Control
~Sigfrid~
•Viernes 18, Diciembre del 71, 4 pm•
•Casa FIllet Darek•
Hoy si, es el dia, festival a las ocho y nosotros acompañaremos a Camilo. Dios, nunca pensé que aceptarían, que papá aceptaria esta "relación" que tenemos entre nosotros.
—¿Ya decidieron o van a buscar algo más? — Alfred pregunta, una venda en sus ojos ya que hace una semana tuvo una segunda cirugía.
Será una lástima que no pueda ver nada, escuche que las decoraciones son hermosas.
—¿Podemos acompañar a Maight? Asi vamos todos por algo de ropa.
—Yo iré porque tengo una reunión muy importante, con un contrato que deseo para mi y no tengo ni un solo traje que no se encuentre quemado o ya no me quede. — sonríe revisando su billetera.
—¿Me vas a invitar? — pregunte apoyando mi cabeza en su hombro, tratando de memorizar el número de su tarjeta.
—Solo porque estás corta de dinero no significa que no tengas el suficiente o no puedas hacer más. — Alfred dice, su mano entre un libro en braille.
—Por favor, dame la contraseña de la cuenta. — suplique abrazandolo.
—Ya te dije, no tendrás acceso a la cuenta bancaria hasta que empieces a buscar trabajo por tu cuenta. La universidad está cubierta, pero el resto debes pagarlo tú.
—Pero Maight ya tiene acceso a la cuenta! — grite y el nombrado se ríe.
—Yo conseguí un trabajo desde antes de que bloquearan la cuenta, tu te estancaste a su lado. — sonríe esperando a que me preparara.
—Pruébalo. — gruñi, y él hace aparecer un contrato de hace unos meses, leí el título y negué. —Pinche puerco.
—Dinero es dinero. — sonríe y Alfred le interrumpe.
—Dinero sucio diría yo. —habla y cierra el libro. —¿Podemos irnos?
—Bieeen, vámonos. — suspira tomando mi bolso.
•1 pm•
•Bal Harbour Shops, Miami•
No se cuanto tiempo hemos estado en este lugar y nadie tiene el vestido perfecto, todos tienen que ser rojos y blancos. ¡Y ALFRED NO NOS PONE ATENCIÓN!
—¿Este? —Frida pregunta enseñándome un vestido ROJO.
—Dos años, viejo, no. —le respondo mientras veo la etiqueta—Dios, el precio no ha cambiado para nada desde entonces.
—Es lindo, pero tienes razón, pasando por mucho el presupuesto.— Fridda ve a Alfred aun practicando con ese libro—Míralo, me pregunto qué está leyendo.
—Shhhh, nos puede escuchar, ciego, no sordo recuerda.
—Es que míralo, lo tiene todo y estamos aún atrapadas con una relación que nuestra familia odia muy en el fondo, es más, nos estamos quedando pobres y sin trabajo.
Una de las vendedoras se nos acerca.
—Disculpa, ¿las puedo ayudar?
—Si de hecho si,— Fridda toma un vestido blanco y lee la etiqueta— ¿El vestido en verdad cuesta tres mil?
—Así es. — ella respondió con una voz algo irritada pero cubierta con amabilidad falsa.
—Vale— dijo mientras dejaba el vestido con los demás.
No es de diseñador y la tela pareciera vieja y dañada, el precio es exageradamente alto para tal vestimenta.
—¿Comprarán algo o? — ok, eso ya es ser maleducada.
Trate de no reír al mensaje mental de Fridda— ¡No le digas!
—Tranquila, solo venimos a ver. — Fridda dijo con sarcasmo en su voz.
—Creo que está no es su tipo de tienda, a unas cuadras hay una que podría ser más cómoda para ustedes.
—Oh, cariño, nosotras ganamos mucho más de lo que alguna vez te van a ofrecer, ¿de cuánto será tu salario? ¿2 mil dólares?— me burlé algo molesta por su recomendación.
Otra de las vendedoras se acerca y sabiendo lo que se viene dejo los vestidos de lado
—Pediré que se retiren, por favor. — dije tratando de calmar la situación.
Si no fuera por este camuflaje se arruinan.
—Vámonos, no vale la pena este lugar. — dije saliendo de la tienda, acercándonos a Alfred.
—Sus corazones están acelerados, ¿sucedió algo? — pregunto preocupado.
—Tienda equivocada. — suspiré sentándome a su lado.
—¿Nada de su gusto?— pregunta tratando de animarnos.
—No te enojes. —fridda le suplico.
—¿Qué hicieron ustedes dos? —no creo que estemos en problemas.
—Nos corrieron de la tienda. — dije suspirando. Esto ha sido un desperdicio de tiempo.
—¿QUE?— ya ahora Alfred está molesto.
—Pues nos estábamos tardando y la muchacha se acercó, nos vio y dijo que mejor fuéramos a una tienda más 'cómoda' para nosotras. Es que hubieras visto como nos quedaba viendo. O escuchado.
Él se quedó en silencio y se concentró en el sonido que provenía de la boutique.
—¿Y notaste como estaban vestidas? Creo que iban a robarnos— dijo una de las vendedoras mientras reía.
—No creo que al menos tengan la capacidad de comprar un simple pañuelo.
Alfred dejó de escuchar la conversación y gruñó.
—Vez, no estamos mintiendo.
—Ellas tienen razón, creo que deberíamos ir a una tienda más cómoda para nosotros— él dijo con una gran sonrisa mientras nos tomaba las manos.
—¿Al, que haces? pregunte siendo arrastrada por toda la calle.
—Cruzar la calle, ustedes locas nunca ven antes de cruzar.
—Pero si estas ciego. — reí y él sonrió.
Ambas notamos una tienda justo frente al comercial, y sonreímos.
—Tengo un plan, y no es nada malo, solo un "accidente con el camuflaje", además, necesito pantalones nuevos.
—Eres el mejor hermano mayor del mundo, ¿sabes?
—No, solo lo hago porque por alguna razón herede el orgullo de papá. —niega pasándonos su billetera. — SOLO POR HOY. — nos señaló.
—¿Seguro seguro? — sonreí viendo su tarjeta negra.
—Luego me lo regresaran, tomenlo como un préstamo sin intereses.
—Oh por favor.
—Así es, aún tienen que conseguir trabajo. — nos arruinaste la diversión.
~Narro~
•8 pm•
•Casa Fillet Darek•
Ambos se encontraban emocionados, no como su líder Alfred quien solo esperaba a que salieran de sus habitaciones.
—Regresan antes de las diez por favor, ustedes saben por qué, si saldrán tienen que avisarme. —Freddy hablo arreglando su corbata.
—¿Y ustedes a dónde van tan arreglados? La agenda estaba libre para esta noche por lo que se. — Alfred habla sin quitar sus manos de un papel.
—Solo una cita de último momento, los Relish están cuidando a sus hermanos así que podemos salir un rato. — sonríe sentándose a su lado.
—Está bien, ten cuidado también, no somos los únicos en peligro. — Alfred suspira haciendo desaparecer el papel.
—¡Ya estamos! — Sigfrid grita bajando las escaleras corriendo.
Alfred suspira y se levanta. —Nos vemos a las diez. — dijo y los tres aparecen en la entrada de la escuela.
—Nos vemos en una hora, los demás dijeron que había una fiesta. TENGO PRUEBAS ALFRED, mensaje de Luz. — ella sonríe y entra al festival, buscando a Camilo.
—Deberías conseguirte un perro guía, porque yo no te voy a cuidar. — Maight habla para luego irse.
—Traidores, dejan al incapacitado atras. — niega haciendo aparecer su bastón. — ¿En dónde estará la comida?
•9:30 pm•
•Centro de Toledo•
—¿Sigfrid, estás segura que es por aquí? —Miaght pregunta sin ver luz alguna encendida.
—Ella me mandó la locación justo ahora. — ella dice buscando el local.
—Se está haciendo tarde, deberíamos irnos. — Alfred habla deteniendo a ambos.
—Está bien, pero no es mi culpa si ellos se molestan. — Sigfrid gruñe y solo da un pequeño grito antes de desaparecer.
—¿Sig? — Alfred pregunta tratando de sujetarla nuevamente. —¿Maight? No me abandoneis. — murmuró y siendo el jalón repentino, penumbras sujetándolo por todas partes.
—TANTOS.MALDITOS.MESES. — Camely gruñó acercándose al líder sujetando su cabello. —En verdad son un dolor de cabeza, pensé que moririan, pensé poder utilizar sus cuerpos como envases, pero me han empujado a hacerlo con vida. Pero tu, tu estas algo defectuoso Alfred, hay que arreglarte. — murmura tocando sus ojos cubiertos.
Ve como las alas de Alfred se estiran, él empieza a gruñir mordiendo las penumbras en su boca.
—Pero miren eso, tus alas han regresado a la vida. Más energía. — ella sonríe arrancando una pluma, está volviéndose polvo en su mano. —Tan pura.
Una penumbra explota en boca del líder, este gruñendo mientras muestra sus colmillos.
—Tócame una vez más y te torturaré hasta la muerte. — Alfred le advirtió, tratando de pedir ayuda en un mensaje mental.
—¿Como? ¿Así? — ella pregunta y pone su mano sobre su pantalón. —preguntó sujetando parte de su pantalón. —Me pregunto si tus vacunas han dado efecto, ¿quieres responder a ello? — sonríe creando una penumbra nuevamente en su boca. —¿Ya no puede hablar Alfred? Que lástima.
Él empieza a sacudirse tratando de romper las penumbras sin éxito.
—Relájate, muy pronto dejarás de luchar, así como tu manada. — susurra y de pronto se encontraba boca abajo. —Como el buen sujeto que eres. — rie inyectando una pequeña dosis de liquido negro. —Reactivemos el dispositivo, ahora.
Alfred de inmediato dejó de moverse, sus alas cayendo a los lados inmóviles.
—Perfecto. No descubrieron el control. Ustedes tres me pertenecen, me obedecen, son fieles a mi comando, no desearan luchar contra la oscuridad, sino que se unirán a ella. — dijo en voz alta los tres asintiendo a sus palabras.
Las penumbras que los sujetaban empiezan a inyectar energía, sus alas volviéndose negras por completo, al igual que sus cabellos.
—Es hora de despertar mis marionetas. — Camely sonríe y las mismas penumbras los levantan del suelo dejandolos en sus pies.
Ellos aún sin reaccionar, se mantienen de pie, procesando la energía en sus sistemas.
—¡He dicho DESPIERTEN! —Ella ruge haciéndolos reaccionar.
Una explosion de energía negativa al mismo tiempo que las penumbras les sueltan.
—Bien, me ayudaran a encontrar una manera de drenar esos dones. — dijo y los tres asienten, así desapareciendo del bosque.
•12 pm•
Los tres ángeles se encontraban sobre camillas hospitalarias, siendo sujetos por cadenas. Tubos conectados a través de sus alas, siendo una de las fuentes de energía principales.
—Déjenlo fluir. — Camely dice, encendiendo la maquinaria.
Ellos cerraron los ojos y concentran su energia hacia sus alas, los tubos recolectando lo que parecia una luz blanca y polvo negro.
—Eso es, sigan así. — Camely excitada ordenó, pero su sonrisa se borró al ver como la energía regresaba hacia ellos. —Sigfrid, Maight, siganme, haremos un par de pruebas aparte, Alfred, intenta liberar algo más de energía. — dice liberando a ambos y retirándose.
Él cerró los ojos concentrándose, pero nadie se dio cuenta del tubo agrietado. La energía al pasar a través empezó a fugarse regresando a su portador.
Este confundido empieza a moverse, sus alas volviéndose blancas, liberándose de su agarre.
—¿Pero dónde estoy? — se pregunta levantándose, tratando de guiarse a través de la habitación.
Sintió la manija de la puerta pero al abrirla solo escuchó un gruñido.
—Sujetenlo. —Camely ordena a los demás, quienes lo hacen sin dudarlo.
—¡SUELTENME! —Alfred empieza a gritar, tratando de luchar contra ellos.
—Trate de ser cuidadosa con sus mentes pero ustedes siguen luchando. — Camely suspiró, decepcionada de que su control no fuese tan fuerte como pensaba.
—Jamás tendrás el control de la energía, primero deberás morir. — Gruñe, sus colmillos, las garras goteando ácido.
—Pero eso no piensa tu hermana, ¿o si Sigfrid?
—No. Siempre estare deacuerdo contigo, Camely. —responde, su tono monótono.
—Perfecto, es hora que regreses, Alfred. No quiero perder más tiempo de lo necesario. — dice, haciendo aparecer una jeringa e inyectar su contenido en quien rompió el control.
—Jamás lo lograrás. — Alfred murmuró cayendo inconsciente.
—Pero si ya lo hice. — sonríe acariciando su cachete. —Ingenuo. Regresemos a donde nos quedamos.
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