Control entre Dones: Parte I
•Viernes 29, Agosto del 70, 7:10 am•
•Casa Fillet Darek•
~Evelyn~
Ahora nos toca continuar con el trabajo de caridad que ellos hacían, enseñarle a un grupo de mocosos sus materias.
Yo no voy a hacer eso ni de broma, que lo hagan sus niñeros, han estudiado biología o matemáticas, que Norte de lenguaje y estaremos bien.
Escucho como el timbre de casa suena, me volteo hacia Alfred, quien parece que se queja entre su sueño, empezando a moverse, y jalar la intravenosa.
—Vayan a abrir, yo cuidaré a Alfred. — dije acariciando su frente.
Ambos asienten y se dirigen hacia la planta baja.
—Hazlo. —vuelvo a escuchar al fondo de mi mente, como si fuera un megáfono repitiendo lo mismo una y otra vez.
Solo es una dosis, más que suficiente, si él cae los demás también lo harán.
Es mi oportunidad, tomó la jeringa que me entrego e inserto la aguja en el catéter.
—Una dosis pequeña y verán la verdad. —susurre inyectando el líquido rojizo.
Empiezan a tocar la puerta, así que hago desaparecer la jeringa y abro la puerta.
—Hola tía Eve. —Luz me abraza y entra a la habitación. —¿Cómo siguen?
—Aun dormidos. —respondo, aunque escucho como se levantan de la cama, alguien tratando de no jadear.
—¿Tan malo es? —ella pregunta sentándose a su lado.
—No tan malo, tal vez una semana, máximo. —sonríe observando a mi dirección.
—Una semana es bastante para ustedes, más bien, nunca los hemos visto así de enfermos. — ella murmura y él entre gruñidos vuelve a recostarse.
—Será mejor que vayas a clases, los demás han de estar dormidos aun, déjalo descansar. —dije regresando a mi lugar.
—Está bien, espero que mejoren. — ella susurra antes de irse.
—Me duele todo. — lo escucho murmurar entre llanto.
—Ya lo sé, ya vas a ver que se detendrá. —dije acariciando su espalda.
Poco a poco sus jadeos se detienen, sus alas aparecen al igual que su aureola.
—Alfred, ¿tú qué estás pensando? —pregunte y él tan solo me gruñe, cubriendo sus oídos.
—Cállate. ¡Demasiado ruido! —grita entre sus gruñidos. —¿Por qué no se callan? — continúa preguntando entre lágrimas.
Notó como múltiples penumbras aparecen a mi alrededor coma y aunque muchas de estas eran de un color blanco, quisiera creer que no era obra de mi hijo mayor.
De pronto él desaparece y escucho rugidos en la parte inferior de la casa.
Freddy aparece asustado y dice — Han escapado. — en su tono aterrado.
Algún día de estos él estará muerto para mí. Ya que, vamos por esos niños revoltosos. Deberíamos de sedarlos esta vez por el resto de la tarde mínimo.
Al aparecer en la sala notamos cómo decenas de penumbras sujetaban al grupo de alumnos.
Lo único bueno que salió de todo esto es que ni 1 está mostrando sus alas o en el caso de Alfred su aureola.
— La clase ha terminado por hoy. — Dije mientras que yo chasqueaba los dedos así dando la señal de que era momento de detener esto.
Todos y cada uno de estos alumnos desaparece por obras de Black, y Fredd toma el control haciéndolos dormir.
El momento que terminó, me les acercó para revisarlos sintiendo la electricidad correr por sus cuerpos.
— Este plan no está saliendo como lo predijimos. — escucho a Black murmurar mientras se acerca a su hijo.
— Será mejor de ir a dejarlos a sus camas mientras nosotros vamos a hablar con Camely sobre lo sucedido. — Fredd suspira haciéndolos desaparecer.
•8 pm•
~Alfred~
Literalmente mi cuerpo se siente en llamas por alguna razón que desconozco, y estoy más que seguro que mis hermanas y primos también lo pueden percibir. Debemos aprovechar este momento que Dios nos encuentren en casa.
Escuché la puerta abrirse y veo que el abuelo asoma su cabeza, al verme despierto sonríe y se sienta a mi lado posando sus manos sobre mi espalda.
— Escuché lo que sucedió hoy. — Dijo mientras que intentaba calmar mi dolor.
— Sí coma ya lo sé perdimos el control una vez más. — Suspire aún cansado.
Creo tal vez tener un plan de cómo averiguar por qué ellos actúan de esa forma tan... ¿amable?
— Oye abuelo, ¿no tenías hoy un compromiso con Relish? Que yo recuerde tú mencionaste algo sobre una reunión de negocios. — pregunte interesado en ello.
— Por supuesto es en media hora solo quería asegurarme que estuvieran bien antes de ir a la reunión. — Dijo aun sonriendo cálidamente.
— Y puedo ir. — pregunté con la esperanza de que aceptara.
— ¿Seguro te sientes bien para ir a esa reunión? Son al menos 3 horas no quisiera que tú colapsar as en medio de un evento algo importante para la empresa. — Admite su preocupación tanto laboral como personal.
Claro que me siento bien solo fue un pequeño descanso sol de nuestra parte sobre nuestros dones. ¿Puedo ir? —vuelvo a preguntar con una mirada de súplica.
— Ve y prepárate, tienes 10 minutos — me sonríe dándome un pequeño empujón hacia el baño.
Esto esta sale saliendo mejor de lo que planee.
•8:20 pm•
Todo preparado, y ya le avisé a los demás, así que no tuve problema alguno en acompañar al abuelo.
Aunque en tan solo cinco minutos me escape de su lado, buscando a las dos personas que podrían ayudarme a averiguar algo sin levantar sospecha.
Noto como ella se acerca al mostrador, tomando una botana tras suyo.
—Esto es aburrido. — dije bostezando, para llamar su atención.
— Mas que aburrido, fastidioso. — ella responde suspirando.
—Exacto. —sonrió sin aun crear contacto visual.
—Tenía tiempo sin verte. —dice finalmente observándome.
—Y yo a ti.
—¿Qué tal están? —pregunta aun preocupada por todo lo que ha sucedido estos últimos meses.
—Dejando de lado que Sig se enojó y me grito que actuó igual a mamá, todo está perfecto. — dije tomando también una botana.
—Perfectísimo, pero ¿Como llegó a llamarte así? ¿Qué hiciste? —me pregunta con algo de interés.
—Ahora entiendo por qué ellos se comportan de esa manera, es difícil mantener todo un orden mundial bajo control. —sonreí revelando que en verdad tenía un camuflaje sobre el rostro, ocultando grandes ojeras.
—Te has puesto en sus zapatos, ahora tienes que tratar de no terminar como ellos. —ella dice pasándome una bebida...espero que no sea alcohólica.
—Eso intento, pero cuando tengo a mi propia manada y ahora a los padres bajo mi liderazgo es difícil. No me escuchan...tan solo exploté y les grité que era una orden...aún me arrepiento. —dije a la vez que doy un sorbo. No alcohol, perfecto.
—Todos tenemos un límite, y a veces a las personas de nuestro alrededor les hace falta un poco de empatía. —Y tiene razón, todo esto los ha estresado a un extremo que jamás había visto.
—Y ahora mi propia manada desconfía creyendo que seré igual a mis padres. —dije mientras noto como el abuelo continúa buscándome.
Si tan solo conociera mis verdaderas intenciones.
—Es normal pensar eso supongo. —Ella murmura igualmente viendo al abuelo.
—Si, creo que el abuelo trata de distraerme, pero no funciona. —eso es una mentira blanca, funciona distraerme de vez en cuando, pero no siempre.
—Teniendo una carga así, dudo que siquiera puedas distraerte. —ríe intentando liberar tención.
—Solo quiero ir a dormir. —reí diciendo la total y única verdad.
—Y por lo que veo no tienes tiempo ni para eso.
—Como vez, estoy aquí, no se haciendo el que. —sacándote información y luego a Vlade.
—No estás obligado a quedarte, está reunión no aporta nada. —te entiendo, pero no tengo mucha opción.
—Como sabes, es algo más de imagen, quieren que empiece a aparecer un poco más en público ya que estos últimos meses nos hemos retirado. —se le será muy difícil acostumbrarse a esta vida.
—Mmm entiendo, bueno, seguiremos sufriendo está reunión, empiezo a pensar que no era necesario que los socios de Vlade supieran que se va a casar. — ohhh en que matrimonio tan rápido, felicidades.
—No es eso, es más como decir, no se metan con ella o se las verán conmigo. —bromee intentando calmar su creo que fiesta de compromiso camuflada como una reunión.
—Me sigue pareciendo innecesario. —Creo que no te has dado cuenta de que esta es tu fiesta.
—Aunque creas eso, si lo es. —sonreí pasándole una botana.
—No veo la hora de que termine la reunión. —suspira comiendo la botana que ignoro.
—Igual, ya me quiero ir, literalmente estamos en la esquina más alejada.
—Mejor estar aquí, que allá. —apunta disimuladamente hacia el grupo de personas que hablaban con Vlade.
—No sé cómo lo puede hacer. —no se si esto es envidia o qué, pero en verdad parece algo natural en él.
—Es parte del trabajo.
—Si, pero yo que he estado toda la vida rodeada de personas aun no me acostumbro a ello. — admito sin quitar los ojos de encima suyo.
—A veces las cosas nunca cambian para uno. —tiene razón...pero...aun no lo entiendo.
—Eso parece...lo hace ver tan sencillo. — murmure tratando de controlar mis celos.
—No lo es, ni a él le gusta. —creo que a muchos no les gusta.
—No sé por qué la gente se basa en estas cosas. —dije entre leves gruñidos.
—La sociedad siempre se basará en la imagen por más que avance, en realidad nunca evolucionamos si lo piensas bien. —era por esto por lo que es una buena líder, sabe cómo poner a las personas ver un poco más allá del ojo común.
—En ese aspecto creo que jamás evolucionaremos. —admito que puedo estar equivocado, pero joder, por estas cosas el mundo es como es.
—Quisiera ser los bebés en este momento. —tan inocentes y sin preocupaciones.
—Ellos so que tienen buena vida.
—La vida perfecta, extraño la vida de cuando tenía cinco años. —cundo ellos no nos presionaban por completar cosas, cuando podíamos jugar cundo quisiéramos.
—Igual, tanta inocencia para que los años la arrebatasen sin más. — ¿por qué siento un poco de lastima en su voz?
—La niñez pasa demasiado rápida. ¿No crees? —pregunte, tratando de decirle de cómo se puede casar tan rápido.
—A todo esto. ¿Quieres pasar a ver a tus hermanitos después de esto? —es cierto, ellos vienen de vez en cuando a visitar a sus hijas, como compañeros de juego creo.
—Claro, mejor lejos de ellos que cerca. —demonios destructores.
—Como le dije a Chris, en el fondo son unos hermosos angelitos. —es más angelito Maight que ellos.
—No lo niego, pero con lo que está pasando... —Cierto...pero eso aun no les segura el título de angelitos.
—Ya se, ya se, entiendo, solo te decía. —debería dejar de hacer molestar a personas importantes en mi vida.
—Si tan solo supieras, al menos mi relevo como líder suplente ya acabara. — Sonreí al saber que ellos serán libres con condiciones.
—¿Ya los dejarán salir del psiquiátrico? —pregunta interesada en mi respuesta.
—Así es. —respondo dejando mi bebida a un lado.
—Bien por ellos. —¿No tan contenta?
—Por ellos, no por nosotros. —así como ellos están actuando, es mejor que ellos se alejen un poco.
—Me imagino lo mal que la están pasando... — ¿psicológicamente o de una forma física?
—Ni te lo imaginas, salieron aún peor que antes. —en verdad, esa manera tan melosa es algo extraño en ellos.
—Se supone que la gente solo sale de ahí cuando tienen un verdadero avance. —ella dice cruzándose de brazos.
—Pues parece que el abuelo se retractó por alguna razón y dijo que los sacarán con la condición de que fueran a terapia diaria. —también raro en él si me lo preguntan.
—Promesas y más promesas.
—Las cuales nunca cumplirán. —nunca es nunca.
—Lamentablemente es la verdad.
—Ya que, estamos acostumbrados a su red de mentiras. —tal vez es solo una actuación más, tratan de engañarnos.
—Pero no está bien que sigan con ella. —como quisiera tan solo hablar sobre ello sin tener que ocultar cosas a los demás, pero si lo hago verán puntos débiles...no puedo permitirlo.
—No podemos obligarlos a cambiar, solo ellos mismos lo lograrían. —esa es la respuesta simplificada, dejarlos ser ellos mismos.
—No creo que ellos quieran o puedan hacerlo. —Pueden si, quieren, creo que no.
—Eso ya lo sé, solo queda esperar. Tan solo quisiera que este mundo fuera normal, sin penumbras o problemas así, solo cosas normales. Pero vuelvo a pensarlo y no quiero perder a mitad de mi familia. —bromeo, ocultándome un poco del hombre que me sigue buscando.
—Ojalá existiera una forma de conservarlos a ellos sin todo el asunto de la penumbra. —si la hubiera creo que hace mucho esto hubiese terminado.
—Es ya imposible.
—Nada es imposible. —Eso lo es.
—Eso si lo es, son mundos separados, si uno recae sobre el otro también. —además, perderíamos a nuestras penumbras solo por ello.
—Tal vez algún día haya una manera. —¿por qué sigue con el tema?
—Bueno, yo lo llamaría el final del mundo y yo aún tengo pendientes con este mundo. —muchos pendientes.
—Bueno, cada uno sus ideales.
—Eso parece...Oye, ¿quieres irte de aquí? —pregunte ofreciendo mi mano.
—Si, de hecho, me mandaron a descansar, pero me encontré contigo. —claro, creo que Relish no diría eso.
—Bueno, podríamos escaparnos de esta reunión, ¿aún te acuerdas el primer día? Tú y tu manada junto a mi escapando de los locos de mis padres.
—¿Mi qué?
—Tay, Treinor, Lex, incluso Galig.
—¿Quiénes son esos? ¿Amigos tuyos? —jaja, que graciosa.
—No... ¿oye no te has golpeado la cabeza o algo así? —mejor pregunto o me echaran la culpa a mí.
—Que yo recuerde no, la salida de la que tú hablas, yo recuerdo que solo eras tú ,Vlade y yo. —esto ya no suena a broma.
—No...eran con ellos, tu manada. ¿En verdad no recuerdas?
—O tu piensas que fueron más personas, cuando no fue así. —yo no estoy loco, eso te lo aseguro.
—Si, lo más seguro... ¿así que repetimos la salida? ¿Solo tú y yo ok? —ahora si estoy interesado en lo que debe de decir.
—Mmm vale, me parece, no he salido casi. —encerrada desde hace mucho.
—Vamos antes de que alguien se dé cuenta. —dije sonriendo.
—Déjame avisarle a Vlade. ¿Sí? Para que no se preocupe.
—Bien.
¿En verdad no se acuerda de su manada? Incluso puedo percibir miedo siendo expulsado de su piel. Alguien la está manteniendo callada, lo se.
Ella regresa después de unos minutos y sujeto su mano.
—¿Lista? —pregunte tratando de activar mi don sin que doliese.
—Si, vamos. —cree un camuflaje y con todas mis fuerzas desaparecemos.
—¿A dónde vamos? —pregunta ella.
—¿Dónde quieres ir? —pregunto soportando el dolor al transportarnos.
—No sé, quiero aire fresco. —aire fresco será.
—¿Que tal el bosque? —es un lugar solitario.
—¿Que tal un parque? —esa también es una buena opción.
—Si, también es buena idea. —dije lo que pensaba.
Espera un momento...hoy hay una feria...mierda. Al aparecer muchas personas alrededor nos observan. Trato de aparecer en otro lugar, pero justo mis poderes deben de fallar.
—¿Ahora qué? —pregunta retrocediendo.
—Pues a correr. — susurre tomándola de la mano y corriendo de la multitud.
—Alfred, tengo tacones. —se queja mientras trata de seguirme el paso.
—Me lleva. — gruñí mientras la cargo. —Salimos de aquí por que salimos de aquí coño.
La escucho gruñir y se quita los tacones, bajándose de mis brazos. —Ahora sí, vamos.
—Eso no es tan higiénico te lo voy diciendo.
—Ya lo sé, solo corre.
—Eso estoy haciendo.
Tras unos minutos de correr y escondernos logro crear un pequeño camuflaje.
—Perdón por eso, pero olvidaba que tú serás la futura esposa de la persona con mayores negocios en el país, y yo pues, casi, sobre todo. Mis dones cada día se vuelven más débiles, y eso me está preocupando. —me disculpe al ver la multitud aun buscándonos.
—No pasa nada. Pero ¿Como es eso de que tus dones están débiles? ¿Desde cuándo?
—Desde hace dos noches, tan solo han estado debilitándose poco a poco.
—¿Tienes alguna idea de que puede ser? Porque eso no es nada normal. —tal vez Camely está actuando...
—Aún estoy investigando, pero no encuentro nada. —no crees ideas si no hay pruebas Alfred.
—¿Se lo has dicho a alguien? O supongo que tú familia se ha dado cuenta. —sí, no soy el único, los demás están peor.
—Ya los demás se dieron cuenta, y a mi manada le sucede lo mismo.
—Mierda, Alfred...te creo que pueda pasar en un portador cualquiera como yo, pero. ¿En ustedes? Es de preocuparse, tal vez está pasando algo en el mundo de las penumbras. —dios, si fuera así ya nos hubiéramos dado cuenta.
—Las demás manadas aún están en búsqueda, pero no yo sé el que. —si pudiéramos encontrar la razón por la que esto sucede...
—Lamento no estar o poder ayudarlos. —no te preocupes, ayudaras.
—Está bien, aún tienen sus propios problemas. —no la obligues o ella y su manada se retirarán.
—Si...
—Así que así está la cosa.
—Efectivamente, las cosas han empeorado desde el día de nos conocimos, ninguno de los dos ha sido una muy buena influencia en la vida del otro que digamos. —¿Quiere romper la alianza?
—Casi no nos conocemos, no creo que esto sea su culpa, además, con lo de Camely ya me lo estoy tomando personal. —MUY PERSONAL. Esa mujer está loca.
—¿Con lo de Camely?
—Así es.
—Entiendo...
—¿Yyyy ustedes nos ayudaran? —ahí va la pregunta.
—¿Nosotros? No creo que podamos, tenemos otros asuntos y responsabilidades.
—Ya sé que son padres, pero necesitamos toda la ayuda.
—Le preguntaré a Vlade a ver si él puede. —pero necesito que tú la líder este de acuerdo.
—Gracias soqui, todo esto en verdad ha complicado la vida de muchos. —por ser más específicos, nuestras vidas.
—Se que no es fácil y si te soy sincera... por eso estamos algo alejados, sé que es muy egoísta, pero desde muy pequeña siempre quise tener una vida normal, y quisiera que todos los portadores la tuvieran. —es lo que todos hemos deseado, y lo entiendo.
—Lo sé, pero lo normal es esto, para los portadores quienes nacen con dones, ese es su día a día. —ella es un líder de manada, debe de entenderlo.
—Sabes que me refiero a una vida más fuera de peligro. — TU no estas en peligro, tu manada es una secundaria, nadie les pone mente por esa misma razón.
—No todos están en peligro, solo aquellos que aceptaron por voluntad propia unirse a una manada que trata de proteger. —Solo ellos, como Vlade, él está en el equipo de búsqueda y aun no hace su parte del trabajo.
—Qué bueno que nunca eh estado en una manada, bueno, excepto cuando fui parte de la tuya por un tiempo.
—Segura no me estas tomando del pelo? —Lo está haciendo.
—¿Tomarte el pelo? Yo soy la que cree que estás tomando cosas raras. —¿será el té?
—Creo que si me estas tomando del pelo.
Se me queda viendo confundida.
—Tú tienes una manada. —dije fuerte y claro.
—Linda forma de llamar a mi familia. —eso no es una familia.
—No a tu familia, a tu MANADA.
Solté una risa —Un chiste no se repite tantas veces. ¿Sabes?
—No es un chiste. —¿por qué siento que en verdad no lo es.
Ella me observa seriamente —¿Entonces de qué hablas?
—De las personas quienes te acompañaron desde que Camely los encontró o más bien los creo. —dije acercándome.
—Alfred, te juro que no entiendo nada de lo que estás diciendo. —retrocede, chocando con el muro del callejón.
Tuve que cargarla por la fuerza. —Sera mejor que te sujetes. —le advertí.
—Alfred, suéltame ahora mismo. —ordena forcejeando para bajarse.
Cree un camuflaje y dejo que mis alas se estiren, elevándonos rápidamente por el aire.
—Te estoy hablando muy en serio, bájame o llamaré a Vlade. —gruñe, sus garras arañando parte de mi ala.
—Él no podrá seguirnos acá arriba. —dije creando una plataforma entre las nubes para que ella no se cayese,
—¿Que carajos te pasa? ¡Bájame! —continúa gritando mientras que la dejo sobre esta plataforma.
—No hasta saber que te pasa. —dije aterrizando a su lado.
—Mas bien que te pasa a ti, estás hablando de personas que no conozco y tú juras que hasta fueron MI manada, y eso es una estupidez, porque aparte sería un asco de líder.
—Si, eras un asco de líder, pero si logramos encontrarlos ellos te necesitaran a ti. — la necesitan en este mismo momento.
—¿Encontrarlos? Alguien que no existe no se puede perder.
—Ellos si existen, porque no solo yo los recuerdo, sino que muchos más.
—¿Te drogas en grupo? —sí, mariguana de la fuerte, tonta.
—Pues sí, ambas manadas se drogan al mismo tiempo. —bromeo negando.
—Eso si me lo creo, pero lo de mi supuesto manada no.
—No entiendes el concepto de sarcasmo. — para nada.
—Y tú no entiendes que estás mal de la cabeza, tal vez es efecto de que tus dones estén débiles. —mis dones no tienen nada que ver.
—No, eso jamás afectaría algo en mi memoria. Solo déjame revisar. —así de simple, veo esas memorias y listo.
—Alfred, no te atrevas a revisar mi mente otra vez. —continúa retrocediendo, quedando al borde de la plataforma.
—Lo hare y veras la verdad. —Solo necesito cinco segundos.
—No lo harás.
—Perdón por esto. —murmure saltando encima suyo, sujetando sus brazos y tocando su frente.
—¿¡Que te sucede!? ¡Estás loco! ¡Ayuda! —grite al tratar de que me soltara.
—Solo será un momento, es una promesa. —dije tocando la parte superior de su cabeza.
—¡No! ¡Suéltame! ¡Déjame! —salieron sus colmillos y mordiendo mi antebrazo.
Tuve que calmarla mentalmente, así permitiéndome entrar.
El gruñe y mentalmente la calma, permitiéndole entrar. Veo esos fragmentos de memorias incompletas, trato de deshacer lo que sea lo que sucedió aquí, pero es como si una corriente eléctrica sea expulsada hacia mi dirección.
— ¡¡¡Suéltame!!! —vuelve a gritar y yo me aparto.
— ¿Has visitado a papá? — le pregunte.
—¿A tu padre? No, no pienso acercarme a esa gente.
—¿Alguien con el don de apresar mentes? —no permitas que cambie de tema.
—No que yo sepa. —MENTIRA.
Mantenlo controlado, esas cadenas no deben romperse, no cuando una pieza esencial se encuentra cerca.
—Algo está manteniendo varias memorias tuyas dentro tu subconsciente, donde yo no puedo entrar.
—Estás diciendo muchas locuras hoy, no fue buena idea venir contigo. —dice alejándose de mí.
—Solo trato de averiguar qué es lo que te sucede a ti y a Vlade. —dije sujetando sus manos.
—Nosotros estamos perfectamente ¿Vale? Tu eres el que actúa raro. —gruñe alejando sus manos, asqueada de mi comportamiento.
—No, algo no está bien, si tan solo me permitieses entrar al subconsciente, por favor. —no puedo forzarlo, o ella saldrá dañada.
—No. Bájame de aquí, me quiero ir a mi casa. —empieza a ¿sollozar?
Ella no se comporta así, sé que nunca lo actuaria así frente a uno.
—Solo si me dejas entrar. —Dije sujetando nuevamente sus manos.
—No. Déjame irme.
—Solo unos segundos.
—¡Dije que no! —grita intentando soltarse.
—Entonces solo hablar. —la suelto así sentándome junto a ella.
—¿Hablar de qué? Yo pienso que tú estás loco y tu piensas lo mismo de mí. —se aleja sentándose igualmente.
—Entonces hablemos de eso.
—¿Vale...?
—¿Y por qué crees que estoy loco? —pregunto tratando de llevar notas mentales.
—Hablas sobre una manada que no existe y según tú de recuerdos que me faltan. —si lo pones así, si suena loco.
—Puedo demostrarlo.
—¿Como?
—Es más como una proyección. —no serán sus memorias, pero las mías ayudarán bastante.
—No gracias, no es posible que me falten memorias pues no me ha pasado nada a la cabeza, quiero irme a mi casa.
—Soqui, tus memorias no pueden ser eliminadas por completo.
—A mis memorias no les ha pasado nada, están intactas. —ella no miente, en verdad cree eso.
—Si tan solo me creyeras, tú sabes que yo no miento tan descaradamente. —sí, lo admito, miento de vez en cuando, pero no así de grande.
—Lo sé, pero, lo que dices no es algo cuerdo...
—Yo sé que por ahora no parece, pero juro que lo estoy, hay incluso pruebas en cámaras.
—No te creo nada, lo siento. —no deberías disculparte.
—Déjame enseñarte mis memorias. —solo eso necesito.
—No. —
—A que le tienes miedo? —pregunte acercándome de apoco.
—A nada. —vuelve a gruñir como si se tratase de una advertencia.
—Entonces déjame mostrarte. —solamente una.
—¡Que no quiero joder! —No entiendo nada.
—Aun lo harás. — sonreí haciendo que una memoria mía se reflejara como un holograma.
—¡Que no! —grita cubriendo sus ojos y bajando la cabeza. Una de mis penumbras sujeta sus manos contra la espalda y le obliga a ver.
Cierra los ojos mientras negaba. —¡Me quiero ir, déjame ir!
—No hasta que los veas.
—¡No quiero, no lo haré! —continúa gritando.
—¡¿Por qué no?! —Fue el momento en donde explotó.
—¡Porque no, no debo! —¿No debe?
—¿Quién te ha dicho que no debes?
Ella se queda en silencio al darse cuenta de su error. —No, no, nadie...déjame irme, por favor.
—¿A quién están protegiendo?
—No sé qué estás hablando. —Esa es una mentira gorda.
—No quiero tomar medidas más graves Soqui, por favor, solo dime.
—No puedo...
—¿Por qué no? —¿a quién proteges Emily?
—Porque...—ella traga en grueso, nerviosa. —No.
—Soqui, dime, puedes confiar en mí. —Una sonrisa cálida lo arregla todo.
—No, no puedo o me irá mal...estoy hablando de más... —la están controlando, eso fijo, pero la pregunta es quién.
—¿Quién te está obligando?
—Nadie.
—Mientes.
—No es cierto. Alfred, déjame irme, en serio, por favor. —tiene miedo, eso es todo.
—No lo haré hasta que me digas.
—¡Que no puedo, maldición, ya cállate! —esa voz en su interior le ha de estar gritando. Conozco el sentimiento, siempre sucede cuando desobedecemos las órdenes de papá.
—No me obligues a hacerlo Soqui. —no quiero lastimar su mente.
—Déjame irme a mi casa, por favor, no quiero estar más aquí... —lo entiendo.
—No me gusta hacer estas cosas. — gruñí y con todas mis fuerzas aparecemos en su casa. —Te quedarás aquí hasta que hables. —dije sentándome en el sillón.
—No. —gruñí y siento como una energía trata de escapar el domo.
—Hay un domo alrededor, no puede entrar aquí, y tú estás bloqueada. —le informe.
—Esto ya se considera secuestro. —sí, llámalo así.
—Lo sé, pero quiero que tú hables.
—No lo hare. — bien por ti.
—Entonces no saldrás de aquí.
—Sabía que estabas loco...tal vez si te estás pareciendo a tus padres. — eso es un golpe bajo, tanto que siquiera sé en qué momento empecé a gruñir.
—Tú no sabes nada.
—Si no sé nada entonces no tengo de que hablar, por ende, ya déjame ir. —no, mujer loca, no te iras hasta hablar.
—Tienes información, y luego iré por vlade, hablaras o los traeré uno por uno. —lo hago sonar como una advertencia cuando es más un hecho.
—No te atrevas, si yo no puedo hablar él menos. —en que ese es tu punto débil.
—Entonces los forzare. —sonrió cruzándome de brazos.
—Tú no eres así, por favor, deja de actuar así. —diablos, descubrió mi truco.
—Se que no es lo mejor que he hecho, pero es por tu bien. —¿mmm eso es una mentira o no?
—Aja, por mí bien.
—Hablo enserio.
—Yo también hablo en serio, pero tú no me tomas así, me tomas por una loca que no recuerda. —porque eres una loca que no recuerda.
—Porque eso es lo que parece.
Suspira entre cansada y molesta. —Estás haciéndote cuentos en la cabeza.
—Dime cuando he hecho eso antes. —ahí no me la puedes matar.
—No sé, pero ahora mismo lo estás haciendo. —primera y última vez.
—Entonces perdón, porque así serán las cosas. —no soy del tipo que tortura, pero esta es una ocasión especial.
—Eres un maldito loco. ¿Desde cuándo? No se.
—Yo no estoy loco, solo hago lo necesario.
—Eso dicen los locos. —tacadme de loco, gracias.
—Entonces estaré tan loco como mis padres. —sonreí pasándole un vaso con agua.
—Sin duda lo estas.
—Si necesitas algo ya sabes cómo contactarme. — dije antes de desaparecer.
Mi cabeza duele tanto como el resto de mi cuerpo, creo que en cualquier momento mi poder lograse explotar junto a mí.
Siento una fuga de poder por parte del domo en la cabaña...ella no deja de insistir.
Aparezco nuevamente frente a ella sujetándola contra el mueble.
—No más insistir, por favor. —dije y ella me golpea en la rodilla. —Como tú quieras. Podríamos hacer esto más rápido si me permitieses entrar.
—Creo que ya sabes cuál es la respuesta.
—¿Sí? —es mi última esperanza.
—NO.
—Te dejaría ir. — eso si te interesara.
—¿En serio? —pregunta esperanzada.
—Es una promesa, tú sabes que yo cumplo mi palabra. —dije soltándola lentamente.
—Es que, si hablo, mis hijas y Vlade podrían pagar mis consecuencias, y no puedo arriesgarme a eso. —la obligan.
—Podemos otorgarles protección, son parte de la manada. —susurre soltándola en su totalidad.
—Sigue sin convencerme, es que ella no tiene límites...
—¿Ella? — es mujer.
—Ella...
—¿Has hablado con mamá? —pregunto interesado.
—No...
—Otra ella.... ¿Camely? — es tan solo imposible.
Mira nerviosa a todos lados y asiente.
—¿Han estado hablando con Camely? ¿Por qué no nos dijeron? —ahora si estoy seguro, me volveré loco.
—Es muy difícil de explicar.
—¿Que tanto? —pregunto evitando gruñir.
—Mucho.
—Esto se arreglaría si me permitieras revisar. —es mi oportunidad.
Suspira cabizbaja —Vale...
—Primero recuéstate, te dormiré para que sea más fácil. —no quiero lastimar ni un poco su mente, la necesitare como prueba.
Dudosa asiente, obedeciendo a lo que dije.
—No te preocupes, no te sucederá nada. —la tranquilizo y de golpe la hago dormir.
•8:47 pm•
Todo fue una mentira, una actuación más de su parte...ellos vuelven a engañarme... ¿Cuándo aprenderé a jamás confiar en ellos? ¿Cuándo será el día que en verdad sientan amor alguno hacia nosotros?
LA hago despertar y me observa fijamente.
—Entonces...fueron ellos quienes le dieron el código de acceso a Camely.. — suspire sentándome en el suelo.
Ella asiente aún más nerviosa que antes.
—Puedo deshacer el control, si me lo permites, o puedes seguir viviendo así, pero no quiero que interfieras cuando encontremos a Camely. —tienes dos opciones, y muy poco tiempo para escoger.
—Es que si me quitas el control tienen que encontrarla rápido, porque se dará cuenta.
—Por qué crees que es mala idea quitar el control? Aquí estarías protegida, podemos traer a tu familia. Ayudarlos. —le ofrezco, pero ella niega al instante.
—Eso me calmaría, pero, sigo sin creerte del todo ,Camely tiene su plan muy avanzado y no sé qué pueda pasar. —no sucederá nada, con esta información será más que suficiente.
—Lo que sucederá es que la encontraremos, liberaremos al resto de tu manada, y si ella escapa, lo cual no creo posible, los protegeremos.
—Perdón, pero, no puedo creerte, simplemente no puedo, no quiero arriesgar.
—Quieres ver lo que yo vi en tus memorias?
Dudo un rato, pero asintió —Si, si quiero.
Suspire y creo la ilusión a su alrededor. —Ellos siempre estuvieron ahí.
Noto una única lagrima escapar, como si algo regresase a ella. —Ellos...como los extraño.
—Aun los estamos buscando, pero necesitamos de su ayuda. —dije suspirando, al mismo tiempo que la ilusión termina.
—Habría que quitarle el control a Vlade y a mí para poder hacer eso, o Shadow puede castigarnos, o si Vlade se da cuenta antes puede castigarme.
—No te preocupes por mis padres, de eso me encargare yo. Y sobre vlade, podríamos traerlo aquí y quitar el control. —deja de ofrecer cosas, que puedes dañarlos en el proceso.
—Me parece buena idea, y supongo que ya tienen a mis niñas.
—Ya le avisé a Sigfrid que fuera por ellas, tú no te preocupes. —o lo hare yo, ya que ella me está ignorando.
Suspira un poco más relajada.
—Gracias por confiar en mí, así que yo cumpliré mi palabra, puedes irte a casa si deseas. —sonreí y deshago su bloqueo.
—Así no puedo, nos tienen que quitar el control, me pueden castigar al tan solo llegar.
—Entonces esperaremos hasta que ambos estén juntos.
—Vale.
—Puedes irte. — y ella desaparece....
Es momento de ir a liberarlos.
Aparezco frente a mama y sonrió abrazándola.
Ella sonríe y me abraza devuelta. —Que pasa mi pequeño? — no dejes que te engulle con sus sentimientos, es todo falso...
—¿Cuándo me iban a decir que trabajan con Camely? —pregunte sin soltarla.
—¿La conociste? — me pregunta emocionada.
—Si, fue agradable. — mentí mientras empiezo a sanarla.
—¿Por qué mientes? — pregunta y siento la presión en mis costillas.
—Tu mentiste primero, solo devuelvo el favor. — murmure noqueándola.
—¿Alfred? —escucho a Sig murmurar tras mío.
—Mintieron, todos y cada uno de ellos han mentido. — dijo haciendo aparecer a los demás y al igual que a Evelyn noqueándolos y empezando a sanar sus mentes hasta su estado original.
—Te dije que no eran de confiar. — y aquí vamos otra vez.
—Yo no sé cuándo ellos mienten o no. —dije notando el líquido rojizo siendo expulsado atreves de sus narices.
—¡Tu dijiste que ellos cambiaron! ¡Creí que tu sabrías si podríamos confiar o no! — empieza a gritar, su poder chocando con el mío.
Ese ardor regresa a mi cuerpo, todos mis músculos tensándose ante esa acción.
—Por favor, detente. —murmure tratando de mover mi mano.
—No-puedo. —gruñe y empieza a jadear, su don aumentando.
Otro problema más.
Creo un domo a su alrededor, y yo con mi maldito cuerpo cubro las fugas de poder.
INHALA-EXHALA. Solo es ardor, nada más, es algo mental.
MIERDA.
—Contenlo. —murmure y ella asiente.
Poco a poco ella logra su objetivo, sacrificando sus fuerzas y cayendo al suelo.
Veo mi abdomen y las heridas de quemaduras, pareciesen que fueran penumbras derretidas. Están sangrando, creo que habrá llegado hasta un órgano.
Me vengare de esto Sig.
—ALFRED. — y ahora ellos.
—Sera mejor que se apresuren o ustedes serán culpables de todo esto más lo que ya han hecho. — gruñí tratando de sanar sin éxito alguno.
—¿De qué hablas? —Shadow pregunta acercándose.
—Camely los ataco, los mantuvo en control dándole información t códigos de acceso a la casa del abuelo, ya me encargué...dios, esto duele. Ella está haciéndonos algo, ¡que mierda duele! — gruñí y de pronto todo se volvió blanco.
Esto ya no es obra de papá...esto no es mi mente.
~Evelyn~
No sé ni lo que ha pasado o como estamos aquí, pero lo único que sé es que ahora mis dos hijos se encuentran en el suelo, inconscientes y heridos.
Sus cabellos poco a poco se vuelven grises al igual sus alas, lo extraño es que los ojos de Alfred siguen abiertos, totalmente grises. Es como si la energía pareciese drenarse de sus cuerpos.
—Freddy, revísalo. — dije y él se acerca a su cuerpo.
—Está en blanco completamente. — responde alejando la mano.
—Nos liberamos nosotros y ellos caen. Qué bonito, me pregunto qué está haciendo Maight. —¿en verdad Black?
—Están débiles por alguna razón, ella ataca a sus presas, tal como un animal. — Shadow bosteza y se acerca a Sigfrid.
—Vamos a hacer algo con el desangrándose o lo sacamos ya de su miseria? —Fred pregunta viendo la sangre expandirse sobre... ¡ESA ES MI ALFOMBRA!
—¡QUITALO DE AHI RAPIDO! —rugí quitando la alfombra de bajo suyo. —¿Saben lo difícil que es quitar manchas de sangre?
—Deja de lloriquear, el niño se muere. —Freddy suspira y carga al niño que ni cuidarse a sí mismo puede.
—Gracias por venderme sus almas. — Lucy aparece sentado en el sillón, observándonos.
—¿Vender nuestras almas? ¿Qué más hicimos mientras que esa loca nos controlaba? —pregunte acercándome hacia quien lo ve todo en esta familia.
—¿Suyas? ¡JA! Quisieran ser así de valiosos, fue un intercambio, tres almas por dos. ¿Adivinen a quienes trajeron devuelta? — No... ¡¡¡no no no!!! —Tienes una idea Evelyn.
—¿Que almas fueron? —Black, eres un idiota.
—Mis dos Amery favoritos. — sonríe aplaudiendo. —Sus hijos ahora me pertenecen. — sonreía señalando a Sigfrid y luego a Alfred.
—Que...llévate a los Amery, déjalos a ellos. — Shadow habla primero.
—No hay devoluciones, solo quiero la mitad de la energía. Es muy interesante como esa Amery también aprovecha estas bajas. Como ahora, dones débiles, más fáciles de penetrar sus penumbras dentro suyo. —genial, ahora ellos mueren y tenemos al cojonudo de William devuelta.
Despiertan nuevamente, jadeando.
Nos volteamos hacia el sillón, pero solo hay ceniza.
Esto va de peor a maldito desastre.
—Sera mejor llevarlos a sus habitaciones, Freddy, ayuda a Alfred, los demás me acompañaran a averiguar qué ha sucedido todo este tiempo. — hable tomando mi alfombra y saliendo de la sala. Para aparecer en casa de Chris.
—¿Estas bien? —pregunte observando cómo se encontraba tomando su medicamento.
—Eso es...
—Fuga de poder, uno de los mocosos la mancho de sangre. — gruñí y la envió a la lavandería.
—Ehhh.
—Camely nos estaba controlando, habla, di lo que hemos estado haciendo.
—Besaste a tus hijos en los cachetes, estaban contentos con eso.
—QUE-ASCO. — creo que vomitare. —Que con lo de Amery?
—Locura suya o no lo sé, pero Mike los está vigilando.
—Si, nuestras vidas se han ido a la mierda. ¿En dónde escondes el ron? Necesito un trago, o mejor, dame la botella.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro