?
—Un poco, sí.
—¿Estás molesto?
—Lo estaba al principio de que me entere.
—¿Y ahora?
—No, no estoy molesto.
—¿Dejaremos de ser amigos?
—Deberíamos...
—¿Pero?
—No sé...
—¿Podría intentar recuperar tu amistad?
—Supongo que sí —contestó Taehyung sin querer contener sus siguientes palabras—, mientras no te acuestes también con SeokJin, todo bien...
Tardando demasiado en captar las palabras de Taehyung, Jimin sintió como todo a su alrededor daba vueltas.
—¿Acostarme con SeokJin? —formuló perdido.
—Estamos saliendo —dijo sin más Taehyung, dejando no solo a Jimin con la boca abierta, sino también a Jungkook quien había sido llevado hasta ellos por Namjoon y Jin.
Desbordando una sonrisa entre sus labios, Taehyung se encamino hasta SeokJin para enseguida depositar un beso suave en los labios carnosos del mismo, haciendo sudar frio a Jungkook y a Jimin.
Que dulces y crueles pueden ser la palabras y las acciones de las personas, a veces, pensó Namjoon al ver los rostros de Jungkook y Jimin deformarse ante la noticia.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro