~Narro~

La manada se encuentra en la sala, todos discutiendo en como piensan que serán los dones por completo del dragon. Hasta que de repente un dragón del tamaño de un auto atraviesa la cocina, estrellándose contra una ventana, escapando hacia el bosque.

—Alfred!!!!—Shalyn grita, haciendo aparecer un arma y múltiples dardos. —Esso es un monstruo, yo pensé que se quedaría chiquito. —murmura para si misma.

El mencionado aparece, sonriendo de forma orgullosa. —Es hermoso, y le falta crecer más.

—Hermosamente grande —Cain le recuerda, señalando la pared rota.

Bear niega y detiene a su hermano —Deja que el padre se encargue de su hijo, deben pasar por este proceso, o en el peor de los casos termina mal como Evelyn.

La mujer gruñe y le enseña el dedo corazón.

Alfred sonríe y escucha los rugidos atravez del bosque. —Bueno, yo tengo que ir a buscar a mis hijos.

—Como puedes estar así de tranquilo?—Phanrom pregunta, intentando no entrar en pánico.

—Soy una balanza, una luna llena no me aterroriza, ya he ayudado en decenas atravez de toda la manada y generaciones. Un dragón es nada diferente. —este camina hacia el bosque, silvando.

Haciendo aparecer una lámpara de aceite, se adentra a la oscuridad creada gracias al domo impidiendo la luz lunar entrar. Con cada paso que da, escucha los chillidos aún más fuertes, rastros de ramas rotas y quemadas a su alrededor.

Maitom aparece a su lado, abrazando su hombro —Las bestias del Tártaro se están volviendo loquitos por averiguar de quien es la conexión que se está forjando.

—Aun no es media noche y ya está demostrando tanta energía como un portador adulto. Están en tanto dolor. —murmura, notando el rastro de escamas a su alrededor.

—Son fuertes, pensé que perderían la conciencia para esta hora. No sé que nos espera la media noche, pero te aseguro que al amanecer, ellos serán otra persona.

Wilfredo hace silencio al ver un par de ojos azules brillar. —No está conciente, su animal está en control.

Maight toma la plama del padre, cortandosela. —Necesita identificar tu olor.

El dragon acerca su hocico hacia la luz, olfateando la sangre.

—Ven con papá. —Walfred sonríe, acercandose.

El dragon salta sobre suyo, acurrucándose lo poco que puede. Su padre quedando debajo su barriga, abrazándole como puede.

—Mi niño hermoso, necesito que estires esas nuevas alitas tuyas. —dice, y el dragon algo perezoso se levanta, abriendo sus alas. —Arriba y abajo.

Se escucha una ramita romperse, distrayendo al dragón.

—No no, calma, Francc, mírame, FRANCC.

El dragon ruge y vuelve a escapar.

—Mierda! Lo tenía en la mira.

—EVELYN!!!—Walfred le ruge —No vas a dormir a mis hijos durante su luna llena!! No es tu lugar para decidir!!

—Es un dragón, ni tu domo soportará, es que no va a llegar pero ni a las 11.

Wilfredo extiende sus alas, y su madre se ríe —Muy bien, pavo real, deja de abrir tus plumas intentando asustarme, ya he lidiado contigo muchas veces.

Se escucha un rugido cuál hace temblar el domo. El angel abre vuelo, buscando al dragón, cuál ya no es tan difícil de perder al ser tan alto como la casa. Nota que se encuentra chillando y revolcándose tal niño pequeño.

—Tienes que estar...—Este aterriza y con una sola mano mantiene el hocico del dragon en el suelo. —Mirame Franco.

El dragon le escucha y saca humo atrave de sus fosas nasales.

—Tienen que aprender a controlar su tamaño, se trata de concentración. Quieren volver a ser pequeños? Entonces piensen en pequeño. Y si no pueden, no importa, ya que están consientes, algo que a muy pocos les sucede durante estás horas de su luna.

El dragon chilla he coloca su hocico para que su padre lo abrace. Y él sin dudarlo le da el cariño que necesita; aunque sea con todo su cuerpo.

—Ya no eres una cría, ahora eres un dragón hermoso. Uno cuál me llena de orgullo.

El dragon estornuda líquido negro, cubriendo a su padre con ello. Wilfredo se ve a si mismo, asqueado, intentando quitarse el moco.

—No es normal que sigan estornudando sombra. Es que tenían que enfermarse justo con su luna. Necesitarán cazar lo que cualquier otro dragon. Pero mientras, sopita. —les tranquiliza, y en un chasquido aparecen hoyas y hoyas llenas de sopas de todo tipo. —Sigfrid estuvo toda la noche y día cocinando, no te aseguro del sabor, pero si llena de vitaminas.

Wilfredo estornuda, pero nota el mismo líquido negro salir de su nariz. —No me digas que es contagioso. —Hace aparecer un libro, buscando entre páginas hasta encontrar el capitulo de enfermedades.

Ve su propia letra estando en negritas "No contagiosas para balanzas."  Entonces, porque su nariz está goteando?

—Eres una balanza. —murmura, viendo al dragón comer. —Y alteraste las enfermedades...nos podemos contagiar. —Empieza a leer los síntomas, empezando con una gripe negra, hambre, alucinaciones, dones fuera de control. Su duración es de tres días. Busca el remedio de tal enfermedad, pero lo único que sugiere es descanso y los mismos medicamentos de una gripe común.

—Franco, me contagiaste de gripe. Pero que podría haber esperado? Llevo toda una semana cuidandoles.

El dragon le ignora y continúa comiendo como si nada.

Ambos estornudando moco negro escuchan un aleteo acercarse.

—Alfred Fillet!!!! Que demonios te pasa?!! Me has enfermado con sus enfermedades de dragón!!! —Escucha el mencionado a su hermana, gritando furiosa através del aire.

El dragon ruge y se hecha a cortar atravez del poco bosque que tiene gracias a su tamaño.

El angel mayor niega, viendo a Sigfrido aterrizar, su nariz chorreando negro.

—Que es esto? —Se señala a si misma.

—Estas enferma, toma sopa, que por tu culpa tengo que ir a buscar un dragón enojado. —le reclama entre gruñidos, siguiendo los árboles caídos y ramas rotas.

Ella grita enojada y regresa a casa, dónde Maight estaba cubierto por una sábana, frente a la chimenea.

Él se voltea, esperando una respuesta a sus ojos llorosos —Tienes respuesta?

—Estamos enfermos, y creo que es contagioso y la luna llena lo amplificó demasiado.

El resto de portadores se encuentra con mascarillas, desinfectando toda la casa.

—Exagerados—Maight murmura, haciendo aparecer una botella de vodka, solo que todo el liquido se derrama sobre su mano. —Que? Pero si solo es una botella.

—Estas enfermo, idiota, tus dones están siendo afectados. —Shalyn responde, tirándole un trapo para que limpie el suelo.

Freddy niega y le ayuda a Maight—Deberian dormir un poco. Eso les ayudara un poco, almenos hasta que la luna se esconda. No es la primera vez que se enferman, siempre es contagioso entre ustedes y me imagino que ahora Franco está incluído en ese paquete de mocos.

—Presiento que está luna no será normal, es demasiado lenta, y es un animal demasiado grande. —Cain habla, viendo cómo arreglar el agujero en la ventana de la cocina.

Alfred aparece con un dragón del tamaño De un gato. —Callo dentro del lago, los cristales detuvieron su luna...

—Pobrecito, pero no significa que nos pasó la gripe a todos. —Maight se queja, estornudando.

—Es malo suprimir a una balanza, durante su luna, nosotros la sufrimos en un día.

—Agradezcan que tienen de alguna forma guías entre esos libros de lo que pueden hacer.—Michael dice, entregándole un remedio de color verde. —Dos veces por semana, y estarán como nuevos.

—Que asco —Maight se queja tal niño pequeño, olfateando el contenido.

—Tiene efectos secundarios, Alfred, espero estés bien con compartir luna con tu hijo.

Wilfredo le lanza el baso —Eso se dice antes!!

—Solo la simularán, no es como si sus dones fuesen a crecer más de lo que ya son.  Talvez de forma natural sea más tranquila.

—Tranquila? Mike, nuestra luna fue....peligrosa.  Más Franco, no creo que podamos con todo. Mi domo no estará disponible por una semana, y eso es necesario.

—Para ti, yo me voy con Lucy a un baño de lava a sudar toda está gripe. Aquí arriba hace demasiado frío. —Se queja, temblando junto a la chimenea.

—Ae te olvida que yo tengo a un dragón? —Alfred pregunta, colocando a la cría directo sobre el fuego. —Esta muy frio, vamos a bañar a algún volcán?—les pregunta, notando como la cría estaba temblando.

Los otros dos ángeles acceden, dejando sus frazadas y desapareciendo.

—Cuando regrese, espero ver está casa impecable. —Le advierte a los demás, cargando a su hijo y reapareciendo junto a su primo. —Esta caliente?—pregunta de forma sarcástica, dejando al dragóncito flotar sobre la piedra fundida.

Este abre los ojos, y nada hacia su tía, acurrucándose entre su pecho.

—Es que como quedarse enojados con esta preciosura? —Sonrie acariciando su hocico. —Ahora tendremos que esperar a que se le pase su luna atravez de las noches.

—Necesitaremos un lugar donde refugiarnos. Y no el infierno. No quiero accidentes con demonios y Franco. —Walfred murmura, viendo cómo en ves de sudor, su cuerpo expira penumbra.

—Tendeas que aguantarte, por qué enfermo es mentira que te puedo ayudar. Solo con saber que tengo que soportar a qué no se caigan las puertas del Tártaro hasta que ellos terminen su luna es bien difícil.

Wilfredo asiente —Entiendo, y aún así te agradezco por llevar con la carga cuando no debería ser así. Yo debería estar haciéndolo.

Su primo rueda los ojos —Tu encárgate de tu hijo y yo las bestias. sig, tu ayuda a Alfred a hacer de niñera, que este lo dejamos solo y se le olvida hasta comer por ese niño.

Está suspira y se sumerge en lava.

—Gracias Maight.

—Tu ayudaste a mi pequeño cuando más lo necesitaba, solo te devuelvo el favor.