El origen de Categoría 10
•Martes 10, Junio del 70, 9 am•
•E.F.D.E.•
~Sigfrid~
No puedo creer que ellos nos obliguen a ir al colegio, después de todo lo que sucedió, decidieron que tres días dormidos eran suficientes para cubrir toda la energía del domo, claro, no nos llevamos todo el crédito, pero lo fortalecimos mucho más que ellos.
La escuela es una tortura, si tenemos amigos y todo, pero yo soy la que tengo que escuchar conspiraciones locas sobre nuestra familia, y aun mas cuando sucedio todo esto del domo.
Siempre me pregunto que es en lo que nuestra familia tanto piensa cada vez que utilizamos nuestros dones tan...tan..vigorosos. Aunque les preguntemos, ellos bloquean nuestros dones y cambia bruscamente el tema.
Y el tío Baltazar no dice ni una sola palabra.
Gracias a todo eso, nuestra curiosidad desea alimentarse de su conocimiento, en específico; no desean que descubramos el origen de NUESTROS dones; ya que los suyos no son tan similares; es nuestro derecho saber, o al menos yo deseo saber la verdad.
Incluso nos ingresaron a la escuela de verano, en un curso en donde cada una de las materias son de calificación AP, deberíamos estar de vacaciones, no en la escuela.
—¿Tal vez ellos solo quieren protegerlos de algo que no crean que ustedes estén listos? —Se me olvido que le estaba contando todo esto a Luz.
— ¿Que tan malo debe de ser un pasado para no querer dar ni un cachito de información? — Incluso Maight se ha dado cuenta de ello.
—Mejor no se metan en esas cosas, todos tienen sus razones para no hablar. —Whale, mejor te callas antes que me caigas pesado así como Nan.
—Al final y al cabo ya nos metimos con lo que pasó con ese domo. — Alfred bosteza intentando dormir durante el desayuno.
El pobre no ha dormido desde que nos dieron de alta, mala suerte que la campana acaba de sonar.
—Odio la química. —Nan gruñe tomando su "desayuno" de papaya y manzana, desechandolo en la basura.
No estoy de acuerdo en desperdiciar comida de esa forma, pero entiendan, estamos hartos de comer lo mismo durante los últimos años, fruta más fruta para sobrevivir hasta el almuerzo, lo cual tengamos esperanza que minimo tenga proteína o mínimo una pizca de azúcar.
—Otra vez están evitando comer. —Luz suspira tomando mi comida y la de Alfred, guardandola.
—Está ácida la papaya, es de ayer lo más seguro, y la manzana igual, es como si nos hubieran mandado sobras de fruta. No me quejo, mínimo mandaron algo para comer, y si, acortaron nuestros ingresos hasta sabe dios cuando. —vaya, ¿Alfred está agotado de todo esto, qué estará pensando hacer?
—Wil, estás muy callado hoy. —Whale, son penumbras agotadas, ellos entregaron la mayor parte de la energía, parecen zombies aun recuperando fuerzas.
—No es nada, solo estoy algo cansado, pero tengo prueba de física 1. —bostezo levantándose. —Ya deberíamos irnos, lo más seguro ya cerraron puertas, así que hoy no habrá música. — sonríe de saltarse esa materia.
—Me sorprende, crei que seria Maight quien propondría la idea. —Fridda sonríe y señala a nuestro querido primo.
—Por supuesto, como soy yo, quien está con Camilo a escondidas. —uy, un golpe bajo.
—Vete al infierno.
— ¿De dónde crees que vengo? — sonrie mientras que todos caminamos a través de los pasillos.
—¿Alguna vez te dije que eres peor que el mismo demonio? —pregunte entre risas.
—Arrodillense ante el rey Maight, o los calcinare vivos. — ríe a carcajadas mientras pequeñas llamaradas azules aparecen sobre su cabeza, simulando una corona.
—Saben, le preguntaré otra vez a mamá, aun no puedo concentrarme sin saber que tanto nos ocultan que ni tiempo para descansar nos dieron. — dije sujetando mi cabello con una coletilla.
—Se molestara por ello, pero valdría la pena averiguar un poco más sobre los dones. — Ahora si hablas mi idioma Whale.
—Mejor dejemos eso de lado, y esperemos que abran las puertas. —Venga Alfred.
—Bien, como quieras.
•5:21 pm•
•Territorio Black, zona norte•
~Alfred~
Mi cuerpo está colapsando literalmente, siento que estoy perdiendo una batalla que siquiera sé que estoy luchando. No puedo dejar a mi manada con su idea por si solos, sería egoísta.
Solo debo soportar unas horas de más y podré ir a dormir toda la noche, si eso suena muy bien.
~Narro~
Cada uno de ellos fue a por su padre, de a poco sintiendo su energía ser extraída de sus seres.
Se les fue difícil convencer a los mayores, pero luego después de tanta charla su objetivo fue logrado; aunque creo que más bien fue una mentira o dos.
—¿Qué le han hecho al pobre ciervo? —Fredd pregunta cruzado de brazos.
—¿Venado? A mi me han dicho que un árbol se había caído. —Nighanton gruñe observando.
—Al fin deciden entrenar conmigo. — Bear dijo apareciendo a un lado de Fillet. — ¿Qué hacen aquí? — pregunta cruzándose de brazos.
—A nosotras nos han dicho que el lago se tiño e negro. —Shalyn gruñe observando a sus hijos.
Antes de poder reaccionar los tres ángeles crean penumbras y sujetan a sus familiares.
—Tenemos que hablar. — Walfred dijo acercándose.
—Primero muerto. — Bear gruñe mostrando sus colmillos.
—Vale. — Maight sonríe y una burbuja cubriendo su cabeza, está empezando a quitar el aire de sus pulmones. —¿Hablaras?
Bear asiente rápidamente.
—Muy buena decisión, Bear. — asiente destruyendo la burbuja.
—Evelyn, creo que perdieron el control. —Fillet murmura observando como los mechones negros se vuelven aun mas prominentes.
—Ellos sólo deseaban la verdad y nosotros ayudaremos un poco, después de todo, se trata de nuestras vidas. — Alfred sonríe, permitiendo que su don tomara el control, así la mayoría se su cabello cambiando a un color oscuro.
~Fredd~
Está sucediendo nuevamente, después de retenerlos los últimos diez años, han regresado...
Sus sentimientos se mantienen en un estado neutro por lo usual, o eso era lo que yo trataba de hacer antes que se revelaran contra nosotros y todo se fuera a la basura. Era seguro que se perdieran en sí mismos si nadie los mantenía bajo control.
Cada vez que hay un cambio drástico es como si la cadena se rompiese, o que intercambien de posición... esa luz que poseen se convierte en oscuridad, y alguien debe cambiar eso.
Ellos deben derrotar las penumbras que los contienen ya que son contadas las ocasiones en donde pierden su libertad.
—Déjenlos ir, podemos llegar a un acuerdo. —dije aun intentando liberarme.
—Pero si ellos no se están resistiendo ni un poco, desean escuchar la verdad proviniendo de sus bocas, llegamos a un acuerdo, solo que deseamos un poco más de acción. — quien suponemos es Walfred sonríe apoyándose en la penumbra que me sujeta.
—¡Eso es mentira, ellos nunca harían tal cosa! — Eve, Shadow, incluso ustedes saben que confían demasiado.
—No nos creen? — Sigfrida pregunta sonriendo, una ilusión creándose frente a Shalyn.
Sigfrid se encontraba sujeta por grilletes, en específico sus muñecas y tobillos, pero lo que más nos interesó fue el hecho que murmuraba jugando con sus dedos.
—¿Ahora creen nuestras palabras?
—Es solo una ilusión, tú la creaste. — Bear, no sabes de lo que hablas.
—Ustedes hablarán quieran o serán obligados. —Por favor Alfred, eres el más fuerte de tu manada, reacciona y date cuenta de lo enfermizos que son sus penumbras.
—Nunca los vi de esta forma.
—Bienvenido a nuestro mundo, Bear. — dije notando como una nueva penumbra de un color blanco se acerca a mi cabeza, acariciándome.
—Enseña demasiada compasión ante ustedes. — Wal gruñe y al sujetar la penumbra esta se pulveriza.
—Son nuestros hijos, es natural que ellos hagan eso. — Shalyn gruñe.
—No, ustedes no son y nunca serán nuestros padres. —Maight niega sonriendo, es como si ellos supieran algo que nosotros no.
—Suficiente platica, queremos información, ¿como descubrieron mantener bajo control nuestros dones? —La contraparte de Wal es impaciente y cruel.
—¿Nos escuchan no es así? —pregunte intentando mantenerme firme, si ven debilidad se alimentarán de ella.
Noto como la ilusión comienza a glitchear, así notando como Sigfrid se encontraba gritando, pero a la vez aún se encontraba jugando con sus dedos...mintieron.
—¿Ellos no acordaron esto, o si? — pregunte suspirando intranquilo.
—Respondan. —será mejor no hacerlos enojar.
—Los dones aparecen desde una corta edad, ahí empezamos, luego de meses encontramos un libro al fondo de la biblioteca...ahi habia informacion sobre un ser asi como ustedes, el libro se encuentra incompleto.
—Incompleto...no termino de escribirlo, rompió su acuerdo. — ¿de qué están hablando? —Oh Fillet, lo que has hecho, nos diste más razones para no dejarlos ir.
De golpe caen al suelo, inconscientes...están luchando.
~Narro~
Cada uno dentro su propio subconsciente, sin comunicación al mundo exterior, cada una de las penumbras luchando contra el portador y contraparte.
—Dejame ir. —Sigrida susurra, observando la silueta frente suyo.
—¿Crees que así de sencillo será? — la silueta pregunta, sujetando su barbilla.
—Suéltame. — suplico entre llantos.
—Vamos chico, amaste lo que has escuchado. — una segunda voz dentro dell subconsciente de Black susurra.
—Eres un demonio. —Maiton murmura entre gruñidos.
—Si eso piensas, seré el peor demonio con que alguna vez hayas visto. — susurro en su odio.
—¡¿En dónde te escondes, cobarde?!
Así llegamos al subconsciente del líder, quien mantiene la calma.
—Por favor Alfred, se que en algún momento crearemos mucho más tratos como este.
—Esto no era parte del trato, será la primera y última vez. — dijo fuerte y claro, observando cómo sus alas se encontraban sujetas en el suelo, como si fuera de obsidiana.
—No conocen el significado de esas alas, ustedes no saben nada sobre sus vidas.
—Solo deseábamos conocer la razón por la que conocían nuestros dones...no descubrir lo que ha sucedido en nuestras vidas si eso ya lo sabemos.
Cada uno de sus padres revisaron sus signos vitales, preocupándose al notar como su presión era débil.
—No despiertan. —Shalyn susurra.
—Esto no me gusta, no se ha encontrado ni una sola categoría 10. —Phantom habló cargando a su hijo.
—Su nariz está sangrando...— Fillet susurra limpiando la sangre en la nariz de su hijo.
—Necesitamos...necesitamos ayuda de la vieja manada. Tal vez Yang tenga idea de cómo ayudarlos. —Shalyn; tragándose su orgullo; le indica a su manada.
—Sus mentes se encuentran en blanco, debí suponerlo, es el subconsciente, no podemos entrar aunque los forcemos. Uno corrupto es aún peor. —Fredd suspira cargando a su hija. —La esposa de corea es médica...un ataque de taquicardia, debemos irnos.
—Y me dejas a Wal, este pesa. —Shalyn se queja cargando al chico. —Freddy, sus oídos están sangrando.
—Debemos irnos antes que sea peor. — susurra y aparecen frente a una mujer anciana, y en la cocina a su esposo.
—Necesitamos su ayuda. —Darek murmura y de golpe las alas aparecen, manteniéndose inmóviles.
—Llevenlos a la habitación.— indica a los líderes. — Dārin, kimi no okurimono ga hoshī nda. —le susurra a su esposa.
—Mochiron. — ella asiente, dejando su taza sobre la mesa.
•1 pm•
•Nikkō, Japón•
Se encuentran dentro de esferas blancas, pequeñas ondas de energía escaneandolos constantemente, así mismo incluyendo sus alas.
La mayoría de energía se dirige hacia estas, o la parte en donde se encuentra o debería encontrar sus marcas.
—Es algo interesante, Norte, no creo que sea seguro que el ojo público se encuentre sobre ellos. —Yang suspira notando como las plumas absorben parte de la energía.
—Tratamos de no hacerlo, evitar tantos contratos como antes, pero eso nos afecta a todos, no solo a ellos. — responde revisando a sus hijos.
—No seas egoísta, ustedes trajeron los dones a la luz, pero ya es momento de regresarlos a donde pertenecen, entre las penumbras, las personas no pueden descubrir esto, sería demasiado, se autodestruirán entre sí sólo por ese don.
—Eso lo sabemos, ¿okay, Yang? Ellos no son como el resto de portadores, ya muchos nos lo han dicho, pero no significa que no podamos con ellos.
—Solo es un consejo Freddy, esas alas son...— él suspira y la energía estira una de las alas hacia ellos. —Nosotros utilizamos armas, ellos son armas, te aconsejo que los guíen personalmente, no permitas que escojan el camino que nosotros intentamos destruir.
—Eso no sucederá Yang, tienes mi palabra.
—Y de forma natural.
—Ahí ya no tengas esperanzas conmigo.
—FILLET.
—Bien, lo intentaremos.
—LO HARÁN.
—Ok, ok, tranquilo, no dejes que tu presión aumente. —bromeó con el anciano.
Regresemos con nuestros protagonistas, quienes luchan por ganar de regreso su libertad.
—¡Venga, levántate y pelea!
—¡No puedo! —ruge maight jalando las cadenas.
—¡Ese es tu problema! ¡Crees que no es posible cuando sí lo es!
—¡Entonces no sé cómo hacerlo! ¡Entiende que no se como dañar algo que no está siquiera en el mismo lugar que yo!
—¿Y como estoy hablando? —pregunta justo a su lado.
— Porque tu eres..¿que eres? —él chico pregunta, notando la neblina roja acercarse hacia sus alas.
—¿Qué es lo que somos, Maight?
—¡¡Aparece de una vez por todas!! —grito sigfrid sus alas alejando toda la neblina.
—Alguien aquí tiene coraje. —sonríe apareciendo frente a ella.
—Deja de copiar mi rostro.
—No lo estoy haciendo, es culpa de esas personas, ellos deseaban destruir tu don, pero lo único que lograron fue separarnos, separar el don del cuerpo, encerrarlo. Lo que le han hecho al resto de futuras generaciones no tiene perdón.
Sigfrid crea una penumbra que trata de atravesarle, sin éxito alguno.
—¿Por qué piensas que eso funcionara? — le pregunta entre carcajadas.
—Solo quiero salir de aquí.
—Para eso debes de encontrar una salida, y yo no veo una.
—No es mi problema. —Bosteza evitando una nueva penumbra. —Se me olvidaba que existes Fridda, suerte la próxima vez.
—¿No que eres un genio? — preguntó su contraparte riendo en su cara. —Siquiera puedes resolver en cómo salir de tu propia mente.
—Estoy analizando cómo hacerlo. Así como ya descubri que solo estas poniendome bajo control para que lo logre mas rapido.— Alfred responde, intentando meditar en medio del caos que su subconsciente comenzó a crear.
—No tan estupido como creía después de todo.
—¿Alguna forma de hacer que la neblina retroceda? — Alfred pregunta limpiando su rostro.
—Me retracto, eres estupido.
—Así que no eres la neblina, gracias por aclarar mis dudas.
—Acabad de engañar a tu propio subconsciente?
—Ohh en que eso eres, gracias otra vez.
—No tuyo, idiota.
—Oh, entonces debes ser el de Wil.
—¡¿Cómo continúas haciendo eso?! —grita, haciendo sacudir el lugar.
—Es mi don.— sonríe y las cadenas empiezan a agrietarse. —Si eres un subconsciente, puedo abrir una puerta mental para ser más accesible a papá. O incluso conectar con mi manada. — sonríe y sus alas son liberadas.
—Detente.
—¿Por qué lo haría?— pregunta aleteando, sus cadenas volviéndose de un fuerte blanco. —Tu sabes como crear esa puerta, muéstrame.
—Yo no creo ni una sola puerta, solo salgo y listo.
—Entonces si no puedo crear una puerta papá no puede entrar.
—Estas solo Alfred.
—Asi que tú fuiste...el de los eventos...y yo creyendo que me estaba volviendo loco. — lo observa de arriba a abajo. —Tu lo que buscas es una pelea. — sonríe y arranca una de sus plumas más largas. —Muy bien, eso tendrás.
—¿Qué quieres que haga? — Sigfrida pregunta, agotada.
—Buscar una salida, ya no es divertido, me estas aburriendo.
—Alguien se preocupa por mi. — ella rió sentándose.
—Puedo darte una pista, pero no es gratis.
—¿Cuál es tu precio?
—Lo averiguaras a su tiempo.
—No me gusta confiar en ti.
—Luz y oscuridad deben dominar por igual, ahí tu pista, cuando descubras su significado prepárate para lo que sigue. —le advierte desapareciendo.
En el mundo exterior los días transcurrían sin cambio alguno, su familia sin dejar de buscar una solución para el problema. Sin querer reconocer el estado mental, ellos analizaron incluso el mínimo movimiento.
Sus alas volviendose de un color grisaceo a negro, su actividad cerebral se volvia mas presente con el paso de los dias.
Cada padre esperando que despertaran cualquier día de estos.
•Viernes 15, Agosto del 70, 6 pm•
—Me duele todo el cuerpo. — Sigfrida murmura estirando sus alas.
—¿Les fue difícil? —Alfred pregunta volteandose hacia ellos.
—No vuelvo a confiar así de rápido. —Maight gruñe y nota que no se encontraban en casa.
—Nos castigarán por lo que hicimos. — Wil murmura.
—No tuvimos que insistir, pero al menos sabemos que tienen un libro. —Miaton suspiró sentándose. —Oigan no estamos en casa.
—Tengo hambre. —Sigfrid ignora lo que ha dicho, sujetando su abdomen.
—Se aguantan, por ahora hay que averiguar en dónde estamos. — Walfred dice, sentándose, y notando que parecía una casa japonesa tradicional.
—Anata wa mezameta yōdesu, karera wa okite wa ikemasen, karera wa tsukaremasu. —habló la mujer anciana quien entra a la habitación, chequeando a los tres.
—Ay no, no aquí, nos trajeron donde el tío Yang. —Maight lloriquea dejando que la señora revise sus alas.
—Watashitachi no ryōshin wa dōdeshou ka? —Alfred pregunta por sus padres.
Ella sonríe y abre la puerta, los tres adultos cayendo uno sobre el otro.
—Ya despertaron. — Balck susurra acercándose a su hijo y acariciando su cabeza. —Lucharon muy bien.
—¿Mamá, están molestos? —Alfred llama su atención, preocupado por su respuesta..
—¿Molestos sobre que? —ella pregunta.
—Por lo que pasó. —Sigfrida murmura sin verlos a los ojos.
—No, claro que no, ustedes solo deseaban descubrir algo y buscaron ayuda de quienes sí se las otorgaba.
—¿Cuánto tiempo estuvimos fuera? — Maiton pregunto
—Digamos unos meses...— Fredd sonríe sentándose a su lado.
—¿Meses? —Walfred pregunta sin creer en sus palabras.
—Así es, estuvieron demasiado tiempo...luchando contra esas cosas.
—QUE TENGO HAMBRE. —Sigfrid lloriquea olfateando.
Yang entra a la habitación con tres platos de yakitori. —Aquí sus comidas. — dice entregándoles los platos.
—Esto es delicioso. —Sigfrida dice con la boca llena.
—No hay de que, estoy seguro que sus padres los ayudarán a superar esto. —sonríe observando a los tres adultos.
—Solo hay una cosa. —Fredd suspira observandolos.
—No, alejate. —Alfred intentando no llorar le ruega a su padre.
—Será rápido. —Susurró acercando su mano.
—Fillet, ¿qué estás haciendo? —Yang preguntó sujetando su mano.
—Tienen información que aún no les concierne, no importa que sean mayores, no deben descubrirlo. — gruñe, apartando su mano, no están listos. — murmura, sujetando a los tres y de apoco se duermen. —Al menos solo el libro.
—Kaijū. —la señora murmuró observando a Fredd de arriba a abajo, asco notándose en sus ojos. — Anata wa subete monsutādesu. —gruñe saliendo de la habitación ofendida por el trato de un padre a su familia.
—Me decepcionan. — Yang suspira siguiendo a su esposa.
—Es lo mejor, podrán conocer la categoría 10, pero nunca deben conocer la existencia de ese libro.
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