CAPITULO 1
La vida en Los Ángeles no es precisamente mi favorita, pero se vive bien. Me gustan los lugares tranquilos, donde puedes escuchar el roce de las ramas de los árboles por las noches. Aquí sólo se escuchan autos, fiestas..., el bullicio característico de la ciudad de las celebridades. Claro, no me puedo quejar de las vistas, es hermoso. En Nevada todo es demasiado desértico, para donde voltees es el mismo color.
Me había acostumbrado fácilmente a tener dos trabajos y un departamento para mí sola. Al principio vivía pensando en que fracasaría y en cualquier momento él me encontraría, pero no. Estaban por cumplirse cuatro meses desde que había llegado a esta ciudad y todo estaba en calma. El trabajo en la estancia infantil era demasiado demandante; es decir, me encantan los niños pero el tener que atender a quince a la vez puede volverse un verdadero reto.
En cambio, los días que trabajaba en el bar por las noches eran de lo más relajadas y divertidas. Ahí trabajaban también los únicos amigos que tenía: Zoey Jacobs, ama y señora de la barra, su trabajo era todo un arte a la hora de preparar bebidas y servir cerveza a quienes acudían cada noche al bar. Era muy común que el personal de seguridad tuviera que sacar a tipos ebrios que insistían tanto en invitarla a salir, Zoey se reía de eso y continuaba su trabajo. Y el otro era Alec Smith, el jefe de seguridad del lugar y eterno enamorado de Zoey. Él juraba que nadie se daba cuenta pero en realidad Zoey fingía no saber nada.
Yo no tenía hermanos y mis padres vivían muy lejos, estaban separados, por lo que esos dos locos se habían convertido en mi nueva familia en sólo unos meses. Claro está, que ellos no sabían nada de lo que había pasado con Matt, es demasiado vergonzoso para contarlo e implicaría echar a bajo la guardia para que otros decidieran opinar sobre lo ocurrido. Cosa que no dejaría que sucediera.
Era miércoles, otra noche más en el bar, entré por la rústica puerta de madera y el olor a alcohol y cigarro me embriagó, no era fanática de ese aroma porque no bebía ni fumaba, pero con el tiempo me fui acostumbrando. Me dirigí directo a la barra para saludar a Zoey, estaba preparando todo eso que se utiliza para hacer los malabares al hacer las bebidas.
-Hola, chica que hace malabares exagerados para hacer bebidas - teníamos una forma cómica de saludarnos, me miró con sus expresivos ojos azules y ampliando su enorme sonrisa pintada de rojo, su cabello castaño era igual que el mío pero un poco más corto.
-Hola, chica que canta canciones cursis a los clientes - me reí ante el saludo pero ella siguió hablando - ¿Cuál traes hoy? - refiriéndose a qué canción prepararía para esa noche.
-Bueno, es miércoles y los días locos no son sino viernes y sábado, así que elegí algo tranquilo y me quedé con "See you again", además estos dos días he gastado mucho la voz con los niños porque los llevamos de excursión - recordé mi odisea llevando a pequeños de cinco años a varios museos de la ciudad.
-¡Hayley! ¿Qué estás esperando para practicar? Te quedan dos horas para tener la interpretación p...
-Perfecta, sí Henry, lo sé y ya voy - mi espléndido jefe hacía su aparición, era buena persona sólo un poco gruñón. Le gustaba siempre que todo saliera perfecto y no lo culpaba, ese era el secreto de que este bar tuviera tantos clientes, algunos de ellos famosos.
Le sonreí a Zoey antes de caminar hacia el área del escenario donde me esperaban los músicos. Todos me caían bien excepto Jack, el bajista, siempre me veía de forma sucia y me intimidaba. Afortunadamente siempre me ponía delante de él para no verlo. Ensayamos la canción durante una hora y cuarenta minutos, tuve que bajar algunas notas altas porque mi garganta irritada no me permitía llegar a ellas, pero el resultado final fue muy bueno.
Me quedaba una hora para arreglarme y corrí a la habitación que usábamos como vestidor y me dispuse a ponerme la ropa. Era algo sencillo, los miércoles no iba mucha gente, así que me puse un pantalón negro con estoperoles y una blusa color gris. Usé algunos accesorios y recogí mi cabello. Me quedé un rato viéndome directamente al espejo y pensando en cuánto había cambiado mi vida, ahora estaba tranquila. Sola estaba mejor, eso era seguro.
-¡Hayley! Tu turno en tres minutos - llegó una de las asistentes de Henry. Respiré profundamente y salí al pequeño escenario que había en el bar. Era sólo un poco más alto que el resto del nivel, simplemente para que la gente que se encontraba ahí alcanzara a ver.
Comencé a cantar tratando de recordar las notas que habíamos arreglado y siguiendo a los músicos todo iba bien. La mayoría de las veces mantenía los ojos cerrados o la vista fija en uno de los muros del lugar, sentía que si miraba a alguien a los ojos me pondría nerviosa y cometería un error. Una de las veces que abrí los ojos para enfocar el muro crucé la vista con un hombre que se mantenía en el área VIP, llevaba una barba crecida y resaltaban su ojos azules, justo me comenzaba a sonreír cuando de golpe volví a cerrar los ojos.
Terminé la canción y después de los aplausos, Henry comenzó a pedir a los asistentes que pidieran sus canciones escribiendo el título en una tarjetita. Aceptarían sólo las primeras cinco, yo sonreía simplemente esperando que no pidieran nada fuera de lo normal.
La primera fue Again, de Lenny Kravitz, seguro la pidió algún romántico pensando en alguien especial. Afortunadamente esa canción no tiene mucha complicación.
La segunda fue un poco inesperada: Radioactive, de Imagine Dragons. Por fortuna dos de los músicos apoyaron para que la canción no sonara tan vacía. La tercera la pidió una chica que brincaba desde su lugar diciendo que ella la había solicitado: Zombie, de The Cranberries, ¿por qué la gente pide esas canciones un miércoles por la noche? Esas son para los sábados de rock, pero en fín había qué cantarla.
La cuarta sólo acompañé a otra vocalista porque no era precisamente mi fuerte. Sí, había otra vocalista contratada después que yo, y que algunas veces compartíamos escenario. Ella estaba peleada con el mundo y no nos hablaba a nadie, creo que su nombre era Molly o Mónica, no lo sé. La canción era Somebody told me, de The Killers.
La última canción de la noche antes de que entrara el DJ del bar me tocaba a mí. Y entonces recibí una tarjeta de alguien que en lugar de pedirme una canción, simplemente decía: "Me encanta tu sonrisa. C. E." Levanté la mirada completamente anonadada y buscando de dónde provenía, un hombre alto, fornido y de mirada penetrante y tierna levantó su cerveza en señal de saludo. ¡Era el mismo hombre de la barba que vi antes!
Me quedé mirándolo unos segundos, hasta que el guitarrista carraspeó, entonces simplemente di las gracias. Le decía gracias a él por su tarjeta pero se entendió que me despedía del escenario, así que aproveché que los músicos aplaudieron y bajé para dirigirme a la barra del área VIP donde atendía Zoey.
Me senté en uno de los asientos vacíos y la miré mientras ella me sonreía divertida. Sabía que algo me tenía en shock así que me sirvió una Coca-Cola y se recargó en la barra frente a mí.
-Anda, escúpelo, ¿qué te pasó que no quisiste cantar la última canción? - me preguntó ella con sonriente boca color carmín. Como respuesta, le mostré la tarjeta sin que nadie más la viera. Ella comenzó a reír.
-¿Qué es lo gracioso? Zoey, no me gustan estas cosas - le dije con un dejo de preocupación, en alguna parte de mi cerebro se disparaba la alarma de que Matt me hubiera encontrado, mientras que la poca lucidez que tenía me tranquilizaba con las iniciales escritas ahí.
-Hayley, sólo es un mensaje bonito de alguien que vino hoy al bar. ¿No conoces a nadie con esas iniciales? Tiene bonita letra - me dijo mi loca amiga viendo la tarjeta, le dije que no moviendo la cabeza.
-Cuando leí la tarjeta, un hombre levantó su cerveza como para brindar o saludarme. Está aquí en el área VIP, al fondo y trae barba - mi amiga nada disimulada comenzó a buscar entre la gente y después me volteó a ver con los ojos muy, muy abiertos.
-¿Él? - volteé hacia donde ella me señalaba y era un hombre son sobrepeso y al menos veinte cervezas en su torrente sanguíneo.
-¡No, Zoey! - le dije al tiempo que ella se carcajeaba, volví a voltear y lo encontré platicando animadamente con dos hombres y una chica, desde su ángulo él no podía verme - Mira, detrás de la columna, a un lado del hombre de camisa blanca.
¿Estás segura? - me dijo en un tono más serio, eso me asustó.
-Sí, lo vi mirándome mientras cantaba, ¿lo conoces? - le pregunté un tanto aliviada de que no fuera mi psicópata ex novio.
-¡Sí! ¿Tú no? - le respondí negativamente mientras me veía como si fuera de otro planeta - Bueno, no te arruinaré el momento cuando lo conozcas.
Odiaba que hiciera eso, dejarme con la duda - ¡Zoey, dime! - ella rió con más ganas.
-Oh, voltea y mira eso - me dijo ella mientras le entregaba varias cervezas a algunos clientes, en cuanto volteé, me crucé con su mirada azul de nuevo. Volví mi vista al frente para darme cuenta que Zoey no dejaba de sonreírme, sabía que ella no dejaría de molestarme con eso.
-No hagas eso, ¿sí? - le imploré.
-Siéntate bien, viene hacia acá - me dijo ella alejándose un poco y guardando más compostura, mis latidos comenzaron a acelerarse y con la horrible mano temblorosa tomé del vaso de Coca-Cola para intentar calmarme.
Si Zoey mentía y él no venía hacia acá, la mataría; si él venía hacia acá, entonces yo era la que moría de nervios.
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Hola a todas! Les dejo el primer capítulo de esta historia que me encantaría saber su opinión. La historia ya esta avanzando y prometo que no será tan larga, sólo la quería sacar de mi cabeza y compartirla con ustedes.
Mil, mil gracias por leerme y todo el apoyo recibido al Legado Stark.
Las quiero y ojalá me dejen por aquí sus opiniones.
Multimedia :
El cruce de miradas entre Hayley y Chris.
See you again de Wiz Khalifa, en un cover de Nicolr Cross.
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