•Lunes 26, Noviembre del 68, 8 pm•
•Cementerio Nuestra Señora del Sagrario•
~Baltazar~
Aquí estamos, dos hermanos frente a frente, penumbra y portador reunidos en un mismo plano.
Esto es incomodo para ambos, pero necesitamos hablar.
—Cómo es que ellos pueden...solo dime como. — empieza a suplicar.
—Cain, yo estoy autorizado por los principales y superiores, tengo permitido muchas cosas mientras no interfiera en persona. — sonreí conteniendo mis ganas de abrazarlo y explicarle todo.
—Solo explicame mínimo tu vida, en sí nadie va a enterarse pues como ves, nadie más puede verme, no las personas que yo quiero que puedan.
En que una historia, bueno, eso tendrás Cain.
Cuando escapamos, recuerdo que llegamos a un callejón, solos y de noche, por supuesto nos encontrábamos confundidos. En periodioco viejo informándonos que era el año 2019, justo empezando una pandemia..
No permitiría quedarnos en un orfanato para que nos separasen o nos enfermaramos con esa plaga; pero tu por otro lado creias que fue la mejor idea, terminamos escapando del lugar.
Así que te guíe entre los callejones y encontraste un refugio, una casa de madera vieja y destrozada, lo suficiente para sobrevivir.
En nuestra forma lobuna abriendo bolsas de basura, tragando lo que sea que tuviera buen sabor.
Tras unos años de esa vida las cosas se volvieron extrañas, tu conseguiste un trabajo como barrendero de un bar de mala muerte, mientras que yo paseaba a través de los infinitos callejones, nunca era malo revisar los lugares en donde vivíamos.
Aunque solo salía durante la noche después de haber estudiado, no entendía porque durante el día había oficiales a lo loco.
Así que si, explorar era divertido, la oscuridad y la serenidad de las calles a esas horas y el sereno dándote en la cara, eso era vida, pero hubo un pequeño problema, me perdí...Caminando sin rumbo alguno ya que entre en un laberinto de callejones la mayoría sin salida existente.
—Si lo recuerdo bien, casi ganó una paliza. — murmuró sonriendo.
Me encontré con algún pandillero o dos, ellos advirtieron que estaba en su territorio y me darían una paliza si no me retiraba, ¿como carajos lo haría?, quien sabe pero tenía que salir de ese lugar.
Así que esa fue la noche de mi gran idea, durante el día era el niño bien portado frente a ojos de mi hermano, durante la noche mis pequeñas venganzas, lanzándoles piedras a cada uno de ellos.
Mis trampas eran más elaboradas con el paso del tiempo y eso requería de dinero; mesero en uno de los restaurantes más horrorosos de toda la ciudad, aunque la paga era buena.
—Y ahí fue cuando esa chica apareció en nuestras vidas. — suspira recostandose observando el cielo. —Ella..—creo que alguien aún la extraña.
—Sí, pero antes de ella creo que aún hay historia.
No es mucho, un año después todo se estabilizó entre nosotros, dentro de la ciudad pues, aún más desapariciones y asesinatos...no muy buenos tiempos..para ellos ya que fue durante esos años que conseguí el respeto para que nadie me puteara en ningún momento de mi vida, de nuestras vidas ya que por el otro lado alguien deseaba estudiar algo diferente.
Y ya con doce años cumplidos, nuestra estabilidad era mejor que nunca.
Expandimos el territorio, ingresamos al colegio con la edad mínima, algo que admito que es una gran ventaja y nuestra conexión era más fuerte que nunca.
Nada importante con lo que se venía.
Y ahí estaba ella... la chica de ojos verdes, pecosa y con un humor más vivo que tu.
—Cierra el hocico, idiota.
—Continuo.
Así como yo la primera vez, ella se perdió dentro los callejones...le ayudé sin pensarlo y la mejor etapa de mi vida empezó.
—La adolescencia, hormonas revueltas y cada quien descubriéndose a sí mismos.
—Jennifer...el nombre más bonito de todos, ¿no es así?— preguntó sonriendo como un bobo.
—Era mayor que tú, no creo que fuera la mejor idea que hayas tenido.
Un mes...un mes y la embarazaste idiota, tuviste a Phantom a los doce años...sus padres casi te matan...literalmente.
Gracias a tus arranques de ira ella descubrio nuestros dones, y del miedo a que su hijo fuese un monstruo como tu, los abandonó en ese mismo callejón.
¿Y como dos niños de casi trece años iban a mantener a un recién nacido con dones sano? ¡DIOS SABE!
Éramos felices y todo se acabó...por mi culpa y tuya.
Ese bebé al cumplir cuatro años tuvo que irse con el único familiar que encontramos durante esa época, a su abuelo, un hombre peor que Amery a mi parecer.
Algunos años pasaron y así fui conociendo a la pandilla, desde Dexter hasta Ollie, todos rechazados por la sociedad. Un gran trabajo liderandolos y manteniendo un poco de paz entre esas calles.
Más años pasaban, yo estaba vigilando a phantom y al parecer ese viejo le causó unos traumas un poco mayores... su escuela no ayudaba mucho; esos mocosos le jodian a diario: si conocieran cuál es su verdadera capacidad no lo hubieran hecho; aún así no podía interferir en su vida, no como padre.
Entonces encontramos a los últimos Darek escapando del mismo mal que el nuestro, no nos creían al principio pero al demostrarles todo fue de acuerdo al plan original, salvar a la pequeña de un destino peor.
No fue fácil y
—Y AMBAS SE VOLVIERON UNAS JODIDAS PSICÓPATAS Y MALTRATADORAS DE
Tuve que interrumpir —CAIN.Relájate.
—Es la verdad.
—Al menos no fui yo quien abandonó a sus hijos.
—¿Para que me cuentas mi propia vida?— me pregunta cruzándose de brazos, molesto por haber evitado contar mi vida.
—Recuerda quien eres y de donde provienes. — suspire levantándome.
Se que narre su vida como si fuera mia, pero se que esto responderá a muchas preguntas futuras, sólo debe recordar sus raíces.
Todos debemos, en especial la manada de Alfred.
Una explosion de energía escuchandose a lo lejos.
—¿Qué carajos fue eso?
—Nuestra señal para regresar al trabajo.
Hablando sobre estos diablos, hay que ayudar.
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