Sanar
~Caín~
Después de perder el tiempo firmando papeles, al fin podemos regresar al hospital.
Bear ha estado tranquilo, porque en cada entrada y salida del hospital tiene un guardia que toma el registro de quienes entran y quiénes salen.
Nos registraron y entramos, yo adelante el paso, entrando a la habitación. Ambas estaban hablando con Meisy, mientras que ella les ponía una inyección.
William, desearas nunca haberlas dañado.
Bear entra tras mi y suspira, atrayendo la atención hacia nosotros.
— ¿Cómo se encuentran? — le pregunté a Meisy.
— Las heridas comenzaron a cerrarse, no están dejando marcas, pero las de los brazos son demasiado profundas y aún no han curado, tardarán más tiempo en curar, pero ellas estarán bien, y para el final del mes tal vez se les podrá dar de alta, las queremos tener bajo observación, solo para asegurarnos que las heridas sean más manejables para ustedes. — ella nos explicó.
Les tomará tiempo, curar ese tipo de heridas conlleva bastante energía de su parte.
Pero en algún punto deben descansar.
Todos escuchamos sus estómagos gruñir y ellas chillar. Sus estómagos les duelen porque me imagino que no han comido en meses.
— ¿Qué les daban de comer? — Bear les preguntó, preocupado o asustado. No lo sé, pero no está relajado, para nada.
— Venga no las regañaremos. — Bear les dijo mientras se sentaba en una de las camillas.
— Se enojaran. — dijo Eve mientras me miraba.
— No lo haremos, se los prometo. — les dije mientras me acercaba.
— Un mes. — murmuró Shadow.
Me muerdo la lengua porque si no lo hago, estaría gruñendo y ellas se asustaron.
Y si ellas se asustan, Bear se enoja, si él se enoja me quedaré sin un techo donde vivir.
Y si no tengo un techo donde vivir, moriré de hambre, y si muero Bear las cuidara solo, y yo quiero estar ahí, aunque a veces no me vaya a gustar, yo estaré ahí.
— ¿Qué les daban de comer? — pregunte.
— Hueso fresco. — Eve me respondió sonriendo.
— ¿Cuántos? — seguí preguntando.
— Uno para las dos. —ella respondió casi en un susurro desanimandose.
¡¡¡Respira Nightmare, respira!!!
— Ya regreso. — dije antes de desaparecer.
Es hora de cobrar algunas deudas pendientes, en el futuro hogar de William Amery, la prisión federal a las afueras de la ciudad, estoy a unas seis horas de la casa, y a unas dos horas de Barcelona.
Me dejó pasar uno de los guardias y le sonreí.
Me conocen muy bien, soy uno de los que más viene a este lugar, muchos de mis amigos se encuentran aquí.
Bear aún sigue decepcionado de que sean mis amigos, pero ni uno de ellos es tan malo cómo Amery.
Bueno si, ¿pero por qué culparlos? Yo también asesinaría a William por las personas que amo, no lo he hecho ya que Bear no me ha dejado hacerlo.
El siempre dice "debemos de vencerlo, no volvernos como él", y tiene razón, a veces no es bueno rebajarse tanto.
Las rejas se abren y yo le entrego mi DPI al guardia. — Con Forest Woods. — le dije antes de entrar.
Escuchaba las puertas abrirse, y tomó asiento. La habitación estaba separada por una gran pared mitad de cemento y mitad de vidrio, había teléfonos en cada cubículo.
Estuve esperando unos minutos y uno de los guardias llegó junto a Forest.
Piel clara, ojos café oscuro, cabello negro, con una pequeña cuatros en el labio superior, es alto, un poco más bajo que yo posupuesto, aproximadamente de 1.80.
Esa mirada siempre parecía pérdida, desde que lo encerraron aquí ha estado así, pero cada vez que lo visito esa mirada vacía cambia por una de felicidad pura y hablamos durante un par de horas.
Soy el único que lo visita en este lugar, y esa es una de las únicas razones por la que él acepta hablar conmigo.
Aunque más pienso, que es porque soy su mejor amigo desde la infancia.
— Forest. — dije sabiendo que leería mis labios, aprendió muy bien de mi.
— Hola otra vez Nightmare. — escuche como si fuera un susurro, pero en realidad es el vidrio que nos separa.
El toma asiento y ambos tomamos el teléfono.
— ¿Y cómo te ha ido? — pregunté observando que por fin su uniforme no tiene manchas de sangre.
No hace mucho lo había visitado, pero siempre es bueno saber este tipo de cosas.
— Ya sabes, hablar por ahí, leer un poco, para ser condena perpetua me va muy bien de hecho. — respondió.
— Me alegra escuchar eso, ¿y cómo te ha ido con tus tanques de ira?
— Ya se que estas aquí por algo, ¿que quieres Nightmare? — ¿les mencioné que no lo puedo engañar?
Tal vez porque él trabajaba como detective privado, antes de toda la mierda que hizo.
No puedo evitar sonreír. — Me conoces tan bien. Así como yo te conozco a ti, asesinando a todo aquel que dañaba a los inocentes, él quien mantenía la paz entre las calles para evitar violaciones o robos, bueno, como se que te gusta hacer eso, en unas horas entrará un nuevo, ¿y adivina qué hizo? — pregunté en un tono divertido.
Esto será bueno.
— ¿Cuántas fueron las víctimas? — él me preguntó acercándose al cristal.
— Muchos, no tengo la cuenta exacta, pero por ahora, me interesan solo dos.
Él se rasca la barbilla — Fácil. — dijo antes de levantarse.
No, él no es fácil.
— ¡No tan rápido Forest! — grite por el teléfono tratando que se detuviera.
Él se vuelve a sentar y me ve a los ojos.
— El abuso de mis hermanas menores durante nueve años, y ellas solo tienen 13, él no es fácil Forest. — dije mientras trataba de relajarme.
— ¿Él le hizo qué a unas niñas de 4 años? — no se si se preguntó a sí mismo o a mi
— Él las lastimó, él las electrocutó, ellas crecieron en una jaula de metal, en una habitación que llegaba a -0°, les disparó, no las alimentó durante años, las rompió emocional y físicamente. — respondí mientras sentía la ira crecer dentro mío.
— ¿Siguen vivas?
— Están en cuidados intensivos, ¿y sabes que hizo hace tan solo un mes? Les rompió las caderas, no quiero saber cómo, pero lo hizo, y las hacía gatear hacia él cada vez que les hablaba tal como animales. — dije casi gruñendo. — No lo mates, quiero que sufra, haz que los demás le quiten la comida, que lo violen hasta con tubos de metal si es necesario, golpéenlo, rómpanle los huesos, has que olvide hasta su propio nombre, dile a los demás qué fue lo que hizo, y diles que no solo a ellas, diles directamente que él fue quien asesinó a mi hijo, que él fue quien asesinó hombres y mujeres, niños y niñas de todas las edades. — dije con rabia en mi voz.
— ¿Él es el responsable de la desaparición de todos ellos?
Veo como su agarre en el teléfono se vuelve más fuerte.
— Forest cálmate. — se que puede suceder si se enoja demasiado.
— ¿Caín, él se llevó a mis hijos?
Estuvimos varios minutos en silencio.
¿Cómo decirle esto sin que le dé un ataque?
Suspiro y lo veo a los ojos. — Él tenía a todo un grupo organizado para llevarse a niños que no estaban siendo vigilados por sus padres, así que.... puede que haya una posibilidad que él se los haya llevado, pero no lo sé con exactitud. — dije tratando de no confirmar nada.
— Dime por favor que están vivos. — me dijo.
Oh dios, yo no quiero lastimar a este hombre de esa forma.
— ¡Dímelo Caín! — me gritó.
Niego mientras suspiro.
Esto le va a doler.
— Solo mis hermanas sobrevivieron; encontraron más cuerpos por todo el bosque, aún tratan de reconocer de quienes son, y darle la condolencia a los conocidos, algunos son irreconocibles por el tiempo que llevan ahí, la mayoría parecen ser niños de 7 a 10 años aproximadamente. — dije sin apartar la mirada.
— ¿Cómo sabes todo esto? — me preguntó.
— Es el caso de Bear, hace años lo buscaba, y las encontramos a ellas, y solo a ellas, no habían más sobrevivientes.
— ¿Cómo se llama?
— William Amery.
— ¿Amery? ¿William Amery? — pregunto confundido.
— ¿Lo conoces? — le pregunté sin aún creer que lo conozca.
— Solo el nombre, ¿no te acuerdas que toda la ciudad hablaba de él? Él era uno de los sospechosos por la desaparición de varios Darek y un par de Fillet. — se me olvido que esa historia aún no se olvida.
— Oh si, ese Amery, él fue quien asesinó a los Darek, y a los Fillet— respondí mientras asentía. — El asesino a mis padres.— dije sin pensarlo dos veces.
— ¿Ese viejo dinosaurio hizo todo eso?
— No está viejo, como sabes yo y mi familia somos peculiares, estoy muy seguro que tiene un trato con el diablo, porque parece como si tan solo tuviera 25, por eso no te servirá matarlo, es un demonio, solo una inyección letal lo podría matar y el electroshock a la vez, lo hemos vigilado un buen tiempo, el no muere así de fácil, por eso a podido mantenerse en pie. — dije pensando en la vez que le dispararon en el pecho y él siguió de pie.
— ¿Bear sabe que estás aquí?
— Sospecha, ¿pero que va a hacer?, tu ya tienes la condena perpetua, así que TÚ y los demás podrán torturarlo y si logran matarlo, hablaré con Bear e intentaré convencer que les baje al menos dos años a cada uno.
— ¿En cuanto llega?
Sonreía con mis colmillos fuera, no importa, él ya sabe, muchos saben, y Bear no sabe eso y jamás lo sabrá.
— Mmm en unas dos horas. Quiebra sus huesos si es necesario, quiero verlo arrastrarse por el suelo suplicando que paren, así como él hacía suplicar a todas esas personas. — dije gruñendo.
— ¿Cómo sigues vivo? — finalmente Forest dejó salir la pregunta.
— Logramos escapar, pero como sabes él se llevó a nuestras hermanas, a mis hijos, a tus hijos, los torturó, los mato, los rompió. — dije mientras movía mi mano derecha.
— ¿Qué tan dañadas las dejo? — me preguntó inclinándose en su silla.
— Lo suficiente para que no le vean a los ojos y le llamen amo William. — le respondí con asco al decir esa frase. — Lo suficiente para mantenerlas con la cabeza abajo y dejarse violar, lo suficiente para no dejar caer ni una lagrima al sentir dolor, o lo suficiente para que no hablen del terror que sienten, ellas casi mueren en dos meses, lo quiero muerto Forest.
— Cuantos cadáveres. — me pregunto, enojado por lo que le dije.
— Cientos, miles, no lo sé, ni Bear lo sabe. — respondí gruñendo.
— Cuantos años. — Me estoy cansando de su interrogatorio.
— Solo le dieron 40 años, solo 40 malditos años. — dije entre dientes.
— Eso es muy poco. — Forest murmuró.
— Este fue el segundo juicio y el primero lo dejaron ir como si nada, lo dejaron irse con mis hermanas, por eso te pido que lo hagas sufrir desde el primer segundo que ponga un pie en esta prisión. — le supliqué.
Si señores, le estoy suplicando a un preso.
— Muchos guardias perdieron familiares sin motivo alguno desde el 2016, si descubren que fue él, ayudarán, lo haré. — me respondió.
— Gracias por el favor Forest. — le dije.
— No te estoy haciendo ni un favor, esto es personal. — dijo antes de levantarse e irse.
William te jodiste.
Dejó el teléfono en su lugar y salgo de la prisión, no sin antes tomar mi DPI de vuelta.
Tomó una gran bocanada de aire y sonrió, a veces amo ser amigo de esta gente.
Aparezco en el hospital, frente a la puerta de su habitación.
Escuchó que ellas están hablando con Bear sobre un tema que no me gusta, que ellas no estarán con nosotras, aún.
— Niñas cuando ustedes mejoren no podrán ir a casa, no aun, van a conocer a muchos niños de sus edades, y luego podrán ir a casa. —él les decía tratando de convencerlas.
— ¿Por qué? — la curiosa de Eve preguntó.
— Bueno para que cuando sean más grandes tengan muchos amigos. — Bear te la estás inventando.
Amigos no, amigas, permitiré toda cosa que hagan, pero no aceptaré que un chico se les acerque amigo o no.
— Pero, nadie debe de saber que son lobas, o que tienen poderes, es muy peligroso. — él les dijo, escuché sus pasos, pero no acercándose, tal vez se estaba acercando a ellas.
— ¿Y yo? — Shadow preguntó.
— Creo que será mejor que no sepan que eres una sombra. ¿Vas a entrar o seguirás de orejas largas en la puerta? — me preguntó.
Yo suspiro y entro a la habitación.
Bear solo me queda viendo con sospecha pero mis hermanas me ven con alegría, con eso me basta.
— ¿En dónde estabas? — me preguntó molesto.
— Solo había dejado el picador encendido, y no lo podía ir a apagar durante medio juicio. — dije mientras me sentaba junto a Shadow.
— Claro que sí. —no se la cree pero a mí que me importa.
— ¿Cómo siguen las heridas? — pregunte mientras le acariciaba el cabello a Evelyn y ella ronronea.
— Ni están curando como deben, se cierran y se vuelven a abrir. — me dijo preocupado.
— Son nueve años de heridas, lo más seguro son viejas heridas que si curaron pero no naturalmente, tu mismo lo dijiste, necesitan tiempo.
— Si, pero durante ese tiempo les causará dolor. — él gruñó.
Suspiro cansado — Lo que importa es que curraran y esperemos que no les dejen marcas, no quiero que recuerden esa tortura, nunca otra vez. — dije mientras Evelyn se acercaba a mí y me olfatean.
Ella estornuda y yo me río de ello. Tengo que admitir que es tierna.
— Hay que hacer mucho papeleo, ambos, Caín, si algo me pasa a mi, te quedará a ti la custodia, si algo te pasa a ti, ya tenemos el plan B. — susura.
Plan B.
Ni en un millón de años dejaré que ese plan sea realizado, primero muerto.
— No nos sucederá nada, ya veras. — dije confiado.
Él asiente y yo suspiro.
•Martes 1 ,Marzo del 44, 8 am•
~Narro~
Los cuatro estaban en el auto, ambas chicas tenían puestas unas camisas manga larga verde menta, pantalones flojos de tela blancos, y zapatillas negras.
Era un atuendo suelto para no lastimar sus heridas. Meisy les explicó cómo podían cambiar sus vendas solas, pero ella les prometió que estaría yendo a cambiarlas personalmente.
Los cuatro hermanos estacionados en el parquímetro del orfanato. Los cuatro en silencio.
Ninguno de ellos con la fuerza suficiente de romper el hielo creado de preocupación de por parte de algunos, ira.
Ellos sabían que no tenían opción, que debían de hacerlo.
Era por su propio bien; ellas socializan y ellos se preparan para una vida entera con ellas.
Bear suspira mientras quita el seguro de las puertas.
— Solo será un par de meses, Meisy vendrá a cuidarlas de vez en cuando, hagan amigos, ¿va? — él dijo casi en súplica hacia sus hermanas.
Ambas asienten.
— No dejen que ningún crío las lastime, ataquen, pero sin poderes o lobas. — Nightmare les recordó.
Ambas vuelven a asentir y los cuatro salen del auto.
Bear se les acerca y las abraza suavemente.
Nightmare susurra — Nada de poderes ni loba, le digo a ambas.
Ambas vuelven a asentir.
— Vamos. — Bear dijo mientras les tomaba las manos.
Los cuatro entraron al gran edificio, el sonido de niños se volvía más fuerte, los nervios de ambas se volvían cada vez más grandes.
Ellos lo notaron y Nightmare se acercó y les acarició el cabello. Él sabía que eso las calmaba, era extraño pero sus lobas se calmaban junto a ellas.
— Espérennos aquí, ya regresamos. — Bear les aseguro mientras les soltaba la mano.
Ambas asienten rápidamente y ven cómo ambos hermanos se acercan a la recepción.
Ellas estaban viendo el lugar, habían varios dibujos en la pared, algunas puertas y pasillos. Olfatearon aromas nuevos, muchos aromas diferentes.
Ellas estuvieron unos cinco minutos viendo el lugar, olfateando y escuchando atentamente lo que había a su alrededor.
Ambos hermanos se acercaron y las abrazaron.
— Recuerden que les dijimos, cuídense. — Bear dijo.
Ambas aceptan el abrazo y ronronean suavemente.
— No dejen que nadie las lastime. — Caín dijo.
Una señora algo alta se les acerca, su cabello negro y lacio, sus ojos eran cafés, con una piel algo oscura, era algo rellena, no tan delgada pero tampoco gorda.
— Ustedes deben ser las hermanas Darek. Soy Sonia, yo les ayudaré estos dos meses. — ella les dijo con una gran sonrisa.
— Vayan, nos vemos luego. — Bear dijo.
Ambas los vuelven a abrazar.
— Cuídense. — dijo Nightmare.
Ambas se separan y siguen a Sonia.
— ¿Por qué no las podemos tener en la casa como la primera vez? — Nightmare le pregunto a Bear.
— Querían asegurarse si en verdad éramos nosotros quienes les asustábamos o algo, pero ya está comprobado que no, solo debemos de hacer el proceso legal y eso toma tiempo, el cual no podríamos dárselo a ellas. — le respondió.
— Solo dos meses y seremos libres completamente. — suspiro Nightmare.
Ambos salen del edificio y entran al auto.
•Orfanato•
Ellas estaban viendo a los niños jugar, pero ellas no se sentían seguras ahí, no cuando no conocen a nadie.
— Venga, sin pena, no les pasará nada aquí, vayan dejen sus cosas en sus gavetas, y vayan a jugar al patio, ahí conozcan a niños o como quieran. — Sonia les dijo antes de alejarse un poco.
Ambas asienten y dejan su ropa en las gavetas. Ella va al patio y ve a muchos chicos pequeños y grandes jugando entre sí. Observan varios columpios y recuerdan los columpios de la casa.
— Vamos. — Shadow dijo a Evelyn mientras le tomaba la mano y la arrastraba hacia los columpios.
Ambas se sientan en estos, ella se quedan pensabas ya que ellas no saben qué color son en realidad, pero lo ignoraron y comenzaron a columpiarse.
— Se siente raro. — Shadow admitió.
— ¿Si, él ya se fue, pero ahora que hacemos? El siempre nos dijo que hacer y qué no hacer, ¿y ahora quién nos dirá qué hacer? — Evelyn se preguntó a sí misma, confiando que su libertad ahora es permanente.
— ¿Y si hacemos lo que queremos? — Shadow preguntó mientras la miraba.
Evelyn dejó de columpiarse y la ve a los ojos. — ¿Qué? —le devolvió la pregunta.
— Y si ya no tenemos un amo, ¿y si solo somos nosotras? Ser nosotras, hacer cualquier cosa sin que nos digan. — ella le sugiere con una gran sonrisa.
— ¿Pero y si nos castigan? — Evelyn le preguntó insegura.
— Bear dijo que podíamos hacer cualquier cosa mientras que sea bueno. —Shadow le recordó.
— Tal vez sea una buena idea, creo. — Evelyn murmuró aún insegura de lo que dijo su sombra.
— ¿Libres? — Shadow le preguntó.
Evelyn abraza el oso de felpa que traía a mano. — Libres. — ella respondió.
Ambas suspiran relajándose.
— Él ya no está, se fue para siempre. — Evelyn se dijo a sí misma.
— Somos libres. — Shadow sonrió.
Ambas se ríen mientras se columpian aún más.
Ellas estuvieron media hora hablando entre sí, estaban hablando de sus gustos y de lo poco que han aprendido en el tiempo con sus hermanos.
Ellas reían entre sí, veían a los demás jugar, pero ellas sabían que si hacían demasiado esfuerzo físico, terminarían agotadas en menos de una hora.
Hasta que una niña, casi de la misma edad de las chicas; de mechas blancas sujetas en dos coletas de crédito, ojos café miel, algo bajita, piel pálida, con una carita que daba ganas de jalar los cachetes; se les acercó.
— Hola. — la chica les saludo.
Ambas la ven y sonríen con calidez, como Bear les enseño.
— Hola. — ambas dijeron al unísono.
— Soy Megan, pero me dicen Meg, ¿y ustedes? —"Meg" preguntó sonriendo.
— Soy Evelyn, y ella es mi hermana Shadow. — dijo sintiendo seguridad al hablar con ella.
— ¿Son nuevas por aquí cierto? — Meg les preguntó.
— Sip, ¿y tú cuánto tiempo llevas aquí? — Shadow le preguntó.
— Unos 7 años, ¿y como terminaron aquí? — me devolvió la pregunta.
— Padres. — ambas respondieron de inmediato.
Meg suspira — Igual, ¿no tienen hermanos? — ella preguntó.
— Si, pero están ocupados, dijeron que regresarían por nosotras. — Shadow le respondió.
— Siempre lo mismo. — Meg murmuró.
— ¿Tu tienes hermanos? — Shadow le recinto, algo curiosa.
— Si, él es un año mayor que yo y va al colegio, quieren conocerlo? — Meg les preguntó.
— Claro. — Shadow le respondió.
Evelyn la ve confundida pero solo recuerda que Shadow le tomó la mano y ambas comenzaron a seguir a Meg.
— Fox, hay dos nuevas hoy. — le dice a un chico alto, cabello rojizo, los mismos ojos que su hermana, una piel pálida, delgado y con pecas.
— Eres gigante. — Evelyn murmuró.
— Aha, ¿enana quienes son ellas? — Este tal Fox le preguntó a Meg.
— Ellas son las nuevas, acuérdate que dijeron en la mañana. — ella le recordó.
— Ah sí, las que estarían aquí un rato hasta no se que. — él dijo algo desinteresado.
— ¡Fox! ¡Al menos preséntate! — ella gritó enojada.
— Soy Aiden Fox , pero me llaman Fox.
— Zorro. — Shadow reía al decir ese apodo.
— ¿Cómo me llamaste? — Fox le pregunto, molesto gracias al apodo.
— Zorroooo. —Shadow dijo alargando la última letra.
— ¿Cómo te llamas?— le pregunto a Shadow.
— Soy Shadow. — ella respondió con un poco de orgullo en su voz.
— Oh, entonces era una SOMBRA. — dijo burlándose de ella.
Shadow gruñe suavemente para no levantar sospechas.
— Mejor animal. — dijo cruzándose de brazos, con una sonrisa burlona.
— ¡Fox! — Meg le gritó furiosa con la actitud de su hermano.
— Shadow, cálmate, Bear se enojara si él sabe que estás molestando a los demás. — Evelyn le dijo casi en una forma de amenaza.
Shadow deja de gruñir. — Zorro tonto.— ella le dijo a Fox.
— Como sea, ¿mango por que están ellas aquí? — Fox le preguntó a su hermana.
— Sus padres murieron y sus hermanos las dejaron aquí. — ella le explicó.
— Ja, las abandonaron. — dijo Fox aunque muy en el fondo sentía lástima.
— No es cierto, ellos regresaran. — Evelyn dijo. Ella confía en sus hermanos.
— Si están en un orfanato es porque las abandonaron y las adoptaran. — Fox les explicó.
— No es verdad, Bear nunca nos abandonaría. —Shadow dijo entre dientes.
— Pues, Bear, lo hizo. — él le dijo acercándose a la cara de ella.
— ¿Entonces esto es la libertad? ¿Que te abandonen? No quiero ser libre, quiero a mis hermanos. — Evelyn murmuró molesta.
— ¿Libertad? Esta es una prisión infantil. — él dijo casi riéndose.
— ¿Te meten en una jaula? — Shadow les preguntó, confundida.
— Hay barrotes hasta en las ventanas, eso se asimila mucho a una jaula. — Meg le respondió.
— ¿Quieren salir de la jaula? — Shadow les preguntó sonriendo.
— ¿Qué? — Fox preguntó.
— ¿No quieren ser libres? — Evelyn les preguntó.
— ¿Y ustedes cómo piensan sacarnos de aquí? Ya lo hemos intentado y no funciona. — Fox les dijo y preguntó, no muy confiado.
— Porque solo son dos, dos no pueden hacerlo. — Evelyn les dijo.
—Somos tres, ¿dónde está Spring? — Meg le preguntó a Fox.
— Revisando otro mapa.— él respondió
— Tal vez esta vez podríamos lograrlo, ¿quieren venir con nosotros?
— Mango no las conocemos. — le dijo a su hermana.
— Miralas Fox, ¿que daño es que podrían causar? — ella le preguntó.
Foco las queda viendo — No me agradan. — él admitió al ver fijamente a Shadow.
— A ti jamás te agrada la gente. — ella le dijo cruzándose de brazos. — ¿Y qué dicen, vienen con nosotros? — ella les preguntó.
Ambas niegan.
— La última vez que nosotras escapamos, nos encontraron y fue muy feo el castigo, pero podemos ayudarlos a escapar, eso es fácil. — Shadow les dijo sonriendo.
— ¿Qué le pasó a sus padres? — Fox les preguntó de golpe.
— ¡Fox! ¡Eso no se pregunta! — Meg gritó furiosa.
— Él los mató. —Evelyn murmuró mientras miraba al osito.
Ambos la ven con interés pero a la vez lástima.
— ¿Ustedes lo vieron? — Fox le pregunto casi en susurros.
— Mhm, él los mató. — ella volvió a repetir mientras tocaba su pecho y luego su frente. — Ellos tenían puntos ahí. — dijo aún con una mente que no comprende lo que sucedió. —Dijo que viviríamos con él, papi le suplico que nos soltara, pero solo había un ruido muy fuerte. Mami lloraba y gritaba, pero, todo llegó a silencio...el resto es borroso, solo recuerdo eso de nuestros padres, y que ellos me dieron el osito, todo es borroso, no lo sé. — Evelyn susurró mientras jugaba con los bracitos del oso.
— Ese ruido era un arma, asesinaron a sus padres con arma de fuego. — Fox les explicó.
— Bear lo atrapó hace unas semanas, él dijo que éramos libres y nos dejaron aquí. — Shadow les explico.
— Tal vez si vengan por ellas. — Meg le dijo a Fox.
— Si vendrán, ellos vendrán , sino los buscaremos. — Evelyn les dijo lo que harían si ellos no regresaban.
Meg sonríe — A mi si me agradan, ¿amigos? — ella les preguntó.
Ambas recuerdan lo que dijo Meisy y sonrían.
— Amigos. —dijeron al unísono.
El grupo comenzó a llevarse bien, jugaron un buen rato y los dos hermanos le explicaron a las chicas cómo funciona el orfanato.
Era de noche, la hora exacta, 11:49 PM, los cuatro estaban despiertos y se estaban escabullendo entre el patio hasta un escondite secreto, suyo.
Ellos cuatro entraron y vieron a un chico rubio cenizo, su piel era un poco más oscura, sus ojos eran de un gris platinado, su cabello era corto, el parecía tener una cicatriz en el cuello, pero al momento de verlo él sonrió
— Oí Spring. — susurro Fox mientras le daba la mano y hacía un tipo de saludo con él.
— Fox. — dijo Spring con un acento británico.
— Tenemos algo de ayuda. — Fox le informó mientras miraba a las chicas. — Son las nuevas.
— Seguro rojo. — Spring le preguntó.
— Se llevan bien con la enana, tal vez esta vez sí podríamos escapar.
— ¿Ya sabes que les pasó? — él le preguntó mientras miraba a las chicas.
Ellas sonrieron con nervios.
— Vieron a sus padres morir. — él le dijo de golpe.
Mega frunce el ceño ya que le dijo que no lo volviera a mencionar.
Spring asiente— Soy Spring, ¿y ustedes? — él les preguntó.
— Soy Shadow. Soy Evelyn—ambas dijeron a la vez
— Sus hermanos las dejaron aquí, ellas dicen que regresarán por ellas. — Meg le explicó a Spring.
— ¿Y por qué están aquí entonces? — le preguntó.
— Dijeron que estarían ocupados, y que podría ser peligroso así que aquí nos dejaron por unos meses. — Shadow le explico.
— ¿Están seguras que ellos regresaran? Pueden venir con nosotros si quieren.
— Estamos bien gracias, pero queremos a nuestros hermanos, ellos no nos abandonaran, Bear no lo haría, Caín tal vez a Shadow, dice que es molesta, pero no lo es, no tanto. — Evelyn le respondió mientras molestaba a su hermana.
— Tonta. — Shadow murmura.
— Okay, les enseñaré el mapa, pero nadie más tiene que saber.
— Secreto asegurado. — Shadow dijo antes de tapar su boca con sus manos.
— Gracias por ayudar, con el tiempo vamos a ir conociéndolos, no se metan con los pudín de rojo, o es un gruñón. — él les advirtió sonriendo.
Ambas se ríen.
— No lo haremos. — Evelyn le dijo.
•Jueves 28, Abril del 44, 11 pm•
Tras dos meses dentro del orfanato los cinco chicos se convirtieron en grandes amigos, se llevaban muy bien a decir verdad, ellas sienten confianza en ellos al igual ellos en ellas. Eran como familia.
Siempre se la pasaban juntos, a la hora de comer, en el patio, o durante la noche planeaban el escape.
Ellos aprovechaban todo el tiempo juntos, conocerse más, ellos se volvieron inseparables, se apoyaban entre sí, eran su manada.
Pero, la noche ha llegado.
Ellos se escabulleron entre los pasillos, evitaron las cámaras, ellas los ayudaron a revisar si no había nada ya que si las descubrían ellas solo podían decir que tuvieron una pesadilla y necesitaban caminar un poco.
Los tres las seguían de lejos hasta que llegaron a un gran muro. Ellas soportarían un poco de dolor para ayudarlos a subir y ellos correrían.
Ambas los ayudaron a subir el muro pero los tres se quedaron viendo y Spring estiró su mano mientras Fox le sujetaba los pies.
Ellas negaron y retrocedieron un poco.
— ¿Seguras seguras no quieren venir con nosotros? — Meg les preguntó.
— Seguras. — Evelyn le respondió con una sonrisa.
— Si las descubren estarán en problemas. — Spring les recordó.
— Mañana vienen por nosotras, no se darán cuenta hasta que sea muy tarde y ninguno de nosotros estemos aquí. — Shadow le dijo con una sonrisa.
— Fox, cuidalos. — Evelyn le pidió.
— Cuídense chicas, nos veremos algún día. — él le dijo.
Fox ayudó a Spring a subir el muro y los tres saltaron al otro lado de la pared.
A su libertad.
Ambas suspiraron y desaparecieron, recostándose en sus camas y volviendo a dormirse.
•Viernes 29, 7 am•
La mañana siguiente todo era un caos, ellos tres habían escapado del orfanato y todos los buscaban, sin éxito alguno.
Ellas lo ignoraron todo y empacaron sus maletas. Se alistaron y se sentaron en una de las camas, esperando.
Sonia llegó con una gran sonrisa y las vio ya listas.
— Vamos, su hermano las está esperando. — ella les dijo.
Ambas tomaron sus pequeñas maletas y la siguieron.
Ellas vieron a Bear y corrieron a abrazarlo.
Él se rió y aceptó el abrazo — Las extrañe tanto. — él les dijo mientras les besaba la cabeza a ambas.
— ¿Y Nightmare? — Shadow le preguntó.
— Está en casa, les tiene una gran sorpresa. — él respondió sonriendo.
Los tres escucharon que Sonia se aclaraba la garganta y le entregaba dos folletos.
— Felicidades, la custodia es suya. — ella le dijo.
— Gracias. — le dijo tomando los folletos y guardando los en su portafolios. — Vámonos chicas, hay que regresar a casa.
Ambas sonríen y corriendo van directo al auto.
El momento que ellas entraron y las puertas se cerraron, dejaron salir a sus lobas y jugaron entre sí, estaban tan felices, lo necesitaban.
Bear entró al auto después de guardar las maletas. El río al ver a ambas lobas juguetear entre sí. Él arrancó y unos metros después desaparecieron junto al auto.
Ambas sin pensarlo dos veces con sus hocicos abrieron las puertas y saltaron.
— ¡Chicas! — Bear gritó y detuvo el auto de inmediato.
Ambas lobas salieron corriendo en dirección a la casa. Llegaron y entraron por la puerta trasera.
Nightmare las ve pero ellas no le dan oportunidad de moverse y saltan sobre él, lamiéndole.
— ¡Chicas chicas, no lamer! — él gritaba mientras reía.
Bear entra a la casa agitado y los ve.
— No aguantaron la espera. — Nightmare le dijo riendo.
Bear suspira — No salten del auto mientras se mueve. — él les dijo calmando sus nervios.
Ambas se transforman y los abrazan.
— ¿Podrían decirme qué pasó en el orfanato? — Bear les pregunto no soportando la espera.
Ambas sonrieron y les explicaron.
— Entonces ustedes fueron quienes ayudaron a escapar a esos tres chicos, a ustedes sí que les gusta la palabra libertad. —Bear les dijo con una gran sonrisa.
Nightmare se ríe — ¿Te acuerdas como nosotros escapamos del orfanato? — él le preguntó.
Bear sonríe mientras niega — Unos meses escapando y se olvidaron de nosotros. — él le recordó.
— Y ahora mira, libres, sin nadie que nos detenga. — Nightmare dijo mientras se sentaba. — Ahora, qué tal si vamos a almorzar, se que tienen hambre. — él les dijo a ambas lobas.
Ellas se transforman y sonríen.
Caín se levanta del suelo. — Bear, hubieron problemas en la prisión estatal, casi lo matan. — le dijo mientras llevaba a las chicas al comedor.
Bear sonríe y se les acerca — Chicas, vayan lávense las manos.
Ambas gruñen y se dirigen al baño.
— ¿Casi? — Bear le preguntó a su hermano.
— Si, el director de la prisión casi despide a muchos, Forest no quería detenerlo. Él si fue quien los lastimó. — él le respondió mientras servía la comida.
— Bueno, tiene toda una vida en esa prisión, lo que me importa es que ellas sanen, física y mentalmente. — el dijo mientras se iba a lavar las manos.
— Ellas sanarán, todos lo haremos. — Nightmare suspiro.
No solo su familia sanará sin la presencia de William, muchos también lo harán.
Lo harán juntos.
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