Jimin.

No pude evitarlo, sentí la necesidad de besarlo, pero caí en cuenta que no estaba bien, soy un hombre al igual que él no se si comparta mis gustos, no se si quiera si le agrado mas allá de mi talento.

Pero al intentar quitarme me tomo de la nuca y el beso cambio, de ser algo lento se volvió mas intenso su lengua rozo mis labios asi que lo deje entrar, rodee su cuello con mis manos sin dejar de besarlo.

Nos detuvimos, pero no nos separamos.

—Perdón —sentí un temor horrible, se estaba arrepintiendo —debí preguntar antes, pero en verdad quería besarte.

Lo solté para poder usar mis manos.

—Yo también debí preguntar, no quiero que nada se vuelva incomodo.

—Se volvería incomodo si te disgusto.

—Para nada.

—Perfecto.

Se inclino para besarme de nuevo pero abrieron la puerta del salón, él de manera tranquila observo a la persona sin moverse.

—El director te busca.

—Voy —me dio un beso pequeño y se levanto— solo para que quede claro Mimi —sonrió de manera amplia —me gustas.

Cerro la puerta tras de si, dejando mi corazón tan agitado como un motor fuera de borda.

Creo que también me gusta Namjoon.

Namjoon.

Me siento con un peso menos de encima, decirle que me gusta me quito un cierto estrés, ya que dudaba de que fuera así, por un momento si pensé que solo estaba maravillado con su habilidad.

Pero besarlo fue el paraíso, espero me deje hacerlo de nuevo.

Llegue con el director, entrando note a un chico que miraba por la ventana todo el lugar, cuando escucho la puerta se giro hacia mi y sonrio ampliamente mostrando una sus encias, haciéndolo lucir un poco infantil pero agradable.

—¡Por dios! ¡En verdad eres tu!

Se acerco me dio una reverencia y estrecho mi mano con demasiada emoción, yo mire al director que se quito los lentes para sobar sus ojos un poco.

—Señor Kim, le presento a Min Yoongi —reconozco el nombre —desde hoy pertenece a nuestra compañía.

—Un placer —solté mi mano y mire al chico un segundo antes de volver al director —¿Qué tiene que ver conmigo?

—Yo responderé eso — interrumpió al director —acepte venir aquí con la condición de que podría tocar contigo en el cierre del concierto que se acerca.

—Sigo sin entender —golpee el escritorio con las palmas —no pedi cerrar con nadie, nunca me preguntaron de esto.

—Es por la compañía, nosotros accedimos a tu capricho con Jimin, tienes que ser reciproco con lo que se te da.

No dije nada, solo me di media vuelta y salí de la oficina, que me hagan compartir el cierre con otro pianista no hace mas que confirmar mi teoría de que no soy suficiente bueno ya, que solo estan buscando consolarme por los años que entregue a la empresa, mi carrera esta terminando y debería de aceptarlo en lugar de aferrarme a la idea de continuar.

Al volver a la sala de ensayo Jimin practicaba, Danse Macabre.

Me vio pero no dejo de tocar, sus ojos se unieron con los míos, podía ver la pasión con la que interpreta, él se acerco a mi sin dejar de tocar, camino a mi alrededor sin perder una sola nota, la melodía danzaba con él, sonrio cuando entre de nuevo a mi campo de visión y por un segundo escuche una risa ligera.

—Presumido.

Se encogió de hombros ahora mas seguro de seguir tocando, termino la canción, su pecho subia y bajaba por la intensidad de su acto, lucia tan hermoso, queria grabar tan bien este momento que cuando estire la mano para tocarle el rostro un aplauso fuerte lleno el lugar.

—¡ERES INCREIBLE! Ahora se porque Namjoon quiere tocar contigo, dios es una locura —el chico se interpuso entre ambos ignorándome por completo —Soy Min Yoongi, soy un pianista nuevo de por aquí, se que todo esta lleno para la siguiente presentación, pero quiero que toques para mi en algún punto...

—No lo hará, Jimin toca conmigo, es mi primer violín, asi que mejor consigue otro.

—No seas aguafiestas, podemos tenerlo ambos, ¿Qué dices Jimin?

Jimin me observo pidiendo auxilio con la mirada, su cuadernillo estaba en la mochila, por lo que le seria explicarse.

—Jimin no puede hablar.

—No hay problema —alzo sus manos —puede hablarme en lengua de señas, la se a la perfección, la aprendí hace dos años.

—Tenemos que irnos —no deje que Jimin contestara solo tome su mano, su violín y mochila y salimos de ahí —no necesito estar mierda ahora, no ahora.