No esta mierda otra vez
•Lunes 25, Agosto del 70, 11 am•
•MB Psychiatric Hospital •
~Evelyn~
Genial, nos han mantenido aquí hace más de cinco días y cuatro noches o esa es mi cuenta. Nos creen locos por nuestros métodos de enseñanza. Las pesadillas de este lugar se volvieron realidad, nunca creí regresar a un hospital de estos.
Chris nos ha mantenido al tanto del estado de nuestros hijos, mejoran con rapidez pero los traumas y la culpa son inexplicables. Es normal ya que al parecer ni ellos mismo saben como explicar cuál era su paradero dentro del subconsciente.
El colegio ha entregado un comunicado de que ahora hasta nuevo aviso sus clases se realizarán de forma en línea. Con el dinero; de nuestras cuentas congeladas; se les proporcionó todo lo necesario, tanto computadoras hasta internet.
Y encima nosotros no podremos supervisar sus actividades, Chris dice que ha sido difícil mantenerlos en un mismo lugar ya que quieren ayudar y aún se encuentran heridos.
Creo que tan solo son sus tutores gratuitos, saben que eso nos molesta. Otorgando sus bienes sin paga alguna.
Utilizando MI casa, para sus lecciones, se apoderaron de MI propiedad incluso para su vivienda.
Engendros de Lucifer.
Me pregunto quién les estará guiando con educación física ya que los profesores mandan instrucciones y explicaciones, pero nada más.
—¿Así que como están ellos, Chris? —Phantom le pregunta, es mi vecino de enfrente, ¿genial no lo creen?
Freddy se encuentra a un lado y Fred del otro.
—Mejorando, aunque son casi tan tercos como ustedes, no me permiten ayudarles con los vendajes o incluso verlos. —suspira cansado.
No tan fácil ser padre de esos niños, ¿o si?
—Es costumbre suya, los dejábamos por su suerte a que sanaran y aprendieran por sí mismos. —Shadow responde.
—Si, ya lo note. ¿Y cómo ha sido su estadía? —pregunta sonriendo.
—Horrenda, nos están dando avena de desayuno, necesitamos venado. —Fred callate.
—Bueno, ustedes se lo buscaron, necesitan una buena dieta que no consista en carne todos los días, diganme, ¿cómo era que alimentaban a sus hijos?
Nadie habló, nadie quiere explicarlo. Así es como nos hemos mantenido incluso con los médicos, nosotros tomamos buenas decisiones y todos ellos nos juzgan.
—Ya veo.
—Los manteníamos débiles para que al igual sus dones así crecieran.
—Fred, callate. — le advertí cruzándome de brazos.
—Es la verdad, ese era nuestro objetivo, que crecieran con dones débiles para poder controlarlos con más facilidad. —al salir de aquí lo matare.
—Hablaré con sus médicos, se que esto ustedes nunca les mencionan estos temas.
Si, te mataré.
—¿Y con quién están los bebés? —pregunte acercándome al cristal.
—Los deje con la manada, pero si quieren puedo traerlos. — nos sonríe y los hace aparecer.
Mis preciosos bebés, los deja gatear hacia nosotros y ellos tocan el cristal.
—Estamos bien, muy pronto regresaremos a casa. —le sonreí poniendo mi mano frente a la suya.
—Eso dependerá de solo ustedes, si se abren con los médicos y empiezan a cambiar esas actitudes suyas.
—¿Qué actitudes? Hasta donde nosotros sabemos hemos hecho todo bien, tan solo mira los ingresos dentro de los negocios, nosotros hicimos eso. — gruñí tratando de crear la presión suficiente para mínimo hacer una grieta.
—Están bloqueados Evelyn, de aquí no saldrán o con una orden de juez o dados de alta. —Y yo pensando que eras mi persona favorita.
—Oye Chris, deberías decirle al profesor de física que puede utilizar el terreno en el bosque para dar sus clases, los niños deberían ejercitarse un poco más, ¿no lo crees? —sonríe observandolo.
—Esa es una gran idea Evelyn, le avisaré a Mike que mande un aviso a los padres, justo hoy ellos están dando tutorías, así que la mayoría se encuentra en casa, será fácil. —Sonríe y carga a los bebés.
—¿Eso nos da puntos extra para salir más rápido? — pregunte aun sonriendo.
—Ese fue un muy buen intento, pero no, eso tan solo demuestra otro de mis puntos, no han cambiado en nada. —y se fue. —Maldito viejo de canas verdes.
—¿Por qué le ofreciste eso? —Escuche a Freddy preguntar.
—Creí que podría ser un buen boleto de salida. — suspiré sentándome en mi camilla.
—Pero mira, fallo y ahora tienen el terreno a su disposición.
—No me gusta que me reprochen, Fillet, aún peor, estando tan cerca.
—Perdon.—los escuche murmurar.
—Además, es cierto que es buena idea lo del bosque, lo que Chris no pensó fue que ellos siguen heridos y yo conozco a mis hijos, no permitirán que sus compañeros los tomen como flojos.
—¿Y que si ellos propagan más la palabra? — Esa es una muy buena pregunta Phantom.
—No tendré problemas de entregarle sus cuerpos a Amery, no permitiré que esos niños malcriados arruinen nuestras vidas. —gruñí recostándome.
•Casa Fillet Darek •
~Chris~
Ahí están, cada uno explicando los temas a sus compañeros, si desearan ya se hubieran graduado de la universidad, pero aquí están, ayudando a quienes necesitan de su ayuda.
No se como es que sus padres no son de esa manera...ya les di la noticia así que solo deben de esperar a que algunos cuantos alumnos lleguen junto al profesor.
Escucho el timbre pero Alfred me detiene,
—Yo abro tu no te muevas abuelo. —me sonríe y se dirige a la entrada.
Ustedes son quienes deberían estar sentados.
Abrió la puerta y el resto entró a casa; este lugar está demasiado lleno.
—Todo el mundo reúnanse en el centro, ya nos podemos ir. — Sigfrid sonríe sujetando su cabello.
—Tengan cuidado, yo cuidaré a sus hermanos, tal vez su tío Bear o Baltazar vaya a acompañarlos. —les informe cargando a los cuatro lobitos entre algunas cuantas penumbras.
—Lo vamos a esperar, pero mientras se comenzará la clase. — Wil me responde y el grupo entero desaparece.
Como quisiera que ellos fueran mis hijos.
•Bosque Fillet Darek •
~Alfred~
Entrenar...tal vez nos dejen ejercitarnos a solas, sin que nadie pueda ver o sufrir las fugas de energía. La verdad no me siento con las fuerzas suficientes para al menos completar la clase de esta semana..
Aunque no los culpo, si no soportan mi actitud no me imagino la de una penumbra en control, atacaron hasta que sus manos se cansaron. Tenían sus razones y nosotros lo entendemos.
—Todo el mundo comience a correr. —escuche al profesor decir, mientras que muchos me observan recostado en una de las ramas más altas.
—¡Tú también Alfred! — ay Maight, no me dejan ni un segundo.
—Prefiero hacer la piedra y no hacer nada más por el resto de la clase. — respondo estirandome.
—Entonces ve y haz la pierda, holgazán. — y ahora Sigfrid.
—Hay demasiadas personas, ustedes saben que casi no utilizamos nuestros dones en público, y a mi no me gusta alardear. — hablé solo queriendo que mi manada me escuchase.
—No es alardear, además, necesitas estirar los músculos después de lo que sucedió. —Nan, tu buscas cualquier excusa para que los demás vean que en verdad no deberian de molestarnos tanto.
—Por favor, ustedes hagan lo suyo y déjenme solo observar por hoy. — murmuré bajando del árbol rama por rama.
—¿Entonces por qué no haces la piedra?
—Hola tío Baltazar, ya te estabas tardando. —dijo sin siquiera voltearme a verlo.
Nunca nos quiere ayudar cuando más lo necesitamos.
—No te molestes tanto, ni que hubiera dicho tu pequeño secreto. — susurra sonriendo.
—Eres tan odioso como Maight, ¿pasaste demasiado tiempo con él? —le pregunté riendo.
—Tanto tiempo así como tu y tus hermanos. —sonríe y me empuja hacia el grupo.
—Eso no lo sé, aún son bebés. — suspiré viendo como los demás corrían.
—Diría yo que ustedes son los bebés en esta época. — nunca entenderé lo que en verdad quiere decir.
—¿Y de qué hablan? — Sigfrid me pregunta estando a mi lado.
—¿Ya terminaste? — le pregunté observando como los demás corrían aún.
—Es un juego para niños y lo sabes. —Todo para nosotros es un juego de niños.
—Si quieren podemos empezar su entrenamiento antes.
—¿Un nuevo entrenamiento? Dime por favor que ellos no lo inventaron. — incluso Wil está preocupado.
—No, ustedes mismos lo crearon, así que si desean quejarse mejor piensen el por que ustedes se crearon tal castigo. Ni siquiera sus padres hubieran pensado en ello. —y eso si da miedo.
—¿Por que hariamos algo asi de tonto? —Fridda le pregunta cruzándose de brazos, sin un poco de confianza en sus palabras.
—Porque para ese entonces ustedes se permitieron utilizar la energía acumulada dentro suyo, dejar que crezca junto a ustedes. —Sé que eso jamás sucederá.
—Pueden intentar completarlo sin distraerse.
—Ya sin distraernos es imposible. — Sigfrid ríe; no me importaría comenzar un entrenamiento que yo mismo cree.
Noto como algunas partes de la grama se encuentran quemadas, noto las llamas salir de entre el cabello de Maight. Está molesto por alguna razón.
Piso el suelo dos veces, ambos se detienen y entre gruñidos se acercan.
—¿Ahora que les dijo? — pregunte tratando de apagar esas pequeñas llamaradas.
—Lo de siempre, ¿tú qué crees? —Maight gruñe cruzándose de brazos.
—Deberían mencionarle a él sobre su familia, con eso lo callaran durante un muy buen rato, investiguen cuál fue su primer nombre y si lo primero no funciona repitanlo hasta que se enoje y se largue.
—¿Cómo saber si eso funciona y no se enojara más? —Nan pregunta observandolo.
—No escuchen lo que diga, aunque se enoje, ignorenlo, los tres hagan eso, si lo ignoran no molestara.
No me gusta confiar en él, pero puede que tenga razón.
—Tal vez sea buena idea empezar con ese entrenamiento. — dije sin aceptar lo que nos aconsejo.
—¿Entrenar? — y justo ella tuvo que escucharnos.
—No es nada Luz, lo haremos en otro lado. — respondí observando a los demás.
—¿Pero por qué? ni que ocultaran algo que el mundo ya sabe. — y ahora el salón entero está en huelga.
—Muy bien, hoy tenemos libre, por que no muestran lo que tiene, estoy seguro que a muchos les pica la curiosidad.
Observo a mi manada y muestro mis colmillos. —Esto ustedes me lo pagaran y caro. Maight no quemen nada— les mande ese mensaje mental y ellos sonríen.
—Todos tendrán que apagar sus dispositivos electrónicos, no queremos que exploten. — Sigfrid les sonríe y crea una onda que apague todo.
No queremos pruebas de que esto sucedió.
—Comencemos con el calentamiento, correr, haganlo no paren, utilicen toda su energía.
—Eso es fácil. —Nunca digas eso Nan, NUNCA.
—Quien termine primero tendrá un buen descanso, al último, digamos que no le irá tan bien. — y tenía que decirlo.
—Mejor vamonos, Tío B., no los vayas a traumar o decir algo muy tonto. — le advertí y empezamos a correr.
—¿Crees que deberíamos liberar la energía? —Maiton me pregunta manteniéndose en control.
—Él dice que no tenemos problemas en el futuro haciéndolo, tal vez ya sea tiempo de confiar. —dije suspirando. —Antes de llegar debemos de contenerla.
Y así fue como por primera vez liberamos parte de nuestra energía conscientemente...es como si estuviéramos volando.
Se siente tan bien, es como si una corriente helada envolviese cada herida, tan refrescante y liberador.
—Oye al, ¿por qué no hemos hecho esto antes? — me volteo hacia maight y la punta de cada cabello se encuentra en llamas, pero en vez de ser azules son de ese blanco prohibido.
Jamas crei poder ver ese color sin que ellos nos reprochen por ello.
—Dios, se siente como si estuviera envuelta en helado de fresa, se siente tan suave. — incluso Sigfrida están de acuerdo.
Contenemos la energía y observamos al grupo hablando sobre quién sabe el que.
—¡Yo gané! — ella grita dejándose caer al suelo. — Mis pies duelen. — y aquí fue donde el golpe de dolor nos ganó.
—Me sorprenden, han roto su propio récord de menos de un minuto. Deberían mantener su energía fuera para evitar esos golpes de cansancio, se les será más sencillo.
—¿Qué tanto recorrimos? — pregunte entre jadeos.
—La circunferencia del planeta 40,075 km, la cual recorrieron a 48.09 segundos, sus cuerpos pueden resistir una velocidad más grande que 3000 km/h.
No no no, eso no puede ser real, nos tardamos minutos en completar tan solo cinco millas, es imposible, deberíamos estar muertos con esa velocidad.
Si nosotros no nos lo creemos, imaginense ahora el rostro de cada uno de ellos.
—Eso es físicamente imposible. —el profesor murmura.
—No para ellos, siquiera sus padres lo lograrían. — no sé si les está advirtiendo o alardeando. —Alfred fuiste el último en llegar, creo que ya sabes que sigue.
No él también, no no más heridas por favor.
De golpe siento que una penumbra me sujeta y le eleva por los aires.
—Linda vista. — escuché a Wil murmurar en mi mente.
—¿No atacara? —me pregunto a mi mismo.
—Eso parece, pero presiento algo muy feo. — mi penumbra responde.
Y estamos cayendo, bloqueados, escuchando gritos.
—Si no nos apresuramos terminaremos tal papilla contra el suelo. —ya lo se Wilfred.
¿Ya no estamos cayendo?
En el momento que mis pies se encuentran contra el suelo veo como todos susurran y otros no tienen palabras.
—Al, tus..— Sig hace una seña de revoloteaaa...ay no.
El profesor pálido se sienta aun sin palabras, pareciese tener un ataque de pánico.
—Baltazar tu tenias planeado esto. — le acusé mientras escondo mis alas.
—Si, pero no se preocupen, no será la primera ni última vez que aparezcan sin que ustedes lo deseen, ellos guardaran bien el secreto. — sonríe revisando a nuestro profesor.
—¿Entonces fingían estar cansados? —fue lo primero que nos preguntó.
—No no no, sí que lo estábamos, más bien muertes, entrenamiento y luego su clase no es tan fácil de llevar. — sonreí aún nervioso.
—Basta de platica, garras y corrosivo fuera, necesitan afilarlas. — ¿garras?
—¿Corrosivo? — una compañera pregunta.
—Lo producen y desechan sin querer, aunque Maight no lo posee, pero el fuego es su don. — tío Baltazar será mejor que te cayes.
—Y antes que lo digan, no, yo no soy un pirómano, ya me hicieron exámenes psicológicos. — Y hasta Maight se está cansando de ello.
—Yo me niego a utilizar mis garras en público, una gota mal direccionada y no queremos ir a un hospital. —dije escondiendo mis manos tras mi espalda.
—Se me olvidaba que aún sufres de ese trauma. Les sugiero que retrocedan. — ¿trauma? Eso no es un trauma, es una pesadilla.
El suelo empieza a temblar y la energía brota entre las tantas grietas que se forman a mi alrededor.
—Ya es suficiente Alfred, recuerda que puede suceder si pierdes el control sobre ti mismo.
Solo respira, imagina que todo está bien y respira.
~Baltazar~
—Deberías decirles. — escuché a mi hermano murmurar, estando apoyado en mi hombro.
—Ellos me pidieron no mencionar nada sobre su provenir. — dije notando como la energía disminuye.
—¿Te están escuchando?
—Cree una ilusión.
—Entonces por qué no decirles si lo descubrirán en algún momento, yo lo haría, es la verdad, son sus hermanos. —Ay Caín, es por eso que no te mandaron a ti.
—Alfred ya tuvo el primer contacto con el mayor, eso es suficiente por ahora y ya le de la pista sobre luciferum, esa es la información suficiente.
—No es cierto, es por esto que aún los vigilan y no interactúan.
—No te quejes, lo hacen por su propio bien, mientras aún no se conozcan a sí mismos ellos no entraran a ese lugar.
—Pero es hermoso y ellos necesitan un descanso de toda la mierda que están viviendo, encima con sus padres en su contra. — Sé que es el mejor lugar en el mundo pero...ellos aún no se lo han ganado.
—Es su derecho, no es que se lo ganen o no, y tu lo sabes.
—¿Por qué no regresas a tu páramo y dejas de molestar? — le pregunté deshaciendo la ilusión.
La energía se detuvo y Alfred me gruñe.
—Ve a descansar, los demás haremos el entrenamiento. — sonreí y él sin decir nada apareció sobre su rama favorita.
—¿Qué trauma? — olvide que ellos encubrieron el incidente, incluso de la familia cercana.
—Solo fue un pequeño incidente en tercer grado, nada grave. — en que ella sí sabe.
—Si Alfred se comporta así, es por que eso le afecta en verdad. — Ninguno de estos niños se engaña.
—¿Qué fue lo que sucedió? Yo no curse tercero en el colegio. —dios Maight, tu y tus trabajos.
—Desfiguro el rostro de una niña permanentemente, fue un accidente, pero al ver cómo su rostro se derretia frente a sus ojos es algo traumático para un niño de nueve años. Ahora todos los gastos para mantenerla viva él los tendrá que cubrir hasta...bueno, hasta que muera. Una muy "buena" razón para no utilizar sus garras cuando hay gente cerca.
—¿Él estará bien? — cualquier persona sana preguntaría eso.
—Solo necesita tiempo, es Alfred por el amor de dios, este no llora aunque le rompan los huesos. — Fridda sonríe observando a su hermano.
—¿Podemos hacer algo más que no sea lamentar el pasado de Alfred? Qué tal si destruimos la piedra, me dijeron garras fuera y en algo necesito liberar la presión acumulada estos últimos segundos. —Maight tiene razón, no pueden continuar.
—Veamos quien gana, corrosivo o fuego, hagan sus apuestas. — esta niña será buena con los negocios.
—El corrosivo. — dijo un chico entregando como diez euros.
—El fuego ganará, si tiene la suficiente temperatura partirá eso a la mitad. —Whale sonríe entregando la misma cantidad.
—Si Wal participará él nos patearía el trasero. —Sigfrida ríe viendo a su hermano.
—¡Eso es MENTIRA! —Ahí está la ira.
—¡Tienes corrosivo acumulado desde hace años! — ya me estoy cansando de todos estos gritos angelicales.
—¡Yo no haré nada!
—Será mejor que dejen de desperdiciar su tiempo de vida y hagan algo menos aburrido que discutir.
—Espero que se caiga. — la escuche gruñir haciendo aparecer una piedra esférica de su mismo tamaño, colocando sus garras sobre esta. — Te apresuras o llevare la ventaja. — le gruñe a mi sobrino, a quien un fuego azul recubre sus garras.
Todos se emocionaron con cada segundo que transcurría, observando como una simple piedra se derrite.
—Y eso ya es lava, piedra derretida, al terminar de helarse tendremos unas muy bonitas dagas de obsidiana. — suspira apareciendo junto a Alfred. —¿Estás bien?
—Si, solo estoy pensando, ya sabes, solo el pasado y cómo nos afectará en el futuro...las cosas en verdad nos marcan. — suspira apoyándose en mi costado.
—Sé que ha sido difícil, pero ya verán que algún día todo esto será su pasado. Ustedes se convertirán en grandes personas, esa luz que contienen dentro será liberada y tú guiarás a muchos más de los que alguna vez conociste.
—Gracias por haber venido tío Bear. —se que necesitan escuchar eso, no quiero que terminen como en su futuro pero aunque quisiera no puedo cambiar su destino.
—No debes agradecer. — sonreí y le empuje un poco. — Ya es hora de bajar, ¿ no crees?
—Si, ese par no sabe manejar de otra forma sus emociones. — sonríe y salta aterrizando sin problema alguno.
—Ese es el ángel que yo conozco.
•11: 20 am•
—Vamos, les toca algo más divertido, esgrima y arquería. — sonreí gracias a que por fin haremos algo sencillo.
—¡La venganza! ¡Te meteré una flecha en el culo, Maight!
—¡Sigfrid!
Amo a los mellizos.
—Dime por favor que es sin límite de energía que ya días quiero intentar algo. — Otra razón por la que amo a mi sobrino en esta etapa, aún manteniendo esa alma libre.
—¿Qué tal si ponemos a prueba a sus amigos y les ayudan a mejorar sus ataques con múltiples enemigos? Por supuesto si su profesor lo permite.
—Mientras no hayan heridos hagan lo que quieran, yo me tomo el día libre. No le cuenten a sus padres.
El día más relajado de toda mi vida igualmente.
—Cada quien consiga una rama, irán contra ellos tres. —muchos se ven emocionados con la idea, sin saber que ellos son literalmente los mejores en ello.
—¿Qué tan difícil puede ser?
—Yo no voy a jugar a la espada. —Luz dice levantando ambas manos y sentándose junto a su profesor. —No soy una suicida como ustedes.
Buena elección.
—Tengan piedad en ellos, no utilicen energía si no quieren. — dije sentándome junto a ese par.
—Tal vez no. — Maight sonríe y hace aparecer su ballesta. —Sin puas, solo serán ramitas.
—Eres aburrido, yo utilizare la punta, ayuda bastante con la aerodinámica. —sonríe haciendo aparecer una flecha roja. —Voy a marcar a muchos aquí.
—Por favor, no los maten, yo utilizaré una rama así como los demás. —ellos deberían aprender un poco más de él.
—Bien, les daré ventaja. —Sigfrid suspira vendandose los ojos.
—Esto será fácil. — Whale sonríe sujetando con más fuerza su rama.
—No la hagas enojar Whale, tu sabes lo competitivas que se vuelven.
—Lo sé, pero hace tiempo no jugamos de esta forma. — sonríe y se acerca primero.
—Entonces ataca. — ella gruñe y le apunta con su arco.
—Es un placer. — sonríe y le ataca, arrebatando el arco de sus manos.
—Se me ha olvidado que papá te enseña defensa personal. —ella sonríe y de golpe se encuentra ella sentada sobre su espalda. — Aún no se compara con todos los años de entrenamiento infringidos.
—¿Ustedes pueden enseñar defensa personal? —el profesor les pregunta.
—Es entrenamiento básico, es fácil, tanto desarmar un rifle y repararlo. —Alfred respondió deteniendo el ataque de un compañero.
—¡¿Cómo que armas?! —Whale pregunta aun manteniéndose en el suelo.
—A mamá le gusta explicar temas muy extraños, y ni digamos el tío Bear. — él sonríe y le regresa la flecha perdida de Maight.
— Si se rinden ahora no irán a ver a San Pedro.— dios Maight, ni que fueran sus padres.
Y sin más todos dejan caer las ramas y levantan sus manos.
—Creo que mejor empecemos con las lecciones de defensa personal. Después de todo estamos cubriendo las dos clases de la semana. — Alfred les sonríe y se acerca formándose en cinco filas.
Ahora si es buen tiempo para dormir.
•12 pm•
~Narro~
Tras una hora de entrenamiento cada estudiante se encontraba teniendo su almuerzo por parte de los tres nuevos entrenadores. Cada uno relajandose sin tener la presión de sus padres encima.
A quien engaño aquí, todo en el mundo de los portadores es una sola mierda y con lo que Amery está haciendo justo en estos momentos las probabilidades de salir victoriosos es casi inexistente.
Energía corrupta se presenta entre el grupo, obligando así a los tres portadores a crear un domo sobre ellos.
Un gran vórtice rojo creándose frente a su domo, viendo como varias siluetas son expulsadas de este para luego cerrarse.
—Mi espalda no puede más con estos arranques tuyos Phantom. —se quejó un hombre de casi la misma edad de Christopher.
—Ay no, Alfred ellos se escaparon. —Maiton murmuró alejándose del borde de su domo.
—Chicos, no salgan del domo...esto es tan solo una rotura temporal. — Baltazar intenta tranquilizarlos
—Wil hay que avisarle al abuelo. —Sigfrida le murmura a su hermano.
—¿Wil? — el señor mayor pregunta
—Es Wilfred, solo mis conocidos me llaman Wil. — le corrige cruzándose de brazos.
—No te preocupes Wilfred, a mi igualmente me llaman Wil, o mis hijos lo hacen, es abreviación de William. William Amery, un placer conocerlos. —sonríe presentándose a sí mismo. —Ellos son mis hijos
— Ellos son nuestros padres, tú no eres nuestro abuelo. —Alfred gruñe interrumpiendo el resto de introducciones.
—Me pregunto qué habrá sido tan diferente para que aún continúen con él...o cómo sigue vivo. —Baltazar murmura acercándose al extremo del domo. —La clase se cancela. — dice haciendo desaparecer a los demás.
—Tio Baltazar, ¿qué es lo que está sucediendo? —Alfred pregunta destruyendo el domo.
—Es solo una ruptura...no debería de suceder a menos que esa Amery esté utilizando libros muy antiguos. —le explica y una penumbra se encuentra cerca de su cuello.
—Tu estabas muerto, YO.TE.MATE. —Shalyn gruñe mostrando sus colmillos.
—Oh en qué es ESE universo, ahora sabemos que sucede con las líneas temporales que llegan a su fin, continúan una y otra vez.— sonríe y a tan solo su tacto se desmorona. —De esto es lo que sus padres los deseaban apartar, de estas personas. En que conseguiste tu objetivo William, felicidades.
Un domo se crea alrededor de los intrusos y ellos tratan de escapar.
—Hace años quise hacer eso. —Alfred suspira orgulloso.
Una penumbra roja atraviesa parte de su abdomen y el ruge, energía blanca explotando a su alrededor.
—¡Tienes incluso la misma puntería que mi madre! ¡Parece que en todos los universos están locas! —rugía destruyendo la penumbra. —Siempre van por mi abdomen. — gruñe y empieza a sanar.
—Eres en verdad tolerante al dolor, me sorprende. — sonríe y otra penumbra le acaricia la barbilla. —Puedes ser muy útil en este bando. — Shalyn susurra haciendo que él aparezca frente a ellos.
—Ya han hecho esto antes, manipularnos, no han cambiado mucho, pero aquí puede haber algo que en su hogar no. — sonríe y sus plumas se encuentran apuntando a sus pechos. —Yo no tendré piedad en exterminar unas copias mucho peores que mis padres o mi familia.
—Uy, el niño tiene agallas. — Fredd sonríe observandolo.
—Alfred dejalos ser, ellos ya no tienen salvación. Le hablaré a Christopher, él puede ayudarnos. —Baltazar suspira y el chico aparece a su lado.
—No quiero tener a un nuevo par de padres, aun peor que parecen admitir el asesinato de ti y sabe a cuantos mas. — suspira y observa a su manada. —Vamos a casa. —suspira y ellos desaparecen solo para ver la sorpresa de que SUS padres se encontraban sentados frente a cuatro chicos muy similares a ellos.
—¡No! ¡Esto ya es el colmo! ¡¿Ahora nos van a reemplazar o qué?! — Maight grita señalando a su padre.
—Juro que yo no puedo si quiera explicar esto, aparecieron aquí, o esas son las palabras de su abuelo. —él dijo mientras no quitaba sus ojos de encima de esos chicos.
—¿Y ustedes como salieron del psiquiatra? — Sigfrida pregunta aún sin confiar en ellos.
—Su querido abuelo nos dio 24 horas para resolver este problema. — Shadow sonríe pero luego nota la mancha de sangre en su camisa. —¿Qué te sucedió?
—Sus copias del universo, del cual creo que ellos también vienen, nos atacaron, ella tiene tu misma puntería. —Él gruñe y los demás aparecen sujetos por Baltazar.
—¿Qué están haciendo con nuestros padres? —el chico preguntó levantándose del sillón.
—Se los dije, mismo universo. — Alfred suspira apartándose.
—Ese no es? — Phantom pregunta señalando a William.
—Vivo y coleando...Phantom...calma, no tenemos tiempo para esto. —Él le advierte alejándose junto a sus sobrinos.
—No, él no puede estar en esta casa. — decía, electricidad formándose a su alrededor.
Sigfrid crea un pequeño domo, así como los demás jóvenes lo hacen alrededor suyo y su abuelo William.
Un gran destello se observa y de repente toda la casa se encontraba con los muebles flotando sin gravedad alguna, aunque ese no es el cambio más importante, sino el cambio de género de todos aquellos fuera de los domos.
—¡¿Qué has hecho Phantom?! ¡No esta mierda otra vez! — Ever le ruge saltando sobre Phatima.
Ella lloraba aun con miedo, tratando de quitarse a ese hombre de encima.
Los domos se desmoronan y los hijos originales niegan, desapareciendo cansados.
Franchesca empieza a reír a carcajadas observando como ellos peleaban sin razón alguna.
—¡Qué día tan maravilloso, otra vez esto y ahora el maldito William Amery se encuentra en esta casa! ¡Dios! ¡Lucifer estás haciendo muy bien tu trabajo de torturar nuestras vidas! —reir mientras sujeta a todos a los sillones. —Ahora todos y cada uno de ustedes dirá todo lo que saben, comencemos que cuales son sus hijos y familia, y saltense la historia del idiota de William, ya la conocemos.
—Yo me casé con Owyn. — La segunda Phatima dice sonriendo. —Dos de ellos son nuestros hijos, Laurence y Marcus. — sonreía observando a los dos mencionados. — Sin penumbras por desgracia, pero aun funcionales.
—Asqueroso, lastima que Camely Amery me arrebató el derecho de asesinar a Owyn por mi propia mano. — Night gruñe observándolos.
—Con nosotros las cosas no cambiaron tanto, solo el hecho que nuestros hijos si confían en nosotros. — Evedow sonríe orgullosa.
—¿Cómo lograron eso? —Shadow pregunta acercandoseles.
—Que ellos crecieron en un hogar donde sabían que absolutamente nadie podría llegar a dañarlos, confían en nosotros, algo que por lo que veo, jamás le darán a sus hijos.
Fredericka sonríe y se acerca. —Les daré un solo consejo, la confianza nunca funciona, no importa cuanta más se infrinja, ellos siempre la traicionan y la desechan como basura. Nosotros ya aprendimos sobre ello, ustedes también deberían.
—Ya veo por que aqui falle, sin que ustedes vieran la verdad o confiaran en mis palabras todo se arruino.
—Mejor callate William, todo esto es tu culpa, las marcas y la sangre derramada, nuestras familias destrozadas, perdimos nuestra libertad y todo por tu culpa.
—Unos más que otros. — sonríe observando a Shadow. —Ustedes fallaron, y es su culpa, no mía...perdieron desde hace mucho, lo que los diferencia de ellos es que tomaron la peor decisión, darme la espalda.
Un nuevo destello envuelve el mundo y todo regresa a la normalidad...así ninguno de ellos estando frente suyo, como si se tratase de un simple sueño.
—La ruptura se reparó. —Baltazar suspira observandolos. —No parece estar muy bien con lo que escucharon.
—Regresemos al hospital. —Evelyn dice siendo la primera en desaparecer, así uno a uno regresando.
—Shadow, no hagas nada que luego te arrepientas. — Baltazar dijo observándola desaparecer.
•11 pm•
•MB Psychiatric Hospital •
Los pasillos eran silenciosos, y fríos, sin ruido alguno dejando de lado los quejidos de una penumbra.
Ella se levanta, escuchando miles de voces repitiendo una y otra vez la misma palabra, atrapalo. Aparece en la habitación de su esposo, las cámaras se desactivan sin razón alguna mientras gateaba hacia su camilla.
—Cariño~ —ella canturreaba en su oído, lamiendo su mejilla. —Es hora de despertar.
Él empieza a quejarse entre sus ronroneos, al abrir los ojos siente como besaban su cuello.
—¿Shadow? — pregunta acariciando su cabeza.
—Es todo un sueño, se que deseas esto tanto cuando en verdad no puedes tenerlo. Dejame complacerte, déjame ver esa hermosa cola tuya, escuchar tus súplicas. —Susurra y de pronto él se encontraba boca abajo, sus extremidades sujetas a la camilla.
—¿Qué estás haciendo? —Fred preguntó tratando de soltarse.
—Se que extrañas esto. — murmuró bajando su pantalón.
—Si lo extraño...pero no aquí.
—¿Por qué no? yo se que amas ser mi perrita, una mascota obediente, una simple marioneta. — susurraba haciendo aparecer su juguete favorito...modificado por la mano de Amery. —Dime por favor, dime que quieres entregarme tu hermosa cola. —Susurra jugueteando con su cabello.
—Si. — responde entre jadeos.
—¿Si que? — ella pregunta frotando el juguete contra su única entrada.
—Es tuyo, por favor, es tuyo para utilizar como desees. — gemía moviéndose con desesperación.
—Que buena marioneta. — susurra penetrando y encendiendo el juguete a su máxima capacidad.
Él babea a tal magnífica sensación, hasta que empieza a sentir el ardor recorrer su cuerpo.
—Tu le perteneces a Camely, tu obedeces sin hacer preguntas, eres su marioneta, ella es tu nueva dueña. — susurraba haciendo aparecer una segunda carga del juguete y recargándolo.
—A...Camely. — murmuraba perdiendo sus fuerzas.
—Eso es pequeña marioneta, es tu dueña y tú obedeces. Mañana me ayudarás con los demás, eso quieres cierto? Que sientan el placer que tu, ¿o eres egoísta? — susurraba frotando su miembro.
—Ellos deben sentir ese placer. — murmuró cerrando los ojos.
—Esto es tan solo un hermoso sueño, no olvides mis órdenes. — susurra, así continuando con su pre-entrenamiento.
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