Problemas: Parte I
•Martes 19, Agosto del 70, 9:45 am•
•E.F.D.E.•
~Maight~
Hemos regresado al colegio, aunque llegamos un par de semanas tarde; la ventaja que tu familia sean dueños; y no hemos tenido ni un solo problema, dejando de lado que escuchamos esos diminutos susurros por parte de nuestros compañeros, aunque ya estamos acostumbrados a ello.
Los entrenamientos fueron cancelados por un buen rato, al igual que un médico nos recetó a no hacer nada de actividad física hasta que recuperemos nuestras fuerzas.
Fue un milagro que nuestros padres hayan aceptado, tal vez en verdad les preocupó el hecho que estuvimos gastando energías en una lucha de dos meses; aunque para mí solo fueron como unas horas.
O solo es el hecho que somos mayores de edad y podemos demandarlos en cualquier momento.
Sigfrida y Alfred esperan que sea más porque estaban preocupados.
Aún me preguntó qué tan lejos puede llegar este don, es divertido pero estamos recién descubriendo sus dificultades.
—El aburrimiento. — Sigfrid se queja, jalando su propio cabello.
Como dije, nada de actividad física y ahora debemos quedarnos en el aula durante dos horas esperando.
—¿Y qué haremos durante dos horas? —Hasta Wal está aburrido.
—Esperar, leer algo, repasar. — Te escuchas igual al abuelo, Alfred.
—Conseguir novia. — Nan, te me callas y apartas esa mirada de su asiento que ya en sí...bueno, no puedo permitirme creer el chisme escolar.
—¿Hablan sobre ustedes o de nosotros? Porque yo y Alfred estamos más que bien así.
—Wil tiene razón, nos podemos concentrar en otras cosas, como el estudio, ya solo falta un año para graduarnos y empezar con nuestras vidas.
—Ya podemos entrar a una disco, tomar, comprar alcohol, fiesta y dinero. —Sigfrid si me entiende.
—Ninguno de ustedes hará tal locura, podrán ser mayores de edad, pero aún tenemos responsabilidades, como averiguar ESO. —Aguafiestas.
—Ese ESO puede esperar una noche, ¿no lo crees Al? —ya valió, Fridda está molesta.
Ese olor otra vez, se ha vuelto mucho más fuerte, pero no es gas, huele a limón, pero nadie más lo siente, Alfred ya se hubiera dado cuenta además, si a él no le preocupa a mi mucho menos.
Gracias a ello empiezo a toser, casi afixianome con ese olor ácido, está quemando mis fosas nasales.
—Alguien se atraganto. — No es buen momento Wilfred.
Mi visión se nubla durante un momento, algo está mal. Sus voces estallan a mi alrededor, todos repitiendo la misma palabra una y otra vez.
—Gas. Fuego. —murmure escupiendo lo que pareciese un coágulo de sangre. —Hay gas en el aire. Saquen a todos. — murmuré volviendo a toser, esta vez sangre. —Huele a limón o incluso a ajo, no creí que..Alfred es acetileno. — continuó murmurando.
Escucho gritos afuera, muchas personas corriendo a través de los pasillos, las nuevas alarmas contra gases activandose.
—Hay que irnos de aquí. —Alfred tuvo que ayudarme a ponerme en pie ya que parece que soy el más afectado.
—¿En dónde has estado? —me pregunta todos dirigiéndonos hacia las salidas de emergencia.
—La biblioteca. — susurro, escupiendo la sangre.
Es uno de los gases más tóxicos e inflamables, ¿cómo demonios llegó a un instituto? Siquiera en química se encuentra.
—Muy mal momento para decir que somos los favoritos del tío Mike y que nos ha prestado su laptop y robamos las cuentas del sistema de seguridad. —Nanton, ya no eres mi penumbra.
Y de remate haces aparecer MI computadora, revisando las cámaras.
—¿Hay un polvo blanco alrededor de toda la biblioteca y los rociadores están por activarse sin razón alguna? — eso es raro, nada de eso debería activarse.
—¿Dijiste polvo blanco? — oh mierda.
—Fosforus, una gota de agua y...hay que correr.
Que correr y que nada, aparecemos fuera entre toda la multitud. Odio la multitud...pero por salvar nuestras vidas es algo que debemos soportar.
Escucho los gritos de múltiples alumnos, ¿molestos con los bomberos?
—¡¡Ellos estaban dentro!! ¡Deben ir a buscarlos! —ella es la hermana de uno de nuestros compañeros..
—¿Qué es lo que pasa? —pregunté, limpiando la sangre de mis labios.
Solo necesito aire limpio para sanar.
—¡¿En dónde están los demás?! ¡Ustedes están aquí, eso significa que los demás también! —me gritó sujetando mis hombros.
—Nosotros no estábamos en el gimnasio. — los demás siguen dentro, respirando ese gas, pero ya tuvieron que haber salido y y
No entres en pánico, las voces se irán, estarás bien. Mis manos tiemblan como la última vez, no quiero perder el control, no ahora.
—Maight, ven aquí. — Alfred casi nunca utiliza su conexión en público, es un dolor de cabeza si lo hace. Esto es mucho peor.
Me acerco a mi grupo quienes revisan el sistema de seguridad. El gimnasio está cubierto de penumbras.
—Por favor, dime que no somos nosotros quienes estamos haciendo eso. —Fridda suplico, cerrando el portátil.
—Hay que entrar y sacarlos.
—El lugar está bloqueado, llega hasta las puertas traseras, esa es la única entrada, de ahí hay que derrumbar una pared o más sencillo la puerta del conserje. —mi cabeza duele de tanto plan, ese gas sigue propagándose.
—Debemos apresurarnos o no llegaremos antes que todo esto se queme. — dije señalando como parte de la biblioteca se quemaba, por suerte hay un nuevo sistema pero tarda en activar el cierre total.
~Narro~
Cada uno de ellos corría hacia las puertas del gimnasio, evitando respirar el gas recorriendo el sistema de ventilación. Las alarmas se desactivan, pero el sistema de cuarentena se activa, dándoles tan solo cinco minutos para sacar a todos.
Llegaron a la entrada principal, tratando de abrirla, pero ;por coincidencia de la vida, la cual se llama demonios; se encontraba sellada desde su interior.
—Necesitamos las garras. — Sigfrida suspira observando a su hermano mayor. —Debes dejar salir todo el corrosivo acumulado Wal, las penumbras son inútiles si el lugar está bloqueado.
—Odio las garras. —gruñe y observa sus manos.
—No tienes opción. —Maiton aprieta sus muñecas, forzando a que sus garras salieran. —Utilizalas o todos ahí dentro morirán y la culpa será tuya.
El líder observa como un líquido viscoso goteaba desde la punta de estas, destruyendo el suelo frente suyo.
—Maight no vayas a utilizar tus llamas, debes de empujar la madera. — le aconsejo, incrustando sus garras contra la madera, así el se va quemando poco a poco.
Su manada le imita y unos segundos después una abertura lo suficientemente grande se forma para que puedan entrar sin problema alguno.
Penumbras moradas amordazan a cada uno de los estudiantes y maestro, manteniéndolos en sus lugares.
—Justo en donde los quiero. — escucharon una voz femenina reír, mientras penumbras sujetan a los tres portadores.
—No tú otra vez. —Sigfrida gruñe mostrando sus colmillos.
—Sig, ¿quién es ella?— preguntó su hermano intentando liberarse.
—Es la hermana de Camilo, creo que nos odia o algo así.
—No, ahí estás mal, yo no los odio, más bien quiero ayudarlos.— sonríe acercándoseles.
—¿Qué es lo que quieres? —Black pregunta, sintiendo como las penumbras sujetan con aún más fuerza sus muñecas.
—Eso no importa, están acorralados, un grupo en la biblioteca, otro en la cocina, y a su manada justo en un lago cercano. Sus sistemas de seguridad los asesinaran si se activa un cierre total, no tienen muchas opciones más que cooperar y ellos serán libres.
—Formación beta a mi señal. —Walfred con un poco de energía vital pudo informarles a través de la conexión.
—Di lo que quieres. —Black gruñe recordando que si fuego sería más bien contraproducente.
—Ustedes son la pieza final, los necesito. — ella sonríe bloqueando sus dones por completo.
—¿A nosotros? —Wal pregunta, confundido a su respuesta.
—¿Sencillo no lo creen? Solo deben de unirse a la "manada" que he creado y sus conocidos serán libres. Como si nunca hubiera sucedido. —Sonríe liberando a algunos jóvenes.
—¿Qué deseas que hagamos por ti?— Sigfrida cuestionando sus intenciones pregunta.
No confíen en ella.
—Solo necesito que se mantengan muy quietos. — continúa sonriendo, parte de la manada secundaria aparece.
Ellos les sujetan evitando que muevan el mínimo músculo.
—¿Impresionante no es así? No tienen de qué preocuparse, serán justo igual que ellos, o aún mejores. Les prometo que dolerá solo durante unos minutos. Lástima que sus padres no se encuentran aquí.
—Dejalos ir, no nos estamos resistiendo, ni una de esas personas necesitan estar aquí. —Walfred súplica, sintiendo un pequeño pinchazo en su muñeca derecha.
—Primero arreglemos esa actitud suya, ¿qué piensan? Será un acondicionamiento muy rápido si cooperan.
Las penumbras penetran sus arterias principales, inyectando una nueva sustancia creada por Amery, la "sangre" ;o algo similar; de una penumbra corrompida.
Esa sustancia al entrar en contacto con su sangre empezó a contaminarlos, forzando un cambio en su ADN, causando un nuevo tipo de dolor.
Penumbras grises se formaron alrededor de sus cuerpos, como si estás tratasen de consumir su energía vital aún estando con vida. Varias de estas perforando partes vitales, extrayendo y a la vez regresando la energía, un ciclo sin fin.
—He dicho que dejen de resistirse o utilizaré la fuerza. — Camely les advierte, dándole una señal a la manada secundaria.
Más penumbras son creadas y penetran sus columnas, dándole paso a más sangre infectada.
Sus cabellos se volvieron blancos, pero a los pocos minutos el negro se apoderaba de múltiples mechones, al igual sus ojos, cada vena quemandolos desde el interior como si se tratase de lava.
El dolor disminuye ya que ellos empezaron a perder el control, trataban de luchar, pero las voces intentando escapar les debilita.
Deseaban cerrar los ojos y desaparecer de cada uno de esos mundos.
—Al fin, están colaborando, solo necesitamos algo con que asegurarnos que tengan una muy larga siesta. — ella sonríe y al chasquear los dedos, penumbras finas que se encontraban tras suyos destrozan una parte de sus cráneos, ingresando cuidadosamente en sus cerebros.
Intentaron rugir o incluso llorar, pero el momento que el dispositivo se encendió y abrazó las fibras cerebrales fue demasiado tarde.
Perdieron la conciencia y todas las penumbras les liberaron al terminar el proceso.
—Joder, ustedes en verdad lucharon contra sus vacunas. Ya que, no despertarán en un buen rato. — se estira y hace que todos desaparezcan.
•9:27 am•
•Casa Fillet Darek•
Regresemos unos minutos antes de todo este desastre, en donde los padres se encontraban en lo que esperaban ser su nuevo hogar.
—Aún recuerdo cuando vivíamos aquí. — Fredd suspiró con melancolía en su voz.
—Y al lado está mi vieja casa, en donde nos refugiamos cuando...sí eran tiempos muy locos. — Shalyn suspira observando la casa al lado.
—Las alarmas del colegio se activaron. —Phantom les informa revisando las notificaciones en su teléfono.
—¿Las alarmas? Justo el día que regresan, creo que deberían empezar a estudiar estos últimos años en casa. —Shalyn gruñe revisando el sistema de seguridad. —Gases tóxicos detectados, por favor que no se queme nada.
—¿Escuchas lo que hablas? Gases tóxicos en una escuela en donde todo lo que era gas fue reemplazado por paneles solares, y no hay fugas cerca.
—Freddy, abre tu espejo. — ella murmura acercándose a su esposo.
El al crear un espejo solo logra ver estática, como si se tratase de una televisión sin cableado.
—Debemos ir a la escuela, estamos a unas cuadras, será mejor evitar que nos vean llegar. — ella informa sujetando su cabello. —Presiento que hay problemas de los grandes.
Las sirenas se escuchan y a través de la ventana notan humo a lo lejos.
—Algo se está quemando y creo que es la biblioteca. —Phantom gruñe, dejando una caja sobre el comedor.
—Sólo vamos a ver si los niños se encuentran bien, estoy segura que ya hubieran llegado a casa o avisarnos.
—Cierto, vámonos, luego terminamos aquí...está bloqueado, Freddy la escuela tiene un bloqueo total. Es ella, te lo juro, sé que es ella quien está haciendo esto.
—¿Pero por qué la escuela? —Night pregunta tomando las llaves de su auto y abriendo las puertas.
—Como si no conocieras como son los Amery, por que era que William nos perseguía y dejó a un lado...bueno, a la mayoría de nuestros padres. —Fredd subiendo al asiento del copiloto, pregunta.
—Deseaba convertirnos en sus armas personales.
—¿Y tú qué crees que pasará si eso sucede con ellos?
—Lo mismo que a nosotros...cierren las puertas rápido, yo no sé qué piensan ustedes, pero Max y yo no perderemos a nuestros hijos... ya en si es difícil crear lazos nuevamente, si algo le sucede a uno de ellos estoy seguro que Max. —no termina su oración y comienza a conducir hacia el instituto.
—¿Hasta dónde llega el bloqueo? — Fillet pregunta viendo el embotellamiento frente suyo.
—Hasta la carretera principal. — Shalyn gruñe y sale del auto para luego desaparecer.
Ella nota como el cierre total había sido activado, policías, bomberos y médicos se encontraban esparcidos a través del campus. Dos de los oficiales resguardando la entrada.
—Será mejor que me den paso antes que yo sea quien se arrepienta de lo que tenga que hacer. — Shalyn les advierte intentando arañar la puerta de metal.
—No puede entrar señora Darek, el sistema está activo por alguna razón, se desactiva cuando el edificio encuentre ni un solo peligro. Ese ha sido el código registrado en el ministerio de educación. —uno de ellos le informa intentando alejarla.
—Yo soy dueña de este lugar, yo tengo el derecho de entrar cuando se me pegue la regalada gana. — gruñe apartando a ambos de golpe, observando la puerta de metal fundido. —Maldita fuga, maldita Amery. —gruñia tratando de traer abajo el metal. —Ya estoy vieja para esto.
Ambos padres aparecen justo a su lado, golpeando la puerta igualmente, hasta que sienten las púas de los taser, aunque estuvieran acostumbrados a la electricidad, con sus dones bloqueados es casi inutil.
Cayeron al suelo inmovilizados, unos instantes después cada uno observaba sus cuerpos conscientes como eran llevados hacia una de las ambulancias.
—¿Creen que ellos sepan que podemos escucharlos? —Fred pregunta, observando la puerta del colegio.
—Yo creo que no. —Shadow se estira abrazandolo. —No te enojes con ellos, solo hacen sus trabajos.
—Solo son como cinco minutos inmóviles, luego nos dirigiremos hacia la entrada trasera. —Phantom suspira, rogando que sus hijos se encuentren bien.
•9:47 am•
—Mi cabeza. — Shalyn se queja del dolor.
—Tranquilos, estarán bien en un rato. — uno de los paramédicos le asegura.
—El bloqueo acabo. —Black gruñe y escucha gritar al otro lado de la puerta.
Múltiples penumbras arrancan las puertas y el pequeño grupo sale corriendo, muchos de ellos tosiendo sangre mientras lloraban.
Evelyn deja salir sus orejas de lobo y al poner un poco más de atención lleva sus manos temblorosas intentando bloquear todo el sonido.
—¿Eve? —Freddy intenta calmar a su esposa, pero ella sin pensarlo corre hacia la entrada revisando cada uno de los salones.
Ella lloraba desesperadamente, hasta que todo el ruido se acabó de repente.
—¿Chicos? — pregunta entrando al gimnasio, suspira al no ver ni una gota de sangre o rastro de sus hijos. Ella continuó registrando el colegio pero no encontró nada.
Shalyn sale del instituto y se dirige hacia su pareja, tomando su mano tratando de soportar sus lágrimas.
—Se los llevo, Amery se llevó a nuestros hijos. —ella gruñe frotando sus ojos.
—Perdón. — susurró una chica de cabello oscuro.
—No es tu culpa, Mei. — Phantom suspira pensando en cómo explicárselo a su esposo.
—Ellos son los líderes de la manada, y aun así nosotros no logramos, las puertas tan solo se cerraron y la zona bloqueada, no pudimos ayudarlos. — entre gruñidos toma la responsabilidad por lo que sucedió.
—No fuiste tu. —Luz suspira de brazos cruzados. —Fue la hermana de Camilo.
—Ustedes no deben preocuparse, nosotros resolveremos esto. Vayan a que las revisen, era demasiado gas. —Black les asegura desapareciendo.
—Esto nos afectará de todas las formas. —Fillet gruñe mientras observa a los bomberos entrar al edificio.
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