Jade
│ACLARACIÓN.- Esta será una nueva historia, fue creada(básicamente)por Mitsuki602 ella no va a escribir la historia por lo cual me voy a inspirar en ella para redactar el libro, con su permiso y consentimiento claro. Espero les guste, esta historia tendrá capítulos con nombres de piedras preciosas.│
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Durante la WWI los hijos del Reino de Prusia comenzaron a separarse y aunque todos tenían sus diferencias solían tratarse con mucho cariño fuera de los temas políticos. Excepto Reich, a el no lo querían por que era rarito. O sea, una bandera rara, un cuerpo raro, un acento raro, gustos raros y bueno, todo en el era raro. Su interés en el ocultismo y lo esotérico hizo de su gobierno lo que hoy conocemos como la Alemania Nazi, aunque no todo se basara en eso, no todo se basara en el deseo de ser importante o poderoso. No, para nada.
Prusia fue conocido por muchos por ser un padre dedicado, al menos con la mayoría de sus hijos, teniendo en cuenta que crió a 4 niños el solo y que lo hizo muy bien (quizá Reich era una excepción).
Viviendo toda la familia en la misma casa era complicado destacarse, Prusia era el mejor en tácticas de guerra, Second el mejor en administrar y controlar su país, Weimar era el más "listo" con notas perfectas en matemáticas y física durante TODA la vida. Alemania teniendo alto nivel en prácticamente todo y Reich, Reich era Reich.
Así presentaba Prusia a su familia, aunque le gustaba ocultar que Reich era un gran artista, con esculturas perfectas, cuadros hermosos, poemas emocionantes y una capacidad de memorización espectacular... pero era artista... eso en su época (lamentablemente) era caer bajo y daba un bajo estatus social. Por lo cual era mejor mantenerlo secreto.
Debido a esto a Reich casi siempre se le trataba con indiferencia o con poca gracia. Y bien se ocultaría la conversación que lo arruinó todo.
Una cena en nochebuena, todos estaban compartiendo sus logros y deseos con una copa de vino, Reich, como buen artista, se estaba embriagando un poco. Su padre comenzó a hablar, primero alabando a su hijo mayor, Second, luego deseándole éxito en su reinado y siguiendo con Weimar y su futuro matrimonio, terminando con Alemania (el más pequeño) y sus estudios, mientras que a Reich le deseo lo "mejor" y que algún día decidiera dejar esas manías artísticas que tenía a ratos y se dedicara a cosas más normales, como la guerra.
Según su padre claro, aunque para el nazi eso era imposible, entonces lo único que iba a hacer era, emborracharse, discutir con su padre y luego deprimirse en su habitación. Pero su plan salió mal, en vez de aguantarse las ganas de pelear hasta que se fuera a dormir decidió comenzar con su berrinche, recibiendo muchas quejas de sus hermanos y de su padre, finalizando la conversación con la frase que cambiaría todo...
Un simple: "Ojalá no fueras mi hijo" causado en un momento de ira, sin haber pensado... bueno, causó que el nazi quedara en shock. Y no solo el, los otros 3 hermanos se pausaron y se quedaron viéndose los unos a los otros. El padre procesó que acababa de decir y abrió la boca tratando de hablar, más no salieron palabras.
- O-oh... pues eso e-era? está bien... no pa-pasa nada... iré a mi... tengan buena noche - indicó casi llorando, se levantó y rápidamente se marchó a su habitación.
Prusia se quedó en su lugar, Second y Weimar tomaron un sorbo de sus cervezas y Alemania se levantó igual, se había hecho costumbre que el menor siempre fuera a "consolar" al otro.
- Alemania - llamó el Reino de Prusia - Yo iré a hablar con el
Los 3 le vieron, quietos y sorprendidos, el monarca se levantó y fue tranquilamente hacia la habitación del pelirrojo. No estaba ahí. Caminó a la sala de música, tampoco, fue a la biblioteca y tampoco lo encontró ahí. Caminó por casi todo el palacio buscando. No encontró al chico, así que, derrotado emocionalmente fue con sus otros hijos, ya hablaría con el otro al día siguiente.
Si tan solo hubiera sabido que no habría un día siguiente...
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