Resumen: KuroKura. Una colección de drabbles e historias de fondo. Todo relacionado con El sol también brilla por la noche y continuar.
Esta historia es sólo una traducción, el autor de esta historia es Bonbonpich https://m.fanfiction.net/s/8880795/1/Chapters-of-Our-Life

Cronología: 1 año después de la masacre de los Kuruta

Capítulo 1: los ojos

—No quiero intervenir en tu decisión, pero ¿estás seguro, Danchou? ¿De que quieres vender todos los ojos color fuego?— Pakunoda, la llamada segunda al mando, le preguntó a su líder de la pandilla Genei Ryodan, quien estaba sentada en una de las cajas de madera de carga entre muchas que cubrían el almacén abandonado que llamaron su punto de encuentro. —Quiero decir ... te he visto admirar estos ojos más que cualquier otra cosa que hayamos robado.

Ante esa pregunta, los otros cinco miembros, cada uno en su propio lugar en el salón, volvieron la cabeza hacia su líder. Machi, Nobunaga, Ubogin, Feitan y Franklin. Todos estaban interesados ​​en lo que Danchou tenía que decir. Después de todo, los Kuruta había sido extraordinariamente fuerte. A las Arañas les costó bastante derribarlas, les costó aún más hacer que sus ojos se pusieran rojos.

¿Apuñalar a los niños para incitar la ira de sus padres? ... Al menos había una persona en Genei Ryodan que se encogió mentalmente ante esta idea.

Sin embargo, tres de ellos tuvieron el mejor momento de sus vidas, con la emoción de la pelea, de la tortura y el asesinato ... pero aún así, a diferencia de otros objetos de valor que habían robado en los que Kuroro rápidamente perdió el interés, todos habían pensado que iba a hacerlo. mantén los ojos de por vida.

—Estoy seguro; véndelos todos al Mercado Negro—, dijo Kuroro con tono final. —Paku, te llevarás todos estos dieciocho pares de ojos. Todo el dinero ganado con ellos va a Ryuuseigai. Yo me ocuparé del resto de ellos.— Sin contarle a nadie, Kuroro iba a mantener a dos de ellos en otro lugar seguro… por si acaso.

Pakunoda miró los dieciocho pares de ojos en los contenedores cilíndricos que estaban frente a ella. Otros diecinueve pares eran los que incluían las cabezas adjuntas, de las que su Danchou se haría cargo. Ella asintió por fin, —Está bien, Danchou. Entendido.

Todo quedó aclarado, pero Kuroro sintió las dudas de sus compañeros flotando en el aire. Pakunoda empezó a juntar los ojos con la ayuda de Machi y Franklin; a los otros tres no se les permitió tocarse los ojos porque podrían romperlos.

—No está aquí,— Kuroro se calló mientras sus dedos rozaban su rostro, pensando y reflexionando.

—¿Eh?— Preguntó Pakunoda, mirando a su Danchou inquisitivamente.

—El par de ojos que quiero,— continuó Kuroro como si estuviera murmurando para sí mismo. Cuando Pakunoda y Machi intercambiaron una mirada perdida, él explicó: —Había un niño cuyos ojos se volvieron de los tonos más atractivos de rojo. Lo vi en Nancha Town. Sus ojos no fueron los primeros entre los Kuruta que vi ...

Cuando Kuroro no pareció terminar la línea, Machi hizo una suposición salvaje, —¿Pero los de él eran los que querías?

Kuroro asintió. —Sí, él fue el que me hizo querer los ojos de color fuego en primer lugar—. Luego bajó los párpados mientras exhalaba, —Lástima que los suyos no estuvieran entre los que hemos robado. Si hubiera sabido que no estarían aquí, podría haberle quitado los ojos en ese momento.

—Pero nos aseguramos de que nadie escapara. No podíamos haber perdido a alguien—, dijo Ubogin, preguntándose sobre las probabilidades de esto. Junto a él, Nobunaga asintió con la cabeza de acuerdo con su declaración, al igual que Feitan.

—Bien,— asintió Kuroro.

Por otra parte, todos sabían que si Danchou decía que ese par de ojos no estaba aquí, entonces realmente no estaba aquí.

—¿Recuerdas cómo se veía, Danchou?— Franklin preguntó, preguntándose si alguno de ellos podría recordar a ese Kuruta. Había pasado bastante tiempo.

Kuroro pensó, —¿Rubio, tal vez? Estaba un poco ocupado con sus ojos y no presté atención a su apariencia.

Nobunaga arqueó la ceja. Si Danchou no recordaba una imagen visual de las cosas que sucedían a su alrededor, el " levemente ocupado" sería quedarse corto. Le trajo una pregunta, —¿Son sus… como, mejores que otros pares de ojos? No puedo ver la diferencia tanto.

Con la cara seria, Kuroro respondió, —Nobunaga, aparentemente, la delicada belleza de este raro artefacto, a diferencia del que tiene una espada, no es tu fuerte. No lo sabrías.

—¿¡Ehhhhh !?— el espadachín gimió cómicamente mientras la mayoría de sus camaradas se reían disimuladamente desde el margen.

Mientras los demás intentaban callar a Nobunaga, Kuroro se hundió en sus propios pensamientos después de haberle indicado a Pakunoda que ahora podía hacer su trabajo. Las voces de sus camaradas se desvanecieron. Era cierto que todos los ojos eran similares. Pero cada vez que miraba los ojos robados, su mente solo tenía que volver a los ojos de ese chico.

Kuroro le dio una última mirada a los ojos de Kuruta que sus compañeros estaban reuniendo, luego pensó en el resto de ellos que pronto terminarían con el mismo destino.

—Si los ojos de ese chico no están aquí, ¿dónde?

XXX